15. Divide y vencerás

Parker

—Mi padre hace revisiones diarias y ayer era el día que tenía que inspeccionar los vehículos acuáticos de la familia Lion —responde Gina.

—¿Tu padre de casualidad tiene estas revisiones agendadas o solo son esporádicas? —pregunta Bianca.

—No lo sé.

Los ojos azules de Hidden encuentran los míos, la pregunta de Bianca es bastante buena. ¿Qué tal si alguien sabía que el padre de Gina haría esa revisión y estaba seguro de que encontraría el cadáver de inmediato?

—Si el señor Fontaine tiene estas revisiones en una base de datos puede que de alguna forma el cruel desconocido hubiese accedido a ellas. Digo, la idea no suena del todo loca, si desactivó cámaras de seguridad con facilidad... —Hidden deja la posibilidad en el aire.

—Gina —dejo la libreta y bolígrafo en una esquina del sofá y me pongo de pie para caminar hasta ella—, ¿crees que puedas darnos acceso a esa base de datos?

—Es que ni siquiera sé si existe —responde subiéndose de hombros.

—¿Puedes averiguarlo? —insiste Hidden—. Es mejor saberlo que quedarnos con la duda.

—Claro —ella asiente y se levanta del escritorio para sacar su celular de forma rápida de uno de los bolsillos en su pantalón—, ya vuelvo —avisa antes de abrir la puerta y cerrarla a su espalda para hacer su llamada en el pasillo.

Me llevo las manos a mi nuca y trato de normalizar mi respirar, estoy segura de que tener tantas dudas rondando por la cabeza no es saludable. Pongo mi atención en el tablero y acorto la distancia para acercarme a Hidden.

—¿Crees que ya tengamos algún patrón de movimiento, Hidden?

—No —niega y se para junto a mí para observar el tablero desde el mismo punto—, la duda también surgió en mi cabeza anoche y la respuesta es no —señala el tablero—. Primeramente, tenemos a Kylie, segundo a la persona que dio la última revisión a las cámaras de seguridad de la mansión Baker y ahora a un guardia de seguridad de la mansión Russo. Intento unir los cables, pero, aunque exista la posibilidad de que la muerte de Emiliano y Kylie estén relacionadas, todo me lleva a motivos distintos —toca la foto de Emiliano—. Lo de este tipo me parece más bien un acto de ''ojo por ojo''.

—Ya van tres personas, Hidden, y no se cumple todavía una semana desde la muerte de Kylie —subo mi vista a la suya y me cruzo de brazos—. ¿Cómo se supone que vamos a encontrar la verdad si lo que seguimos viendo son líneas confusas que nos llevan a diferentes caminos? Dijiste que un guardia de seguridad iba a morir, en eso tuviste razón, pero no fue en casa de los Baker, así que volvemos a no tener nada.

Hidden se mantiene en silencio y el responder algo queda en pausa ya que Gina vuelve a entrar al lugar y nos giramos para verla.

—Chicos, mi papá dice que la policía le acaba de hacer la misma pregunta hace una hora y él les dijo que sí —asiente, de repente la esperanza comienza a soltar hilos de luz sobre nosotros—. Él tiene en su base de datos los horarios de revisión —sonríe—, y nuestra gran incógnita le ha surgido a la policía, de alguna manera ellos también piensan que alguien tuvo acceso a la base de datos de mi papá y sabía que él iba a revisar los botes de la familia Lion ayer.

—Gina, con más razón tenemos que revisar esos horarios —me apresuro a decir—. ¿Existe algún respaldo?

—No, le hice la misma pregunta y dijo que ya todo se lo han confiscado para revisión.

—Bueno, olvídense de poder acceder a esa información pronto —dice Ted y se pone de pie manteniendo una distancia marcada con nosotros tres—, si los del departamento de informática de la policía tomaron control sobre eso tardarán un buen rato en devolverlo.

—Y... volvemos al inicio —murmuro.

—Eso no es del todo cierto —dice ahora Bianca y también se pone de pie—, todavía tenemos la posibilidad de unir piezas. ¿Olvidan el sedante que usaron para dormir al vigilante?

—Cierto —Gina asiente—, eso nos puede llevar algo.

—Pero dijiste que no recuerdas el nombre y la información se encuentra en el consultorio de tu mamá —le digo.

—Como yo lo veo la única opción para esto se define con una acción —Bianca sonríe de forma malévola.

—¿Cuál? —pregunta Gina, confundida.

—Escabullirse —responde Ted cruzándose de brazos.

Antes de siquiera poder procesar esa idea el sonido de tres golpes en la puerta hace que Hidden lleve sus manos a la parte baja del tablero para voltear la cara de este dejando ahora solo un gran tablero blanco a la vista, se apresura a la entrada y la abre revelando la presencia de una muy elegante mujer de baja estatura, cabellos dorados con elaboradas ondas y atuendo para el frío en tonos cálidos.

Sus ojos azules muestran sorpresa cuando se adentra y nos ve allí parados. Lleva una enguantada mano a su pecho y dice:

—Oh, querido, no tenía idea de que tenías compañía, acepta mis disculpas.

—No te preocupes, madre —responde él parándose a su lado—. ¿Qué sucede?

La diferencia de estatura me causa gracia, ella a duras penas llega a los hombros a su hijo. Hidden tiene un gran parecido a su madre, lo que me hace pensar que la buena genética en esta familia es heredada. La mujer no parece pasar de los cincuenta y cinco años, pero puede que quizás esté exagerando por lo bien arreglada y maquillada que se encuentra.

—Solo pasaba para extenderte una invitación a la plaza, iré con tu hermana a buscar algo decente que vestir mañana en el homenaje de Kylie Russo —expone—. Sky y yo pensábamos que quizás un nuevo traje de esmoquin te sentaría bien para el evento.

