INKTOBER NARUTO #16

Palabra: Cohete

Personajes: Equipo Gai.

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Los vio agrupados en la parte de atrás del parque de juegos, sus cabezas se asomaban por lo cual los visualizaba a la distancia. Dos cabelleras castañas y una negra destacaban entre los altos arbustos.

Hace un rato que se habían retirado de jugar con los demás niños que se divertían en los juegos del parque, jugaban atrapados o comían el pastel de la fiesta de Naruto. Estaban en el parque explora, donde se organizaban las fiestas de los niños de la colonia o que iban juntos a la escuela.

Ahora era la fiesta de Naruto, cumplía 10 años. El rubio gritaba mientras enseñaba los juguetes que iba sacando de su bolsa a otros niños cercanos. Tenía pastel embarrado en la cara. Las madres platicaban en otra mesa mientras de vez en cuando veían a sus hijos correr o caerse en el césped, pero sin aparente daño.

Sin embargo su interés iba a esas tres cabezas que se asomaban y que desde hace quince minutos permanecían en el mismo lugar. Gai se levantó dirigiéndose hacia ellos. Realmente no tenía absolutas quejas de esos tres, eran tranquilos, con buenos modales considerando su edad y jamás le daban dolores de cabeza. Neji, Lee y Tenten eran como sus hijos. Sus familias se lo encargaban para cuidarlos cuando el tiempo no se los permitían. Gai era su profesor de la primaria, lo hacía con gusto y placer.

Su cabeza se asomó al estar tras la que muchos decían que era su copia exacta y vio un pequeño cohete en el suelo y a ellos discutiendo sobre quien prendía la mecha.

―Lee, Neji lo ha traído, es suyo. Él debería prenderlo. ― La pequeña castaña con las chonguitos en la cabeza habló sin más.

Neji asintió mientras le daba la razón, pero su mirada subió encontrando al hombre de verde tras Lee y detuvo el movimiento de su cabeza.

―No es justo, yo debería prenderlo, mi llama de la juventud es más fuerte que la de ustedes juntos. ― Lee vociferó con fuerza, pero fue consciente de que la atención de sus amigos estaba fijo tras de ellos.

Volteó encontrando a Gai mirándolos con suma seriedad.

―¿Qué están haciendo? ― Su voz autoritaria salió sin más.

Todos se quedaron en un silencio incomodo evaluando a su profesor que se alzaba imponente ante ellos. Intentaron rehuir de su mirada, sin éxito. Lee con su fuerte sentido del bien dejó salir de sus labios la situación.

―Neji ha traído un cohete, queríamos encenderlo para ver que tan alto volaba.

Gai los observó con detenimiento, Neji desviaba la mirada con ese gesto indiferente en su rostro a pesar de que habían sido descubiertos. Lee y Tenten tenían un gesto de arrepentimiento, de querer irse corriendo al dejar una escena del crimen.

―Dame los fósforos, Lee. ― El mencionado se los entregó.

Gai se agachó mientras veía la mecha del cohete de una considerable longitud, calculando que les daban libertad de alejarse antes de que despegara del suelo.

―Bien, apenas encienda den dos pasos para atrás.

Las tres cabezas giraron hacia Gai-sensei con sus ojos brillando ante la emoción de dichas palabras. Asintieron sin titubear y el fósforo prendió. El fuego se acercó hacia la mecha, encendiéndola y comenzando su camino hacia la pólvora del cohete. Neji, Lee y Tenten retrocedieron unos pasos. Gai se puso enfrente suyo en señal de protección, pero los niños se asomaban por su espalda viendo como el fuego había consumido toda la mecha.

Tenten dejó salir un grito de emoción y se forzó a dejar abiertos sus ojos para ver el espectáculo. Lee sonreía ampliamente esperando que las chispas volaran por todas partes. Los ojos malva de Neji brillaban con la emoción de ver su juguete nuevo volar más allá de las nubes. Fueron tomados por sorpresa cuando el cohete salió volando de lado, pasando alado de su posición a gran velocidad.

Los cuatro pares de ojos siguieron su trayectoria anonadados y vieron como llegaban a las mesas de la fiesta. Los gritos siguientes al ver el cohete llenaron todo el lugar y el caos se desató. Gai simplemente tragó saliva mientras arrastraba a los niños para salir de ahí sin ser descubiertos.