Clases particulares

INKTOBER NARUTO #28

Palabra: Flotar

Personajes: Ino y Deidara.

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Era bastante irónico lo que sus ojos captaban en ese momento. Su lengua recorrió sus labios con gran interés.

Vio en la parte trasera de la piscina a una rubia bastante atractiva con una vestimenta que dejaba apreciar su cuerpo, ya que se moldeaba a su figura y eso era lo que sus ojos celestes estaban recorriendo con gran atención.

Pidió un momento a los niños mientras se acercaba para atender a aquella mujer que lo miraba con gran detenimiento, como si quisiera atravesarlo con la mirada. Sonrió de forma cordial al tenerla en frente.

― ¿Necesita algo? ― Deidara sabía que él necesitaba algo, a ella.

La rubia simplemente miró a su alrededor asegurándose que no hubiera nadie cerca y a pesar que no se apreciaba ni una mosca, acortó aún más la distancia.

―Necesito que me enseñes a nadar. Pronto. Si es posible luego de tu clase. ― Deidara levantó la ceja ante dicha petición. ― Bueno, aunque sea a flotar.

Dejó salir una carcajada ante tales palabras y se acercó aún más a la rubia, acariciando levemente su mejilla. Su acción, su mano sobre la piel femenina, la sobresaltó por que no veía venir un contacto como tal. Él jamás se andaba con rodeos. Nunca. Por lo cual siempre solía tomar las cosas como venían. Teniendo a dicha mujer enfrente suyo y asegurándose que los niños estaban sentados en la banca esperándolo, se acercó más.

Respiró el aroma de la mujer, floral. Bastante sutil, pero con una fuerza interesante.

― Puedo enseñarte a flotar, nadar o a divertirte como jamás lo has hecho. ― Su aliento acarició el rostro de la rubia, viendo como sus pómulos adquirían un color singular.

Ella intentó retroceder ante tal avance tan descarado, pero de alguna forma ese instructor de nado era bastante...atrayente. Tragó saliva al ser cortejada de esa forma. Ino era la que buscaba a su presa y terminaba en sus brazos cuando quisiera. Sonrió divertida ante tal panorama ¿ella siendo cazada? Dejó salir una ligera sonrisa y se alejó del hombre.

―Necesito flotar, hoy, para empezar. ―Soltó la infinidad de posibilidades que se abrían ante esa simple frase.

Deidara agilizó su clase para poder atender a lo que verdaderamente le interesaba. Hacer flotar a esa enigmática mujer y no solamente en el agua.

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