Capítulo 32: Un nuevo mundo

– Mei llamando al puente. Reparaciones completadas.

– Entendido. – replicó Pamela. – Reiniciando los sistemas en 3... 2... 1.

Con un sonido de reverberación que sacudió toda la nave, los motores del Aurora una vez más volvieron a recuperar su vida. Los DRAGONs que los cargaban los soltaron, y luego tras una ligera sacudida, el Aurora una vez más volvió a despegar hacia el cielo con su propio poder. Detrás de ellos, el Ramius y el Badgiruel los seguían desde debajo de las alas de los DRAGONS que los habían rescatado, mientras la tormenta espacio-temporal continuaba avanzando a su posición.

– ¿Cuál es el estatus de la fusión? – preguntó Jasmine.

– En este momento a 97%. – confirmó Lizardia.

– Jefe, ¿qué vamos a hacer ahora? – preguntó Spider.

– Vamos a esperar hasta que Tusk regrese con Jill. Ya lo averiguaremos después de hablar con ella.

Desviando la mirada hacia la base en ruinas del Pilar del Amanecer, Jasmine esperaba que se encontrara bien. Apenas unos minutos antes, Jill había transmitido que tenía asegurado a Embryo, pero luego la línea se cortó y no habían oído de ella desde entonces. Y luego, acorde con lo que dijo Rio, Embryo había reaparecido y se llevó a Ange. Con la esperanza de averiguar qué pasó, Tusk había ido a volar hacia el pilar para encontrarla, mientras Rio y Salamandinay habían traído a Villkiss de vuelta a bordo.

«Algo anda muy mal,» pensó. «Jill, por favor que estés a salvo.»

– Ya tengo un contacto. – anunció de repente Hikaru. – Es Tusk. Dice que Jill está muy malherida.

– Pamela, quédate a cargo del puente. – anunció el Jefe. – Llama a Maggie y envíala a la cubierta de vuelo ahora mismo. Jasmine, ven conmigo.

...

Bajo la guardia de la seguridad del Aurora, Salia se quedó apoyada contra la pared junto a Chris, la única otra sobreviviente de los Caballeros Diamantes Rosas. Al lado de Chris, Rosalie se mantenía con el brazo alrededor de los hombros de la chica de pelo plateado, y continuaba tratando de reconfortarla. Luego de que a Ange se la había llevado Embryo, Salia había sido escoltada a bordo mientras un transporte se iba a recoger a Hilda, Rosalie y Chris, mientras un trío de Goletas habían traído el Ragna-mail de Chris.

En un esfuerzo por mantenerse ocupadas, algunas de las armeras se fueron a reparar a Theodora que había sido aparcada junto a la unidad de Rio, Cleopatra, Vilkiss, y la unidad roja del mundo de los DRAGONs. Al frente de la cubierta de lanzamiento, Rio y los demás esperaban a que regresara el chico llamado Tusk con noticias de lo que le pasó a Alektra.

– Hey, ya lo veo. – dijo Vivian de pronto. Contra un cielo que casi se había tornado totalmente negro, un Arquebus rosa venía haciéndose visible. La multitud se apartó para darle espacio para aterrizar, y en cuanto tocó tierra, Salia sintió que se congelaba del terror. En la cabina del Arquebus, Alektra yacía en el regazo de Tusk, con el abdomen empapado en sangre por un agujero en su estómago.

– ¡Alektra no! – gritó. Abriéndose paso entre los guardias, Salia corrió hacia su antigua mentora mientras Tusk saltaba fuera de su unidad cargando a Alektra en los brazos.

– ¡Traigan a un médico rápido! – les ordenó mientras la colocaba sobre la cubierta. Desde el salón principal, Maggie junto con Jasmine y un hombre mayor y musculoso con una barba gris corta salieron a toda prisa. Detrás de ellos venía Momoka cargando un enorme botiquín médico.

– ¡Mierda! – maldijo Maggie al ver el estado de su amiga. – Momoka, dame algo de gasa y coagulantes. Alguien búsqueme una camilla ...

– No se molesten. – susurró Alektra con una sonrisa débil. – Ya perdí mucha sangre... sólo... tráiganme un cigarrillo...

Maggie miró a Alektra, con una mezcla de shock y negación en su rostro, hasta que finalmente empezó a rebuscar entre los bolsillos de su bata. Detrás de ella, un hombre flacucho con cara puntiaguda de repente sacó un paquete de cigarrillos y un encendedor.

– Ten. – le dijo. Maggie miró al hombre y con algo de reticencia aceptó la oferta. Tomando el lugar de Tusk para sostener la espalda de Alektra, Maggie deslizó un cigarrillo en la boca de Alektra antes de encenderlo, mientras el resto se aglomeraba a su alrededor.

– Jill, ¿qué sucedió? – preguntó el hombre mayor. – ¿Cómo escapó Embryo?

– Esa máquina suya... – dijo croando. – De alguna manera, su conciencia está dividida entre ella y su cuerpo humano. Mientras cualquiera de los dos siga vivo, ninguno podrá morir. Y ahora, se llevó a Ange a un lugar donde no podemos seguirlo. Salia... ¿dónde...?

– Estoy aquí, Alektra. – arrodillándose junto a ella, Salia tomó la mano de la mujer herida entre las suyas, mientras lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos.

– Gracias a Dios estás a salvo.

– En verdad lo siento, Alektra. – sollozó Salia. – ¡Fui una idiota!

Con su otra mano, Alektra levantó la mano y acarició suavemente su mejilla.

– Ambas lo fuimos. Somos muy determinadas, emocionales, y testarudas. Hasta tenemos la misma suerte pésima con los hombres. Eres igual que yo... casi como... mi hermana menor. Por eso no quería que te involucraras en esto. Pero fui demasiado dura... y terminé arrojándote directo a él.

– Alektra... – susurró Salia, cuya mano sujetaba aún más fuerte la de Alektra contra su mejilla. Alektra suspiró.

– Me alegra que pudiéramos hablar. Me haces sentir... muy orgullosa...

La mano de Alektra lentamente perdió fuerza en la de Salia, y al levantar la mirada vio que el cigarrillo se había caído de sus labios.

– ¿Alektra? ¡Alektra!

Pero ya se había ido.

...

Salia comenzó a suplicarle a Jill que despertara, pero finalmente aceptó la realidad cuando le arrojó encima los brazos a su antigua líder, rompiendo en lágrimas. Desde donde estaba junto a Hilda, Rio hizo un breve saludo militar. A pesar de lo que había hecho y los errores que cometió, Jill seguía siendo una camarada caída, y merecía respeto por ello.

– Descansa en paz, soldado. – dijo el Jefe, mientras daba su propio saludo. Justo entonces, toda la nave comenzó a sacudirse.

– ¡¿Qué diablos está pasando?! – gritó Rosalie.

– Atención todo el personal. – anunció Lizardia. – La fusión ha alcanzado ya el 99%. Diez segundos para colapso dimensional.

Alrededor de la bahía de lanzamiento, armeras, seguridad, y todos los demás tripulantes fueron a agarrarse de lo que pudieron en busca de estabilidad, mientras Rio se sujetaba de Hilda y la abrazaba tan fuerte como podía.

– ¡Hagas lo que hagas no te sueltes de mí! – le dijo Rio. Hilda le echó sus brazos encima también y Rio se preparó para el final, mientras el temblor se incrementaba aún más.

Y entonces, se detuvo abruptamente.

– Qué... ¿qué está pasando? – se preguntó Hilda, mientras ambos miraban arriba. A su alrededor, el resto comenzaba también a levantarse, y la voz de una mujer comenzó a hablar desde todas partes.

– Una brecha entre el espacio y el tiempo. Un vasto océano de números imaginarios. Allí es donde encontrarán a Embryo.

– ¿Qué está ocurriendo? – se preguntó Chris. – ¿Quién está hablando?

– ¡Es Aura! – Salamandinay jadeó al señalar arriba. El resto siguió su dirección, y ninguno de ellos pudo creer lo que veía.

A babor y en la popa, el Ramius y el Badgiruel habían sido traídos junto al Aurora. Y flotando sobre ambos, con las alas expandidas para abarcar a las tres naves juntas, estaba Aura, con una coraza de energía dorada envolviéndolos a ellos y a los otros DRAGONs en su luz.

...

