01. Tragedia

Parker

La ronda de aplausos acaba cuando una de mis compañeras termina su exposición.

—Hidden, es tu turno —avisa la profesora desde su escritorio.

—Deséame suerte, Parker —susurra el rubio en mi dirección.

—¿Quieres que te recuerde que eres el chico más inteligente de este instituto? —pregunto con aburrimiento—. No necesitas suerte, lo harás bien.

Hidden me regala una sonrisa, quizás está halagado o avergonzado por mi comentario. No lo sé.

—Bueno, gracias, Parker —dice y se levanta de su silla. Toma sus apuntes y voltea para mirar a Gina—. ¿Crees que ella me ponga atención o se la pase así toda la clase? —se burla y prosigue a caminar.

Niego con una sonrisa y observo a dos filas de distancia a Gina, con su cabello rojo cerezo lleno de rulos el día de hoy y la vista fija al celular escondido entre sus manos por debajo del escritorio de la silla donde se encuentra.

—Buenos días, compañeros y profesora, el día de hoy me corresponde hablar sobre la fundación de Pueblo Pequeño —Hidden inicia con su exposición así que dejo de mirar a Gina y le pongo atención al alto chico de dorados cabellos y ojos azules en el podio de exposiciones frente al tablero.

—Esto será interesante —dice la profesora con una media sonrisa ya que Hidden es su estudiante menos favorito, de hecho, ningún profesor lo soporta por su tendencia a corregirlos en todo y creer que sabe más que los demás.

—Pueblo Pequeño fue fundado el 16 de septiembre de 1800 por Jeremiah Russo, un soldado francés que decidió emigrar de una zona de guerra junto a varios colegas y terminaron a las afueras del país, pasando días en botes de escape. Luego de varias semanas sin rumbo fijo llegaron a una franja boscosa rodeada de una gran costa salada y los terrenos todos cubiertos de pinos frondosos. Jeremiah Russo supo entonces que había encontrado el hogar que conocemos y habitamos hoy en día: Pueblo Pequeño. Él le dio este nombre porque como sabrán, a duras penas y podemos vernos en el mapa de Europa, contamos con 13 223 habitantes según los últimos datos de estadísticas y tenemos una extensión de 90,7 km². Me gustaría agregar que a pesar de que nuestra ascendencia es francesa, tenemos raíces españolas muchas más profundas ya que casi todas las esposas de estos soldados pertenecían a esta cultura y como eran ellas las que cuidaban y educaban a los niños mientras los hombres salían al campo, dominamos este idioma más que el ''original'' —hace comillas en lo último.

—¿Algo que rescatar de los demás soldados que acompañaron a nuestro fundador en su travesía? —pregunta la profesora.

—Sí, no creí necesario decirlo, pero entre ellos destacan las siguientes familias: los Gustov, los Baker, los Diamond, y los Lion. Se sabe que cuando se sintieron seguros y dividieron las tierras con Jeremiah Russo liderando la mayoría de los terrenos con potencial, cada uno de estos soldados mandó a buscar a sus respectivas esposas e hijos y así comenzó la vida en este recóndito lugar. Todos conocen la historia, la hemos dado desde primaria, así que no hay nada que no hayan escuchado o sepan para este punto, profesora Meredith.

—Supongo que por esa misma razón trajiste algo que quizás nadie sepa o ha ignorado —comenta la profesora con desdén y moviendo sus dedos sobre el escritorio.

Hidden asiente y voltea una de sus páginas en el podio.

—Ciertamente, profesora Meredith, personalmente fui a la mansión Russo mientras elaboraba mi ensayo hace unas semanas y pude obtener datos curiosos sobre la travesía de Jeremiah. Obviamente no fue fácil, pero entre generaciones es bueno compartir de estos recuerdos y por ser este un proyecto escolar, accedieron a confiarme a mí y bueno... a ustedes estos datos.

—¿Piensas que después de siglos soltar datos curiosos sobre el fundador de este pueblo es algo que nos importa? —suelta Jass Baker desde su silla. Se ve aburrida—. ¿Por qué haces eso en cada exposición? Te diré un secreto, ¡nos aburres!

Algunos de nuestros compañeros murmuran dándole la razón a la chica.

—Hidden, si hicieras un mínimo esfuerzo en tus proyectos y tareas igual seguirás sacando notas sobresalientes —dice ahora Connor Gustov—. ¡Revela datos curiosos de tu reservada familia! Estoy seguro de que los Diamond's tienen también cosas que contar sobre esa gran ''travesía''. ¿Tenías que hacer la milla extra y buscar datos innecesarios en casa de mi novia?

