39. Quince minutos

Parker

—Respira, respira... —la voz de Hidden se escucha como un eco a la distancia—. Vamos, Parker... ¡Respira!

Luces comienzan a parpadear a mi alrededor, escucho voces distintas que juntas hacen un revuelo que no puedo entender, pero a él lo escucho con claridad por sobre los demás.

Siento una descarga eléctrica. Eso me despierta.

—Dios mío —el alivio en la voz de Hidden es enorme.

Me ahogo.

Necesito escupir lo que obstruye mi garganta así que volteo la cabeza y agua sale de mi boca mientras comienzo a toser en busca de aire. Un suspiro colectivo abandona a todos dentro de lo que parece ser una ambulancia ya que al poner más atención lo primero que veo es a paramédicos y seguido a mis amigos.

Hidden toma mi rostro entre sus manos y con lágrimas acumuladas en sus ojos une sus labios a los míos por unos segundos.

—Nunca más, ¿me oyes bien? Nunca más te dejaremos hacer algo así —dice al separarse de mí y yo asiento.

Aún temblando llevo una de mis manos a su mejilla y limpio las lágrimas que se le han escapado.

—Fueron los cuatro minutos más horribles de mi vida —dice Gina y se inclina para abrazarme—. ¡No puedo creer que de verdad funcionara!

Con ayuda de uno de los paramédicos me siento de forma erguida y tomo la toalla con fuerza para sentir algo de calor porque mi cuerpo entero está consumido por el frío.

—Creí que solo habías llamado a los bomberos —susurro en dirección a Hidden, él ríe y sorbe su nariz.

—Ellos están afuera junto a una legión de policías —dice y toma mis manos entre las suyas—. Mi padre y muchos otros abogados también y solo están esperando pacientes a que la segunda parte del plan sea puesta en marcha.

—Tu segundo vestido está aquí, lo trajeron hace poco —me avisa Bianca al pasarme una bolsa—. También hay ropa interior y algo de maquillaje.

—Gracias —asiento y ojeo el interior de la bolsa.

—Te daremos privacidad —dice Ted.

Todos salen cerrando las puertas y dejándome sola en la ambulancia, así que procedo a vestirme. El nuevo vestido es de lentejuelas color celeste y mucho más pegado, cosa que logra marcar mis pocas curvas.

Limpio mi rostro con las toallas húmedas y retoco mi labial rojo frente al pequeño espejo de mano.

Revuelvo mi cabello un poco dejándolo suelto ya que sigue muy mojado y al meter todo nuevamente en la bolsa veo un encendedor al fondo, lo tomo en manos viéndolo con una media sonrisa y salgo de la ambulancia bajo la mirada de todos.

—¿Quién dijo que no se puede volver de la muerte luciendo más sexy que nunca? —dice Bianca, tomándome por sorpresa.

Y al parecer no solo a mí, todos voltean a verla, hasta los paramédicos.

Ted sonríe de lado.

—¿Qué? —Bianca sube los hombros, despreocupada—. Yo bateo para ambos equipos, ¿no es eso obvio?

Suelto a reír y Hidden me ayuda a bajar del todo de la ambulancia, ahora que lo noto, incluso las peculiares luces de este vehículo están apagadas, no sé cómo ha logrado tanta discreción, pero no vuelvo a dudar de la influencia que posee este chico en Pueblo Pequeño.

—Vamos —dice Hidden, y así procedemos a caminar los cinco en dirección al recinto.

Ya no tengo los audífonos en mis oídos y me doy cuenta de ello cuando el sonido de la música en vivo del otro lado se escucha con mucha más fuerza.

—Quince minutos —susurra Ted en nuestra dirección—. Quince minutos es todo lo que necesito para estar seguros.

—Entonces te los conseguiremos. —Hidden se quita su corbata roja arrojándola a un cesto de basura y acomoda las mangas de su esmoquin.

Gina me da un fuerte apretón de manos a mí y a Bianca para calmar nuestros nervios y luego de dar un asentimiento grupal, procedemos al lugar.

Veo como Hidden sube al escenario junto a Bianca y ambos comienzan a forcejear con el cantante por el micrófono dejando así que un sonido agudo suene por las bocinas y la música de la banda en vivo deja de sonar.