Lo último que Ange recordaba era que ese degenerado asqueroso de Embryo apareció de repente detrás de ella. Luego una mano se le plantó en el hombro y todo se volvió negro. Con un grito ahogado, Ange se despertó sobresaltada sobre un colchón. Al mirar abajo, Ange vio que en lugar del traje de piloto que solía pertenecer a la madre de Tusk, ahora llevaba puesto su vestido favorito azul y blanco de antes de ser enviada a Arzenal. Y eso no era lo más extraño. En lugar de estar a bordo de Villkiss, se encontraba en lo que parecía una suite de hotel de lujo. Saltando fuera de la cama, Ange corrió hacia la puerta, y para su alivio la encontró abierta. Afuera en el corredor, una luz brillaba al final, y corrió hacia ella, sólo para frenar ante lo que vio.

La puerta que acababa de atravesar había sido construida en la base de un risco. Y frente a ella estaba un cementerio lleno de tumbas. Pero lo que más la conmocionó fue el horizonte. Donde terminaba el cementerio, un vacío infinito se extendía hasta donde podía ver, en el cual planetas enteros colgaban contra un fondo de miles de estrellas.

– Este lugar... ¿acaso es...? – se preguntó Ange.

– Lo es. – respondió alguien.

Ange levantó la mirada, y la sangre se le heló al ver una figura familiar vestida de verde y de pie sobre el hombro de un Ragna-mail negro.

– Este es Arzenal. – explicó Embryo. – El original. Las dos dimensiones y las dos humanidades. El mundo de Mana y su Afinador. Aquí es donde todo comenzó. Y en unos momentos, donde todo terminará. – Extendiendo su mano, el rostro de Embryo volvió a asumir esa insufrible sonrisa suya. – Ven conmigo, Ange. Vamos a buscar un lugar apropiado desde donde podamos ser testigos del nacimiento del nuevo mundo.

– Eso no va a pasar, amigo. – Ange se dio la vuelta y volvió por el corredor por donde salió, pero la voz de Embryo continuaba siguiéndola como si estuviera todo el tiempo al lado de ella.

– No tiene sentido tratar de escapar. Estamos fuera del tiempo del espacio y tiempo como lo conoces. Yo lo sé. ¿Qué tal si te cuento una pequeña historia?

«¡Cállate, cállate, sólo cállate!» Ange maldecía mentalmente mientras se tapaba los oídos para bloquearlo.

– Hace mucho tiempo, esta isla era la locación del mayor laboratorio de investigación de partículas. Y yo era su científico en jefe. Aquí logré muchas cosas. La teoría de unificación, las partículas súper simétricas, y la exploración del multiverso. Estos descubrimientos se suponía que resultarían en una edad de oro para la humanidad. Pero los hombres de mentes cerradas que gobernaban a la antigua Tierra sólo podían verlos como medios para expandir su propio poder. Finalmente, tuve suficiente. Con el Hysterica, busqué encontrar una nueva y mejor Tierra. Sin embargo, el estallido concentrado de inflación causó una falla en el funcionamiento, y tanto yo como mi laboratorio nos perdimos en la grieta dimensional.

Ange giró en una esquina y otra puerta apareció. Sin dudarlo, corrió hacia ella sólo para encontrarse de nuevo cara a cara con Embryo. Estaba sentado sobre un balcón que se alzaba sobre el patio principal, mientras junto a él, su lacayo Dark le servía una taza de té. Sólo que Dark no tenía buen aspecto. La mitad de su cara estaba cubierta de escamas negras, mientras dos bultos con cuernos brotaban de su cabeza. También estaba sudando profusamente y respirando con dificultado. Lo que fuera que Embryo le había hecho, parecía que estaba a sólo segundos de desplomarse.

– Sin embargo, allí fue donde todo comenzó a tomar forma. – continuó Embryo. – Mi exposición a la grieta dimensional me alteró de maneras que nunca podría haber imaginado. Mi conciencia se fusionó con los sistemas de Hysterica, otorgándome acceso a poderes y conocimiento que jamás podría haber imaginado antes. Y con esta isla como mi jardín personal de la eternidad, me dispuse a corregir el error de los defectos de la humanidad. Envié a mi sombra a la antigua Tierra, recluté a aquellos que compartían mi visión, y les otorgué sus propios Ragna-mails. Juntos, aniquilamos a los humanos tontos y corruptos de ambos mundos, para que una nueva y mejor humanidad pudiera tomar su lugar. Pero aún quedaba una cosa que deseaba y que todo mi poder no podía darme. Una mujer digna de ser mi pareja para toda la eternidad. Hasta que tú apareciste.

Ange se tensó y se preparó para atacar en el momento en que Embryo se levantó para acercársele.

– Tú, Ange, en verdad eres una mujer inteligente, bella y capaz. La única digna de mi amor. Y juntos, crearemos una nueva era para la humanidad.

– ¡Eso jamás! – espetó Ange. Echando atrás su puño, se dispuso a volarle los dientes de la boca a ese patán arrogante, cuando Dark se lanzó hacia ella. Le estampó el pie directo en el estómago mandándola a volar contra la pared del risco, donde se desplomó sin aire sobre la cubierta del balcón.

– Ahora sólo somos tú y yo. – dijo Embryo. – Nadie va a venir por ti esta vez. Te guste o no, este será tu nuevo hogar.

Resistiéndose las ganas de vomitar, Ange se obligó a levantarse. – ¡Nunca lo será!

...

– Entonces, ¿estás diciendo que Ange está en una especie de grieta dimensional? – preguntó Tusk. Una vez que su shock inicial se había disipado, Hilda y los otros habían comenzado a preguntarle a Aura sobre lo que estaba pasando. Aparentemente, la luz dorada era una dimensión de bolsillo creada por Aura donde el tiempo se movía mucho más lento que afuera, convirtiendo segundos en horas y dándoles algo más de tiempo que necesitaban.

– Sí, es un lugar fuera de todos los universos, al cual no se puede llegar a través de una singularidad. – explicó Aura.

– ¿Y cómo llegamos allí? – exigió saber Rio.

– Villkiss. Es el único entre los otros Ragna-mails cuyo sistema de salto espacio-temporal ha sido desbloqueado. Con él, podrán ir a donde se han llevado a Ange. – Un temblor sacudió repentinamente toda la nave, y casi los hizo caerse. – Pero deben darse prisa. No podré mantener esta barrera por mucho tiempo. La única forma de detener la fusión es matar a Embryo. Él es el epicentro de esta anomalía.

– Pero no podemos. – argumentó Salia. – Los controles de Villkiss no están desbloqueados como lo hicieron con el mío y el de Chris. ¡Sin una Norma de sangre real no funcionará!

– Te equivocas. – replicó Aura. – Los Ragna-mails fueron creados originalmente para guiar a la gente a un nuevo mundo. Así que su poder responderá a sus sentimientos más fuertes. Y a los de ella también.

«¿Nuestros sentimientos más fuertes?» pensó Hilda. «¿Y también los de Ange? ¿Incluso si ella no está aquí?»

Hilda pensó en ello y una idea se le ocurrió. Era un tiro muy largo, pero no era como si tuviera algo mejor en mente.

– Rio, ¿tienes el anillo de Ange? – le preguntó.

– Sí, está aquí mismo.

– Dámelo. – Una vez que lo tuvo en mano, Hilda corrió hacia Tusk. – Toma, úsalo para hacer que Villkiss nos lleve a donde está Ange.

– Espera, ¿qué?

– Ya escuchaste a Aura. – le recordó Hilda. – Los Ragna-mails responden a los sentimientos. E incluso sin su anillo, Ange está conectada a él por su sangre.

– Ya veo. – asintió Sala. – Podemos usar a Sir Tusk como una brújula que nos señalará el camino hacia Ange.

– Pero espera. – interrumpió Tusk. – ¿Qué te hace pensar que yo puedo hacerlo?

Hilda miró por encima de su hombro a Rio.

– Si ese degenerado me hubiera secuestrado a mí, sólo hay una persona que desearía que viniera a rescatarme. Estoy segura que Ange se siente igual.

– Ella tiene razón. – El Jefe estaba de acuerdo.

– Inténtalo. – sugirió Rio. – No es como que tengamos nada que perder.

Tusk miró a todos los que le rodeaban y asintió.