Kylie Russo...

Trato de encontrarla con la mirada en su asiento designado, pero caigo en cuenta de que está totalmente vacío. Es extraño, ella no es una estudiante que pierde clases, menos si hay exposiciones o parciales.

—¿Cuál es el problema de ustedes dos? Me tocó hablar de la fundación de Pueblo Pequeño y Jeremiah Russo. Solo hice lo que se me pidió —Hidden los mira, serio—, además, la única con el derecho en este salón de reclamar algo por mi ensayo es Kylie, no ustedes.

La profesora Meredith mira el asiento vacío de la chica y frunce el ceño.

—¿Alguno tiene idea del por qué Kylie Russo no está aquí? Si ella no presenta una excusa firmada por sus padres no la dejaré hacer esta presentación porque este es un examen y no tenía que ausentarse.

Todos en el salón de clase se quedan en silencio. Las miradas son dirigidas a Jass y Connor. Ella es su mejor amiga y él su novio. Si alguien conoce el paradero de Kylie debe ser uno de los dos.

Mi celular vibra contra mi muslo izquierdo. De forma rápida lo saco del bolsillo de mi falda y noto que se trata de Gina.

Dos patrullas policíacas están a nada de llegar al instituto.
⤻8:25 am

Rápidamente tecleo una respuesta.

Gina, ¿por qué estás metida en la aplicación de la estación policial en media clase?
8:25 am⤺

Me gusta saber que pasa en Pueblo Pequeño.
⤻8:25 am

Te meterás en problemas, esa aplicación es solo para miembros de la policía.
8:25 am⤺

Subo la cabeza y busco a Gina con la mirada. Ella hace lo mismo. Niego de forma severa y ella rueda los ojos. Rápidamente comienza a teclear algo y a los pocos segundos mi celular vibra con un nuevo mensaje.

Esta madrugada hubo un gran incendio a las afueras del pueblo.
⤻8:26 am

¿Qué? ¿Cómo pasó?
8:26 am⤺

No tengo los detalles ya que la aplicación solo marca las rutas de las patrullas, pero al interceptar la radio esta mañana antes de salir de casa logré escuchar que encontraron un cadáver.
⤻8:26 am

—¡Parker y Gina! Señoritas, ¿acaso están mandando textos en mitad de la clase?

—No —respondemos Gina y yo a la misma vez.

La profesora Meredith se cruza de brazos y nos da una mirada severa a ambas.

—Sí... —volvemos a decir Gina y yo a la misma vez.

—Eso creí —susurra la mujer.

Antes de siquiera poder darnos un seguro castigo luego de clases, las sirenas policiales hacen que todos giremos la cabeza a las enormes ventanas de cristal. Así mismo muchos se ponen de pie para mirar con atención lo que ocurre afuera del instituto.

—Profesora Meredith —llama alguien desde la puerta, es el director del instituto—, agrupe a sus alumnos y guíelos al gimnasio, tenemos una conferencia de urgencia con el Sheriff Dumont.

Gina voltea a verme con los ojos muy abiertos y yo a ella. El director se aleja y la profesora suspira.

—Ya oyeron al hombre, salgan todos en orden y vayan directo al gimnasio.

Gina camina hasta mí y yo me pongo de pie.

—¿Crees que se trate del cadáver? —pregunta—. Puede que el incendio hiciera estragos en el cuerpo, pero con una buena autopsia pueden lograr identificar de quién se trata.

—¿Cadáver? ¿Autopsia? —Hidden llega hasta nosotras y nos mira de hito a hito—. ¿De qué hablan?

—Gina anda metida en la aplicación que marca las rutas de las patrullas y sigue interceptando la radio de los policías en su habitación —respondo, fastidiada.

—Eso es ilegal —Hidden mira a Gina de forma burlona tomándose ese hecho con más humor que yo—, el Código Penal, en su artículo 197, condena de uno a cuatro años de prisión a cualquiera que acceda a los medios y datos personales, profesionales o íntimos de alguien y eso ni siquiera incluye a la policía, así que imagínate lo que le harían a alguien que anda metiendo sus narices en asuntos policiales.

