33. Patrón de movimiento

Hidden

Pego la imagen de Connor que fue una captura de pantalla a las cintas de grabación de la tienda y contemplo el tablero.

Debería sentirme intimidado porque esta es la primera vez que literalmente un problema ha persistido en mi radar sin que yo pueda solucionarlo, pero es todo lo contrario, mi inteligencia se siente desafiada y solo por ello mi enfoque me tiene alerta.

—Vean esto —dice Parker desde mi escritorio—. ¿Creen que es el mismo modelo de auto del que bajó Connor?

Ella voltea mi laptop. Gina bloquea su celular y se levanta del sofá para acercarse al escritorio y mirar la pantalla junto a mí.

—Se parece bastante —respondo.

—¿Estás en la página web de la Agencia de Alquiler Sheeran? —indaga la pelirroja.

—Sí —le dice Parker y voltea la pantalla a ella nuevamente—. Esto es tan confuso.

Pues al menos eso es lo único de lo que estamos seguros.

La puerta de la oficina se abre de un solo golpe dejando así a Bianca a nuestra vista, seguida de Ted y detrás de ellos Lester luciendo preocupado ya que él sabe muy bien que a las habitaciones de esta casa no se puede entrar sin antes tocar.

—¡¿Qué diablos está pasando?! —grita Bianca mientras camina con velocidad hasta el tablero y arroja por allí mismo su maleta del colegio en una esquina—. ¡¿Connor fue el que entregó la carta?!

—Joven Hidden, disculpe la interrupción abrupta, pero la señorita Bianca-

—No te preocupes, Lester —lo interrumpo—. Conozco a la señorita.

Ted se adentra del todo a la oficina y también se quita su nueva maleta de colegio, solo que a diferencia de su hermana él la deja en el sofá individual y camina de forma lenta al tablero para observar lo que ya Gina evidentemente les estuvo informando por mensajes de texto.

—¿Ya tienen hambre? —pregunta Lester antes de salir.

—Sí —asiento—, gracias.

Lester asiente y cierra la puerta.

—¿Esto qué significa? —pregunta Ted en mi dirección—. ¿La carta que recibió Parker es falsa?

—No es falsa, ni el estafador más grande del mundo puede imitar la letra de alguien a la perfección —responde Gina—. El 8 de diciembre Parker y yo comparamos la letra en la carta y la letra de unos apuntes que yo tenía de Kylie por un proyecto que hicimos juntas, no miento al decir que literalmente comparamos letra por letra bajo una lupa y es la misma.

—Por otro lado, esta letra... Esta sí parece falsa ahora que la veo con atención —Parker muestra la polaroid donde salen Kylie y Connor y tiene escrita por detrás: «Alguien se acordó de que tenía novia»

Bianca señala la hora en la esquina de la fotografía de vigilancia.

—¿No se supone que a esa hora este susodicho debería estar en clase con ustedes? —dice la peliazul y yo asiento.

—Sí —respondo—, pero honestamente no recuerdo nada de ese día. ¿Ustedes? —dirijo mi pregunta a Parker y Gina.

—Un miércoles común y corriente —responde Gina—. Ir al instituto y desarrollar mi examen de economía.

—Mi recuerdo de ese miércoles está colapsado únicamente por la llegada de la carta de Kylie —responde Parker apartando la vista de la pantalla—. Gina tiene razón, fue un día común y corriente.

—Tiene que haber algo —insiste Ted—. ¿Pueden recrear sus pasos esa mañana?

El chico lleva su mano a la parte baja del tablero y lo voltea para tener ahora la parte limpia y toma uno de los marcadores.

—Puedo intentarlo —respondo y subo mis hombros.

—Bien —Ted escribe mi nombre en la parte superior de la esquina izquierda—, la clave para unir un recuerdo está en los pequeños detalles, como por ejemplo... ¿Recuerdas lo que desayunaste?

—¿Tiene relevancia? —arqueo una ceja.

—Colabora, rubio —Bianca me señala.

Miércoles... —Saboreo la palabra en mis labios y saco mi celular de uno de mis bolsillos—. Según mi calendario, el miércoles 8 de diciembre tuve examen de economía, como ya lo dijo Gina, asistí al entierro de Kylie y por la tarde tuve clases de arpa por dos horas.

—¿Arpa? —repite Bianca haciendo una mueca.

—¿Qué tan bueno es Connor en economía? —pregunta Ted, intrigado.

—Gustov es el segundo mejor en todo, así que supongo que le va bien —respondo.

—No seas tan pretencioso —me dice Gina. Luego abre los ojos con sorpresa—, Oh por Dios, ¡Recuerdo algo! En ese examen Connor fue el primero en entregar. Lo sé porque se tropezó con la puerta al salir y me reí tan fuerte que el profesor me quitó dos puntos del examen.

—Es verdad —Parker le da la razón—, lo había olvidado por completo.

—Entonces, ¿luego de ese examen ya eran libres de salir del instituto? —pregunta Ted y asiento—. Bueno, entonces ya sabemos porque tuvo tiempo de ser un cartero.

—¿Arpa? —repite Bianca viéndome burlona. Yo ruedo los ojos y decido ignorarla.

