INKTOBER NARUTO #12

Palabra: Resbaladizo

Personajes: Shino y Ari (OC)

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Shino odiaba con la mayor de las intensidades el invierno. La nieve cayendo a caudales del cielo dificultando la visión de un ninja y contrayendo su cuerpo ante el frio, haciéndolos vulnerables era lo peor. Adicional estaba el hecho que en esa temporada los insectos se refugiaban para combatir esas bajas temperaturas.

Caminaba por el bosque para encontrarse con su equipo para poder irse a una de sus misiones. Estaba de pésimo humor.

Sus oídos captaron un leve sonido a la derecha y se dirigió con sigilo ahí. Encontrando en medio de un claro a Ari con la mirada fija en sus pies. La chica tenía una expresión preocupada y confundida, como ideando alguna cosa en su cabeza.

Fue consciente de la presencia de que alguien la observaba al subir los ojos y rastrear en el perímetro al individuo. Sus ojos se iluminaron unos segundos al contemplarlo, gesto que no pasó desapercibido para el ninja.

―Ari ¿Qué sucede? ― Shino podía leer por su expresión que algo raro estaba sucediendo.

Él se acercó unos pasos, pero las manos en alto de la kunoichi lo detuvieron.

―Es el lago, se ha congelado y he aterrizado en él. No puedo salir.

Sin esperar más el ninja se acercó sin dudarlo adentrándose al lago. Sus pasos certeros asombraron a la chica. Ella intentó protestar, diciendo que se detuviera, pero sus intentos fueron en vano. Pero la expresión serena del Aburame cambió cuando llegaba cerca de la posición de Ari. Sus cejas se levantaron mínimamente.

Sus pies patinaron al dar un paso y se deslizó por el agua congelada sin control y pasando a un lado de la chica que lo tomó de la mano y ambos derraparon en el agua. Sus manos continuaron entrelazadas aún cuando se resbalaron hasta caer al agua golpeando con una fuerza impresionante el trasero. La misma fuerza los deslizó hasta que llegaron a la orilla del lago.

―Intentaba decirte que estaba resbaladizo. ―Concluyó la chica.

Shino se levantó con maestría, utilizando chakra en sus pies, asegurando que no pasara otro incidente como aquel. Una situación bastante vergonzosa considerando que era un ninja experimentado, pero al ver a la chica en medio del lago con los ojos esmeraldas preocupados y aquel rostro que siempre parecía calmado. Shino se movió sin pensarlo, por que todo su interior le pedía que la ayudaba.

Le ofreció la mano a la chica, quien la tomó hasta levantarse del suelo y se alejaron un par de metros del sitio. Resguardandose debajo de un árbol.

Hari inclinó la cabeza agradeciendo el gesto, con las mejillas sonrojadas, aunque no entendía si por el frio o por tenerlo ahí, cuando hace un par de semanas que no lo veía.

―No te preocupes. ― Shino mencionó sin más. ― ¿Estas bien? ― Ella simplemente asintió.

Entonces fueron conscientes que sus manos seguían entrelazadas, unión que fue cortada por la chica avergonzada. Sus mejillas ardían al recordar la calidez de la mano masculina sobre su piel. Descendió su mirada ante sus pies. Tenerlo frente a ella tan imponente la ponía nerviosa.

―Lo siento Ari, debo irme. Tengo una misión.

Y sin esperar más se perdió entre los árboles, pensando en la sensación cálida que recorría en su interior en respuesta de la piel femenina sobre la suya y contemplar el color rojo destellando cual mariposa en esas mejillas pálidas.