A ninguna de las dos nos sorprende que Hidden pueda soltar leyes del Código Penal, ya que nuestro compañero es miembro de una de las familias más adineradas y fuertes en jurisdicción de este lugar: Los Diamond. Muchas son ya las existentes generaciones de famosos y legendarios abogados bajo este apellido, incluyendo a su padre, el señor Frederick Diamond.

—Hidden, no es necesario que le digas eso, ella ya lo sabe.

—¡Querer saber las cosas que suceden en el lugar donde vivo no tiene nada de malo! —se defiende la pelirroja.

—Claro que sí, Gina, me parece que la ley orgánica de comunicaciones establece como infracción muy grave la interceptación de telecomunicaciones no permitidas al público, en este caso el de la policía.

—No te molestes, Hidden, vengo diciéndole desde el octavo grado que debe dejar de hacerlo y sigue con lo mismo.

—Estamos a pocos meses de la graduación y a nada de ingresar a la universidad, si no ha dejado de hacerlo antes, no lo hará ahora —Hidden niega.

—¿Ustedes tres están sordos? —la profesora Meredith nos llama la atención desde la puerta ya que somos los únicos que no han salido del salón—. ¡Comiencen a caminar para el gimnasio, ya!

—Sí, profesora Meredith —susurramos de forma rápida los tres y nos apresuramos a la salida.

❁❁❁

El gimnasio entero está en total silencio recibiendo la trágica noticia sobre la muerte de Kylie Russo. Nadie puede creerlo, el estudiantado luce sorprendido, pero sobre todo asustado.

Mi mejor amiga mueve su cabello en un gesto nervioso y se inclina a mi costado para susurrar:

—Esto es terrible, Parker, ¿te puedes imaginar la agonía que tuvo que vivir esa pobre chica en sus últimos segundos de vida?

No digo nada. El miedo y preocupación surge en las facciones de Gina.

Kylie Russo murió esta madrugada en un incendio en la cabaña de pesca de sus padres a las afueras de Pueblo Pequeño. Con tan sólo 18 años y a pocos meses de la graduación.

—Las autoridades competentes están realizando las debidas investigaciones —dice el director desde el centro del escenario donde nos han recibido con la amarga noticia y detrás de él hay varios profesores y algunos policías luciendo serios—. Como cuerpo docente, lamentamos muchísimo la muerte de unas de nuestras más ejemplares estudiantes, su pérdida es irremplazable y enviamos nuestras condolencias a sus amigos y familiares.

No conocía a Kylie Russo del todo, compartimos muy poco, pero ella siempre fue muy amable conmigo. Era bastante popular y carismática, Kylie siempre se mostró como una líder, bueno, no por nada era la presidenta del consejo estudiantil y la capitana de las porristas.

—Le pedimos que se tomen el día de hoy con toda la seriedad posible y respeten el luto que nos ha invadido a todos esta mañana. Ya pueden ir a sus clases en orden y silencio —finaliza el director.

Al ponerme de pie junto a Gina y Hidden, busco con la mirada a Jass Baker. La veo poniéndose de pie a unas cuantas gradas de distancia frente a mí. Su cabello rizado resalta entre varios estudiantes, su rostro es indescifrable. Jass y Kylie siempre estaban juntas, era rara la vez que no se encontraban pegadas como chicles.

Junto a Jass camina Connor Gustov, el novio de Kylie. El chico de encantadora mirada luce agobiado, leer sus emociones es más fácil, parece a punto de llorar. Su cabello negro está revuelto y todo en él expresa sufrimiento. Veo como ambos salen del gimnasio siendo seguidos por varios de sus amigos.

¿Por qué Jass y Connor vinieron al instituto? ¿Acaso no sabían de esto? Si yo me entero de que Gina murió, lo que menos querría hacer es ponerme el uniforme y venir a este lugar para recibir pésames y condolencias llenos de hipocresía. Bueno... quizás ¿No lo sabían?

—¡Parker!

Gina sacude mi brazo y salgo de mi pequeño trance para mirarla. Su rostro lleno de pecas se frunce en una seria mirada acusadora. ¿Me ha preguntado algo?

—Lo siento, amiga. ¿Qué dijiste?

Ella niega ante mi falta de atención.

—¿No me digas que a ti te ha afectado la noticia más de lo que debería? —cuestiona Hidden, viéndome de reojo.

Subo los hombros con pereza.

—No sé, es la primera vez en mi vida que me reciben un lunes por la mañana con la noticia de la muerte de una conocida. Déjenme procesarlo.