– Muy bien, hagámoslo. – Cogiendo el anillo de Ange de las manos de Hilda, Tusk lo deslizó entre su dedo y corrió hacia Villkiss.

«Realmente espero tener razón con esto,» rezó Hilda mentalmente.

...

Sin importar a dónde Ange tratara de huir, Embryo y Dark estaban allí esperándola. Mientras sus pulmones ardían en su pecho, Ange terminó llegando al patio principal.

– ¡Villkiss! – gritó mientras corría. – ¡Villkiss, por favor ven a mí!

El borde de un risco apareció frente a ella, y Ange tuvo que frenar antes de tropezarse y caer por siempre hacia el vacío de estrellas abajo.

– Ya date por vencida, Ange. Sin tu anillo será inútil. – Ange se dio la vuelta y nuevamente vio a Embryo y Dark acercándose a ella.

– ¡Maldito! – Desesperada, Ange lanzó una patada alta hacia la cara de Embryo, sólo para que éste la atrapara por el tobillo. Una descarga repentina la recorrió, y el vestido que llevaba se rompió en jirones, dejándola desnuda mientras se agachaba humillada en el suelo.

– Hermosa. – dijo Embryo antes darle una bofetada. – Sin embargo, has sido mancillada. – Otra bofetada y Ange se desplomó de lado. – Por ese asqueroso Neanderthal. Pero no te preocupes, yo te purificaré. Y me aseguraré de hacerlo muy cuidadosamente.

Algo atrapó las muñecas de Ange obligándola a abrir los brazos y sujetándola contra el suelo. Ange luchó por liberarse mientras Embryo se arrodillaba, pero las enredaderas la sujetaron firmemente y se rehusaron a soltarla.

– ¡Suéltame, cerdo asqueroso! – gruñó Ange. – ¿En serio crees que eres un genio? ¡No eres más que un sucio violador!

Lo único que le ganó esto a Ange fue otra bofetada en la cara.

– Santo cielo, ¿es esa la forma en que una novia se dirige a su futuro esposo? – dijo Embryo sonriendo. Una ventana de mana se abrió encima de ella, y Ange jadeó ante lo que estaba viendo. Aura estaba libre y había encerrado al Aurora y las dos naves de la Network en una burbuja de luz dorada. – Mira por ti misma lo inútil que es su esfuerzo. Será sólo cuestión de tiempo antes que el poder de Aura sucumba y esas pestes sean exterminadas.

...

Apretando la mano en la que llevaba el anillo alrededor de la palanca de control de Villkiss, Tusk intentaba repetidamente encender la llave, pero la unidad se rehusaba a activarse.

– Villkiss, escúchame. – suplicaba. – Tienes que despertar. Ange te necesita. – Desesperado, Tusk presionó el anulador manual mientras Hilda, Rio, Salia ySalamandinay se aglomeraban a su alrededor. Otro temblor temporal sacudió el Aurora y su desesperación se tornó en ira. – ¿Por qué? ¿Por qué no nos ayudas? ¡Has protegido a Ange todo este tiempo! ¡¿En serio dejarás que ese bastardo enfermizo se la lleve?!

...

Con su mano apoyada en las suaves y delicadas piernas de Ange, Embryo sonreía mientras comenzaba a acariciarlas. A pesar de su forcejeo, Ange no podía hacer nada para detenerlo de toquetearla.

«Al fin,» pensó. «He estado esperando este momento por demasiado tiempo.»

Utae, Utae

Ima fututsu no negai wa

Embryo se detuvo, y se quedó mirando perplejo cómo Ange comenzaba a cantar Historia Eterna. ¿En serio pensaba que esa canción tendría algún poder sin un Ragna-mail? Arrodillándose, Embryo le giró la cabeza a Ange para exponer mejor su cuello y se puso encima de ella.

...

Tsuyoku tsuyoku ten no konjiki to kirameku

Towa kataran towa e to

Era un último acto de desesperación. La canción que su madre dijo que siempre le guiaría el camino. Pero mientras Embryo comenzaba a besarle el cuello, Ange dio un respingo de miedo y revulsión, sintiendo que se le iba la última esperanza.

«Tusk,» pensó mientras una lágrima rodaba por su mejilla. «... perdóname.»

...

– ¡Tienes que ayudarme! – gritó Tusk. Algo malo le estaba pasando a Ange. Podía sentirlo. Tenía que llegar a ella ahora, o sería demasiado tarde. – ¡Respóndeme! ¡Villkiss, por favor!

Su mano empezó a hormiguear, y Tusk miró con asombro que la gema en el anillo de Ange comenzaba a brillar con luz propia.

«Tusk...» lo llamó una voz.

– La escuché. – dijo jadeando.

– ¿Qué escuchaste? – preguntó Salia.

– Ange. Acabo de oír su voz. – Y apenas acababa de decirlo cuando la consola de Villkiss se encendió. El sistema Archangel se activó, y un pulso dorado comenzó a recorrerlo a toda su longitud. Tusk miró arriba, y vio que Villkiss acababa de despertar una nueva forma. Unas líneas rojas brillaban con poder por todo su fuselaje y sus motores, mientras su casco se volvía de blanco a negro.

– Lo lograste. – dijo Rio.

– Totalmente asombroso. – celebró Vivian.

– Entonces vamos a partir. – sugirió Salamandinay. – Sir Tusk, tú pilotearás a Villkiss. Yo te seguiré en Enryugo.

– No sin mí y Cleopatra, no lo harás. – les dijo Salia. – Tengo que vengar a Alektra.

– ¿Hilda? – preguntó Rio.

– ¿En serio tienes que preguntar? Hagámoslo. – le dijo ella sonriendo. Los demás se alejaron y Tusk se puso su casco mientras Momoka se acercaba a él.

– Sir Tusk, por favor. – le suplicó. – Tiene que salvar a Lady Angelise.

– No te preocupes. Lo haré. – prometió Tusk.

...

Tenían que moverse rápido. Sólo porque Tusk pudiera activar a Villkiss no significaba que pudiera controlarlo. En cuanto se subió al Susano'o, Rio sintió un tirón en su manga y al mirar abajo vio a Hilda a su lado.

– Hey, ¿sabes sobre esas píldoras de Dracunium? – le preguntó.

– ¿Qué hay con ellas?

– Ya no te queda nada de Aura, ¿verdad? Mejor toma otra. Lo permitiré sólo por hoy.

– Sí, señora. – dijo él. A juzgar por todas las que Dark se había tragado durante la pelea, era improbable que una sola extra fuese a causar una transformación. Y ellos necesitarían cada ventaja que pudieran conseguir. Rio metió una en su boca, mientras Chris y Rosalie venían corriendo hacia Hilda.

– Hilda, toma. – le dijo Chris mientras le extendía su anillo. – Llévate a Theodora. Úsala para hacer que Embryo pague por todo lo que ha hecho.

– Lo haré. – asintió Hilda. – Gracias.

– ¡Y más te vale volver con vida, ¿me escuchaste?! – le ordenó Rosalie. Colocándose el anillo de Chris en el dedo, Hilda se montó en el Ragna-mail de cromado verde, mientras Salia fue a recuperar su propio anillo de seguridad que le habían confiscado cuando llegó a bordo. Aunque dudaron al principio, un golpe rápido de parte de Jasmine los convenció de entregarlo. Mientras Salia se montaba a bordo, Vivian vino corriendo junto a ella.

– Hora de una pregunta. – canturreó la niña. – ¿Quién debe volver sana y salva? ¡Tú! ¡Así que no dejes que te maten hoy, ¿de acuerdo?!

– Lo haré. – Salia asintió y extendió la mano para chocarla con Vivian. – Te lo prometo, Vivian.

– ¡De acuerdo, todos aléjense! – gritó el Jefe. La multitud les abrió campo, y Rio se preparó para despegar.

– ¡Villkiss! – exclamó Tusk. – ¡Saltemos ahora!

...

Desde afuera del casco de Villkiss, relámpagos rojos comenzaron a traquetear expandiéndose hacia todas las demás unidades, que comenzaron a brillar con una luz deslumbrante. Cubriéndose los ojos con la mano, Ersha se protegió a sí misma y a Cynthia de quedar ciegas hasta que un sonido retumbante como un trueno hizo eco en las paredes de la bahía de lanzamiento, y cuando la luz se dispersó, Ersha vio que los cinco habían desaparecido.

