El Asedio
"Algunas puertas se cierran para siempre y otras se abren en los lugares menos esperados"
De pie en un gran balcón, Misato observó cómo un ejército shinobis de Konoha y Suna eran recibidos en su aldea. Los respectivos líderes habían enviado una pronta respuesta frente a su llamado de apoyo. Este ejército eran de los últimos por llegar.
Sin embargo, Misato tenía un mal presentimiento sobre la guerra venidera. Inconscientemente, la joven acarició su vientre abultado. Se preguntó cuándo acabarían estos tiempos oscuros. Frunció el ceño, quizás la paz jamás sería duradera.
– Lady Misato, hemos avistado al enemigo y se han detenido a pocos kilómetros de la isla – informó Haruo seriamente mientras se acercaba – son grandes embarcaciones y traen consigo catapultas probablemente para lanzar fuego
– ¿Nos superan? – preguntó Misato
– Hai – asintió Haruo
– ¿La formación que planeamos está en marcha?
– Hai
– Entonces, la guerra comenzará en cualquier momento – respondió Misato
El primer acto violento provino de las embarcaciones de Lord Tsuchikage. Tal como Haruo predijo, la mayoría de los barcos prepararon bolas de fuego y comenzaron a lanzarlas desde sus catapultas. Previamente, como preparativo, Misato y otros maestros del Fuinjutsu incorporaron a la isla una gran barrera protectora y actualmente funcionaba muy bien como protección.
Onoki al ver esto comenzó a gritar y la sombra que lo acompañaba sonrió y tocando una catapulta dispersó un extraño sello en él. Misato observó por el balcón cómo una bola de fuego atravesó directamente la barrera que habían preparado.
La kunoichi corrió por los despejados pasillos de la fortaleza en busca de los comandantes. Ninguno estaba a la vista. Se detuvo abruptamente en una ventana cuando vio las bolas de fuego impactar sobre los edificios. Misato despejó su aturdimiento rápidamente y se aventuró a la entrada de la fortaleza.
Una vez allí, Misato realizó una serie de sellos y plantó la mano en el suelo invocando una tigresa. Allí estaba Mei esperando órdenes, Misato le informó que estaban bajo ataque y que debían activar la Red de Sanación. Miles de tigres aparecieron en Uzushio y el Byakugou de Misato brilló rosado para dar su chakra a la red.
La kunoichi vio cómo los tigres sanaban al pueblo y shinobi. La situación fue mantenida durante al menos una hora. A Misato le preocupaba la no aparición de Itachi y Sasuke para informarle sobre la batalla.
De repente, un Samurai apareció corriendo en busca de la Uzukage. El hombre se arrodilló herido frente a la kunoichi, esta lo sanó rápidamente.
– ¿Qué sucede en la playa? – preguntó Misato
– El enemigo ha llegado a la playa y está asediando Uzushio desde todos los puntos – habló el samurai
Cuando terminó de curarlo, Misato se puso de pie y le agradeció por informarle. La kunoichi se puso de pie e invocó a Hattori y sus espadas del Dios Trueno.
– ¡Lady Misato! – llamó Tadao apareciendo desde un costado – ¡está embarazada! ¡no ponga su vida en riesgo!
– Prometí proteger a este pueblo y al Clan Uzumaki, no me quedaré sin hacer nada, Tadao – sentenció Misato
El gran dragón apareció en el cielo esquivando bolas de fuego y se posicionó a su lado moviendo la tierra. Misato trepó su lomo y Hattori desplegó sus alas y se elevó al cielo.
Misato observaba desde el cielo cómo el Tsuchikage estaba ganando la batalla. La kunoichi frunció el ceño al ver su ejército rodeado. Una gran lanza pasó volando por al lado de Hattori. Misato amplió los ojos al ver un gran harpón dedicado a intentar asesinarlos.
Automáticamente, Misato ordenó a Hattori elevarse sobre las nubes y sobrevolar la zona sin que pudieran verlos. Ambos volaron por alrededor de la isla hasta buscar el lugar adecuado de ataque. Y ese lugar era la retaguardia del enemigo. Las embarcaciones continuaban lanzando bolas de fuego mientras observaban el cielo en busca de dragones. De repente, el enemigo vio al dragón ébano salir de las nubes y en picada.
– ¡Inferno!