—De acuerdo ya tenemos eso, pero la gran incógnita es: ¿cómo llegó la carta a sus manos? —pregunto a nadie en particular.

—¿La posibilidad de que él sabía que alguien estaba detrás de su novia está sobre la mesa? —pregunta Parker—. Porque de ser así puede que ella se la dejara a él para que me la entregara a mí si algo le pasaba, pero...

—Pero ¿qué? —Gina la mira, confundida.

—Pero eso no tendría ningún sentido porque sí él sabía todo lo que le estaba pasando a Kylie habría alertado a las autoridades, ¿no? O por lo menos a alguien que pudiera ayudarles.

—¿Hablas de alguien como el hermano gemelo de su novia? —digo ladeando la cabeza. Parker abre los ojos asustada ante esa realización.

—¡Santa calabaza! —Bianca se lleva las manos a la cabeza.

—Deja las calabazas de lado... ¡Santa mierda! —exclama Gina.

Parker se levanta de la silla y comienza a caminar de un lado a otro dándonos la espalda a todos. Gina y Bianca están tan sumidas en su desconcierto que no lo notan, pero Ted y yo sí.

El chico y yo nos damos una mirada de reojo y seguido a Parker nuevamente. Caminamos hasta ella y la observamos en silencio, cuando se detiene nos mira a los dos con miedo.

—Chicos... Les daré un poco de contexto porque si no, no me van a entender —empieza a decir y nosotros solo asentimos—. Anoche terminé una novela que mi padre me compró hace unas semanas, por cuestiones de los exámenes me tardé más de lo usual en llegar al fin.

—Es el libro amarillo ese que tanto cargabas por los pasillos, ¿verdad? —pregunto para estar seguro.

—Sí —Parker asiente—, cuando termino un libro me gusta escribir en la última página algo pequeño, que resuma en pocas palabras el mensaje o lo que interpreté del libro y...

Su labio inferior comienza a temblar mientras se aleja de nosotros y corre hasta su maleta para sacar de allí el libro, vemos como pasa las páginas con velocidad y de un solo tirón arranca la última, se abre paso entre Gina y Bianca, toma la cinta adhesiva pegando un trozo pequeño en la parte de atrás y voltea el tablero para pegarlo en todo el centro.

Si persigues a dos conejos, ambos escaparán...

Me cruzo de brazos viendo todo el tablero lleno de información y la manera en que la misma gira entorno a la frase que Parker a pegado.

—Creo... Creo que ya se quien lo hizo —susurra Parker.

—¿Qué? —dice Gina sin creerlo.

—La respuesta estuvo frente a nosotros todo el tiempo, les daré más contexto —Parker señala el tablero—. Fue eliminando gente sin un patrón de movimientos, porque pensó esto con mucha anticipación y sabe que no puede ir trazando una línea directa en la cadena de muertes.

—¿Qué dices? ¿Qué se encuentra zigzagueando? —pregunta Ted.

—Más bien, corriendo en direcciones diferentes. Miren el tablero. Kylie no tenía nada que ver con las cámaras de seguridad de la mansión Baker, lo que significa que la muerte de Colby Bradson no influye aún en esa línea de investigación, pero sí pone en sospecha la credibilidad de Jass Baker por presuntamente estar cuidando a Connor.

—Emiliano Guimard no se entrelaza con Colby Bradson, pero sí ha puesto ahora bajo la lupa de los policías a una nueva persona: Fénix Russo —prosigo a decir yo al ir entendiendo la teoría de Parker.

—¿Ahora lo ven? —pregunta Parker.

—Sí, abrió simultáneas líneas de investigación —responde Gina.

—Carajo, esto es tan confuso —susurra Bianca

—Y eso es exactamente lo que buscaba, ¡Confundir la investigación! Cruel desconocido estaba abriendo brechas y corriendo en direcciones diferentes.

—Lo que significa que cuando los policías estaban concentrados investigando la muerte de Colby Bradson, ¡Zas! Cae ahora la muerte de Emiliano Guimard, eso sin mencionar que aún está el caso de Kylie en proceso... —Parker nos observa de hito a hito—. Ninguno parece tener por el momento correlación entre sí y por eso la confusión se va abriendo paso.

Los ojos de Parker brillan con emoción y creo que jamás me había parecido tan preciosa como hoy.

Nos quedemos en silencio.

—¡Ese es su patrón de movimiento! —exclama Bianca—. Cuando una investigación se inicia...

—Crea otro caso totalmente distinto y nosotros éramos los siguientes, solo que no le salió del todo bien porque aquí estamos —Ted se ríe como si no pudiera creer que lo desciframos—. Debo confesar que este hijo de perra es un maldito genio.

—Así que su siguiente movimiento no es atacar a alguien predecible, lo que hará será crear otra brecha. Atacará a alguien que probablemente en estos momentos no tenga idea de que será el siguiente —dice Gina.

—Cruel desconocido ha estado moviendo las fichas una a una según su plan no esperando tener un contraataque, ¡mira a Connor! Está yendo a la corte por algo que no hizo, ¡mira a Fénix, según Jass él está siendo investigado por el asesinato a Emiliano Guimard! —dice Parker.

