31•
Sounds&Coffee estaba de fiesta y las personabas llenaban cálidamente el lugar. En cada rincón de la nueva plaza había un hermoso arreglo floral que aromatizaba por completo la estancia, mientras que la música suave rellenaba los huecos vacíos y ausentes de ruidos. Era el día de la inauguración de la expansión en la cafetería, y absolutamente todos parecían encantados por lo que veían. Nadie había faltado.
Jimin revoloteaba sobre sus pies mientras permanecía en una informal reunión con la familia de Jungkook y sus propios padres, compartiendo vivencias y tiernos relatos que abandonaban los rosados labios del rubio. Había pasado demasiado tiempo distraído, tanto, como para no darse cuenta de cuándo Jungkook se había ido de su lado y por consiguiente, había perdido la suave caricia que descansaba en su espalda. Cuando lo notó, echó un vistazo por todo su alrededor.
El rubio sabía que su precioso novio aquel día estaba por completo ocupado: millones de personas se acercaban a él a felicitarlo por su logro, y aunque Jeon siempre tuvo a su lado al pequeño chico floreado, Jimin imaginó que en ese momento, se habría reunido con otras personas él solito. De igual manera, y aunque hubiere puesto suma atención a cada lugar registrado, los curiosos ojos mieles no dieron con él.
— ¿En dónde está Kookie? — Interrumpió la charla, una voz pequeña y celestial. De inmediato los ojos de todos lo miraron y una sonrisa escondida escapó de los labios de la pequeña Nara, haciéndole sonreírle de vuelta.
Jimin no tardó en esperar una respuesta, alejándose de ellos en cuestión de minutos. Sentía la emoción convulsa corretear despavorida por su cuerpo a medida que sus pasos se prolongaban por el local. Ojos fijos en todas las personas y plenamente concentrados en hallar a su verdadero amor.
— ¿Buscas algo, florecitas? — BaekHyun cuestionó cuando Jimin pasó por su lado. Chanyeol soltó una característica risilla, mientras que Jin tan sólo continuó degustando su delicioso café helado.
— ¡Sí! ¡Busco a Kookie! ¿No lo han visto? — Preguntó, efusividad en su tono.
— Mhm, creo que no — declaró el ojimarrón, guiñándole un ojo— . Pero podrías seguir preguntándoles a estas personas. ¡Hay muchísimas! Quizá alguien sabe dónde está.
— ¡Tienes razón, Yeolshi! — Y continuando con su caminata, Jimin se alejó de ellos.
Chanyeol de inmediato estiró una sonrisa por sus labios color sandía, y volteando a mirar a Byun, soltó otra pequeña risa— . Creo que no descansará hasta encontrarlo. Jungkook es bastante tonto si creyó que no notaría que se fue. ¡Por Dios, no pueden vivir sin el otro!
— Sí, fue muy tonto. — Jin de inmediato habló. Un tono por completo tintado de odiosidad, lo cual hizo reír a los dos restantes— . Pero es bueno mantenerlo ocupado, al menos hasta que note que no está aquí. Para cuando termine de interrogar a todas estas personas, ya tendremos otro plan.
— Pero no necesitamos ese tipo de distracción — BaekHyun señaló hacia la puerta, apretando la mandíbula cuando observó a Bogum entrar. Parecía alzarse sobre su altura, como si estuviera buscando algo, y Park de inmediato irguió la espalda— . Jin, encárgate de él. Dile que no es bienvenido en esta fiesta. Que se largue.
Cuando el rubio se levantó de su asiento con una mueca fastidiada, el pelinegro ojicafé soltó un bufido, y volviendo su mirada hacia el precioso rostro de Chanyeol, sonrió por pura inercia. Un veloz beso estampándose contra la mejilla del más alto.
— Déjame preguntarte algo... — El pelirrojo murmuró, pareciendo encantado. Cuando los orbes marrones estuvieron fijos en sus labios, sonrió— . La verdad es que me ha dado mucha curiosidad.
— Suéltalo.
— ¿Por qué Jin y tú fastidiaban tanto a Jungkook y Jimin? — Soltó, logrando que una pequeña risilla abandonase la garganta del menor.
— Bueno..., quizá estábamos un poquito celosos — declaró, encogiendo los hombros— . Quizá Jimin nos gustaba un poco, todo el tema de su inocencia y su maravilloso ser— uhm.
— Ya veo... — Desviando la mirada hacia otro lugar, Chanyeol soltó el aire caliente mientras luchaba internamente con la pronta oleada de celos que lo acarreó. Sintió que estuvo en silencio por una eternidad, pero cuando BaekHyun se carcajeó, él quiso poder relajarse ante su estupidez. No era la respuesta que esperaba escuchar, pero se sintió realmente tonto. ¿Estaba celoso de Jimin Ternurita Park? ¡Eso era inaceptable!
— Tú me gustas — sólo dijo, su mano entrelazándose con la otra cuando los ojos cafés s volvieron a chocar con los contrarios. Chanyeol sonrió apenas, y unos segundos después, BaekHyun capturó los labios gruesos en un beso— . No tienes que preocuparte, bebé... Y créeme, por Jin tampoco.