¿Hermana? ¿Homenaje para Kylie?

—Estoy un poco ocupado, como podrás notar.

—Sí, eso veo —ella sonríe al vernos—, ¿puedo saber el motivo de esta reunión?

—Tutoría de álgebra, madre.

—¿Ah sí?

—Sí, el lunes tenemos ese examen —Hidden nos señala en el orden que estamos de izquierda a derecha—. Ellos son: Gina, Parker, Ted y Bianca. Chicos, esta es mi madre y su nombre es Genevieve Diamond —dice y mira a su madre para seguir hablando—. Gina y Parker son mis compañeras de clase. Ted y Bianca están dos niveles abajo, pero nunca es tarde para aprender un poco de álgebra básica.

La mujer no se lo cree, lo noto porque al dar un escaneo más al lugar la falta de libros, el tablero vacío y la cara de pocos amigos que se traen Bianca y Ted delatan ese hecho, además que Bianca tenga el cabello azul la descarta de inmediato como una estudiante de nuestro instituto, pero la señora Genevieve no dice nada, solo asiente en dirección a su hijo y ajusta bien el bolso que cuelga en su hombro derecho.

—Bueno, un gusto conocerlos, chicos —la mujer asiente y mira a Hidden—. No te quito más tiempo, querido —se eleva un poco para depositar un beso corto en la mejilla de su hijo que tiene que inclinarse para recibirlo—. Ordenaré allá abajo que les preparen un buen almuerzo.

—Gracias, madre —dice él. Ella sonríe y se aleja para salir sin voltear. Hidden cierra la puerta esta vez con seguro—. ¿Qué pasa? —contiene la risa cuando me ve a mí, de seguro mi cara de extrañeza es demasiado grande.

—¿Tienes una hermana? —pregunto.

—No tengo una hermana, tengo tres —dice sin quitar la sonrisa—. Todas mayores, yo soy el último.

—¿En serio? ¿Cómo es que yo no tenía idea de eso? —pregunta Gina—. Hemos estado en el mismo instituto toda la vida y también hemos sido compañeros de aula en varias ocasiones.

—Bueno, jamás mostraste interés en mi familia, pero espero y te reconforte saber que yo tampoco he mostrado interés en la tuya, así que también desconozco si tienes hermanos o hermanas.

—Soy hija única —Gina le responde y pasa una de sus manos por mis hombros—. Al igual que Parker.

—Interesante —Hidden se ríe por lo bajo.

—Me sorprendes —comenta ahora Bianca—, no te veía como la clase de chico que crece rodeado de muchas mujeres.

—Pues sí, aunque no es mucho lo que compartimos ya que me llevan demasiados años —Hidden sube los hombros—. Las tres aún viven en el pueblo. Las dos mayores, Spark y Golden ya tienen esposos e hijos y la tercera, Sky, se graduó el año pasado con un título en leyes por la Universidad de España y empezó a trabajar con mi padre en su Bufete de Abogados este año.

—Spark, Golden, Sky y Hidden —Ted cuenta con sus dedos—. ¿Soy el único que cree que esos son los nombres que le pondrías a una mascota?

—Muy gracioso —Hidden entrecierra los ojos en dirección a Ted.

—¿Tres hermanas y sobrinos? —digo yo todavía sin poder creerlo—. ¿Quién eres?

—Hidden —responde—, siempre he sido Hidden.

—Con todo el sentido de la palabra —se burla Gina.

—¡Ja! —Hidden camina hasta el tablero para voltearlo nuevamente—. ¿Seguimos?

—¿Con lo de escabullirse? —pregunto y hago una mueca—. No estoy segura de que sea una buena idea.

—Tenemos que saber qué clase de sedante usaron, si obtenemos el nombre eso nos puede llevar a una pista —insiste Bianca.

—¿Qué opinas, Hidden? —pregunta Gina.

—Ustedes saben mi posición en cuanto a las acciones ilegales... Escabullirse entre las cosas personales de alguien es de muy mal gusto, pero-

—¿Pero? —lo interrumpo.

Hidden no es de las personas que ponen un pero cuando se trata de este tipo de cosas, usualmente es un sí o un no.

—La idea de escabullirse o más bien la idea de conseguir información también pasó por mi cabeza esta mañana y no precisamente en la oficina de la madre de Gina.

—¿Entonces dónde? —le pregunta Ted.

—En casa de los Russo.

—¿De qué estás hablando? —me cruzo de brazos.

—Le harán un homenaje a Kylie mañana por la noche, como lo mencionó mi madre —comienza a explicar—. Estaba pensando en que si logramos tener acceso a su habitación quizás podamos encontrar algo.

—Para este punto no creo que haya algo allí que la policía no hubiese encontrado o tomado ya —murmura Gina y se aleja del círculo para tomar asiento nuevamente en la esquina del escritorio—. No quiero ser la pesimista del grupo, pero creo que tendríamos mejor suerte si nos escabullimos en el consultorio de mi madre.

—¿Y por qué no hacer ambas cosas? —sugiere Ted—. Somos cinco y podemos dividirnos. Acaso no están familiarizados con la frase: ¿Divide y vencerás?

Nos quedamos en silencio, uno de esos que siempre nos invaden cuando estamos juntos.

La idea, aunque no suena fácil y grita riesgo por todos lados, no parece tan mala. Doy un paso al frente para darle una mirada al tablero de evidencias, los chicos me imitan, incluso Gina se levanta de su lugar para contemplar el tablero más de cerca.

Creo que la respuesta es obvia... Es momento de elaborar nuestro primer plan.


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