INKTOBER NARUTO #7

Palabra: Lujoso

Personajes: Tsunade y Shizune

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La fila completa de piezas se movió hacia adelante con un deslizamiento ligero hasta el centro de la mesa, chocando con las otras fichas y rompiendo la estructura establecida.

―Voy con todo.

Shizune arrugó la cara en un gesto desesperado y enojado por como solía arriesgarse vez con vez en esas apuestas que jamás ganaba. No entendía por que lo hacia considerando que el resultado estaba claro. Todo iba a terminar mal.

Las cartas giraron dando fin al juego y dejando entrever que la suerte jamás estaba de su lado, como cada vez. Habían perdido.

―Ya es hora de irnos. ― Tomó el brazo de la rubia intentando retirarla de la mesa pero un simple tirón de la extremidad la alejo.

Eso no tenía indicios de nada bueno, tenía ese presentimiento, que pocas veces experimentaba, que realmente todo podría empeorar aun más.

―Aún no hemos terminado. ― Tsunade sonrió con una determinación en los ojos mientras los hombres del otro lado de la mesa reían ante su victoria. Ante esas palabras guardaron silencio. ― Una ultima ronda.

―Lady Tsunade, pero ya no tiene nada que apostar. ― Habló Shizune intentando hacer entrar en razón a la mujer.

Los ojos de ambas mujeres entraron en contacto unos segundos. Tsunade le guiño el ojo convencida y Shizune sintió el alma escaparse de su cuerpo.

La rubia sacó de su bolsillo unas llaves y las lanzó al medio de la mesa señalando que esa sería su apuesta. Era su oportunidad para poder recuperar todo lo que había perdido y por supuesto mas que nada recuperar su honor.

―Mi auto nuevo.

Shizune retrocedió cubriendo su rostro con sus manos. El auto no. Tsunade había trabajado durante dos años para poder comprar un auto. Ese auto que era nuevo y lujoso. Solo lo habían usado para llegar al sitio de apuestas. Lugar que se suponía no debían pisar considerando que Tsunade ya estaba rehabilitada. Supuestamente.

Los hombres al otro lado de la mesa sonrieron con gran amplitud mientras otro barajeaba las cartas para poder iniciar otro juego.

Shizune suspiró pesadamente, no volvería a ver el auto de nuevo.