—¡Atención! —Hidden golpea el micrófono dos veces y todos en el lugar ponen su mirada en él—. Hola, les agradecería mucho si pudieran acercarse al escenario, les prometo que no estoy aquí por gusto.

—Vamos, muevan sus traseros esto es algo que querrán escuchar y si quieren comenzar a grabar, pues será mucho mejor —dice ahora Bianca.

Todos en el lugar muestran una cara de confusión ante esta completa interrupción, pero lentamente se van acercando hasta rodear el escenario en un semicírculo y hacen caso a lo que dijo Bianca ya que sacan sus celulares.

Hidden y Bianca bajan de un brinco y vuelven a su lugar junto a nosotros.

—¿Qué diablos están haciendo? —pregunta Connor y en su mirada veo miedo total, creo que no esperaba verme después de que hace pocos minutos me arrojó al agua para dejarme morir.

—Oh, lo sabrás en pocos minutos —responde Hidden con una media sonrisa.

Gabriella Lion se encuentra en el lugar, sus ojos están cubiertos por unas gafas negras, así que no puedo notar del todo la expresión en su rostro.

Fénix Russo entra en la escena y detrás de él sus padres, los tres luciendo preocupados y confundidos.

Miro a Hidden y digo—: Hidden, ¿podrías decirme las tres razones por la cual una persona acusa a otra de hacer algo que evidentemente no hizo?

—¡Claro! Es porque la persona que ha realizado la acusación contempla la idea de hacer el crimen que acusa, lo haría o ya lo hizo.

—¿Por qué esto son hechos reales, Gina? —le pregunto a la pelirroja.

—La proyección es lo más cercano a una confesión —responde ella.

—Con esto claro, esta noche estamos aquí con el propósito de desenmascarar al cruel desconocido que asesinó a Kylie Russo —digo en voz alta para que todos a mi alrededor lo escuchen y eso hacen porque un murmuro sorprendido es audible proveniente de casi todos—. Fuiste tú, Gabriella Lion.

—¡¿Qué?! —la madre de Kylie entra al semicírculo y nos señala—. ¿Cómo es posible algo así?

—Señora Russo, por favor déjenos terminar, las preguntas pueden ser respondidas al final —pide Gina en dirección a la mujer y esta, con el pecho agitado, asiente y retrocede hasta quedar de nuevo junto a su esposo.

—Te tenemos, Gaby, sabemos que fuiste tú —suelta Bianca.

Gabriella suelta un bufido y dice—: Esto es ridículo, ¿en serio están acusándome de la muerte de Kylie?

—No te estamos acusando, sabemos que lo hiciste —responde Hidden.

—Están delirando, pequeño ''Escuadrón Muerto'' —Gabriella hace comillas y ríe. Se quita los lentes y camina en mi dirección hecha furia—. ¡Estás loca! ¿Por eso me hicieron venir?

Yo no me muevo un solo centímetro, no me pienso dejar intimidar. Nos quedamos viendo fijamente.

—¡Tú asesinaste a Kylie! —suelto, enojada—. No puedo creer que todo este tiempo estuvimos dando vueltas en círculos, ¡creyendo que era un chico! —la señalo—. Sherlock Holmes tenía razón cuando dijo que no hay nada más engañoso que un hecho evidente.

—Yo no asesiné a Kylie —dice entre dientes.

—Lo hiciste, Gabriella —la contradigo—. ¿Quieres que te lo expliquemos? Puede que te parezcamos inútiles, indefensos o incluso algo desaliñados, pero este ''Escuadrón Muerto'' —hago comillas—, está a punto de enviarte a prisión.

Miro a Gina cediéndole la palabra.

—Resulta que la señorita Gabriella Lion es la cuarta en la línea hereditaria para recibir la fortuna de sus abuelos —todos en el gimnasio se muestran estupefactos mientras escuchan a mi mejor amiga hablar—, Fénix es el segundo y Connor el primero, estos dos, obvio, en sus respectivas familias.

—Kylie tenía grandes planes para el futuro, lo sabemos porque los leímos todos y cada uno de ellos —continuo—. Créanme cuando les digo que iba a ser una empresaria y una excelente mujer de negocios. Ella tenía todo para ser una gran representante de la familia Russo —fijo la mirada en Fénix ahora—, pero Fénix, por otro lado, no será nunca ni la mitad de bueno que su difunta gemela y lo sabe.