Las mejillas del mayor de inmediato se incendiaron, y evitando verse tremendamente ridículo ante BaekHyun, simplemente intentó calmarse encontrando su mirada con el cuerpo de Jin. Quería ver claramente cómo despedía de allí a Bogum alías grano en el culo, en parte, para no morir en el bochorno que le causaba el mismísimo chico que tenía al lado.
El ojicafé caminó con pasos seguros hasta el encuentro con el otro rubio. Bogum le sonrió amistosamente cuando se acercó a él, la única persona conocida que había observado en los pocos minutos de su arribada, pero Jin no parecía tan feliz de verlo como lo estuvo días e incluso semanas atrás.
— Hey, amigo — lo saludó, intentando hacer su choque de manos. El ojiceleste permaneció con los brazos cruzados ante él.
— ¿Qué haces aquí, Bogum? — Preguntó, su entrecejo frunciéndose levemente. Cuando el más alto pareció vacilar y relajarse en una pose despreocupada, Jin permaneció inmutable.
— Busco a Jimin, ¿te suena? — Con tono antipático, puso los ojos en blanco antes de echar un nuevo vistazo a todo su alrededor. Mirada fijándose en la risueña presencia que corría de aquí para allá, flores rosas en su cabeza mientras sonreía. Bogum mordió el interior de su mejilla— . Y ya lo encontré. Gracias por nada.
Antes de que el rubio arena pudiese pasar por su lado, Jin lo sujetó del brazo— . No es momento, Bogum.
— Siempre es momento — y soltándose del pronto agarre, el ojimarrón le guiñó a Jin antes de proseguir con su camino.
Jimin se encontraba agachado, escuchando el secreto que Nara le susurraba al oído y eso sólo lo hizo sonreír de pura ternura. Cuando el rubio se puso en pie y pareció observar todo con sorpresa, dio la vuelta sobre sus talones de sopetón. Mostrándose apresurado, y chocando rápidamente con el cuerpo de Bogum.
— ¡Oh, lo siento muchísimo! — De inmediato declaró, horrorizado— . ¡Bogum!
— Hola precioso — saludó, amable— . Me preguntaba si tendrías tiempo para salir por allí conmigo.
— ¡Oh, no, no! ¡No puedo! — Gritó, intentando salir del encierro en el que se encontraba, y no pasando por alto dirigirle una última sonrisa a Bogum, lo dejó allí parado. Demasiado sorprendido como para caer en cuenta— . ¡Tengo que hacer algo muy— muy importante!
Y corriendo fuera de la cafetería, Jimin se dispuso a llegar a su destino. Para su suerte, no era demasiado lejos y su cuerpo recientemente abarrotado por la adrenalina le hizo sentirse plenamente emocionado. Podía percibir los frenéticos y alocados latidos de su corazón, una sonrisa gigante estirándose por sus mejillas y su cabeza por completo perdida. Él no lograba entender muy bien qué era lo que pasaba, pero Nara le había confesado que Jungkook estaba en casa preparándole una sorpresa.
¡Y él amaba las sorpresas!
Al momento de visualizar la casa de Jungkook a lo lejos, puso más ímpetu en su carrera, y jadeando de cansancio logró sentir su mirada empañarse.
El pelinegro de inmediato se percató de los pasos que se acercaban, y al momento de visualizar la preciosa presencia de Jimin llegando a su lado, una mirada tintada de impresión iluminó por completo su rostro. Quizá, aquélla tan sólo era un reflejo de la Park.
Jeon se encontraba sentado en el pequeño jardín. Unos guantes llenos de tierra cubriendo sus manos y su tarea de plantar quedando por completo descubierta. Los ojos mieles no parecieron parpadear en ningún momento, y cuando Jimin quiso decir algo, las palabras no salieron coordinadamente de su boca.
— ¿Qué h— haces, Kookie?
— Ups, me descubriste — soltó, una risilla estirando sus labios cuando el menor se lanzó de rodillas sobre el jardín, a su lado. Por completo ensimismado en lo que su novio estaba haciendo— . No era la idea que te enteraras de esta manera, pero... Creo saber quién no pudo guardar el secreto.
»— Tenías razón cuando dijiste que a mi casa le faltaban flores — además de todas las que ya hay dentro. Siempre tienes razón, dulce... Y quise plantar un jardín sólo para ti.
— P— pero — tartamudeando, Jimin no evitó la enorme sonrisa que estiró con gracia sus mejillas. Juró nunca haberse sentido tan feliz como en aquel momento, y sintiendo sus ojos prontamente aguados, pasó una mano por éstos. Tratando de no verse tan infantil como siempre solía ser— . ¿Cómo p— pudiste dejar tu propia fiesta? T— todos están buscándote, Kookie.
— Lo cierto es que nunca te lo dije, pero no soy muy amante de las fiestas — susurró, como si fuese un secreto. Jimin se rio, no pudiendo salir de su completo asombro— . Además, tenía algo mucho más importante qué hacer.
Admirando la tierra a sus alrededores, sonrió. Orbes posándose rápidamente en los contrarios, los cuales brillaban tremendamente cual diamantes. Preciosos.
»— Tú siempre serás más importante que cualquier otra cosa, dulce.
Y no pudiendo seguir conteniéndose, Jimin se abalanzó sobre el pelinegro. Un abrazo poderoso mientras chocaba sus labios juntos, percibiendo como las lágrimas de emoción picaban vigorosamente en sus ojos cerrados.
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