– ¿Srta. Ersha? – preguntó Cynthia. – ¿Van a estar bien?

– Por supuesto que sí. – le aseguró Ersha, sonriendo y abrazando a Cynthia con fuerza. – Es como en las historias, ¿recuerdas? Las cosas siempre se ven más oscuras justo antes de que los héroes logren ganar.

«Al menos, espero que así sea,» pensó. «Buena suerte a todos, y por favor vuelvan sanos y salvos.»

De repente, otro temblor temporal sacudió la nave, y Ersha perdió el balance, yéndose hacia atrás y tropezándose con algo que se sintió como una pared de ladrillos.

– Cuidado. – dijo alguien, mientras un enorme par de manos sujetaban los hombros de Ersha para ayudarla a equilibrarse.

«Conozco esas manos,» pensó. Ersha se dio la vuelta y miró al enorme hombretón que estaba parado detrás de ella. Su rostro era duro y cincelado, y ella podía sentir la enorme fuerza que había en él. Pero también había amabilidad en sus ojos verdes, y la forma como la sujetaba era tan gentil que Ersha se sintió sonrojar.

– ¿Estás bien?

– Uh, sí. – respondió ella. – Estoy bien, gracias.

...

En un destello de luz, la bahía de lanzamiento del Aurora había desaparecido, y en su lugar apareció un vacío incandescente y brillante de estrellas. Con Tusk al frente, Salia y los otros lo siguieron.

– ¿Qué es este lugar? – preguntó Salia.

– Es la brecha dimensional. – respondió Hilda. – La vi cuando Rio y yo seguimos a Ange y Tusk a la Tierra de los DRAGONS.

– Entonces, ¿cómo vamos a encontrar a Ange? – señaló Rio. – No puedo ver dónde estamos, mucho menos donde está ella.

– Tengo una idea. – les dijo Salamandinay. – Con suerte, Ange responderá.

Mientras Salia se preguntaba a qué se refería, Salamandinay comenzó a cantar.

Kaze ni toban El Ragna

Sadame to chigari kawashite

Kaze ni yukan El Ragna

Todorokishi Tsubasa

...

Era muy débil, apenas audible. Pero no había forma de confundir la voz que Ange había escuchado. Era Sala. La habían escuchado, y ahora venían por ella. Relajándose a pesar de su miedo y vergüenza, Ange sintió que su actitud desafiante volvía mientras respondía al llamado de Sala.

Hajimari no hikari

Kirali kirali

Owari no hikai

Lulala lila

Mientras comenzaba a cantar, Embryo de repente cesó su asalto en ella mientras se levantaba, y la miraba con expresión perpleja.

«Así es,» pensó mientras seguía cantando. «Mantén toda tu atención en mí.»

...

«Diablos, Ange, ¿dónde estás?» maldijo Hilda. Sala había casi terminado su primer verso y Ange todavía no respondía. Cada segundo contaba. Si no la encontraban rápido todos morirían.

Kaesan no El Ragna

Suna dokei wo

Toki wa afuren

Lulala lila

– Esperen... – jadeó de pronto Salia. – ¿Escuchan eso?

– Sí, lo escuché. – respondió Hilda. Realmente funcionó.

– ¡Es Ange! – exclamó Tusk.

– Salamandinay, sigue cantando. – le dijo Rio.

Ahora las voces de Sala y Ange comenzaban a fundirse en una sola. Estaba muy cerca, Hilda podía sentirlo. ¿Pero dónde?

– ¡Por allá! – señaló Rio. Hilda lo siguió con la mirada, y se quedó estupefacta al ver una isla flotando en medio del vacío brillante. Y no cualquier isla, era Arzenal.

– ¡Vamos! – ordenó Tusk. Alterando el curso hacia estribor, las cinco máquinas hicieron rugir sus motores y se lanzaron en picada hacia la isla.

...

La actitud desafiante de Ange sólo echó más gasolina al fuego de Embryo. Pero ya la había complacido demasiado. Sujetándole las rodillas, Embryo las separó, moviéndolas hacia una posición mientras Ange lanzaba un último grito cuando un sonido similar a un trueno hacía eco sobre ambos. Embryo levantó la cabeza mientras el cielo sobre Arzenal destellaba con relámpagos carmesís, antes que cinco máquinas aparecieran a través de una singularidad volando hacia ellos. Y quién iba a estar piloteando a Villkiss sino ese asqueroso primitivo que había mancillado a su futura esposa.

«¿Qué tengo que hacer para deshacerme de él?» gruñó Embryo.

– ¡Ange! – gritó.

– ¡Tusk! – respondió Ange.

– Dark. – gruñó Embryo. – Encárgate de ellos.

– Sí, maestro. – dijo Dark jadeando. A pesar del daño que el Dracunium le había hecho a su cuerpo, Dark corrió hacia el risco y saltó de él. – ¡Baretta, ven conmigo!

Desde la cubierta de lanzamiento, la máquina dañada de Dark rugió cobrando vida, y lo atrapó antes que se perdiera en el vacío debajo.

«Acaba con ellos, Dark,» ordenó Embryo. «Toda tu existencia ha sido para este momento.»

...

En el instante en que atravesaron la singularidad donde flotaba Arzenal, la furia de Tusk estalló ante lo que vio. Embryo había desnudado a Ange y estaba intentando violarla. Y ahora, su lacayo estaba volando para interceptarlos.

– ¡Están entrando en terreno prohibido! – les advirtió.

– ¡Fuera de mi camino, bastardo! – le gritó Tusk. Estaba a punto de transformar a Villkiss cuando un borrón blanco se le atravesó. Cambiando a Susano'o a modo destructor, Rio desplegó su sable de pulso y se trabó en un duelo de hojas de energía contra Dark.

– ¡Tusk, ve por Ange! ¡Este tipo es mío! – Empujando su mano libre, Susano'o disparó una onda de Aura que envió al dañado Para-mail a volar de espaldas. Tusk se aprovechó para seguir adelante, y se giró justo a tiempo para ver a Embryo desaparecer en el aire.

– ¡Sir Tusk, debes rescatar a Ange! – ordenó Salamandinay.

– ¡Nosotros te cubriremos, ahora vete! – añadió Salia.

– ¡Allá voy! – Desde su cinturón, Tusk sacó un par de shurikens y apuntó. – ¡Ange, no te muevas!

Las estrellas volaron fuera de su mano, y las enredaderas que sujetaban a Ange contra el suelo. Tusk gritó su nombre una vez más antes de girar el acelerador al máximo y poner a Villkiss boca arriba. De inmediato abrió los brazos para atraparla mientras pasaba por encima de Ange, y algo suave y caliente de repente se aferró a su cara, seguido de un grito de alarma de Ange.

– ¿En serio? – escuchó gruñir a Hilda. – No hay forma de que eso haya sido accidental.

...

La alegría y alivio de ver a Tusk y a los demás fue tan abrumadora, que Ange no se dio cuenta hasta después que, cuando él la agarró, de nuevo le había hundido la cara entre sus piernas.

– Perdón. – le dijo mientras la sujetaba de los hombros para ponerla en su regazo. – Te lo juro, eso no fue lo que planeaba.

Las lágrimas que Ange había estado reteniendo mientras Embryo la estaba abusando finalmente estallaron, y se lanzó encima de Tusk para llorar sobre sus hombros.

– Todo está bien. – le dijo él, sujetándole la espalda con una mano. – Lo siento. ¿Te hizo daño ese maldito?

– No. – jadeó ella. – Gracias, Tusk. Llegaste justo a tiempo.

– Bueno, no lo hice solo.

Ange miró a su alrededor, y vio que no sólo estaba la máquina de Sala, sino también Hilda piloteando la el Ragna-mail de Chris. La pelirroja le dio un pulgar arriba, y se fue hacia donde Rio estaba peleando contra Dark. Incluso había venido Salia. Y Ange no pudo evitar sonreír al ver la mirada de celos en el rostro de la Capitana de los Dinosaurios Rosas.

– Por cierto. – le dijo Tusk. En su mano, Tusk le estaba ofreciendo las bragas que ella le había metido en el bolsillo antes de la batalla. – Creo que te vendrían bien ponértelas ahora.

