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El rey chiflado y una sonrisa cautivadora

—¿Qué te ha parecido el show? ¿Verdad que es increíble? —parloteó el rey en cuanto las luces volvieron a encenderse y la gente logro salir de su asombro inicial—. ¿Te ha gustado? —SeokJin logro reaccionar al tiempo que el rey se le acercaba, echando su cuerpo atrás para evitar un mayor contacto con el monarca.

—Oh, si —respondió nervioso ante los atentos ojos del rey, que brillaban como los de un pequeño niño observando su juguete favorito—, ha sido una presentación magnífica.

Una leve sonrisa por parte de SeokJin y el rey se encontraba brincoteando cual niño pequeño, tomando la mano del joven entre la suya con emoción.

—Oh, eso me alegra tanto, tanto. —Soltó una risita emocionada, desconcertando un poco al muchacho con su actitud infantil—. ¿Te molestaría acompañarme en este baile? —preguntó al tiempo que los primeros acordes resonaban en el salón.

SeokJin frunció levemente su entrecejo ante el ofrecimiento, pensando en una manera cortés de desechar aquella oferta, sin embargo, no había una. Sabía perfectamente que negarse a aceptar un baile con el rey sería mal visto, más aún si esa persona era un simple repostero.

Suspirando resignado, SeokJin asintió, observando los ojos del rey brillar aún más y su sonrisa extendiéndose en su rostro.

Con pasos torpes el pelinegro se acoplo al monarca, siguiéndole a través de la pista donde las parejas abrían paso a la pareja real.

—¿Te ha gustado el palacio? Tengo entendido que no habías asistido nunca a una fiesta real —murmuró el rey sobre su oído.

La cara de SeokJin se contrajo al sentir el golpe de aquel perfume con su nariz y la incomodidad no se hizo esperar al sentir el cuerpo del hombre tan cerca al suyo. Por ello, de la manera más natural y disimulada el pelinegro se alejó del Rey Blanco, evitando el contacto en extremo con él.

—Es lindo —respondió al toparse con la mirada del rey—. He de admitir que la fachada y el interior es elegante y hermoso. —Sin embargo, no es mi estilo; pensó.

—Oh, es tan grato saberlo —una extraña seriedad invadió las facciones del rey mientras le observaba—. Eres muy lindo —dijo al cabo de varios segundos—, muy lindo.

—Gracias —fue lo único que pudo responder el pelinegro, alejándose de manera rápida pero educada del hombre—. Me disculpó, si majestad, iré a tomar un poco de aire, tanto baile me ha sofocado —dicho aquello SeokJin se inclinó en una reverencia hacia el rey, observándole sonreír con un asentimiento y una agitación de mano a modo de despedida.

—Te veré pronto, precioso.

Sin responder, el pelinegro se giró y camino fuera del lugar.

Una vez fuera de la sala principal y alejado de toda la multitud SeokJin soltó una fuerte bocada de aire.

Sofocado por las miradas del rey y la forma en que había pronunciado aquella palabra, SeokJin desabotono dos botones de su camisa en búsqueda de un poco de aire y coloco sus antebrazos sobre la barandilla.

Se encontraba pensando en la manera más rápida de escapar de aquella fiesta sin ser visto por el monarca cuando una voz le sobresalto.

—Hola, precioso —escucho a sus espaldas, pegando un brinco al escuchar la palabra precioso.

—Tu... —cerró sus ojos para tranquilizarse mientras se colocaba una mano sobre el corazón acelerado—, ¿Por qué me has dicho así?

—¿Cómo? —pregunto el joven de cabellos negros que le miraba con diversión—. ¿Precioso? —SeokJin hizo una mueca al escucharle decir de nuevo aquella palabra, sin embargo, viniendo de otros labios que no fueran los del rey, no se sentía tan incómoda la palabra.

—Si, así.

—Bueno, solo quise hacerlo —se encogió de hombros—. Parece que le has agradado a nuestro monarca, precioso —la voz del muchacho volvió a escucharse en la soledad de la noche.

—Deja de llamarme así, por favor —pidió.

—¿Cómo quieres que te llame entonces? No conozco tu nombre.

—No es necesario que lo conozcas —dijo SeokJin—. No habrá necesidad, no volveremos a vernos —dijo cuando vio la confusión en el pelinegro.

—Bueno, en eso te equivocas, pastelito, porque tengo la ligera sospecha de que frecuentarás este lugar.

—No tengo intención de hacerlo.

—Tal vez no —asintió Yoongi—, pero tendrás que hacerlo.

—¿Por qué estás tan seguro?

—¿Has escuchado lo que dije antes? Le has agradado al Rey Blanco, te tendrá aquí todos los días de ser eso posible, recuerda mis palabras.

