¿Qué sabemos sobre el nuevo planeta adosado a nuestro Sistema Solar?
por Pedro Salas.

Mientras esperamos noticias de los valientes astronautas que partieron en la primera misión de reconocimiento a Hécate, te compartimos los datos más curiosos sobre el planeta recientemente descubierto, que quizás te dejen una idea más clara de por qué no vimos antes a este astro tan esquivo.

Recordemos que esta es la primera misión tripulada en traspasar los confines del Sistema Solar, así que le deseamos mucho éxito a nuestros astronautas y científicos, ¡y que vuelvan a salvo!

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Hécate es un planeta de tipo telúrico (con características similares a la Tierra) localizado fuera del Sistema Solar, pero cuya órbita se estima que se comporta igual a la de los planetas dentro de este. Esta órbita se encuentra detrás de la Nube de Oort (una masa de gases y asteroides que rodea el borde externo de nuestro sistema, a 5.000 AU —Unidad Astronómica— del Sol), y la única posibilidad de ver al planeta es cuando pasa cerca del sistema de Alfa Centauri (la estrella más brillante de la constelación del Centauro), lo que le da mayor visibilidad. Un equipo de astrónomos sostiene la hipótesis de que esta sería la época del año hécata equivalente al verano en el polo norte, a causa de ser el conjunto de estrellas Centauri la mayor fuente de luz que encuentra en su trayectoria. Durante el resto del año solo habría invierno y noche perpetua. Es por todo esto que fue imposible para nosotros descubrir al nuevo planeta antes.

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Alfa Centauri es en realidad un sistema de estrellas y planetas, constituido por las estrellas Alfa Centauri A y Alfa Centauri B (orbitándose entre ellas), y Alfa Centauri C o Próxima Centauri, que orbita alrededor de A y B. Desde el Hemisferio Sur de la Tierra podemos observarlas a simple vista como una sola estrella, perteneciente a la constelación del Centauro.

Próxima Centauri es precisamente la estrella más cercana a nuestro Sistema Solar, a casi 4,24 años luz. Esto quiere decir que tardaríamos cuatro años y trece semanas en llegar a ella viajando a la velocidad de la luz.

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Hécate tiene todas las características para ser considerado el noveno planeta del Sistema Solar: es de un tamaño dos veces menor a la Tierra y ha despejado todos los cuerpos de su órbita, a excepción de sus dos lunas. Recordemos que Plutón dejó de ser considerado el noveno planeta en 2006, cuando se descubrió que formaba parte de la cara interna del cinturón de asteroides denominado Kuiper y, por lo tanto, no cumplía con los requisitos para ser merecedor de ese título.

Hécate cuenta con suelos áridos con alta presencia de arena o arenilla, y grandes asentamientos de piedras preciosas y minerales ubicados en montones sobre la superficie, presenta unas pocas formaciones rocosas (montañas). Los expertos sugieren que su manto es rico en gases.

Hacia los polos, asentamientos de cristales interfieren en la Aurora Polar, provocando rayos de luz que cuentan con todos los colores del espectro, muy similar a nuestro arcoíris.

Se ha observado la presencia de fuertes vientos que provocan que la superficie cambie de aspecto constantemente. Además, se estima que su clima es seco, ya que no hay datos sobre agua o hielo. No se descartan las bajas temperaturas, a causa de la gran distancia de la que se encuentra de Alfa Centauri A y B, las estrellas con la capacidad suficiente para calentar la superficie.

Como ya dijimos en otro artículo, Hécate tiene dos lunas que lo orbitan, ambas de un tamaño similar. Según un modelo de simulación virtual, las tres estrellas Centauri se verían de un tamaño menor a estas lunas desde el suelo hecata, con una capacidad lumínica equivalente a los reflectores de un estadio de fútbol. Al mismo tiempo, desde la cara que apunta a nuestro Sistema Solar, nuestro Sol se vería como una estrella de gran tamaño en el cielo nocturno, algo así como cuando podemos observar a Marte o Venus desde la Tierra a simple vista.

Hécate se encuentra a 3,81 años luz de distancia desde nuestro Sol y a 0,59 de Alfa Centauri A, la estrella principal y más grande del Sistema Alfa Centauri (4,4 años luz de distancia de nuestro Sol).

