Capítulo OO2
Paradise Jeon | 낙원 전
Leyla despegó con pereza la vista de su papeleo y arrugo el entrecejo mirando a Lisa, quien se habia atrevido a entrar sin permiso a su oficina y a apoyar sus sucias manos en su escritorio.
La rubia no despegó su mirada dura de ella, demostrandole toda la valentía que podia llegar a tener. Ya que luego de hablar con YoonGi y Jennie acerca de quien parecía que iba ser su nuevo tutor, decidio enfrentarla de una vez por todas.
Quería que la misma Leyla le confirmara aquello: que era multimillonario, famoso y parecía ser el imbécil más grande de ese planeta. Quería que fuera una broma. No conocía a Jeon Jungkook y tampoco estaba al tanto del mundo económico y/o televisivo como para haber sabido que el estaba en eso. Su mandíbula desencajada al leer el periódico que había traido YoonGi era para una monumento historico.
—Exijo en este instante saber quien es ese idiota.
Esta sin embargo no se dió por aludida, pero segundos después volcó su vista hacia ella y con ojos de víbora, habló.
—Oyeme bien, porque no lo repetiré, mocosa malcriada.—amenazó con su dedo en voz suave pero determinante—Fuiste adoptada. Es la única mierda que debería importarte ¿Oiste? Ahora vuelve a tu habitación si no quieres que te encierre en el sótano.
—¡Tu sótano de porquería me vale cinco kilos de mierda! ¡Ya no soy de tu propiedad!—explotó golpeando su escritorio como un animal—¡Dime quien es ese tal Jungkook, bruja!
Leyla al oírla decir eso se levantó de su asiento de inmediato. Lisa por instinto retrocedió unos pasos. Sabía lo que seguía y no le agradaba para nada.
Leyla levantó su mano para abofetearla mientras se acercaba a pasos rapidos hacia ella. Lisa no pudo hacer otra cosa mas que cerrar los ojos esperando el golpe.
Uno que, sin embargo, nunca llego.
Pasaron unos segundos antes de que Lisa abriera un ojo. Luego otro. Y sin poder creerlo, pudo visualizar frente a ella una espalda de hombre enfundado en un traje de... ¿mayordomo?
Era más alto que ella. Sin embargo no lo conocía para nada.
—Si usted golpea a la señorita, no me haré cargo de mis actos.—dijo aquel misterioso hombre mientras soltaba de manera rápida la muñeca de Leyla.
Lisa se quedó atónita mirandolo. Leyla también.
—¿¡Quien eres tú,muchacho malcriado!?—gritó Leyla mirándolo de arriba a abajo con asco. Se sentía avergonzada de haber sido detenida cuando iba a darle un lección a una de las mocosas que cuidaba.
—Permítame remarcar que yo jamás la he tratado de manera vulgar. Así que por favor, por el bien de todos, hablemos civilizadamente.—Leyla no tuvo mas opción que asentir de manera brusca. El hombre le ofreció su mano—Mi nombre es Jung Hoseok, soy la mano derecha del señor Jeon y vengo a llevarme a la señorita Manoban.
El rostro de Leyla de un momento para otro cambió, no sabía que decir.
—Solo...solo debe firmar unos papeles—murmuró como pudo sintiéndose más allá de lo intimidada por el sirviente de Jeon Jungkook. Lisa miro todo más allá de lo confundida ¿Leyla le tenía miedo?
Sin embargo ese tal Hoseok negó con la cabeza a su pedido.
—El vendrá por su cuenta otro dia,tiene mi palabra. Ahora debo retirarme, con permiso.
Se dio media vuelta de una manera tan elegante y delicada que Lisa se permitió el poder de dudar si ella al lado de el se podría considerar una "señorita". Jung Hoseok le sonrió a Lisa.
—Buenas tardes señorita Manoban, supongo que no nos hemos presentado correctamente. Soy...
—Jung Hoseok. Lo oí.—lo interrumpió de manera molesta
—Ese mismo. Por favor empaque sus cosas que saldrá de este lugar.
Lisa le quería decir que no, que se fuera al diablo si era por ella ya que su orgullo no le permitía ser llevada como un perro a otro lugar porque sí.
Sin embargo, hasta irse con ese imbécil de Jungkook que no conocía pero que de todas formas odiaba, era mejor que estar con la bruja de su ex-cuidadora.
—Bien—dijo entre dientes—sólo esperame aquí Hoseok.—agrego siendo consciente de que no estaba siendo ni la mitad de educada que él.
[...]
—Por favor señorita, si tiene algún inconveniente o algo le inquieta, hagamelo saber. Yo veré por el bienestar de usted de ahora en adelante. Tiene mi palabra.
Lisa despegó la vista de el vidrio polarizado del auto y miro a Hoseok.
