06. Dirigiendo los pasos
Parker
Gina y yo vemos a Hidden entrar a la biblioteca y hacer su camino entre los pasillos buscándonos. Le envié un mensaje de texto diciéndole que se reuniera con nosotras en la sección de enciclopedias mundiales al llegar al instituto. Así que solo tenemos unos 15 minutos para hablar antes de irnos a realizar nuestro examen de hoy.
Hidden camina de forma muy imponente. Su uniforme, como siempre, se encuentra bien pulcro y planchado y como estamos en invierno, su gabardina color marrón claro lo hace ver aún más elegante de lo que el chico ya es. Al estar frente a nosotras mete sus manos enguantadas a los bolsillos delanteros de su gabardina y nos mira expectante.
—¿Sabías que un lugar por más que esté lleno de cámaras de seguridad siempre tiene puntos ciegos? —pregunta Gina y Hidden asiente.
—Por supuesto —responde de forma inmediata—, la gran mayoría de los robos exitosos a locales son ejecutados por personas que supieron usar los puntos ciegos a su favor.
—¿Sabes por qué sucede eso? —vuelve a preguntar Gina.
Hidden da una rápida mirada a nuestros costados y luego nos observa nuevamente.
—Por dos razones, hay algo obstruyendo la vista del lente de la cámara de seguridad. Como en este caso, los estantes de libros.
—¿Cuál es la otra? —pregunto yo.
—El lugar donde el punto ciego se encuentra no es relevante. Usualmente aseguran las áreas principales, como las entradas y salidas sin saber que, de hecho, un punto ciego puede ser crucial para un delito si se tiene el plan correcto.
Gina y yo nos miramos con una media sonrisa. Puede que Hidden con su gran inteligencia haga que cualquiera luzca idiota y por eso nadie lo soporta, pero a mí nunca me ha caído mal. Al igual que Gina, él ha estado en este instituto toda su vida así que han sido compañeros de clase en varias ocasiones a lo largo de los años.
—Este es uno de los tres puntos ciegos de la biblioteca —dice Gina y señala la entrada del pasillo—, la cámara de la pared izquierda solo llega hasta allí.
—Sí, eso ya lo sé. Los otros dos puntos ciegos son el pasillo de libros herbales y el de obras griegas, no tienen idea de los desagradables encuentros que he tenido con varios individuos llenos de hormonas alborotadas usando esos espacios mientras yo solo buscaba un libro —nos mira con una media sonrisa—. ¿Qué sucede? Dudo que me citen aquí solo para decirme cosas que ya sé.
Doy un paso al frente y lo observo fijamente.
—Hidden. Gina y yo no contamos con un gran grupo social, lo que significa que no tenemos amigas más que nosotras mismas y siempre ha sido así, pero nosotras confiamos en ti. Tenemos algo que decirte, algo demasiado grande y debes prometer que no dirás nada.
Hidden arquea una ceja.
—¿Acaso asesinaron a alguien?
—No —respondemos Gina y yo a la misma vez.
—Entonces... ¿Una de las dos está embarazada?
—No —volvemos a responder a la misma vez.
—¿Hicieron algo ilegal que las puede meter a la cárcel?
—No —respondo.
—No todavía —dice Gina y yo frunzo los labios mirándola mal.
Hidden se ríe por lo bajo.
—Estoy aquí, señoritas, ya díganme qué ocurre.
—Debes prometer por lo que más quieres que no dirás nada. En especial a tu padre —pido, volviendo a mirarlo.
—Lo prometo —sube su mano derecha al aire.
—¡Por lo que más quieras! —le recuerda Gina.
—Prometo por mi madre y mi padre que no diré una palabra de lo que lleguen a decirme. Que me caiga un rayo si rompo mi promesa.
