30•

Jungkook no quería parecer un desesperado, mucho menos aparentar ser un crío bravucón que se metía constantemente en problemas, pero de alguna manera, se le hacía complicado encontrar otra solución para su reciente dilema. Y es que simplemente, él no iba a dejar pasar lo que Bogum le había hecho a Jimin, ni mucho menos lo dejaría seguir conviviendo junto a su pequeño dulce, no con sus sucias intenciones.

Había pasado la noche entera en vela, tan sólo dándole vueltas a la cabeza cansinamente, e intentando conseguir una manera factible de salirse con la suya, pero últimamente había estado tan ocupado que su cerebro parecía estarse atrofiando. O eso sería lo que Chanyeol diría, sin duda alguna.

Podía sentir sorpresivamente la cólera quemar sus venas, juró nunca antes sentirse igual de enojado e impotente, ni siquiera cuando se enfrentó a BaekHyun y Jin en la pastelería; y aquél hecho lo estaba llevando al borde de la locura. Ahora más que nunca sabía que debía proteger a Jimin, porque no quería perderlo. No cuando lo amaba tanto y estaba tan perdidamente enamorado del niño.

Luego de haber tomado un té para tranquilizar sus nervios, Jungkook se metió en su ropa y se dispuso a ir a trabajar. De cualquier manera, el agotamiento y la fatiga de la noche lo estaban demoliendo, pero no se sentía capaz de aislarse por un día entero. Quería estar cerca de Park, vigilarlo y cuidar sus pasos, no porque fuese un psicópata o algo relacionado, sino porque quería cerciorarse de que su hermoso ángel no era perseguido por perros callejeros. De ese modo, y cuando llegó aquella mañana a la cafetería, intentó pintar su mejor sonrisa.

Él quería problemas, muy profundamente los quería, pero su lado racional y eventualmente más tranquilo, le gritaba que eso tan sólo lo arruinaría todo, de nuevo.

Y no podía simplemente darse el lujo de echar a perder las cosas tan pronto, a unos pocos días de haber recuperado nuevamente a su pequeño bebé.

— ¡Hey! — Park saludó, adentrándose en el establecimiento. Su sonrisa risueña alegrando de inmediato el aura del pelinegro, y pasos alargados acercándose a la caja. Jeon estaba metido tras ella, una leve sonrisa en su dirección y Chanyeol pudo sentir sus emociones— . Hacía tiempo que no te metías a trabajar allí. ¿Pasó algo?

— No — de inmediato dejó saber, mordiendo el interior de su mejilla y moviendo su mano de forma despreocupada. Cuando su mejor amigo tomó asiento ante la barra, donde usualmente ellos solían descansar, desvió la mirada hacia cualquier parte de su alrededor— . Necesito mantenerme ocupado para no cometer una locura, y ya que mi padre y Lisa están en sus propios asuntos, no me queda más remedio que darle un poco de cariño a mi negocio.

— Ya veo — haciendo una mueca con los labios, el pelirrojo murmuró— . ¿Y qué locura quieres cometer, eh?

Cuando Jungkook le echó un leve vistazo, la boca del ojicafés se volvió una línea recta, y pocos segundos después, su gesto cambió a uno más bien exaltado.

»— ¡No me digas que tiene que ver con el chico Bogum! Jodido Cristo, Jungkook , necesitas una terapia — bramó, un tono desaprobatorio— . ¡Y urgente!

— Fue él quien lo drogó en la fiesta — dijo, sus puños apretándose con tan sólo recordarlo, y su sangre hirviendo de una manera alucinante al imaginarlo. Cuando las perlas verdes de Park lo observaron fijamente, él tragó saliva— . E intentó propasarse con él.

— ¿Qué? — Impactado, el más alto se acomodó mejor en su asiento. Ojos atentos en el rostro compungido de su mejor amigo, y su corazón acelerándose de una manera impropia— . ¿Cómo sabes eso? Digo... ¿Cómo puedes siquiera saberlo? No estabas ese día.

— Jimin me lo dijo — soltó, encogiendo el cuello y admirando la pronta reacción sorprendida que acaparó al cuerpo del pelirrojo. Desde luego, él siempre podría meterse con su mejor amigo, pero en definitiva, nunca esperó estar equivocado esta vez. Y si era el caso, entonces Jungkook podría estar en su completo derecho de romperle el rostro al niñato.

Si era posible, se lo rompería él mismo.

»— Y joder, no puedo simplemente vivir tranquilo después de saberlo... Observando como Jimin está junto a él, tan inocente que ni siquiera es capaz de ver sus reales intenciones — siguió, sacudiendo la cabeza e intentando mermar su insoportable furia— . Él no quiere ser sólo su jodido amigo, Chanyeol .