—Te entiendo —Gina suelta un sonoro suspiro y pasa uno de sus brazos por mi codo izquierdo aferrándose a mí—, Pueblo Pequeño no está acostumbrado a este tipo de cosas, supongo que la muerte de Kylie Russo será la noticia del mes.

—Es extraño, ¿sabes? —la miro y ella a mí mientras nos acercamos a nuestro salón de clase.

—¿Qué cosa? —indaga la pelirroja en mi dirección.

—¿Un incendio? —mantengo mi voz baja—. Estamos en invierno, hay nieve por todos lados. ¿Por qué Kylie estaría en la cabaña de pesca de sus padres sola si hoy tenía clases?

Gina sube los hombros mostrando desinterés por ese hecho.

—Parker, sabes que amo mucho tu loca cabeza llena de imaginación, pero es un poco grosero que quieras buscarle explicaciones a una tragedia como esta.

Muerdo mi labio inferior y asiento. Gina tiene razón, estoy siendo muy insensible. En silencio volvemos a entrar al salón de clases y el ambiente es bastante frío, no tanto por la nieve que cae por las calles de Pueblo Pequeño, sino por la tristeza y el sentimiento de pérdida. Kylie no era mi amiga, pero tengo que reconocer que era como un rayo de luz, todo en ella reflejaba armonía y la noticia de su muerte sin duda nos ha sacudido. Tomo asiento en mi silla designada y Gina también a dos filas después de la mía. La profesora Meredith aún no regresa.

Jass y Connor entran al salón. Todas las miradas están sobre los dos y sé que lo saben. Usualmente Kylie siempre estaba en medio de ellos, con su largo cabello negro, sonrisa radiante y su mano entrelazada con la de Connor mientras él la guiaba a su silla, la primera frente al pizarrón en la tercera fila. Aparto la mirada cuando Connor me atrapa observándolo mientras toma asiento en su silla de siempre, la que está detrás de Kylie. ¿Debería acercarme después de clases y decirle que lamento su pérdida? Dudo que sepa mi nombre con certeza, aunque hemos sido compañeros de clases los últimos tres años. Kylie, por otro lado, ella sí sabía mi nombre.

«Los ojos marrones de Kylie se mueven mientras lee mi guión. Estamos solas en el auditorio del instituto esperando por los miembros del club de teatro ya que tendrán una reunión dentro de poco. Ella espera a su novio y yo vine a presentar mi obra ante el consejo.

Muerdo con nerviosismo la cutícula de mi pulgar. Hace cinco minutos Kylie me pidió leer las páginas que yo traía en manos y desde entonces ha estado muy callada.

Quizás lo ha odiado...

—Entiendo perfectamente si no te gusta, usualmente yo-

—Parker, ¡estás bromeando! —Kylie sube el rostro y me mira de forma sorprendida —. ¿Me estás diciendo que tú escribiste esta obra completamente sola?

—Lo hice —susurro, avergonzada—, no mentiría con algo así.

—Chica, tienes talento —dice con una enorme sonrisa y me devuelve el guión—. Disculpa por hablarte con tanta confianza y perdona si te estoy incomodando, pero de verdad me he quedado sorprendida con tu redacción.

—Gracias, Kylie, lo aprecio mucho —sonrío—. Me alegra que te guste, estoy bastante nerviosa, es la primera vez que presento una de mis obras al club de teatro. Sé que la trama es bastante cliché, pero quizás... no sé, quizás quieran usarla este año en alguna de sus presentaciones.

—Oh, lo harán, créeme —Kylie asiente y por alguna razón su seguridad me llena de valentía—. Como presidenta estudiantil mi voto es el que casi siempre toman en cuenta para cualquier decisión, además, Connor es el presidente del club de teatro, lo convenceré para que acepte tu obra —señala las páginas en mis manos—, Parker, esto es una mina de oro, ¿quién iba a pensar que después de todo Pueblo Pequeño está lleno de talentos sin descubrir?»

Kylie era muy amable, creo que era probablemente la persona más amable de todo este instituto. Es horrible pensar que una tragedia cómo la de esta madrugada pudo alcanzarla, ella tenía demasiado por vivir. Me cuesta entender como de cientos de personas en este pueblo, fue a ella a quien la muerte sentenció. 




No puedo creer que esto está pasando. Después de diez largos meses esta historia finalmente se encuentra viendo la luz. Estoy un poco nerviosa, pero muy feliz.

¿Qué tal les pareció este primer capítulo?

-Cute.

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