Capítulo OO3
Mal comienzo|나쁜 시작
Y ahí estaban.
Cara a cara.
Apenas Lalisa notó a ese enorme idiota frente a ella alzó una ceja con todo el asco que pudo expresar. Ahora que lo tenía a unos pasos de ella no se decidía si escupirle en la cara como la señorita que era o decirle todo lo que pensaba acerca de el. Y nada bonito.
Y mientras eso pasaba,el magnate no se preocupó en disimular que no la escaneó de arriba a abajo como un completo patán mientras Jisoo le quitaba su saco de trabajo.
Lisa al notar esta acción sintió la sangre subir por sus mejillas producto de la furia. Apretó los puños a tal punto de dejarlos blancos cuando aquel tipo le sonrio como si todo en ella fuera un mal chiste.
Y aunque parecía eso a simple vista,enrealidad no tanto. A Jeon Jungkook esa niña le causaba una sensación extraña de...curiosidad.
La tuvo desde la primera vez que la vió haciendo skate junto a sus amigos. La tuvo apenas Hoseok la sugirio como una opción para sus planes,haciendo que el no dudara ni dos segundos en elegirla.
No sabía exactamente qué había visto tan especial en ella pero había algo en su esencia que la hacia original. Ya sea por su ojos grandes llenos de expresión demostrando que era algo así como exotica,esos labios carnosos que...Jungkook debía admitir que podían hacerle perder la cordura a cualquiera,y su rostro con facciones delicadas.
Habia visto en ella un espíritu peligroso e intrepido que no había visto en nadie más. Y sabía también que había una belleza oculta en ella que no quería demostrar. Una que si permitía que saliera a la luz podría dejar babeando a todo en su camino.
Y eso era lo que buscaba. Todo estaba perfecto.
Pero al haberla barrido con su mirada, Jungkook sintió que sus fachas arruinaban todo tipo de belleza que había en la chica; comenzando con su largo cabello despeinado con las puntas teñidas desprolijamente de amarillo, su ropa desaliñada y para nada respetable, hasta terminar en unas viejas y gastadas converse negras llenas de barro y quien sabe cuantas cosas mas.
Y al ver como Lalisa habia alzado una ceja de manera arrogante hacia el,supo que desde ahora en adelante sería un dolor de cabeza. Y de los jodidos.
—Dijeron que me traerían a una mujer—habló al fin, mientras alzaba una ceja irónico hacia Jisoo—¿Quien es esta niña?
—Señor, la señorita acaba de llegar—explico ella en voz serena—no tuvimos tiempo de hacer lo que usted quería.
Lisa sintió como su pecho se llenaba de coraje mientras se preparaba para responder. Odiaba que hablara como si ella no estuviera presente.
—¡Oye! Aún sigo aquí—espetó ironica llamando su atención—y por si mal lo recuerdas, tu me jodiste a mí arrastrandome a tu casa de porquería.
Jungkook rio.
—¿Porquería? ¿De verdad?—le dijo y se acercó unos pasos hacia ella. Se agachó hasta quedar a su altura y murmuró, mirandola a los ojos—cariño,de donde yo te acabo de sacar era una porqueria. Es hora de admitirlo.
—¿Y se supone que un imbécil con el ego alto como tú me cambiará la vida ahora?—pestañeo exageradamente mientras hacia un puchero a modo de burla. A Jungkook se le antojo irritante.
—Nunca dije eso,niña.—gruñó
Otra vez ese odioso término.
"Niña".
A Lisa ese tipo la sacaba de sus casillas sin siquiera intentarlo.
—Tengo nombre ¿Sabes?—respondió entre dientes
—Si, ajam.—la ignoró olímpicamente mientras se daba media vuelta para hablarle a su sirvienta—Jisoo, quiero que le digas a Jin que prepare una gran cena dentro de estos días. Dile a Rosé que quiero la sala de estar impecable de arriba a abajo y llevate a esta ni...¿como te llamabas?
—María.—bufó irónica de nuevo
—Si,lo que sea. Quiero que lleves a esta chica a la peluquería y a un cambio de ropa. De ninguna manera la presentaré como una indigente frente a mis socios.
¿¡La acababa de llamar indigente!?
—Y su cabello... por favor, hazle cortar esas horribles puntas y tiñanselo de castaño.
—¿¡Acabas de llamar horrible a mi cabello!?—se quejó con las punzadas de indignacion recorriendole el cuerpo—¡Al menos yo si tengo estilo propio!
—Si claro, lo que digas.—murmuro para si mientras reía levemente—ya puedes retirarte Jisoo.
Jisoo lo único que hizo fue asentir mientras se movía a toda velocidad.
¿No que ya era la hora de su descanso?
Al parecer valía mierda si el gran Jeon Jungkook ordenaba algo.
—¡Oye! ¿Quien piensas que eres para decidir por mí?—exclamó Lisa mientras lo seguía por esas escaleras viendo que la iba a dejar botada—¿¡Eres sordo!? ¡Imbecil!
Jungkook decidió cortarla de tajo allí mismo cuando sintió que la mano de Lalisa lo iba a agarrar del brazo, dispuesta a hacerlo dar media vuelta.
