Capítulo O13

Tensión|스트레스

Jungkook echaba chispas por los ojos como si fuera a matar a alguien en cualquier momento.

Lalisa lo observo desde su lugar y abrio la boca para hablar, pero termino cerrandola al darse cuenta que no sabía que decir exactamente. Baekhyun, muy al contrario de Lalisa, se veía relajado con la situación. Casi divertido. Lalisa supo de inmediato que algo no andaba bien ahi.

—Quita tus asquerosas manos de Lalisa en este mismo momento.—Lalisa se despegó de Baekhyun al instante. Se abrazo a si misma sin saber que hacer.

—Jung...

—Cariño ¿no quieres volver a la fiesta?—Jungkook le dedico una mirada fija a Lisa haciendola estremecer.

Sin embargo, aquel estremecimiento no impidio que asintiera con la cabeza sabiendo la orden que se escondia detras de esa pregunta. Aunque Lisa no fuera alguien de seguir ordenes, en ese momento sintió que era lo adecuado. Y sin rechistar salio de ahi.

La peliroja se alejo lo suficiente como para ir a la mesa de comida. Sujeto un pastel con forma de corazón y comenzó a devorarlo por producto de sus nervios, mientras miraba mas de lo que jamás admitiria a Jungkook y Baekhyun, quienes parecian tener una charla tensa desde el punto de vista de Lisa en aquel balcón. Jungkook hablaba rapido modulando con su boca y Baekhyun sonreia como si nada sucediera.

Pero fue justo en el momento en el que Baekhyun le dijo algo en el oido a Jungkook, que Lalisa sintio una mano tibia sujetar su huesudo hombro. Lisa se dio media vuelta al instante, viendo alli a la mujer con la que habia hablado hace unos instantes atrás.

—Cielo, ¿estas ocupada?

Lalisa dejó el pequeño pudin que tenia en la mano y nego con la cabeza, mientras intentaba tragar lo masticado.

—No,no,no.—alcanzo a decir con la boca llena.

Buenos hábitos, Lisa. Murmuro la voz de su cabeza con ironía.

Sin embargo a la mujer no pareció importarle. Incluso parecia no haber notado la acción; pues su enfoque estaba puesto en otra persona y se trataba de la señora detrás de ella que se acercó con una sonrisa.

Lalisa la examinó rapidamente. Definitivamente ella era parte del gran mundo del magnate. Se notaba por sus joyas, su maquillaje y aquel aura de imponencia que Lalisa pudo notar casi al instante.

—Ella es Arianne. Y te la presento porque ella tenia muchas ganas de conocerte, Lalisa.

—Gracias por las presentaciones, Eleonor.—dijo la mujer acercandose un poco mas-y porsupuesto, gracias a ti por dejarme conocerte personalmente.

Se acercó a Lalisa y le dio dos besos rapidos en las mejillas. Lalisa sonrió intentando parecer amable, aunque por dentro, no supo que hacer con respecto a la mujer.

—Me contaron que eres de Tailandia. Eso suena interesante. ¿Que tal todo alla?

—Tengo recuerdos vagos de cuando era muy pequeña—se apenó Lisa sabiendo que no pudo darle la respuesta que deseaba.

—Oh, pero nunca es tarde para volver. Algún día hasta puedes llevar a tu prometido Jungkook para allá. Y el dinero no creo que sea un problema para ustedes.—bromeó. De repente la mujer con la que hablo hace un rato, Eleonor, borró la curva de sonrisa que tenia. Parecia estar pensando algo con profundidad.

—Yo las dejare solas entonces. Así se conocen más.—Eleonor se despidio rapidamente y Lalisa por dentro quiso pedirle que se quedara. Pues Arianne la incomodaba de formas que no entendia.

La mujer se despidio de ambas y volvio con su esposo. Lisa sintio un pequeño panico abordarla por dentro.

—Eleonor me conto que estas sola.—la mujer volvio a dar pie de conversacion mientras hicia una mueca. Lisa apreto los dientes—¿No tienes abuelos? ¿Primos?

—Para nada. Y si los tengo, no me interesaría saberlo realmente.—corto de tajo con ira cruda, sin ser consciente de ello. Se arrepintió al instante y bajo la cabeza—Lo siento.

—Tranquila pequeña, lo entiendo perfectamente—sujeto su pálida mano y le dio un apretón—la razón por la que quise conocerte con tanto entusiasmo es porque me haces acordar mucho a mi pequeña nieta que ahora vive en Nueva York.

─Oh, me gustaría haberla conocido.─dijo Lalisa mientras echaba un vistazo al balcón. Tanto Baekhyun como Jungkook ya no se encontraban ahi.

Luego de hablar de cosas sin demasiada importancia con la mujer, Lalisa se disculpó con la ella y anunció que la dejaría sola para buscar a su "marido".