—Se suponía que el gemelo Russo que ideara algo bueno y con potencial se iba a quedar con mayor parte de la herencia para realizar su proyecto —prosigue a explicar Bianca—. Lo que significaba que el perdedor obtendría menos, en este caso Fénix.

—Entonces esto es lo que deben ir comprendiendo para atar los nudos —dice ahora Hidden—. Gabriella, sin dinero. Fénix, sin dinero, ni planes. ¿Qué nos da esa ecuación? ¡Dos fracasados!

Parece que Gabriella en cualquier segundo brincará hasta nosotros y nos matará a golpes, pero se mantiene en silencio escuchando todo.

—¿Pero qué tenemos aquí? —digo y señalo a Connor—. Un heredero con mucho dinero que no amaba a su novia dispuesto a ser el amante de la francesa bonita —vuelvo la mirada a Gabriella—. Estando con Fénix, te involucraste con Connor, él era tu plan de contingencia, ¿no? De seguro ahora todos están confundidos y se preguntan: ¿Plan de contingencia? ¿De qué hablas, Parker? Bueno, ya les explico. Gabriella es una manipuladora y de alguna manera convenció a este perdedor —señalo a Fénix—, de que lo que debía hacer para tener todo el dinero de la herencia era apartar a su hermana, ¿Cómo? Pues asesinándola, porque para Gabriella era más fácil eliminar a una Russo, que a tres Lion's por delante de ella.

—Ustedes sí que tienen tiempo libre, ¿Cuándo armaron toda esta idiotez? —pregunta Fénix, hablando por primera vez y caminando hasta pararse junto a Gabriella.

—Deberías callarte porque las burlas de un cobarde no nos afectan —responde Bianca a la defensiva—. Deja de hacerte el inocente. Sabemos que llegaste días antes de la muerte de Kylie y usaste las tarjetas de Gabriella para alquilar un auto y mantenerte fuera del radar de tus padres.

—Kylie estaba asustada, su hermano llevaba semanas amenazándola de muerte y le pedía que eliminara sus planes de negocio, pero ella no pensaba hacerlo —dice ahora Gina viéndolo fijamente—. Era una chica fuerte y a pesar del miedo no iba dejar que su hermano arruinara lo que por muchos años había soñado, así que cuando lo vio aquel 3 de diciembre no dejó que nadie sospechara que en realidad la presencia del chico le causaba terror.

—¿Y sabes por qué? Porque en el fondo ella no te creía capaz de hacer ni la mitad de todas las cosas que decías que ibas a hacerle, pero aún así, lo lograste, Fénix —digo y le aplaudo—. Asustaste a tu hermana a tal grado de convencerla de que nadie podía creerle si decía algo ¿Cómo podrían? Si ella decía: Mamá, papá, mi hermano me está amenazando de muerte solo porque tengo una idea de negocio que aplastará cualquiera que él idee. ¡Por Dios! Solo la iban a tomar de loca.

Lo miro, su pecho sube y baja. Creo que está a punto de llorar, es un cobarde.

—Entonces llegó el día, el domingo cinco de diciembre Kylie sabía que su hermano hablaba en serio y decidió refugiarse en la cabaña de sus padres, pero Fénix logró ubicarla en la madrugada del seis de diciembre y Gabriella lo acompañó al lugar. Kylie esperaba lo peor y por eso se aseguró de salvar su confesión en una carta que le escribió a Parker —explica Hidden.

—Y estando allí, no te atreviste, Fénix —digo seriamente—. Así que tu novia tuvo que hacerlo por ti. Gabriella asesinó a tu hermana justo frente a tus ojos, ¿y qué hiciste? Huiste de la escena del crimen —sonrío y señalo a Gabriella—. Aquí es donde se pone interesante la cosa, ¡amamos a una villana inteligente! Porque nos deja dando vueltas en círculos y círculos hasta el punto de marearnos, pero te olvidas de que una escena del crimen no siempre queda del todo limpia. ¡Sabes que tu novio es un cobarde y es de esos que ladran, pero no muerden! ¡Sabías que tu serías la que quedaría sola y por eso estabas preparada para cuando saliera corriendo!