— ¿Y qué es lo que harás? — Intrépido, el menor cuestionó— . Te ayudaré en lo que necesites.

— Tampoco es como que voy a matarlo— aunque ganas no me faltan — dejó saber, un suspiro frustrado abandonando sus labios. Cuando pasó una mano por su rostro, apenas intentó sonreír— . No puedo hacer nada más que hablarle. Yo estoy..., recientemente me he dado cuenta de que encontrar a Jimin en peligro me altera por completo y creo que soy capaz de hacer cualquier locura por mantenerlo a salvo. Quiero cuidarlo, pero no lo hago de la manera correcta, porque si sigo mis instintos y voy a destrozar a ese tipo, simplemente lograré que Jimin se aleje de mí de nuevo, y eso es algo que ni siquiera soporto imaginar.

— Entonces déjale las cuentas claras — apoyó, juntando las yemas de sus dedos de una manera que parecía ser pensativa— . Estoy seguro de que después que vayas y le digas todo lo que tienes por decir, él se quedará tranquilo. No es como que parezca un buscapleitos, y tan sólo necesita madurar un poco y darse cuenta de que está entrometiéndose en la relación equivocada.

— Eso espero — y mordiendo el interior de su mejilla, Jungkook echó un vistazo hacia el exterior de la cafetería. Sus pensamientos abofeteándolo, y las ganas de destruir a Bogum corriendo frenéticamente por sus venas— . Y también espero no salirme de control.

— Sólo piensa en Jimin, eso te ayudará a calmarte. Lo certifico.

Y sacando una suave sonrisa al mayor, Chanyeol rio encantado. Había dado en el clavo, y cuando los ojos achocolatados de Jeon pasaron a mirar sus manos, con algo escondido, se sintió un poco mejor— . Él de verdad me hace bien.

La mañana habría transcurrido calma y soleada. Jungkook había conseguido sentirse mejor tras la conversación con Chanyeol, pero sin embargo, el sentimiento engorroso en la boca de su estómago era incapaz de abandonarlo. Tampoco pudo dejar de darle vueltas a la cabeza y en ocasiones, se sintió bastante fatal, porque de algún modo él se veía tremendamente afectado por lo que fuere, le pasara a su dulce.

Cuando la tarde llegó y el pelinegro se vio esperando ansioso a su hermoso novio, ni siquiera pudo disimular las ganas de verlo, y ganándose una burla por parte de Park, supo que a partir de ese momento, quizá debería dejar de pensar menos y disfrutar más. De igual manera, su emoción se mermó cuando recibió una adorable llamada por parte del rubio, quien levemente horropelirrojo le contaba que debería quedarse más tiempo en la universidad por una clase extra. Jungkook se sintió insuperablemente completo al escuchar su voz, y tan sólo repitiéndole lo mucho que lo amaba, se dispuso a esperarlo por un rato adicional. Haciéndosele extraño estar a esas horas sin el delgado cuerpecito entre sus brazos, y sin besar los cálidos y deliciosos labios rosados.

— Te recordaría lo loco que te tiene ese niño, pero actualmente no estoy en posición de hacerlo — Chanyeol canturreó, mirando pícaramente a su amigo mientras daba infantiles vueltas en el banco giratorio. Jeon sonrió con sinceridad, y encogiendo sus hombros, posó su mirada color avellana en los ojos cafés.

— ¿Lo dices por BaekHyun? — Cuestionó, una pequeña risilla abandonando su garganta. Park de inmediato sintió sus mejillas arder, y fingiendo poca importancia, imitó el gesto de Jungkook : hombros encogidos— . Sería totalmente hipócrita de mi parte decir que no puede volverte loco en tan poco tiempo, ya que Jimin me volvió loco en el mismo segundo que lo vi. Pero ¿realmente te gusta?

— Realmente me gusta. — Afirmó, un tono simulando ser serio. Cuando rio poco tiempo después, puso los ojos en blanco— . Claro que no somos tan empalagosos y repugnantemente cursis como tú y Jimin, pero estamos bien. Digo..., se siente correcto.

— ¿Y ya le dijiste a Jennie? — Interrogó, paseando una sonrisa jovial por sus labios. Chanyeol de inmediato soltó un bufido, y negando con la cabeza, planteó ignorarlo.

— Eres insoportable, verdaderamente. Mi madre no siempre tiene que estar al tanto de todo, no tengo quince años.

— Oh, alguien está de mal humor por no ver a su amorcito — Jungkook se burló, picando un hoyuelo del pelirrojo, quien ni siquiera pudiendo aguantar la carcajada que lo atacó, rodó los ojos en un gesto antipático.