—Agh —se quejó SeokJin, dejando caer su cabeza sobre sus manos—. ¿Moriré si me lanzó desde aquí? —preguntó para si, observando hacia los árboles que había abajo.

—Tal vez —respondió Yoongi acercándose a la barandilla y mirando hacia donde SeokJin lo hacía—. Yo no lo intentaría si fuera tu, pastelito.

SeokJin se giró a mirar al pelinegro, ante el curioso apodo que le había dado ante la falta de un nombre.

—Ven conmigo —dijo Yoongi después de un momento, tomando la mano del pelinegro y llevándole consigo.

SeokJin se sorprendió al sentir el cálido tacto de aquella mano sobre su piel, sorprendiéndose a si mismo por no oponer resistencia al chico que le llevaba a quien sabe dónde.

Después de algunos minutos corriendo llegaron hasta el último ventanal, donde terminaba la barandilla y las enormes flores blancas crecían como hiedra pegadas a las paredes del palacio. SeokJin miró hacia el interior, observando cómo un nuevo baile comenzaba, girándose nuevamente para observar a Yoongi subirse a la barandilla y guindarse de unas ramas para después perderle de vista.

—¡¿Qué estás...?! —dijo a voz de grito, asomándose por la barandilla para ver al pelinegro alzar la cabeza y mirarle con una sonrisa.

—No grites, pastelito o atraerás a los guardias —dijo sin borrar su sonrisa—. ¿Quiere salir de aquí?

SeokJin le observó un momento, después volvió la vista al interior del palacio donde el rey al parecer le buscaba y volvio a mirar a Yoongi.

—Si —dijo convencido.

—Entonces ven conmigo, pastelito, te sacaré de aquí.

Yoongi extendió su mano y SeokJin, no muy convencido la acepto, se subió a la barandilla y siguiendo las indicaciones de Yoongi se guindo a las ramas, arrepintiéndose al instante que sintió el viento golpear su cuerpo y dejó de haber algo firme bajo sus pies.

—Oh, por dios, no debí haber hecho esto —se quejó, apretando con fuerza las ramas que le sostenían.

—Tranquilo, pastelito, confía en mí, yo te sostendré —dijo Yoongi, bajando lentamente y tocando de vez en vez el pie de SeokJin para hacerle saber que estaba ahí—. Ahora sí, pastelito, déjate caer.

—¿Estás loco? —casi grito SeokJin.

—No grites —dijo tranquilo Yoongi—. Estoy aquí, y voy a sostenerte, anda, déjate caer.

SeokJin ni siquiera quiso mirar hacia abajo, simplemente se impulsó y soltó las ramas, sintiendo un revoltijo en el estómago cuando su cuerpo cayó, sin embargo, nunca tocó el suelo, sino que unos fuertes brazos le sostuvieron evitando su inminente muerte.

—Ya puedes abrir los ojos, pastelito —dijo Yoongi, sonriendo al ver como lentamente los ojos del pelinegro se abrían y le miraban sorprendidos—. Te dije que te sostendría —una sonrisa volvió a aparecer en su rostro y cómo si aquello fuese un interruptor las mejillas de SeokJin se colorearon de rojo ante la cercanía de sus rostros.

—Uhm, gracias.

—Me debes una, pastelito —dijo Yoongi en cambio, soltando la cintura del pelinegro y golpeando con su índice de manera juguetona la nariz de SeokJin—. Te veré pronto —guiñó un ojo y se alejó.

SeokJin se asomó por entre los arbustos y pudo ver al muchacho conversar con los guardias de la entrada haciendo una señal con su mano para indicarle que podía salir.

SeokJin le sonrió en agradecimiento y salió corriendo de aquel palacio, sintiéndose libre nuevamente en cuanto se encontró solitario en las callejuelas del Reino Banco.

Hola mis preciosuras, ¿Cómo han estado? En verdad espero que muy bien y que se encuentren saludables y tomando todas las medidas necesarias para asegurar su bienestar.

Este ha sido un mes algo ajetreado con todo esto de la cuarentena y la cancelación de clases, personalmente en mi ciudad aún no se habían tomado esas medidas pero justo hoy nos avisaron que al parecer si se hará todo eso, así que puede que me vean un poquito más por acá ya que no estaré tan presionada con la escuela y sin clases no habrá tanto estrés para mí.

Espero les haya gustado el capítulo de hoy 💕 gracias por leerme y por tenerme tanta paciencia, les amito mucho y les mando muchos besitos, cuidense mucho, no salgan mucho a la calle y sigan las medidas establecidas para evitar contagios 🥺

✿Kim☆Palomita✿

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