– Pervertido. – dijo Ange medio llorando de alegría. Apenas lo hicieron, Embryo y el Hysterica habían aparecido detrás de ella.

– Pequeño rufián. ¡Quita tus asquerosas manos de mi esposa! – gruñó mientras le apuntaba con el estoque que tenía en la mano. El Hysterica levantó su brazo y se preparó para golpear a Villkiss con su sable de energía, cuando una ráfaga de fuego rojo y verde llovió a su alrededor.

– ¡Embryo! – gritó Salia mientras ella y Salamandinay cargaban contra ellos.

– No hay nada más molesto que una mujer celosa. – gruñó Embryo mientras Hysterica despegaba hacia el aire.

– Toma a Villkiss y ayúdales. – le dijo Tusk. – Hay un traje de piloto de reserva en tu compartimiento de carga. Hay que destruirlo tanto a él como a su máquina para poder matarlo definitivamente.

Deslizó el anillo de su madre en el dedo de ella, y Ange asintió. – Acabemos con esto.

...

Ahora que Ange estaba a salvo, Tusk saltó fuera de Villkiss y desenvainó su cuchillo.

– Vamos, Embryo. – lo retó. – Veamos si eres tan valiente cuando no estás peleando con una mujer.

– ¡Insolente y degenerado simio! – Embryo cargó contra él, y Tusk se preparó para bloquearlo, cuando alguien lo llamó desde arriba.

– ¡Sir Tusk!

Tusk miró arriba, y vio la espada de Salamandinay cayendo hacia él. Deteniendo de frente el ataque de Embryo, desvió la hoja de su enemigo con el cuchillo mientras giraba alrededor de la espalda de Embryo para atrapar el arma. Con el mismo movimiento, Tusk aprovechó de golpear a Embryo por detrás de la cabeza con la funda. Embryo se tambaleó apenas lo suficiente para que Tusk desenvainara la segunda hoja, justo cuando se le venía encima de nuevo.

– ¡No me detendrás! ¡Ange es mía, y siempre lo ha sido! – El estoque de Embryo echaba chispas y sonaba con cada impacto, mientras Tusk furiosamente contraatacaba, sólo para que Embryo le desviara cada uno de sus golpes.

– ¡Nunca más volverás a tocarla! – le gruñó Tusk.

...

Una vez que se puso el traje de piloto blanco que Tusk le había traído, Ange agarró las palancas de control de Villkiss. Se sintió casi como si ronroneara.

– Sí. – le respondió. – Yo también estoy feliz de verte. Gracias por traer a todos aquí.

En respuesta, la pantalla de Villkiss comenzó a brillar, mientras el sistema Archangel arrancaba y Ange sintió un pulso recorrer su máquina. Miró hacia atrás, y Villkiss de nuevo se había transformado. Su casco se había vuelto blanco de nuevo, pero aún retenía las líneas rojas de cuando Tusk lo estaba piloteando, y los engranajes neumáticos ahora estaban brillando de color dorado. El ronroneo de Villkiss se tornó en un rugido furioso, y Ange sonrió. Él quería pelear tanto como ella, y le iba a dar todo lo que tenía.

– Entonces vamos. – dijo ella estando de acuerdo. – ¡Despega, Villkiss!

...

Disparando su rifle de rayos tan rápido como podría jalar el gatillo, Salia persiguió la unidad de Embryo cuando de repente se dio la vuelta y la atacó con su sable de energía.

– Bienvenida a casa, Salia. – dijo burlonamente la voz de Embryo al enfrentar la espada de ella con la suya. Entonces Alektra tenía razón. Su conciencia estaba dividida entre su cuerpo físico y su máquina. – Siempre supe que volverías a mí.

– Tienes razón. – asintió Salia. – Quería volver a verte... ¡para poder matarte! – El escudo de rayos de Cleopatra se activó, y empezó a embestir a su oponente. El choque hizo que el Hysterica retrocediera mientras ella alzaba su espada para darle el golpe final. – ¡Este es por Alektra!

Pero en el momento en que lo acuchilló, el Hysterica desapareció, sólo para reaparecer detrás de Salia y darle una patada. Salia se fue de cabeza y alcanzó a ver al Hysterica lanzándose para apuñalar a Cleopatra por la cabina, cuando un rayo de energía carmesí de repente le cortó el avance.

– Incontables Normas, humanos y DRAGONs han sufrido por culpa tuya. – gritó Salamandinay mientras su máquina cargaba contra él. – Hoy me aseguraré que sus almas por fin puedan descansar en paz.

– Te estás sobreestimando. – El sable de energía en el brazo de Hysterica cambió de púrpura a rojo, y se extendió tres veces más largo de lo normal. La enorme hoja de energía descendió, pero la máquina roja esquivó con un giro espiral el ataque, y su cañón de rayos en el brazo comenzó a disparar a su oponente mientras lograba hacerlo retroceder. Hysterica sacó su propio rifle de rayos y se preparó para regresar el fuego, cuando otro rayo de energía carmesí se atravesó en su camino.

– ¡Embryo! – gritó Ange mientras volaba para unirse con el resto. – ¡Ya ríndete! ¡Te superamos en número!

– Voy a hacerte mía, Ange. – respondió el Hysterica. – Es la razón por la cual naciste.

...

La furia de Embryo se acrecentaba con cada golpe sobre las hojas del miserable simio. Su estilo era infalible, su gracia era un contraste directo con la forma en que su oponente blandía sus hojas como si fueran garrotes. Entonces ¿por qué no lograba asestarle un golpe letal?

– ¡Miserable, salvaje degenerado! – maldijo Embryo. – ¡Jamás te perdonaré lo que hiciste!

– ¡Esa es mi línea!

Embryo lanzó una estocada al corazón de su oponente, sólo para que el simio atrapara la espada de Embryo cruzando sus dos armas. Antes que pudiera liberarse, el salvaje le dio un cabezazo, y Embryo se fue hacia atrás, aturdido y con sangre brotándole de la nariz. El shock y dolor del impacto distrajeron a Embryo lo suficiente para que el primitivo se lanzara contra él. Sólo una teletransportación de último minuto le salvó de que le rajaran la garganta, pero no evitó que sufriera daños del todo. Al reaparecer a pocos metros de distancia, sangre brotaba de un corte en su hombro izquierdo.

– O sea que no puedes escapar en este mundo, ¿verdad? – El simio sonrió con satisfacción. – Todo lo que tengo que hacer es asestarte un golpe fatal y todo habrá terminado.

Su oponente se lanzó a la carga, y Embryo se preparó para recibir su ataque, cuando algo estalló arriba de ellos en un destello de energía.

– ¿Qué demonios? – exclamó el simio.

«Bien hecho, Dark,» sonrió Embryo. «Has justificado tu existencia.»

...

A pesar del daño que había soportado la máquina de Dark en su pelea anterior, y el daño corporal que él mismo había sufrido por las píldoras de Dracunium, el oponente de Rio no era una victoria fácil. Mientras Rio disparaba una ráfaga con los cañones de su escudo, Dark levantaba un escudo de Aura y cargó de frente con él.

«No está utilizando su espada extendida,» observó Rio. «Ya debe estar casi seco. Sólo debo seguir hasta que se agote por completo.»

La espada de Dark chocó contra el sable de pulso de Rio, y las dos unidades giraban alrededor una de la otra en el aire mientras algo venía a toda velocidad hacia ellos. Un plan se formó en la mente de Rio mientras alargaba su mano libre para sujetar el muñón en el brazo de Dark.

– ¿Qué crees que estás haciendo? – demandó Dark.

– Lo verás en tres... dos... ¡uno!

Una descarga de Aura hizo retroceder a Dark justo cuando Hilda llegó por detrás de él con Theodora, haciendo descender su espada directo en el brazo de espada de Dark.

– ¡Se acabó, Dark! – dijo Rio, mirando cómo la última arma de Dark era borrada de la existencia. – ¡Mejor vete de aquí mientras aún puedas!

– No hasta que haya cumplido mis órdenes finales.

– ¿Y cómo planeas hacer eso? – se burló Hilda. – Ya no te quedan armas. ¿Acaso intentarás hacernos un ataque suicida?

– Supongo que podrías llamarlo así. – De su bolsillo, Dark extrajo las píldoras de Dracunium y destapó el frasco.