—De hecho sí—accedió—estoy realmente enfadada con ese tal Jungkook. ¿sabes?
—Lo entiendo perfectamente. Pero debe pensar más positivo, si no estuviera aquí yendo a una mansión rodeada de lujos, estaría en ese...¿sótano?—pregunto inseguro de lo que había escuchado. Lisa asintio.
—Tienes un poco de razón,pero aún así me molesta.—se encogió de hombros—Y dime, ¿quien es Jungkook?
—El señor Jeon es quien será su padre adoptivo de ahora en adelante.—le explicó—y respecto a su curiosa personalidad, ya lo podrá descubrir por usted misma más tarde. Pero no estoy seguro que le agrade, siendo honesto.
Dicho eso bajó la ventana del auto para hablar por un detector de voz. Jung Hoseok dijo su nombre y automaticamente se abrieron las rejas frente a ellos por si solas.
Luego de eso, el chofer de la limosina fue personalmente a abrirle la puerta del auto a Lalisa dandole a entender que ya habían llegado. Lisa se lo agradeció y Hoseok se despidió tomandose también las molestias para agradecerle por el aventón. Que si mal no oyó, el chofer se llamaba JiMin.
Cuando volteó la vista para ver lo que sería su hogar de ahora en adelante, la mandíbula le cayó al suelo.
La mansión era gigante, y esto sin mencionar que debido a la distancia no se veía como era realmente. Blanca, con gigantes ventanales de vidrio, fuentes y pasto artificial rodeandolo todo. Había un camino de mármol en el medio que los guiaba hacia la casa sin arruinar nada que tuviera que ver con el trabajo de jardineria. Uno en el que por cierto, Lisa se encontraba pisando en ese momento.
—Esto es Paradise Jeon.—le explicó Hoseok. Lisa abrió los ojos incrédula viendo todo—no es un sobrenombre para el lugar, realmente se llama así. En fin, la mansión Jeon es demasiado grande y temo que se perderá en segundos, por eso se puso especialmente para usted teléfonos en casi todos los rincones de la casa. Así para cuando se pierda podrá llamar por los mismos a Jisoo, el ama de llaves, quien con suma paciencia podrá guiarla e ir en su ayuda.
Lisa estaba mareandose ya. Era todo demasiado...exagerado e irreal.
—¿No te veré mas por aqui?
—Porsupuesto que sí.—le sonrió tranquilizador—sólo que no me vera mucho por la casa. Mi servicio hacia el señor Jeon es acompañarlo y ayudarlo a realizar tareas que el no puede hacer fuera de esta mansión.
'O que no quiere,mejor dicho' dijo la voz de su cabeza con recelo.
Cuando al fin pudieron atravesar ese impresionante camino de marmol, Hoseok le ofreció su mano en señal de despedida.
—Sé que todo es muy difícil de asimilar, pero fue un gusto haberla conocido señorita Manoban—dijo mientras Lisa estrechaba la misma.
—Dime solo Lisa.—sonrió
El ya tenia su confianza.
Luego de eso desapareció de su vista. Lisa miro hacia la puerta de manera especial suspirando. Se quedó unos segundos decidiendo que hacer.
¿Era muy tarde para echarse a correr?
Pensó que sí. Seguramente había cámaras y rejas de seguridad, como las que acababa de pasar cuando estaba dentro del auto. Y para hacerlo todo aún más emocionante, solamente algunas personas tenían acceso a ese tipo de seguridad. Y Lisa no era una de ellas.
Así que sin más, golpeó con puño aquella puerta. Luego se sintió tonta porque a un lado había un timbre de oro. En el orfanato no habia timbres. Mucho menos de oro. ¡Con suerte había timbre!
Fue en ese momento en el que se perdió en sus pensamientos, que de repente abrieron la puerta. Alzó la vista rápidamente, viendo a una mujer bonita de cabello negro vestida con un traje de sirvienta que le quedaba muy bien. Era negro con un pequeño delantal que se ajustaba a su cintura. Llevaba botas pequeñas en los pies.
—¡Buenos días! Usted debe ser la joven de la que me hablaron—le dijo lo más educada que pudo—me llamo Jisoo, y soy el ama de llaves.
Hizo una reverencia. Lisa la imitó.
—Lisa. Soy...¿la chica adoptada?
Jisoo rio.
—Acompañeme. Le mostraré toda la casa.
Y en efecto, le mostró la misma. Era gigante. De tanta información que Jisoo le daba acerca de la casa, los objetos y porque el lugar era lo que era, lo único que pudo retener fue aquello que Hoseok le había mencionado de los telefonos, que la mayoría de los objetos en esa casa tenían su historia y momento en distintos lugares del país y que el "Señor Jeon" era reservado y por ello eran sólo cuatro personas en aquella bestialidad llamada casa.