El gran dragón ébano expulsó una poderosa llamarada de fuego violeta sobre los ninjas del Tsuchikage quemándolos vivos. Hattori gruñó antes de lanzar otra llamarada de fuego. Misato se estremeció al ver los hombres siendo quemados vivos. Jamás olvidaría esta guerra.
Flashback
Misato frunció el ceño al ver las miradas de Itachi y Sasuke cuando informó el plan que tenían para cuando el enemigo llegara a Uzushio.
– No estarás hablando en serio, Misato – dijo Sasuke seriamente
– No tenemos más opciones, Sasuke – respondió Misato – seremos asediados sino atacamos la retaguardia
– ¿Y cómo planeas desviar los harpones? – preguntó Sasuke
– No es la primera vez que monto un dragón, Sasuke – respondió Misato mirándolo
– ¿Acaso no recuerdas cómo la lanza de Madara atravesó a Hattori y a ti? – cuestionó Sasuke perdiendo la paciencia – ¿Cómo puedes asegurar que no te sucederá nada? Ahora estás embarazada y las cosas son diferentes
– Lady Misato, si me permite creo que tengo una solución – habló Haruo desde su lugar
Fin Flashback
El plan de Haruo no estaba funcionando, la defensa que el consejero había planeado podría haber funcionado antes pero ya no. Por lo tanto, Misato tuvo que tomar acción. Ella no era estúpida para ir a la batalla sin protección. Un maestro de Fuinjutsu selló su vientre con un sello especial en caso de que algo malo sucediera así su hijo no nato no recibiría daño alguno.
Haruo desvió una oleada de kunai cuando vio las embarcaciones enemigas ardiendo en fuego violáceo. El hombre frunció el ceño, Misato había dejado la fortaleza para unirse a la batalla.
El consejero continuó luchando cuando las fuerzas del Tsuchikage estaban avanzando cada vez más. El ejército de Konoha y Suna era muy hábil. Gracias a ellos podían retenerlos tanto, pero vio que sus chakras no estaban respondiendo bien. Era extraño, tan solo llevaban unas horas luchando.
De repente, Haruo vio en el suelo unos símbolos de Fuinjutsu prohibido. Amplió los ojos horrorizado, el enemigo estaba consumiendo el chakra de sus aliados para matarlos. Era un fuinjutsu prohibido.
En ese momento, Hattori gruñó en el cielo y sobrevoló la zona donde estaban para luego expulsar una gran llamarada sobre el enemigo. Haruo aprovechó para informarle a un Yamanaka del sello consumidor de chakra para que les avisara mentalmente a todos.
Cuando todos estuvieron avisados, se alejaron del sello prohibido. Sin embargo, Hattori ya había acabado con el enemigo y las embarcaciones. Haruo observó al dragón aterrizar en el suelo, precisamente en la entrada de Uzushio y gruñó a los presentes. Misato se bajó del lomo del dragón y se acercó a unos ninjas de Suna. Haruo consideró que la batalla había durado muy poco, algo vendría.
– Lady Misato, ¿qué haremos con estos ninjas? – preguntó un Samurai
– Llévalos a la prisión, estarán allí para ser interrogados – respondió Misato
Al instante, la Uzukage se marchó rumbo al centro de la aldea para curar a heridos. Allí estaría la carpa médica. También iría al hospital.
– ¡Lady Misato! – llamó Haruo mientras la alcanzaba – He descubierto algo muy importante que me gustaría discutir en una reunión
– Está bien – asintió Misato – esta noche nos reuniremos, por ahora iré a sanar heridos
El resto del día, los ninjas se mantuvieron en vigilancia constante cambiando turnos para descansar. Pasado el anochecer, Misato pudo terminar de sanar a la mayoría con ayuda de ninjas médicos. A mayoría necesitaba descanso. Algunas personas no pudieron ser salvadas a causa de sus heridas, y ella no podía usar sus jutsus especiales debido a su estado.
En la sala de reuniones, se encontraban Tadao, Haruo, Neji, Baki, Sasuke e Itachi. Neji y Baki iban como comandantes de las fuerzas de sus respectivas aldeas, Konoha y Suna.