– ¡Dark, detente! – gritó Rio. – ¿Es que no ves lo que esas cosas te están haciendo? ¿En serio vas a sacrificar todo por Embryo? ¿No ves que él no vale la pena?

Dark bajó su cabeza, y cuando levantó la mirada de nuevo, Rio se quedó estupefacto al ver la mirada cansada en sus ojos.

– Quizás no lo valga. – admitió. – Pero eso no cambia el hecho de que siempre he sido y siempre seré su vasallo. Tú podrías llamarlo cobardía. Yo lo llamo la verdad. Fue la única razón por la cual fui traído a la existencia. Negarlo sería lo mismo que negar todo lo que he hecho. Así que ven de una vez. Si estás preparado para morir por tu propia verdad, ¡entonces veamos de una vez quién de los dos es el que tiene la razón!

– ¡Dark, no! – gritó Rio lanzándose hacia él. Pero fue demasiado tarde, no pudo impedir que Dark se bajara todo el frasco en un solo trago. Mientras Rio observaba horrorizado, todo el cuerpo entero de Dark comenzó a sufrir espasmos y se encogió dentro de su cabina. Frente a sus ojos, Dark comenzó a pulsar y a hincharse, sus ropas se estiraron hasta romperse mientras unas escamas se empezaban a esparcir por todo su cuerpo.

– ¿Qué le está pasando? – gritó Hilda, cuando un destello de luz explotó dentro de la cabina de Dark, destruyendo toda su unidad en una explosión de fuego y acero.

...

El destello de luz carmesí había dejado a Ange completamente ciega. Y cuando su visión se aclaró, Ange vio que sus posiciones habían cambiado a donde Rio y Hilda estaban peleando contra Dark. Pero en lugar de Para-mail dañado de Dark, había una bola de energía carmesí flotando en el aire.

– ¿Qué está sucediendo? – preguntó Salia.

– Fue Dark. – respondió Rio. – Embryo le dio las píldoras de Dracunium de Lizardia, y acaba de tragarse toda la botella.

– ¿Y qué significa eso? – se preguntó Ange.

– Míralo por ti misma. – respondió Sala.

Desde el interior de la bola carmesí de energía, algo masivo había comenzado a tomar forma. De los lados, emergió un monstruoso par de alas, y un aleteo rápido dispersó la energía restante, y un DRAGON del tamaño de un Bergantín con escamas negras apareció frente a ellos. Una melena de pelo blanco recorría toda su espalda desde la cabeza hasta la cola, y los miró con unos furiosos ojos carmesís antes de rugir. Alguien empezó a reírse, y el grupo volteó a ver para encontrarse con el Hysterica flotando sobre la bestia.

– Fascinante. Había anticipado que el Dracunium destruiría el cuerpo de Dark, pero nunca me imaginé que volvería a reconstituirlo.

– ¡Bastardo! – gritó Rio. – ¡Él era leal a ti, y lo usaste como rata de laboratorio!

– Y siempre valoraré su sacrificio. Dark, destruye a estas pestes, pero no lastimes a Ange.

Dark rugió y un resplandor empezó a acumularse frente al Bergantín.

– ¡Cuidado! – les advirtió Hilda. El grupo se dispersó justo antes que la energía fuese liberada, y una ráfaga como un disparo de escopeta se dispersó en varias bolas de fuego que iban hacia ellos.

– ¡Embryo! – gritó Ange mientras su anillo empezaba a pulsar, y de repente se encontró detrás de él. Villkiss debía haber saltado automáticamente. Sin perder la oportunidad, Ange cargó contra Hysterica, tacleándolo para alejarlo de Dark.

...

Los ataques de Embryo eran rápidos, pero Tusk continuaba bloqueando y contraatacando cada golpe. La ira y frustración de Embryo ante su resistencia a someterse comenzaban a manifestarse, y su técnica se volvía cada vez más torpe.

«Ahora es mi oportunidad,» decidió Tusk. Con un movimiento rápido de su brazo, Tusk arrojó su cuchillo. Embryo lo desvió y Tusk aprovechó su abertura para acuchillarle en el estómago con la espada de Salamandinay, sólo para golpear el aire vacío ya que su oponente volvió a desaparecer de la vista. Tusk empezó a mirar por todos lados tratando de anticipar por dónde reaparecería, cuando un dolor cortante le invadió la espalda. Se giró y trató de atacarlo de nuevo, pero Embryo volvió a desaparecer antes de reaparecer junto a él.

– ¿Por qué? – siseó. – ¿Por qué ella te eligió a ti? – De un punto a otro, Embryo comenzó a teletransportarse rápidamente alrededor de Tusk, y la hoja de su estoque le hizo varios cortes por los brazos y el torso. – ¿Qué te hace tan especial? ¡Yo la merezco mucho más que tú! ¡Durante más de mil años he esperado a alguien como ella! ¡Y tú la mancillaste! ¡No permitiré que me arrebates lo que por derecho me...!

Embryo se interrumpió cuando Tusk invirtió el agarre con la espada Salamandinay y logró con éxito apuñalar a Embryo por la cadera al reaparecer detrás de Tusk.

– Porque yo dejé que ella me eligiera. – respondió Tusk. – Para ti, ella no es más que una posesión. Tú darías lo que fuera para reclamarla, ¡pero yo haría lo que fuera por protegerla! ¡Aunque no hubiera nada para mí en ello! ¡Soy el caballero de Ange, y siempre lo voy a ser!

Embryo se fue dando tumbos hacia atrás, con los ojos casi saliéndose de sus cuencas con rabia y casi echando espuma por la boca.

– ¡Voy a matarte! – gritó.

...

El impulso de Ange se llevó tanto a Villkiss como al Hysterica lejos de Dark, que chirrió e intentó perseguirlos cuando un disparo del Buster Rifle de Susano'o le cortó el paso.

– ¡Sala, ve y ayuda a Ange! – dijo Hilda. – ¡Nosotros nos ocupamos de este tipo!

– Entendido. – El Enryugo volvió a cambiar a modo destructor y se fue volando para ayudar a Ange, mientras Hilda y los otros dos se ponían entre Embryo y Dark.

– Hey Salia, ¿tienes ganas de una última cacería de DRAGON? – sugirió Hilda.

– Hagámoslo. – Salia estuvo de acuerdo.

– ¿Algún premio para el ganador? – preguntó Rio.

– ¿Qué te parece esto? Si yo gano, seré la líder del escuadrón. – sugirió Hilda.

– De acuerdo. – accedió Salia. – Pero si yo gano, tendré a Rio por una noche.

– Trato hecho. – dijo Hilda.

– ¡¿Discúlpame?! – gritó Rio.

– Y si tú ganas... – dijo Hilda provocativamente – ... podrás tener una noche con las dos.

– L... l... l... ¿las dos? – tartamudeó Salia.

– Y ahora me siento en conflicto. – respondió Rio. – Oh bueno. Yo tomaré el medio. ¡Ustedes tomen los flancos!

Acelerando sus motores, las tres unidades cargaron contra su oponente. Dark preparó otro ataque mientras Hilda y Salia se iban a estribor y babor respectivamente y Rio seguía derecho. Dark disparó, y Rio levantó un escudo de Aura antes de moverse en espiral en medio de la ráfaga, y cualquier disparo que no lograba esquivar impactaba sin causar daños contra sus defensas. Colocándose al costado derecho de Dark, Salia disparó su rifle de rayos y el Begantín negro levantó un glifo defensivo para protegerse. Con su atención concentrada en ella y Rio, Dark falló en darse cuenta que Hilda se había colado por detrás y ahora venía directo a apuñalarlo con su espada. La hoja se hundió en su espina todo el camino hasta la empuñadura y Dark rugió de dolor y furia. Antes que pudiera contraatacar, Rio lo golpeó en la cara con su escudo de Aura, logrando aturdirlo.

– ¡Ahora, formación Trinidad Diamante! – gritó Salia.

– ¿En serio? – preguntó Hilda mientras los tres lo rodeaban.

– ¡Acábenlo! – ordenó Rio.

Desde los tres lados al mismo tiempo, los cañones en el escudo Susano'o's y los rifles de rayos de los Ragna-mails abrieron fuego, sólo para impactar sin causar daños contra un escudo esférico que Dark acababa de erigir sobre sí mismo, el cual comenzó a pulsar y contraerse con cada golpe.