SU DESCUBRIMIENTO

El planeta Hécate se descubrió casi por accidente cuando se acercó al Sistema Alfa Centauri en el año 2096, según datos oficiales, justo después del escándalo de los Gigantes Gaseosos, y desde entonces se vigiló su órbita constantemente para no perderlo. Desde la posición en la que se encuentra, recibe la luz de las tres estrellas Alfa Centauri desde la cara contraria a la que lo vemos, y esto es lo que nos permite observarlo, ya que la luz de las estrellas dibuja la silueta del cuerpo celeste, además de posibilitar el fenómeno de la Aurora Polar austral, similar a las de los planetas al interior de nuestro Sistema Solar.

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La Aurora Polar es un fenómeno lumínico que se presenta en el cielo nocturno, generalmente en zonas polares. Además de la Tierra, hay otros planetas donde ocurre este fenómeno. En el hemisferio sur recibe el nombre de austral y en el norte, boreal.

Se produce cuando una eyección de partículas solares cargadas choca con la magnetósfera (campo magnético generado por el núcleo de un planeta) formado por líneas invisibles que parten de los dos polos. Cuando dicha masa solar choca con esta esfera protectora, las radiaciones solares (o viento solar) se desplazan a lo largo de dicha esfera. En el hemisferio que se encuentra en la etapa nocturna, en los polos se va almacenando dicha energía hasta que no se puede almacenar más, y luego se dispara en forma de radiaciones electromagnéticas sobre la ionosfera, creadora de los efectos visuales característicos de la aurora polar.

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Cabe aclarar que, si bien Hécate tiene una órbita que limita con las de los planetas de Alfa Centauri, se estima que su trayectoria es lo suficientemente lejana como para no ser atraído por las órbitas de estos planetas ni de sus estrellas. Esto obedece a las leyes Kepler de las órbitas elípticas del Sistema Solar, también observadas en el Sistema Alfa Centauri. Si bien aún no ha llegado el momento en que Hécate pase por su punto más cercano a Alfa, teniendo en cuenta que tardaría más de 30 millones de años terrestres en dar una revolución, y que Alfa Centauri A tendría más de 1.000 millones de años de existencia, es natural presuponer que el nuevo planeta ya ha pasado cerca de las órbitas de Alfa sin haber colisionado.

EL DRAMA DE NOMBRAR A UN CUERPO CELESTE

El planeta fue descubierto por H. Morton, un astrofísico australiano que, al notar ondas de luz irregulares con el telescopio Webb (puesto en órbita el 31 de octubre de 2021) más allá del espacio explorado, encabezó una investigación donde necesitó coordinar los telescopios de todos los observatorios interplanetarios para comprobar que, sin duda alguna, estaba frente a un nuevo planeta. Para esto fue clave el papel que cumplió el observatorio a prueba de meteoros ubicado en el planeta enano Eris, en el borde exterior del Cinturón de Kuiper, también obra de Morton.

Luego de esto, y mientras se preparaba el lanzamiento de los primeros explorers Infalible al terreno y a sus lunas, diseñado por el mismo Morton, comenzó un intenso debate para elegir el nombre del nuevo astro. El primer nombre en ser descartado fue el de su descubridor, muy al pesar de él, ya que no era una opción muy popular entre los miembros de la Unión Astronómica Internacional por remitirles a la muerte, y porque consideraron que actuaría como un mal presagio ante la población general. Y claro, luego del escándalo de Júpiter y Saturno expuesto por nuestra colega, Pam D., buscaban algo más positivo para renovar las esperanzas de la humanidad en la expansión espacial.

Y entonces comenzó el debate entre el público especializado y los simples mortales que seguían la historia desde las redes sociales, sobre la mejor forma de bautizar al desconocido cuerpo celeste. Entre las nuevas opciones, se priorizaron aquellas cuyo significado o sentido guardara relación con las características hasta entonces conocidas del planeta. Directo desde el panteón de la mitología griega, teníamos a Iris, a causa de los arcoíris observados hacia su polo sur; a Hebe, hija de Zeus y Hera, a quien su madre escondió de los ojos de los hombres hasta el día de su casamiento; y a Hécate, diosa de tres caras relacionada con el ocultismo; el último sugerido por el famoso actor de series de aventuras espaciales y fanático de la astronomía, Leonard Cobb. Para conformar a todos, la UAI recurrió al astronauta favorito de pueblo, el capitán William Mckiss (quién, además, ya era el hombre más mentado para encabezar la exploración al nuevo planeta). Y Mckiss decantó por elegir a Hécate, ya que consideró más lógica la comparación del planeta y sus dos lunas con las tres caras de la diosa.