—Es demasiado peligroso. Este sujeto ya ha matado a tres personas y casi a nosotros cinco con Chad ayer por la tarde —dice Gina—. ¿Cómo vamos a entrar a su juego?

—Hay que arriesgarnos —le responde Parker—, no estoy diciendo que todos debamos entrar, con que uno de nosotros sea expuesto bastará y me ofrezco para ello.

—¿Qué? Parker, no —me apresuro a decir.

—Tengo que hacerlo, Hidden.

—No, ¿ese es tu brillante plan? ¿Entrar en su juego y luego ser el cuarto cuerpo? No sabemos quién es esta persona, ¡no sabemos absolutamente nada! Que hayamos descifrado su patrón de movimiento no significa que-

—¡Ese es el maldito problema, Hidden! —me interrumpe—. No sabemos nada y mientras nos quedemos en las sombras seguirá moviéndose, dejando un camino de cuerpos hasta que ya haya hecho tantas brechas que será imposible dar con él. Tenemos que hacer algo, no me voy a quedar de brazos cruzados un segundo más.

—Muy bien, ¿entonces qué harás? ¿Cómo planeas hacer notar tu presencia dentro del juego? ¡Dime!

Suelta un suspiro y dice—: Puedo dejarme caer directamente en su red.

—¿Estás demente? —pregunta Ted—. Rubia, solo los dementes hablan así.

Creo que comienza a agradarme este chico.

—No, pero ya les dije que creo saber quién lo hizo y puedo hacerle creer que de alguna manera Kylie me contó sobre ello mientras seguía viva, puedo jugar con la narrativa. Hacerle creer que sé más de lo que en realidad sé. Cruel desconocido quizás tenga oídos en todas partes y se dará cuenta, eso lo hará poner su atención en mí, desviándolo así de su gran juego, seré el movimiento que no vio venir.

—Parker, es demasiado arriesgado —le dice Bianca, ¿preocupada?

—Lo es —Gina le da la razón—, mencionando que es poco probable que eso tenga éxito.

—¿Por qué lo dices? —Parker arquea una ceja.

—Antes de morir, Kylie y tú no tuvieron ninguna clase de acercamiento. Quizás el año pasado tu narrativa hubiese servido para complementar la mentira ya que por la obra de teatro compartieron muchas conversaciones y momentos triviales en los pasillos —hace una pausa—, pero yo... Yo si tuve un acercamiento con ella antes de que muriera.

—El trabajo de biología... —Parker asiente.

—Puede que sea más creíble si viene de mí —concluye la pelirroja.

—Gina, ¿Por qué siquiera te prestas para esta idea tan loca? No tienes que hacerlo, ninguna de las dos, ¡todavía es demasiado pronto! —exclamo al borde de la histeria.

—¿Quieres que te recuerde donde fue encontrado el cadáver de Emiliano Guimard? Esto ya no es solo para ayudar a Kylie, se volvió personal cuando mi padre y su credibilidad comenzaron a ser cuestionadas por medio pueblo y muchos oficiales de policías.

—El juicio de ambas está nublado, tienen que pensar con más claridad. ¿Ted? ¿Bianca? Usen un poco de la sensatez que les queda y díganles a estas dos que están precipitando las cosas.

—No lo sé, Hidden, ellas no quieren que nadie más muera y ese es un punto válido —dice Ted.

—¡Tenemos que esperar un poco, por lo menos hasta que tengamos un plan mejor! —insisto.

—¡No podemos esperar, Hidden! —Parker estalla y toma sus cosas para salir de lugar—. ¡Ya no más!

Al abrir la puerta Lester se encuentra detrás de ella con el carrito de comida frente a él y una mano levantada ya que probablemente estaba a punto de tocar la puerta.

—Amigo, el tiempo está corriendo, solo ten eso presente —dice Gina antes de tomar sus cosas con rapidez y salir de la oficina detrás de Parker.

Suelto un suspiro cansado y tomo asiento sobre la mesa del escritorio viendo a Lester entrar en silencio al lugar eligiendo ignorar la tensión que se ha creado en el ambiente.

Bianca y Ted se inclinan para tomar sus respectivos platos de comida y sentarse en los sofás, yo solo tomo una de las copas y observo el líquido rojo con atención.

—Lester... ¿Tienes noticias de mi padre o de cómo está la situación en la corte?

Elevo la vista y observo al hombre, no logro descifrar su mirada del todo. Luce preocupado, pero también muy serio.

—No diga que escuchó esto de mí, joven Hidden, pero los rumores que les han llegado a las amas de llaves por parte de los guardaespaldas de su padre aseguran que el panorama no está luciendo bien. Incluso piensan que quizás este sea el primero.

Mierda...

No digo nada. Lester sale de la oficina arrastrando su carrito y la puerta se cierra, dejándome con Bianca y Ted.

—¿A qué se refería con ''el primero''? —cuestiona Bianca desde su lugar.

—A que quizás este sea el primer caso que mi padre pierda en una corte —respondo seriamente y llevo la copa a mis labios para beber de su contenido.

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