– ¡Cuidado! – gritó Rio justo antes que la energía que el escudo había absorbido explotó en una ráfaga de área total. Las tres unidades rompieron formación cuando Dark fijó a Susano'o y disparó una ráfaga concentrada de fuego de su boca. Aun tratando de evitar el ataque, Rio no logró esquivarlo por completo y su brazo de escudo fue incinerado por la ráfaga. La repentina pérdida de peso provocó que Susano'o perdiera el equilibrio, dejándole abierto al ataque cuando Dark cargó contra él con las quijadas abiertas.

– ¡Rio! – gritó Hilda mientras arrojaba la espada de Theodora. La hoja impactó en el ojo izquierdo de Dark, distrayéndolo el tiempo suficiente para que Salia acudiera y sacara a Susano'o del camino antes de que la mordida lo partiera en dos.

...

Manteniendo su agarre en Hysterica, Ange y Villkiss daban tumbos de cabeza por el cielo, hasta que el Ragna-mail negro desapareció de repente de su alcance. Un repiqueteo de su anillo alertó a Ange de una presencia detrás de ella, y sacó su espada, extendiendo una hoja de energía carmesí desde la punta para bloquear el mismo tipo de ataque del sable de energía del Hysterica.

– ¿Por qué te me resistes, Ange? – exigió saber, mientras ella sentía que Villkiss empezaba a ser superado en fuerza. – ¿En serio piensas que puedes ser feliz sin mí? La existencia humana es efímera, dolorosa, y extremadamente insignificante. Pero yo puedo liberarte de todo eso.

– ¿Es por eso que la secuestraste, torturaste, y te esforzaste tanto en romperla? – preguntó alguien. Desde arriba, el Enryugo de Sala había aparecido de pronto, disparando tanto su cañón de rayos y el láser de su brazo sobre él. Hysterica levantó su escudo de rayos contra la ráfaga y la presión sobre Villkiss disminuyó, permitiéndole a Ange empujarlo lejos de ella. – Eres una patética excusa de hombre, Sir Afinador. No eres digno del amor de nadie.

– Sala... – dijo Ange. En la distancia, Rio, Hilda y Salia se enfrentaban a Dark en su forma de DRAGON, volando a su alrededor como avispas mientras Dark intentaba derribarlos con sus disparos.

– Ange a veces es una idiota. – añadió Hilda. – ¡Pero tiene estándares más altos que un bastardo como tú!

– Tú eres el único cuya vida es insignificante. – Rio estuvo de acuerdo. Susano'o había perdido su brazo de escudo, pero el prototipo de los Ragna-mails seguía volando, disparando su Buster Rifle con la mano que le quedaba. – Los humanos no te necesitamos, y nunca lo hemos hecho. ¡Eres tú el que necesita de nosotros!

– Tienen razón. – confirmó Ange. – No me importa lo que deba sacrificar. No voy a permitir que nadie me controle nunca más. ¡Esta es mi vida, y sólo mía! – Y fue entonces que todo se le volvió claro. – ¡Eso es! ¡Por eso es que las Normas existen!

Cargando de frente, Villkiss acuchilló con su espada a Hysterica, cortándole el brazo donde tenía su arma de fuego de un solo tajo. El Ragna-mail negro cayó hacia atrás y Ange lo persiguió, mientras chocaba su espada contra el sable de energía en su otro brazo.

– Incluso los humanos como Rio que te rechazaron nunca estarán totalmente libres de ti. Por eso es que las Normas somos todas mujeres. Para poder llevar a los hijos de aquellos que desean ser libres. ¡Así finalmente los humanos podrán deshacerse de ti! Y por eso fue que mi madre me dio su anillo. ¡Para que yo pudiera destruir este mundo podrido que creaste y reemplazarlo con uno mejor!

...

La voz desafiante de Ange hizo eco en los oídos de Salia, y la hizo sonreír. Ange era terca, impulsiva, indisciplinada y arrogante. La volvía loca, pero en este momento le alegraba que fuera así.

– Yo también. Hilda, Rio, Aura dijo que los Ragna-mails responden a la voluntad de sus pilotos. – Salia apretó el agarre alrededor de la palanca de Cleopatra, y un pulso viajó desde su dedo hacia el brazo. – ¡Esta es mi vida, Embryo! ¡Y no dejaré que nadie me vuelva a controlar!

...

Después de llenar el espacio alrededor de ellos con otra ráfaga de bolas de fuego, Dark echó atrás su cabeza y desató un disparo concentrado directo hacia Cleopatra.

– ¡Salia, cuidado! – gritó Rio. El disparo estuvo a menos de un segundo de impactar cuando el casco de Cleopatra cambió de negro a azul, y desapareció. Tras un repentino rugido de dolor de Dark, Rio se dio la vuelta para ver que Salia se había materializado junto a su cuello, del cual empezó a brotar sangre por la herida que su espada acababa de infligir en su carne. El furioso DRAGON se volteó hacia ella, pero Salia comenzó a teletransportarse alrededor de él, acuchillándolo y dando otro salto antes que pudiera contraatacar.

– ¡Igual para mí! – Hilda estuvo de acuerdo. – ¡Me condenaré si permito que te salgas con la tuya luego de todo lo que has hecho!

Los ojos de Theodora destellaron y su casco cambió a rojo, y Hilda levantó su rifle de rayos, atravesando el cuerpo de Dark con disparos supercargados como si fuera de papel.

– No podría haberlo dicho mejor. – añadió Rio. – Hay un futuro al que aspiro, y no dejaré que me lo arrebates.

En su muñeca, la gema en la banda de control de Susano'o comenzó a pulsar y a brillar mientras afuera, la armadura de Susano'o se volvió dorada, y cargó directamente contra Dark, propulsando las piernas para estamparle una patada directo al esternón, provocando una erupción de sangre directo de la boca del DRAGON.

...

Esto era imposible. ¿Cómo pudieron esas dos activar sus formas Ariel y Michael? ¿Cómo podía Dark estar perdiendo? ¿Y por qué este maldito simio no estaba muerto? La sangre chorreaba por los cortes que Embryo había hecho en su traje de piloto, pero seguía peleando como si sus heridas no fuesen nada.

– ¿Por qué, Ange? – exigió saber. – ¡Te estoy ofreciendo una eternidad de vida y amor! ¡¿Por qué rechazas todo eso?!

– ¡Porque soy humana! – le dijo. – ¡Soy una desadaptada antisocial y violenta! ¡Eso es lo que significa ser humano!

– Muy bien... – decidió Embryo. – Te ofrecí una oportunidad, pero si vas a ser tan poco apreciativa de mi amor, ¡entonces puedes morir!

Embryo envió a Hysterica de frente, y su Ragna-mail intentó apuñalar a Villkiss en la cabina. Ange desvió el ataque con su propia espada, y utilizó el impulso de Hysterica en su propia contra enviándolo en el camino de la princesa DRAGON, que le perforó su sección media con su bayoneta.

– ¡Victoria! – gritó antes de descargar su cañón de rayos a quemarropa, y la ráfaga de energía atravesó a Hysterica limpiamente haciéndole caer de vuelta hacia Ange y su espada Michael, que cortó a la máquina en dos.

– ¡No! – gritó. – ¡No es posible!

– ¿Amor? – le dijo Ange burlonamente. – ¡Tú no sabes lo más mínimo sobre el amor! ¡Lo único que haces es sonreír y actuar con superioridad, cuando en realidad no eres más que un narcisista degenerado con peinado estúpido y mal estilo! ¡Y aunque no lo fueras, no hay forma de que me rebaje a dormir con un tipo que ha vivido 1000 años encerrado del mundo! ¡Nunca tendrías una oportunidad conmigo ni en diez millones de años!

– ¡Maldita seas, Ange! – gritó. Hysterica podría haber quedado cortado a la mitad, pero sus Fásers de Discordia todavía seguían operativos. Los haría volar a todos con un último disparo.

...

Dark se debilitó por su asalto combinado, pero Hilda todavía no había terminado. Con Salia manteniéndolo ocupado con sus ataques de golpear y huir, Hilda lanzó un último disparo, y aunque no fue letal, el poder del impacto le quitó el ala izquierda al DRAGON. Sin ambas para sostenerlo, su oponente comenzó a caer y a chillar salvajemente mientras intentaba mantener el balance.