– Lamento la tardanza – dijo Misato al entrar a paso rápido
– Lady Misato – saludaron los presentes
– Haruo me ha informado que ha descubierto algo muy importante – habló la kunoichi
– Así es – asintió Haruo mirando a todos los presentes – durante la batalla, he percibido que los chakras de todos que estaban luchando disminuían rápidamente sin explicación – suspiró – hasta que vi un sello prohibido grabado en el suelo. Era un Fuinjutsu prohibido y a juzgar por el chakra provenía del enemigo
– ¿Cómo es esto posible? – preguntó Baki frunciendo el ceño
– Todavía no lo sabemos – respondió Haruo
– Neji, ¿podrías investigar el sello junto a un maestro fuinjutsu de Uzushio? – preguntó Misato con preocupación
– Por supuesto, Lady Misato – asintió Neji
– Gracias, Neji – dijo Misato – ¿cuántas bajas ha habido?
– Pocas – respondió Baki
– Envíen los cuerpos a sus familias – dijo Misato con seriedad
De repente, golpearon la puerta.
– Adelante
– Hay un hombre que dice ser su amigo, Misato-sama – informó su secretaria Celei
Fue allí, que la secretaria se hizo a un lado y el hombre entró en la sala mirando a todos y deteniéndose en Misato.
– Él es mi amigo – sonrió Misato por primera vez en el día
– Lady Misato – saludó Haku con una leve reverencia
– Comandantes, él es Haku Yuki – presentó Misato – un viejo amigo – la joven se acercó a él – bienvenido a Uzushio, Haku
– He venido a ayudarte, Misato – Haku sonrió levemente
En ese momento, Misato se acercó a él y lo abrazó con fuerza. Haku se sorprendió y correspondió el abrazo con gusto. La kunoichi estaba feliz de ver a un viejo amigo.
Finalmente, luego de un rato la reunión terminó y Misato se quedó charlando con Haku sobre los viejos tiempos. Hablaron sobre Zabuza que ahora tenía un equipo genin bajo su mando. Misato sonrió al escuchar eso. Haku ahora era un anbu pero le pidió a Kakashi ir a Uzushio para ayudar. Nanadaime Hokage estaba sorprendido pero le permitió ir.
– Realmente eran buenos tiempos, ¿no? – comentó Misato bebiendo su té
– Si, lo eran – respondió Haku con una breve sonrisa – ¿cuándo nacerá tu bebé?
– En septiembre – respondió Misato acariciando su vientre
– ¿Será niño o niña?
– No lo sé, quiero que sea una sorpresa – dijo Misato
Continuaron charlando hasta que Misato decidió ir a dormir y darle una habitación a Haku para que descansara.
Al día siguiente, Misato continuó colaborando con los aldeanos a reparar algunas casas dañadas por las bolas de fuego. Más tarde, se llevó a cabo una reunión y allí Neji informó que el sello prohibido era proveniente de Suna. Aquello era muy confuso. Tal como esperaba, Baki defendió su aldea.
– Comandante Baki, por favor – dijo Misato – no estamos acusando a su aldea de nada
– Es obvio que es obra del Tsuchikage – gruñó Baki
Misato observó la discusión que se gestaba frente a ella. No le gustaba el rumbo que estaba tomando el asunto. Comenzaron a culparse y defenderse.
– ¡Suficiente! – dijo Misato alzando la voz
Los presentes la miraron en silencio. La Uzukage se puso de pie y observó a cada comandante.
– Iré a Suna para hablar personalmente con el Kazekage – sentenció Misato – aclararemos esto pero quiero que continúen investigando el sello, puede que encuentren algo que hayan pasado por alto
– Hai
Sin más, Misato se retiró de la reunión dispuesta a prepararse para el viaje. Iría en carruaje para no llamar la atención con un dragón. Además, Onoki podría aprovechar para atacar Uzushio de nuevo si la veía irse.
– Misato, ¿cuándo partirás? – preguntó Itachi
– Ahora mismo
– Está bien – asintió el ninja
– ¿No te opones? – preguntó Misato levantando una ceja
– No, es tu deber – respondió Itachi
– Sin embargo, una cría de Aoda te acompañará por si algo sucede – habló Sasuke entrando a la habitación – sospecho que un cuervo también – dijo mirando a su hermano
– No lo niego – Itachi se encogió de hombros
– Está bien – dijo Misato – de todos modos, dos guardias me acompañarán
El viaje duró más de lo que Misato creía y no fueron dos guardias que la acompañaron. Haruo y Tadao insistieron en que llevara un pequeño ejército, los espías de Iwa estaban por todos lados y seguramente sabrían de su viaje. Las tormentas la retrasó bastante además de la tormenta de arena que hubo cuando entraron en territorio.