—Bien —susurro y me quito la maleta de los hombros para sacar del bolsillo delantero la página doblada con la carta de Kylie que recibí ayer—. Hidden, de verdad no puedes decirle esto a nadie —se la extiendo y él la toma rápidamente para desdoblarla y leer su contenido.
Gina y yo vemos como lee todo de forma seria. Sus ojos azules incluso se dilatan y cuando termina una expresión sorprendida surge en sus facciones.
—¿Esto es real? —nos mira buscando alguna señal de broma.
Gina saca del bolsillo de su falda otro pedazo de papel, solo que más arrugado y luego lo abre para que Hidden vea la caligrafía.
—Esta es una nota de biología que Kylie me pasó hace unas semanas para una clase. Parker y yo pasamos horas comparando letra por letra anoche. Mira bien, es la misma caligrafía, Hidden, ella sabía que irían a matarla.
—Pues eso es obvio, al inicio dice que la quieren matar —susurra.
—La quiere matar —susurro yo. Hidden me mira y yo le quito la carta para volver a guardarla—. Es que lo dijiste en plural, pero ella asegura que es solo una persona.
—Un hombre —prosigue a decir Gina.
—¿Por qué no han llevado esto a la policía? —Hidden se mete las manos nuevamente a los bolsillos—. La familia Russo está ofreciendo medio millón por información.
—No podemos —respondo—, Kylie dejó en claro que nadie podría creerle si ella decía algo... ¿Por qué nos crearían a nosotros?
—Además, le confió su testimonio a Parker, ella quiere que escriba un libro.
—Esto es demasiado arriesgado. ¿De verdad quieren poner las manos en ese asunto? —pregunta. Gina y yo nos quedamos en silencio. Hidden abre los ojos a tope—. ¡¿Están locas?! No deberían siquiera considerarlo.
—Hidden, entiende que Kylie está muerta y su asesino sigue libre por las calles de Pueblo Pequeño —le recuerdo—, no te pedimos que aceptes ahora, pero si eres parte de esto serás de gran ayuda. Te necesitamos.
Hidden se queda callado mirándonos a ambas. Quizás está considerando los pros y los contras de esta situación.
—¿Tienen un plan o por lo menos algo elaborado? —indaga—. Kylie literalmente pide que sean detectives y descifren este rompecabezas.
—Teníamos que hablar contigo antes de empezar a investigar —le digo.
—Deben prepararse. ¿Piensan que buscar pistas y dar con un asesino es fácil?
—La televisión y los libros lo hacen ver fácil —responde Gina.
—Pues no, no pueden ser Sherlock Holmes y John Watson de un día para otro.
—Por eso te necesitamos, Hidden —insisto—. Puedes ayudarnos, eres el chico más inteligente de este instituto. Quizás el más inteligente del pueblo.
—¿Y eso en que las convierte a ustedes?
—Soy una persona con desarrollado pensamiento analítico y sé cómo conseguir información —Gina sonríe—. Sé todos los códigos policiales y aunque no tengo muchos implementos de investigación los que tengo nos pueden ayudar.
—Yo soy una escritora —sonrío de lado—, eso significa que puedo llevar los escritos y unir información rápidamente. Además, Kylie me lo pidió —suspiro—. Como dice Gina, ella confió en mí para esto, ella reconoció mi potencial. No mentiré, me asusta mucho todo esto, pero quiero intentarlo.
Hidden toma una profunda respiración y asiente.
—De acuerdo —dice seriamente—, estoy dentro. Esto es quizás la locura más grande que he hecho en mi vida, pero si sale bien un asesino puede recibir la condena que merece.
—¿De verdad? —cuestiono sin poder creerlo—. Hidden, sabemos que es demasiado, así que podemos darte unos días para que pienses bien.
—No necesito días —responde, serio. —Una escritora, una detective aficionada y un inteligente pueden resolver lo que sea si se lo proponen —se burla.
—No debería emocionarme porqué literalmente estamos iniciando una investigación de asesinato, pero estoy ansiosa por empezar —dice Gina mientras sonríe.