– Hilda. – la llamó Rio mientras el Susano'o dorado volaba junto a ella. – Acabemos con este tipo de una vez por todas.

– Claro. – asintió ella.

Montando su rifle de rayos de vuelta en su espalda, Hilda alargó su mano izquierda y sujetó con ella la derecha de Rio, y el poder de las dos unidades fluyó en conjunto mientras Rio extendía su sable de pulso. Energía roja y dorada fluía por el arma, creando una hoja espiral de luz mientras se lanzaban de frente. Dark los vio venir e intentó levantar otra barrera, pero el poder combinado de su ataque lo rompió como si fuera de cristal y lo atravesaron de lado a lado.

...

Las alas del Hysterica y sus hombros se abrieron para disparar, y Tusk finalmente vio su oportunidad.

«Madre, padre, esto es por ustedes.»

Con su atención centrada en Ange, Embryo no vio a Tusk corriendo hacia él, hasta que Tusk saltó en el aire, y la hoja de Salamandinay vino bajando directo hacia su cabeza.

...

Ange ni siquiera necesitó cantar. El poder fluyó a través de Villkiss mientras sus hombros se abrían, y las dos unidades dispararon una contra la otra. Los vórtices arremolinados de espacio-tiempo chocaron entre sí, y un rebote comenzó a formarse cuando de repente Hysterica empezó a flaquear.

– ¡Vete al infierno, Dios! – gritó Ange antes de dar un último empujón, y el poder de Villkiss superó al de Hysterica, envolviéndolo por completo mientras la brecha dimensional era consumida en una luz brillante.

...

Cuando la adrenalina se le bajó, finalmente el dolor se apoderó de él, y Tusk colapsó en el suelo. Arriba de ellos, el vacío lleno de estrellas había sido reemplazado por un cielo azul, mientras frente a él, yacía el cuerpo de Embryo cortado a la mitad verticalmente sobre la hierba. Unos motores rugieron sobre él, y Tusk se giró para ver a Villkiss y las otras máquinas descendiendo hacia él.

– ¡Ange! – exclamó. A pesar de su agotamiento, Tusk logró mantenerse de pie y avanzar dando tumbos hacia ella, que saltó fuera de Villkiss.

– ¡Tusk! – exclamó ella lanzándose a sus brazos. A poca distancia de ellos, Hilda y Rio también se abrazaban, mientras que al otro lado Salamandinay sonreía y Salia hinchaba las mejillas con celos.

– Lo logramos. – dijo Ange.

– Sin duda lo hicimos.

– ¡Lady Angelise! – gritó alguien.

El grupo volteó para ver que se acercaban a ellos la tripulación del Aurora. Rhino caminaba lado a lado con Ersha y Cynthia, Jasmine con el Jefe, Maggie con Vulture, Kat con Kamaitachi, Rosalie con Chris, las dos novatas con Vivian, Naga con Kaname, y delante de todos estaba Momoka, que se arrojó a los brazos de su señora

– ¡Me alegro que se encuentre a salvo! – lloró de alegría.

– También yo. – sonrió Ange.

– ¡Lo lograron, chicos! – celebró Kat. – ¡Así se hace!

– Todos están aquí. – dijo Rio. – ¿Pero cómo?

– No sólo somos nosotros. Mira a tus dos en punto. – le dijo el Jefe entregándole un par de binoculares. Rio hizo lo que le dijo el jefe, y jadeó sorprendido.

– No puedo creerlo.

– ¿Qué pasa? – preguntó Tusk. Rio le entregó los binoculares, y al mirar a través de ellos tampoco pudo creerlo.

En el agua, justo al borde de dondequiera que estaban, el Ramius y el Badgiruel flotaban en el medio de una pequeña flota de naves, muchas de las cuales tenían a un montón de gente mirando hacia el cielo con asombro.

– La flota de la Network. – dijo al reconocerlos. – ¿Pero cómo llegaron aquí?

– Yo los traje aquí. – dijo una voz. Todos miraron arriba, y para su asombro, Aura estaba volando arriba, con los DRAGONs amontonados a su alrededor como pájaros bebés que cantaban felizmente. – Como agradecimiento por todo lo que han hecho, les doy la bienvenida a la Verdadera Tierra.

– Santa mierda. – jadeó Rosalie. – ¿Quieres decir que estamos en el mundo de los DRAGONs?

– En realidad... – dijo Emma mirando alrededor – ... este lugar se parece mucho a Arzenal.

– Hora de una pregunta. – dijo Vivian dirigiéndose a Aura. – ¿Por qué Arzenal se ve tan grande?

– El tiempo y el espacio fueron liberados tras la destrucción de Embryo. – explicó Aura. – Así que todo ha regresado al lugar que le corresponde. La fusión falló, y ambos mundos ahora son libres. Todos ustedes han salvado a este mundo, y estamos eternamente agradecidos.

Alejándose del grupo, Jasmine miró los restos de Embryo con rabia.

– Alguien tráigame algo de combustible para quemar esto hasta las cenizas. – les dijo. – Y luego arrojarlo lo más lejos en el mar que podamos.

– Entonces ¿significa que la pelea terminó? – preguntó Salia.

– Supongo que sí. – asintió Rio.

– Pero ¿Lady Angelise? ¿Qué hay de los sobrevivientes en la otra Tierra? – preguntó Momoka. Ange frunció el ceño y negó con la cabeza.

– No son nuestro problema. – le dijo. – En lo que a mí concierne, tendrán que aprender a vivir sin Mana o morir.

– Supongo que tienes razón. – asintió Hilda. – Les vendría bien un buen golpe de realidad.

– Entretanto, ¿qué planean hacer ustedes? – preguntó Salamandinay. – Nuestras gentes ya no tienen razón para seguir peleando. Y hay muchas personas en esas naves que no tienen idea de lo que ha sucedido.

Ange lo pensó por un momento, y miró hacia la isla.

– ¿Qué les parece si creamos nuestra propia nación? – sugirió. – Una donde los humanos, DRAGONs, y Normas puedan aprender a vivir juntos. Donde todos podamos vivir acorde con nuestro libre albedrío, y donde habrá que esforzarse para superar la adversidad. ¿Están todos conmigo?

Todos a su alrededor, Normas, agentes de la Network, y DRAGONs, alzaron sus manos con aprobación.

– ¡Sí señora!

...

Mientras una celebración colectiva se apoderaba del grupo, Rio puso un brazo alrededor de Hilda para mantenerla cerca. Había mucho trabajo por hacer, hogares que construir, cosechas que plantar, y estaban las Normas refugiadas y el resto de los de la Network que estaban en el agua. Había mucho que tenían que contarles. El Jefe y Jasmine ya estaban pasando la información a toda la flota. Ange mientras tanto ayudó a Tusk para llevarlo a una estación médica donde Maggie comenzó a vendarle sus heridas tras el duelo con Embryo.

– ¿En serio crees que podamos lograrlo aquí? – preguntó Hilda. Rio lo pensó y la abrazó más fuerte sujetándola por los hombros.

– No será fácil. – le dijo. – Todos tendrán que aprender a ajustarse. Pero si trabajamos juntos y no le tenemos miedo a un poco de adversidad, creo que estaremos bien. En cualquier caso, ya cumplí mi promesa. Te di un mundo donde puedes ser libre, aunque no era exactamente el que esperaba.

– Me servirá. – le aseguró Hilda. – Bueno... excepto por una cosa.

– ¿Qué cosa? – preguntó él. Cuando Hilda no le respondió, Rio volteó a verla y se sorprendió de la mirada gélida que le estaba dando. – ¿Qué?

– ¿Qué fue eso que dijiste sobre que tendríamos cien hijos tú y yo? – dijo ella. En un instante, Rio sintió que toda la sangre se le bajó de la cabeza.

– Tú... ¿escuchaste eso?

– Todos lo hicimos. – dijo alguien. Al levantar la mirada, Rio vio a Ange, Tusk, el Jefe, el equipo Wildpack, Jasmine, Maggie, y a varios de los demás sonriéndole, y tuvo que taparse el rostro con la mano. Sabía muy bien que nunca le dejarían olvidar eso.

– Tal vez... ¿sólo uno? – sugirió él. Hilda sonrió y apoyó su cabeza en el hombro de él.

– Lo pensaré.

Esta historia concluirá...

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