Misato iba cabalgando en su corcel junto a un ejército mientras ingresaban a Suna sin problemas. Lord Kazekage ya había sido avisado sobre la visita de Misato Senju. La kunoichi frunció el ceño al ver que su ejército era para nada pequeño. Hablaría seriamente con Tadao y Haruo sobre las decisiones que tomaban y luego no se cumplían.
Los habitantes de Suna observaron sorprendidos y un poco atemorizados al gran ejército marchar en las calles principales y en orden. En medio de la línea, pudieron ver a Misato Senju cabalgar rumbo a la Torre Kazekage acompañada de dos Samurai. Allí la esperaba Lord Kazekage Gaara.
– ¿Es Misato Senju? – preguntó un aldeano
– Hai – asintió otro aldeano
– ¡Allí va! – señaló un ninja cuando Misato pasó con su corcel
– Ella es una de las heroínas de la Cuarta Guerra – dijo otro ninja – pero ahora dicen que es una conquistadora de aldeas, ¿vendrá a conquistarnos? – preguntó en preocupación
– ¡Idiota! – gruñó su compañero – ¡conquistó las aldeas que retenían otros Uzumaki! ¡No vendrá a conquistarnos!
Mientras cabalgaba, Misato observó a los habitantes de Suna. Se mostraron realmente sorprendidos, algunos intentaron acercarse y otros estaban atemorizados. Finalmente, Misato llegó a su destino y desmontó el corcel. Se acercó a Lord Kazekage y le tendió la mano.
– Lord Kazekage – saludó Misato mientras el susodicho tomaba su mano en saludo
– Lady Uzukage – repitió Gaara mirándola intensamente
Ambos líderes subieron los escalones de la torre y se dirigieron a la oficina de Gaara.
– Gaara, algo extraño ha sucedido en mi aldea – dijo Misato yendo al grano – durante la batalla, uno de mis consejeros descubrió que un sello prohibido estaba consumiendo el chakra de los ninjas y samurai
– ¿Algo malo les ha sucedido? – preguntó Gaara con preocupación
– No, pero están siendo evaluados por ninjas médicos dos veces al día – respondió Misato – el problema es que descubrimos que el sello proviene de Suna
De repente, irrumpieron en la oficina.
– ¡Kazekage-sama! ¡Estamos bajo ataque! – gritó un ninja completamente alarmado
– Calmate, ¿quién nos ataca?
– ¡No lo sé!
– ¿Dónde están? – preguntó el Kazekage nuevamente
– En la entrada
En ese momento, Gaara envió un ojo de arena para observar la aldea. Efectivamente, de la nada había un gigantesco ejército y en el frente de pie estaba Onoki junto a un hombre encapuchado.
– Es el Tsuchikage con un ejército – informó Gaara seriamente
– ¡Maldito! – gruñó Misato
– Misato – llamó de repente Gaara – esta batalla será como en la Cuarta Guerra
– ¿Por qué? – cuestionó Misato mirándolo
– Su ejército son personas revividas por el Edo Tensei – sentenció Gaara
– ¿Cómo se atreve? – dijo Misato con indignación para luego preocuparse – esto es malo, Gaara – continuó
– Lo sé – asintió el Kazekage
Tal como hizo antes, Misato realizó Fuinjutsu para proteger Suna y le comunicó a su ejército que lucharían junto a los ninjas de Suna para proteger la aldea.
Luego, Misato invocó a sus tigres médicos para realizar la Red de Sanación. Gaara la observó realizar los sellos e invocaciones, para luego realizar invocaciones él mismo.
– ¿Tienes más invocaciones? – preguntó Gaara al verla realizar un sello desconocido
– No, llamaré a Hattori – respondió Misato – ¿estás listo, Gaara?
– Hai
Sin más, Misato desenvainó sus Espadas del Dios Trueno y junto a Gaara fueron a la batalla que ya estaba en curso fuera de la aldea. Debían evitar a toda costa que fueran asediados. Los ninjas de rango más bajo se encargarían de llevarse a los civiles a un lugar seguro.
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