Y en eso estaba, subió las escaleras preocupandose minuto a minuto un poco mas. ¿Donde diablos estaban metidos esos dos?

Y sobre todo ¿Que quería Baekhyun realmente?

Lalisa comenzo a dirigirse a la habitación de Jungkook y golpeó la puerta tres veces.

Desde el otro lado se escuchó el silencio. Y Lalisa ya estaba decidiendo volver al evento, pero no fue hasta que abrieron la puerta que pudo volver a enfocar la mirada.

Desde el otro lado de la puerta se deja visualizar Jungkook. Ya llevaba la corbata floja y un ceño horriblemente fruncido.

─¿Que es lo que quieres?

La forma en la que formuló esa pregunta, como si estuviera molestandolo, a Lalisa le dolió un poco.

─Queria saber si estaba todo en ord...

─Esta todo perfecto Lalisa. Siempre esta perfecto.─anunció con dureza. Lalisa frunció el ceño.

─¿Porque demonios te comportas como un idiota conmigo ahora?

─Porque estoy furioso.─se acercó un poco más, la miro fijo y Lisa supo que estaba realmente enfadado. No mentia.─y cuando estoy furioso, no mido mis palabras.

Lalisa lo miro a los ojos con duda, haciendo que Jungkook bajara un poco la guardia. Este ultimo suspiro, entendiendo que no debia ser un idiota. No con ella.

─Lo siento. ─en su mirada se vio el arrepentimiento─solo...solo estoy cansado que todos crean que soy un titere con el cual jugar.

Dicho esto, volvió a recostarse en su cama. Elevó su brazo y lo colocó en su frente, como si de esa manera no se viera tan vulnerable y cansado.

Lalisa cerró la puerta tras de si y se acercó a pasos dudosos.

─Pues entonces demuestrales que no eres un idiota, aunque si lo seas en el fondo para mí.─Jungkook inevitablemente sonrio por su cumplido extraño. Suspiro intentando alejar sus pensamientos.

─Santo Dios. Te detesto, Lalisa.

─Yo mucho más, no tienes una idea.

Dicho esto, Lalisa se acercó a el y lo abrazó fuertemente. El contacto fue inmediato y no dudo de ello.

Lalisa supo que el necesitaba un abrazo y lo que le sorprendió aún mas, fue que el gran magnate lo aceptó sin muchas vueltas. Y se quedaron allí, juntos y abrazados por unos minutos eternos.

[...]

Un golpe en la puerta.

─Esta abierto.

Dos golpes.

Leyla rodo los ojos desde su lugar en el asiento.

─¡Dije que esta abierto!

Esta vez, se oyo un golpe mucho mas fuerte que los dos anteriores. La mujer fruncio el ceño enojada mientras se levantaba de su asiento, maldiciendo todo a su alrededor una vez que abria la puerta.

─¡Dije que estaba abier...!

Sin embargo, no pudo decir nada. Ya que la persona del otro lado hablo con todo el odio que pudo expresar sin darle tiempo a siquiera procesarlo.

─¿Acaso te estas riendo en nuestra cara?

El silencio que le siguio a esas palabras fue fuerte. Tenso.
Leyla desde su lugar abrio los ojos como platos y nego de repente temblorosa. Apreto sus puños por producto de su miedo sin poder evitarlo.

─J-jamas me burlaria de usted. Y-yo no sabia que vendría...

─No debo darte explicaciones de nada.─bramó la persona─
¿Y no sabias que vendría? ¿en serio? Porque crei que teniamos un trato Señorita Leyla...─la persona dio un golpe en su maltratado escritorio haciendola sobresaltar en su lugar─¡Te pedi solo una cosa, maldita inutil!

─¡Pero...!

─¡Tan solo te pedi que mantuvieras cautiva a Manoban Lalisa hasta que cumpliera dieciocho! ¿¡Era tan complicado eso para ti!?

Su voz llena de rabia era escuchado por los niños del orfanato, quienes algunos observaban asustados y otros simplemente confundidos o divertidos por la reaccion tan inferior que estaba teniendo Leyla, aquella mujer que cuando no estaba en sus casillas era capaz de ser tan mobstruosa que de tan sólo recordarlo les era doloroso.

─¡No fue mi culpa! ¡Se la llevaron y no pude hacer nada para evitarlo!

─¡No quiero excusas! ¡Quiero soluciones!─chilló la persona─¡Quiero que Manoban Lalisa salga de la residencia Jeon! Y si en tres dias no la veo aqui...─amenazó─olvídate del dinero que habiamos acordado. ¡Olvidate de absolutamente todo!

Dicho esto la mujer se dio media vuelta dejandola sola. Leyla nego con la cabeza presa de su propio panico pensando en sus palabras. Si ese dinero no aparecia ella estaba muerta. Y lo que menos necesitaba era un problema como aquel.

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