—Estabas al corriente de que Connor está bajo tratamiento y durante los últimos meses ha estado tomando pastillas antidepresivas, pastillas contra la ansiedad y también inyecciones para dormir y prácticamente queda noqueado por las noches luego de que consume su pequeño cóctel fármaco. Lograste de alguna manera infiltrarte a su casa, sacarlo y arrastrarlo hasta la cabaña, ¡vaya que esas prescripciones dadas por la madre de Gina sí que son efectivas! —dice Hidden.

—Y así, como si fuera la cosa más fácil del mundo, lograste secuestrarlo y cuando se levantó estaba junto al cadáver de su novia bañado en sangre sin la menor idea de cómo había acabado en esa situación y su primer instinto fue llamarte a ti —prosigue a decir Bianca—. ¿Quién podría socorrerlo en una situación como esa? Solo tú.

—La llamaste sin saber que era ella la persona que te había arrastrado hasta ese desastre. ¡¿Mágicamente estaba lista con galones y galones de gasolina listos para ayudarte?! —le pregunto al chico—. Vamos, Connor, sabemos que eres más inteligente que eso. ¿Cómo diablos dejaste que te convenciera de que incendiar la cabaña era más fácil que llamar a la policía?

—¿Tan enamorado te tiene que preferiste dejar el cadáver de tu novia incinerarse? ¿Preferiste quemar toda la evidencia a decir la verdad? —dice Gina y niega con pesar—. Te hubieran creído, Connor, tienes a Frederick Diamond como abogado, no ibas a perder nada.

—Pero todo fue porque ella no te dejó pensar con claridad —dice Bianca—. No ¡Gabriella no estaba dormida cuando la llamaste! Ella estaba bastante cerca y por eso llegó rápido, por eso entre los dos pudieron asegurarse de que cada rincón fuera bañado en gasolina y luego procedieron a hacer cenizas el lugar.

—Gabriella pensó que se había salido con la suya, con Kylie fuera todo el dinero pasa a Fénix y viven como reyes el resto de sus vidas —dice Hidden—. Y si encontraban algo, todo giraría en torno a Connor.

—Están equivocados —Gabriella niega.

—¿Lo estamos? Porque nosotros encontramos un interesante frasco de gotas para ojos entre los escombros —respondo—. Idéntica a la que usas y tu novio el cobarde seguramente no notó que la perdió cuando volvió a la escena del crimen quizás movido por el remordimiento.

—¡Yo no asesiné a Kylie! —grita, exasperada—. Aunque me ha parecido entretenido oír este complot que han elaborado para hacerme ver como la villana, ¡ya basta!

—Esto es absurdo. ¡Necesito que sean más coherentes y dejen de dar tantas vueltas! ¡¿Quién asesinó a mi hija?! —pregunta el padre de Kylie, molesto.

—No lo sé, suegro —responde Gabriella y sube los hombros—, pero ellos se equivocaron de persona.

Hidden baja la vista al reloj en su muñeca izquierda y me da un asentimiento de cabeza.

—No, no nos equivocamos porque quince minutos era lo que necesitábamos y quince minutos fue lo que tuvimos —digo con una media sonrisa—. ¿Ted? —miro a mi amigo, el único que no ha dicho nada en todo este rato.

—Fue ella —dice Ted y la señala—. Jass Baker asesinó a Kylie Russo.

Todos voltean para verla, la chica abre los ojos y la copa de champagne en su mano se resbala impactando contra el suelo ya que está temblando.

—¿Qué? —Jass niega—. Yo no-

—Ted solo necesita quince minutos para atrapar a un mentiroso —la interrumpo—. Él puede ver todo al momento de estudiar el comportamiento de alguien: una gota de sudor, dedos moviéndose con nerviosismo, el corazón palpitar a toda velocidad atravesando la tela —sonrío—. Desmantelar la verdad de los hechos logra de cierta manera poner nervioso a cualquiera, ¿verdad, Jass?

Ella frunce el ceño y sus intenciones de correr son detenidas por Connor que la toma de los hombros.

—¡Te atrapamos! —le digo a Jass mientras veo como Hidden saca esposas de su bolsillo y la apresa.

—A ti también —dice Gina cuando esposa las manos de Fénix en un rápido movimiento y patea sus pies haciendo que el chico pierda el balance y caiga de bruces al suelo.

Bianca camina hasta los padres de Kylie y les dice—: Señores Russo, si no les molesta, dejaremos que los policías y los abogados entren al lugar y seguido estaremos listos para contarles la verdadera versión de los hechos. 

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