—Bueno, ahora cinco contándola—Lisa le sonrio—aquí en una de estas cientos de habitaciones, mi compañera Chaeyoung ha preparado una para usted. Permitame que la llamo.
Dicho eso, sujetó un teléfono de la pared y le ordenó que fuera para allí a la voz de ya.
Tardo alrededor de unos cinco minutos en llegar. Cuando lo hizo,su cabello estaba algo despeinado por la mini maratón que hizo. Jisoo la miro negando con la cabeza.
—Te he dicho cientos de veces que no te distraigas con el teléfono señorita.
—Perdone jefa. No volverá a pasar.—dijo y acto seguido miro a Lisa con una sonrisa en toda su cara—¡Hola! Soy Chaeyoung, pero puedes decirme Rosé ¿No eres de aquí verdad?—preguntó notando sus ojos no rasgados
Jisoo la regaño diciéndole que le había dicho miles de veces que no debía ser tan confiada con las personas. Y no meterse en donde nadie la llamaba. Sin embargo, Lisa la detuvo diciéndole que estaba bien.
—Me llamo Lalisa, pero puedes decirme Lisa. Y sí, no soy surcoreana, soy Tailandesa.
—Wow. Que lindo debe ser tener familia Tailandesa.—opinó
Lisa sonrió tensa mientras miraba hacia el suelo.
Claro, una familia Tailandesa que no tenia.
Estaba claro que esa chica de cabello naranja no estaba enterada de su situación y tampoco la culpaba. Jisoo vio la tensión en el ambiente y le ordenó a Rosé a hacer las compras.
Esta sin rechistar se fue.
—Lo siento. Ella no tenía idea.—rapidamente Jisoo se disculpo—Chaeyoung suele ser...
—Esta bien, descuida—dijo Lisa intentando cambiar de tema—Hum...al final no me has mostrado en donde dormiré ¿no?
Jisoo se pego un manotazo en la frente.
—¿Ve usted a lo que me refiero señorita Lisa? Esa niña lo único que sabe hacer es hacerme perder la cabeza.—dijo con respecto a Rosé
Lisa rio de nuevo viendo que Jisoo se daba media vuelta y bajaba las escaleras. La siguió.
Suponía que en su tiempo allí no la pasaría tan mal. Los sirvientes hasta el momento le habían parecido de lo mas amables.
Luego de bajar unas escaleras que parecían no tener fin llegaron a la sala principal, según lo que le dijo Jisoo. Había un piano cerca del centro y un gran candelabro.
Pasaron allí con suma rapidez para luego abrir una puerta que decía: "COCINA" en letras grandes.
Al entrar, una oleada de vapor golpeó de lleno la cara de Lalisa. Acompañado del ruido de alimentos siendo cocinados,al igual que las sartenes o cubiertos chocando entre sí.
Cuando pudo ver mejor a la persona de espaldas a ellos con un delantal de cocinero,quien parecía estar jugando con una sartén mientras hacia volar la comida, Jisoo lo llamó rapidamente.
—¡SeokJin! ¡Ella es la señorita Lisa!
El pelinegro se dio media vuelta al instante. Sonrió mostrando sus dientes. A Lisa le pareció curioso que tuviera una ligera similaritud a la chica a su lado.
—¡Un gusto conocerla señorita!—gritó mientras se limpiaba las manos con su delantal. Se acerco a ella y beso su mano.—Mi nombre es SeokJin. Un gusto.
—El gusto es mío—respondió Lisa sintiéndose rara por su acción al saludarla
—Tranquila. Siempre suele ser así de...caballeroso—Lisa creyo notar ironía en la voz de Jisoo, pero no estaba segura.
SeokJin la miro con un brillo especial en los ojos mientras se le escapaba una sonrisa.
—Sólo cuando debo serlo, Jisoo. Tu lo sabes muy bien.
Y de repente, a la misma le comenzó a arder las mejillas mientras lo miraba como si quisiera asesinarlo en ese mismo instante. Y Lisa no creía que fuera por el calor del lugar.
—¡Como sea! Es hora de irnos señorita Lisa.
Dicho eso la saco del brazo casi a la fuerza. Lisa intento ocultar su sonrisa picarona.
—Por hoy yo creo que este es todo el recorrido.—murmuró viendo la hora en su reloj—hora de mi descanso ¿desea acompañarme o...?
Y de repente tocaron el timbre.
—Debe ser el señor Hoseok.—adivinó
Dicho eso Jisoo alisó rapidamente su vestimenta para luego correr hasta la puerta.
Pero el corazón de Lisa saltó en un latido sorpresivo al ver quien era realmente.
—¡Jisoo! ¿Cuantas veces te he dicho que...?
Su voz se fue apagando dándose cuenta de que Jisoo no era la única en la estancia.
Jeon Jungkook estaba ahí. Frente a Lisa. Y ambos se miraban de manera tensa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top