—Tenemos que reunirnos en un mejor lugar, si hacemos esto necesitamos privacidad —comento.
—Puede ser en mi casa-
La campana hace que Gina deje de hablar y los tres soltamos un bufido.
—Vamos —dice Hidden—, hablaremos luego del examen.
Salimos en total silencio de la biblioteca y al cruzar por los casilleros vemos que el de Kylie está más lleno de notas, fotos y flores. Me detengo unos segundos a mirar todo mientras Hidden y Gina se adentran al salón. No puedo decir que la echo de menos, pero su ausencia sigue siendo extraña. El instituto no ha dejado de estar completamente sombrío y hasta cierto punto callado desde que nos dijeron la noticia. Toco una rosa pegada al casillero y suspiro.
No quiero fallarle, pero tengo miedo de terminar igual a ella. El peligro de que su asesino esté cerca es inminente y estoy consciente de ello.
—Cuesta creer que ya no está, ¿verdad?
Doy un brinco en mi lugar al oír la voz de Connor. Giro para verlo. Está viendo detenidamente las fotos de Kylie con todos aquellos que decidieron colocar algo en el casillero como tributo.
—Han pasado tres días y en ningún momento me he acercado a ti o a Jass para extender mis condolencias —respondo—. No he sabido cómo hacerlo, lo siento.
El chico gira para verme.
—Parker —dice y el que se acuerde de mi nombre me toma por sorpresa—, ni siquiera somos amigos, no tienes que sentirte mal por no decir nada.
—Lo sé, pero igual... Kylie era tu novia, de seguro sigue doliéndote esta gran desgracia.
—Duele, no lo niego, pero no hay dolor que dure para siempre.
Asiento a lo que dice y miro nuevamente el casillero de Kylie.
—Era una buena líder —digo al ver una foto junto al equipo de porristas—. A pesar de su trágica muerte, Kylie será recordada como una de las estudiantes más sobresalientes de este lugar.
—Lo sé —sonríe sin mostrar sus dientes mientras se aleja del casillero y prosigue a caminar para entrar al salón de clases.
Lo sigo en silencio y voy directamente a mi asiento designado viendo como el profesor está borrando el tablero para iniciar. El asiento de Kylie vacío brilla entre todos. Me llevo las manos a la cabeza y trato de normalizar mi respiración.
No puedo creer que de verdad haré esto.
❁❁❁
—¿Ninguno de tus padres está en casa? —pregunta Hidden cuando estamos en la habitación de Gina.
Yo me quito la maleta y la dejo en una esquina del lugar mientras mi amiga va directamente a su escritorio y enciende su radio policial.
—No, mi papá está en el muelle y mi mamá en el hospital —responde y enciende ahora su laptop.
—¿Crees que sea bueno reunirnos aquí? —pregunto y me siento en la cama viendo a Gina teclear cosas y a Hidden caminar de un lado a otro por la habitación viendo todo con cautela.
—Supongo —dice ella—, al menos que Hidden tenga una habitación secreta en su mansión a la que nadie tenga acceso.
—No tengo habitaciones secretas, pero sí una oficina y nos podemos reunir allí, mis padres no se meten en mis asuntos.
—Puede ser, ¿qué opinas, Parker?
Ambos voltean a verme.
—10-31 ¿me copian? 10-31 —suena por la radio interrumpiendo mi posible respuesta. Los tres miramos el aparato y Gina sube el volumen.
—¿Qué significa 10-31? —pregunto poniéndome de pie y acercándome a ella.
—Un delito está desarrollándose —responde Hidden y Gina asiente.
Dios, usualmente estar cerca de uno me hace sentir idiota, pero estar con los dos es otro nivel. Nada parece escaparse para ellos, siempre tienen una respuesta para todo.
—Se solicita una patrulla cerca del instituto público, una llamada anónima asegura que Bianca Nelson ha sido captada arrojando gasolina a varios árboles secos.