—Bien. Dejemos algo en claro, niña. ¿De acuerdo?—dijo ya, al borde de su paciencia—Uno; yo soy tu padre adoptivo de manera legal. Por lo tanto tengo derecho sobre ti. No hay excusas. Dos; No me vuelvas a gritar de esa manera nunca más. Porque, sencillamente, no tengo paciencia para soportar a una niña caprichosa y berrinchuda como tú. Además de que tu lenguaje no es propio de una señorita. Y tres pero no menos importante; esta mansión no será tu juguete personal. No ensuciaras ni jugaras con nada. Tienes prohibido secciones específicas como la cocina, mi habitacion y la sala de estar.
—Y sobre todo deberás comportarte. Si realmente tienes un mínimo de conciencia de lo que te espera si algo de esto sale mal, sabrás hacerme caso.
Con eso dicho le guiño un ojo y volvió a alejarse. Lisa no podía sentirse más indignada.
Jeon Jungkook era la persona más repugnante que había pisado esa tierra. O al menos así lo sentía la misma Lisa en ese entonces.
—Señorita Lisa.—la llamó Jisoo sacandola de sus cavilaciones—ya está comenzando a atardecer. Es hora de su baño.
—¿Hay hora para el baño?—pregunto con incredulidad
—Si. También para las comidas, para su hora libre y para las reuniones pendientes del señor Jeon Jungkook.
Prefirió no preguntar qué tenía que ver ella en esas "reuniones pendientes". Sujeto con su mano la patineta que Jisoo tenía en sus manos y asintió algo enojada.
—Es como si fuera un sirviente más de aquí—opinó y luego agregó avergonzada—sin ofender.
—Descuide. Lo entiendo perfectamente.—suspiro mientras miraba la hora en su reloj—venga, la acompañare a su ducha.
Dicho eso comenzó a caminar escaleras arriba. Lisa bufó harta de todo esto. ¿Cuanto había pasado allí dentro? ¿Una hora? ¿Una hora y media?Se sentía como si fueran años.
Una vez que Jisoo la guió hacia el baño y la dejo sola,Lisa se quedó pensando en que hacer.
Aquel baño tenía el espacio suficiente como para meter 20 personas allí dentro. Era incluso más grande que el pequeño apartamento en el que Jennie y YoonGi vivían. Y eso le parecia de lo mas injusto. ¿Porque personas tan buenas como ellos no podían tener nada y este...cabeza de choclo si?
El lugar era hermoso y lujoso. De eso no cabía duda. Había incluso una pequeña pantalla a un lado de el gran jacuzzi para poder elegir de que manera ducharse. Ya sea con burbujas, lluvia de agua y quien sabe cuantas cosas mas.
Lisa ya estaba viendo como ducharse de la manera mas normal posible. Hasta que de pronto se le prendió el foco en su cabeza mientas que en su rostro se asomaba una sonrisa siniestra.
—Veamos hasta donde eres capaz de llegar, Jeon Jungkook.
[...]
—¿¡PERO QUE DEMONIOS...!?
Lisa tuvo ganas de reírse hasta que el estómago le doliera. Sin embargo se limitó a pintarse las uñas de los pies con ese tono negro mientras intentaba borrar la sonrisa de su cara,una que a pesar de todo no quería irse.
—N-no lo sabemos señor Jeon. Yo llegué y...
Luego pudo oir perfectamente un gruñido desde el cuarto en el que se había metido.
Y la bomba explotó.
—¡LALISA!—gritó alargando la "a" de manera casi afonica
Lisa se despego de la cama de un salto sintiendo que eso era música para sus oidos. Salió tarareando una canción mientras colocaba su mejor rostro de inocente y se asomaba a la puerta.
—¿Sí, señor Jeon?—hablo con rostro de no romper un plato, pero que a su vez se podía notar la burla en su voz.
Los ojos oscuros de Jungkook se posaron en ella. Llevaba una bata de dormir de seda azul oscuro y parecía tener los ojos rojos por el sueño. O por la furia, quien sabe.
—Muy graciosa—espetó—¿Se puede saber que es esto?
Señaló con su mano hacia el suelo.
A su lado se encontraban Rosé y Jisoo que tenían rostro de ya no saber ni que pensar.
—Hmm, yo no fui.—negó la joven agitando la cabeza como un perro
—No me mientras, Lalisa.—amenazó
—¡Oh! ¿Ya se acuerda de mi nombre?—inquirió alzando una ceja—ya te lo dije,imbecil. Yo no he sido quien inundó tu maldita ducha. Y tampoco soy la causa de que ahora mismo tu pasillo este inundado, ni de tu enojo, ni de que tus perfectos y avanzados artefactos en este momento estén arruinados.
Quiso reír al ver la vena que le saltaba en el cuello a su padre adoptivo.
Dicho eso el castaño se acerco a ella a pasos decididos.
—¿Tienes idea de lo que cuestan esos artefactos? Más que tu maldita vida.
—No me interesa—le contestó ella alzando el mentón—¿Estas furioso verdad? ¿Porque no acabas con esto de una vez y me devuelves al orfanato?
Jungkook rio sin gracia.
—Si piensas que por tus bromitas de niña caprichosa yo cederé ante tí estas realmente loca,niña.
—¿Quieres apostar?
—No apostaré a nada y mucho menos contigo. Esto es simple, Manoban; tú ya perteneces aquí y ya no tienes opción, no te lo permito. Lo aceptas por las buenas o por las malas.
Dicho eso le ordenó a Jisoo y Rosé que volvieran a sus cuartos mientras se daba media vuelta y se largaba de ahí.
Lisa se limitó a observarle la espalda como si sus ojos pudieran ser cuchillos clavados directo en ese punto.
—Por las buenas o por las malas...—murmuró para si misma—eso ya lo veremos.
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