LA OPINIÓN DEL AUTOR: ¿SE REPITE LA HISTORIA DE JÚPITER Y SATURNO?

Si bien el descubrimiento oficial del planeta data del 2096, se han registrado anomalías en el espacio a través de los años en relación a otros cuerpos, cuyos datos coincidirían con la trayectoria de Hécate. Y esto no es algo raro en la ciencia astronómica, ya que muchos planetas ahora conocidos, comenzaron siendo observados a causa de las anomalías que sus órbitas provocaban, como es el caso de Ceres o Eris. Pero no se le escapa a este humilde servidor el haber hecho público este descubrimiento recién después del escándalo de los Planetas Gaseosos. Tampoco podemos ignorar el hecho de que conocemos la existencia de los planetas del Sistema Centauri desde hace más de 80 años y nunca antes se envió una misión tripulada a ellos para explorar sus suelos. Vamos, que ni siquiera la enviamos a Sedna, planeta enano que se encuentra en el borde interno de la Nube de Oort, a menos de 1.000 AU del Sol (Hécate está 4.000 AU más lejos). Esto me hace preguntar qué tiene de especial este planeta, y por qué arriesgar a una tripulación a viajar a una distancia nunca antes atravesada.

Desde la redacción de este portal queremos reiterar que celebramos el avance científico, pero este escritor no puede evitar cuestionarse si nos estamos apresurando en enviar a buenos hombres a un viaje tan largo sin garantías de que lleguen a salvo. La información que los organismos científicos nos brindan es poca y está rodeada de un halo de misterio que incomoda a toda la humanidad. No lo nieguen. Incluso podría hablar por horas de las teorías conspiranoícas al rededor de por qué aún no hemos visto ni una sola de las imágenes y datos extraídos por las SEIS sondas con sus explorers que fueron enviados al planeta y a sus lunas antes de esta misión.

Por último, me gustaría sembrarles la duda (a falta de certezas) sobre algunos de los recursos que, según dicen, abundan en Hécate, por ejemplo, los cristales. ¿De qué tipo de cristales estamos hablando? ¿Acaso serán diamantes? Aunque me parece imposible la formación de diamantes ante la inexistencia de agua y oxígeno, no dejo de sospechar que este nuevo planeta contiene recursos que nuestros gobernantes, y los empresarios que pagan estas exploraciones, desean explotar, así como lo están haciendo con los gases de Júpiter y Saturno, despreciando las vidas que ponen en riesgo.

Hechos científicos reales y glosario:

-En general, todos los datos que no se refieren a Hécate son reales.

-Planetas telúricos: de características similares a la Tierra, cuya composición es de roca y tienen un núcleo diferenciado. Tienen un doble clima, uno influenciado por el sol, y otro proveniente de los procesos internos. También son de este tipo la Luna, Marte, Mercurio, Venus, Neptuno. Hasta ahora, la Tierra es el único con atmósfera habitable.

-Unidad Astronómica (AU):
Distancia media entre la Tierra y el Sol (149.597.870,7 kilometros; 8,317 minutos luz).

-Año luz:
Las estrellas son tan lejanas que es difícil expresar su distancia en kilómetros; se prefiere utilizar una unidad mucho más grande. Un año luz es la distancia que recorre la luz en el vacío durante un año. La luz es lo más rápido que existe, recorre cerca de 300.000 km/s en el vacío. A menudo, la luz que nos llega de una estrella ha sido emitida hace cientos o miles de años; el Sol se encuentra a 8,317 minutos luz  de la Tierra.

-Revolución/Traslación:
Movimiento de un planeta en torno al Sol o de un satélite en torno a su planeta.

-No es raro que una celebridad proponga el nombre para un planeta, en 2012 el actor de Star Trek, William Shatner, propuso el nombre Vulcano para bautizar a una luna de Plutón (en honor al planeta de origen del personaje de Spock), que luego fue sujeto a votación. Al final, la UAI no eligió ese nombre ( https://archivo.eluniversal.com.mx/sociedad/7656.html ).