—10-4, aquí el oficial Fender, estoy en el área, procederé a verificar.
Gina rápidamente saca su celular y se mete a la aplicación de las patrullas. Hidden y yo vemos por sobre su hombro que la patrulla conducida por el oficial llamado J. Fender está haciendo su camino al instituto. Se estima que llegue en 25 minutos.
—Bianca Nelson —digo y me paro de forma erguida—. ¿Por qué me suena ese nombre?
Hidden sonríe de lado y toma la laptop de Gina para escribir algo en el buscador.
—Quizás porque la chica ya ha tenido sus momentos de fama en Pueblo Pequeño —responde el rubio.
La foto de una adolescente de pálida piel blanca y corto cabello pintado de azul fantasía sale en la pantalla y junto a ella varias fotos de incendios forestales.
—Bianca Nelson es la pirómana del pueblo —dice ahora Gina y se pone de pie para quitarle la laptop a Hidden y darle clic a un par de artículos.
—Oh, cierto, ella fue la que incendió hace unos meses parte del bosque de pinos de la familia Gustov —digo haciendo memoria—. Connor estuvo bastante furioso esos días en clases.
—¿Sabían que Bianca fue una de las primeras a las que interrogaron por el asesinato de Kylie? —Gina nos enseña la pantalla—. Aquí dice que la familia Russo no tardó en señalarla ya que luego de lo que pasó con la familia de Connor prefirieron descartar la posible idea de que fuera Bianca la que provocara el fuego en su propiedad.
—¿Por qué asesinaría a Kylie? ¿No tiene como 14 años esa chica? —cuestiona Hidden y se cruza de brazos.
—Tiene 16 —Gina le corrige—, y al parecer tenía una coartada, la madrugada del incendio en la cabaña de los Russo, Bianca estaba en la casa de un amigo y como la casa del susodicho tiene cámaras de seguridad la ubicaron en las mismas horas conversando en la sala de estar.
—¿Quién se queda hablando hasta la madrugada con alguien? —pregunto.
—Si el tema de conversación es bueno cualquiera lo hace —responde Hidden.
Gina baja la pantalla de la laptop y nos mira.
—Tenemos que hablar con Bianca.
—¿Por qué? —le pregunta Hidden.
—¿Crees que nos pueda ayudar? —indago ahora yo.
—Puede que sí... Por los múltiples incendios que ha realizado, Bianca ya debe tener un récord policial.
—Pues sí, los policías literalmente dicen su nombre como si la conocieran de toda la vida —digo de forma obvia.
—Exacto y si revisamos su récord puede que encontremos algún caso similar al de Kylie.
—¿Te refieres a una cabaña? —Hidden indaga solo para estar seguro.
—Sí. Nosotros somos buenas personas y para descubrir algo hecho por un asesino necesitamos pensar como uno —Gina nos mira.
—Bianca no es una asesina, es una-
—Pirómana —digo interrumpiendo a Hidden—, lo que significa que sabe cómo incendiar una casa y las maneras fáciles para hacerlo.
—No soy pirómano, ni mucho menos un asesino, pero estoy seguro de que para incendiar algo no se necesita tanta preparación, sólo debes arrojar gasolina y prender fuego. ¡Ya está!
—No, no lo entiendes, Hidden —Gina lo mira—, alguien que sabía lo que hacía planeó esto. Bianca sabe lo que hace cuando incendia cosas, así que si pensamos como un criminal...
—Podemos dirigir los pasos en su mismo camino —completo.
Hidden asiente y dice:
—¡Muy bien! No tenemos tiempo para hackear la página de la policía y buscar su récord policial, si la arrestan no podremos hablar con ella, así que corran al auto, tenemos que llegar antes que la patrulla.
¿Ya tienen algún sospechosx en la mira o todavía creen que es muy pronto para acusar?
-Cute.
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