— Eres patético, Jeon.

Y alejando de un manotón la caricia de su mejor amigo, aclaró su garganta antes de erguir la espalda y aparentar reponer su compostura.

El pelinegro continuó riendo, pero su risa se apagó pocos segundos después, cuando observó por el vitral aquella melena castaña, pasando frente a la cafetería con un paso relajado y demasiado tranquilo. Tensándose prontamente, apenas le echó un fugaz vistazo a Park, y admirando como éste asentía rápidamente, Jungkook se puso de pie. Pasos seguros y apresurados hacia la puerta de la cafetería, llamando la atención de los clientes al salir tan abruptamente.

Jungkook no estaba seguro de cuándo y dónde apresaría a Bogum para decirle todo lo que su cuerpo quería gritar, y desde luego, tampoco se imaginó que sería aquel mismo día, pero ahora que notaba lo tremendamente oportuno que resultaba ser el momento, no quiso siquiera pensar un poco las cosas. Cuando estuvo afuera, cogiendo el brazo del chico y mirándolo fijamente a sus ojos marrones, tragó saliva. El pronto golpe de calor atacándolo cruelmente, y sus emociones descontroladas gritando millones de órdenes a sus músculos.

Sabía que él seguía en problemas, y aunque su lado ecuánime le decía paso a paso lo que tenía que hacer, el cavernícola que llevaba muy dentro quería sólo destrozar.

— ¿Hola? — Confundido, Bogum se soltó del agarre en el cual Jeon lo mantenía, acomodando de inmediato el suéter que llevaba puesto. Entrecerró los ojos, inseguro, y echando un vistazo a todo su alrededor, relajó prontamente su postura— . ¿Pasa algo?

— Tenemos que hablar — dejó saber, su voz ronca y dura. Cuando el menor frunció ligeramente el ceño, Jungkook cuadró los hombros y se irguió en toda su altura. Por supuesto, la pronta rabia haciéndole arder en llamas, y el pensamiento de ese tipo queriendo hacerle cosas muy malas a su novio, ayudándole a perder por completo la razón— . Y tiene que ser ahora mismo.

— ¿...Bien?

— Necesito, no... Quiero que te alejes de Jimin — soltó, aire caliente escupiéndose por sus fosas nasales. Una sonrisa divertida de inmediato se estiró por los labios rosados del valeroso chico, y cruzándose de brazos, tan sólo logró aumentar el destello de furia que arremolinó la anatomía de Jeon.

— ¿Por qué habría de hacer algo así? — Simplemente preguntó, demasiado tranquilo como para alborotar los nervios de Jungkook . Él de inmediato miró hacia otro lugar, dándose cuenta de las personas que transitaban a sus costados y sabiendo de antemano que no era un buen lugar para armar un espectáculo.

— Sé lo que intentas hacer — declaró, bajando su tono de voz y levantando su dedo índice de manera acusadora. El menor soltó una pequeña risilla, y negando con la cabeza, lo hizo creer un completo lunático. El ojiavellana inhaló profundamente, y cerrando los ojos por contados segundos, intentó no molerlo a golpes— . Jimin es demasiado inocente como para notar tus intenciones, pero yo no lo soy, y sé lo que quieres hacer. No te lo permitiré, y quiero que te alejes de él. Déjalo en paz, porque jamás dudaré ni un segundo en destruirte si te acercas.

— No me alejaré de él — se burló, dando un paso atrás y mirando despreocupadamente su reloj de muñeca. Al parecer, llegaba tarde a algún lugar— . Y ahora mismo tengo cosas importantes que hacer, pero ten en cuenta que no lo dejaré tranquilo y no me iré a menos que él mismo me lo pida. ¿Entiendes?

Y dándose la vuelta, prosiguió caminando. Pasos tranquilos continuando una silenciosa danza, mientras que los ojos achocolatados de Jungkook flameaban llenos de cólera. La impotencia de inmediato lo arrastró, y es que no podía creer siquiera la insolencia en aquel insoportable tono de voz.

Bogum era un problema, y lo seguiría siendo, pero él no podía simplemente permitirlo.

En aquél preciso momento, no quería hacer nada más que acabarlo, y arrepintiéndose tremendamente de no haberle roto el rostro, tragó saliva, adentrándose nuevamente a la cafetería y observando la mueca circunstancial en la cara de Chanyeol.

Jungkook estaba encerrado, porque sólo podía alejar a ese chico de Jimin de una sola manera, y en el primer intento había fracasado.

No podía asustar a Jimin, no otra vez.

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