Hidan y Kakuzu

"Con paciencia, esfuerzo y determinación, puedes llegar tan lejos como te lo propongas"

Abrí los ojos, el sol me alumbró con fuerza. Tal intensidad me hizo voltear la cabeza. ¿Qué me pasó? Aaah, sí ya recuerdo, me caí del árbol.

¿Quién me encontró? Miré alrededor, estaba en mi habitación. Suspiré de alivio. La puerta se abrió, era Tsunade-obasan.

− Buenos días Misato-chan, por fin despertaste - saludó Tsunade-obasan

− ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? - pregunté

− Dos días, ¿Recuerdas lo que te pasó? - cuestionó preocupada

− Hai, estaba corriendo por el árbol, pisé en una parte del tronco dañada y el dolor en el tobillo me hizo perder la concentración y caí - expliqué

− Bueno, fui al bosque a buscarte porque Shizune y yo teníamos un mal presentimiento... Fue en ese momento cuando te vi - dijo

− Arigatou, por haberme salvado - agradecí sonriendo

− Hai, no tienes que agradecer - dijo moviendo las manos

− ¡Misato-chan! - saludó eufórica Shizune - ¡Despertaste!

− Así es - le sonreí

− Estabamos tan preocupadas - miró a Tsunade-obasan

− Hai, voy a chequear que estés bien - dijo Tsunade-obasan acercándose para examinarme con su palma mística

Observé con atención sus manos, brillaban de un hermoso color verde. Así que esta es la técnica de sanación, la palma mística. Bueno admito que estuve leyendo uno que otro libro de Tsunade-obasan, por suerte no se dio cuenta. Shizune se retiró de la habitación diciendo que tenía que comprarle unas cosas a TonTon. Me di cuenta de que unas vendas estaban envueltas en mi cabeza, las toqué. Quise quitármelas pero Tsunade-obasan me interrumpió.

− Misato-chan, no te saques las vendas - dijo Tsunade-obasan

− ¡Tsunade-obasan quiero seguir entrenando! - dije levantándome de la cama

− ¡No! - gritó, la miré sorprendida - acabas de despertar, no voy a dejarte ir a entrenar - explicó suavemente

− Pero...

− Sin peros, mañana seguirás entrenando pero por ahora descansarás - cortó

− Hai - susurré en la derrota

El transcurso del día fue extremadamente aburrido. Súper aburrido. Lo único que podía hacer era leer algún libro o mirar por la ventana. En estos momentos extraño la televisión y computadoras. Suspiré cansinamente. Tsunade-obasan tenía razón sobre que no retomara hoy mi entrenamiento. En realidad no estoy totalmente recuperada, mi chakra tiene que restaurarse completamente. Suspiré de nuevo, qué aburrimiento. Cerré mis ojos, voy a intentar dormir, ya es de noche.

Al día siguiente

Me desperté muy feliz, corrí rápidamente hasta la cocina. Vi a Shizune cocinando.

− ¡Buenos días, Shizune-chan! - saludé felizmente

− Buenos días, Misato-chan. Te ves feliz - saludó Shizune

− ¡Hai! ¡Hoy volveré a entrenar! - le mostré mi pulgar levantado, se rió

− Misato-chan, hoy estaré contigo todo el día. Por si acaso - avisó Tsunade-obasan

− Hai, hai

El desayuno pasó muy tranquilo, Tsunade-obasan y Shizune mantuvieron conversaciones triviales. ¡No puedo esperar para ir a entrenar!

− Misato-chan, vámonos - dijo Tsunade-obasan

− ¡Hai!

¿Cómo fue que el desayuno pasó tan rápido? Misterios de la vida. Tsunade-obasan y yo salimos de la aldea, nos introducimos en el bosque y encontramos el claro donde entrenaba. Vi un pequeño charco de sangre, asi que allí caí. Tsunade-obasan me sacó de mis pensamientos hablando.

− Misato-chan, continua escalando el árbol y cuando llegues a la cima continuaremos a la siguiente fase del entrenamiento - explicó, asentí con la cabeza

El día en que me caí del árbol ya casi tenía dominado esto. Voy a demostrarle que puedo hacerlo. Tomé posición y comencé a correr hacia el árbol, corrí y corrí cada vez más alto. Luego de tanto esfuerzo, ¡Llegué a la cima! Observé con fascinación la vista. ¡Era espectacular! Podía ver la aldea de las Fuentes Termales, los edificios, casas y los aldeanos se veían pequeños.

− ¡Excelente Misato! - elogió Tsunade-obasan cuando bajé del árbol - ahora podemos continuar

− ¡Sí! - salté con alegría

− Sígueme - ordenó

Tsunade-obasan me guio hasta un río cercano, la miré y sonrió. El río tenía una corriente bastante fuerte, supongo que tendré que caminar sobre él.

− Para reforzar tu control de chakra vas a tener que caminar sobre el río - explicó con sencillez

− Hai, pero es diferente que con los árboles ¿no? - dije observando el río

− Por supuesto, el agua es una sustancia en movimiento por lo que tendrás que mantener distintas cantidades de chakra para mantenerte de pie - explicó

− Hai, voy a hacerlo - dije

Puse un pie sobre el agua y se hundió. Esto va a ser mucho más difícil, lo intenté de nuevo y mantuve el pie, coloqué el otro pie y estaba de pie ¡sobre el agua! ¡Genial!

Comencé a caminar con duda, el agua se agitó y perdí el control. Caí al agua helada.

− ¡Essta fríaaa! -grité mientras nadaba fuera del río

− Hai, hai es normal - contestó tranquila Tsunade-obasan

− ¡¿Normal?! ¡El agua está helada! - le grité tiritando de frío

− Eso te ayudará a que camines, corras y hasta saltes sobre el agua - explicó - continua Misato-chan

− Hai - miré el río y me dirigí hacia él

Por más que el río este completamente helado, y sienta que me congele. ¡No me va a detener! ¡Allá voy! Corrí rápidamente, hice varios pasos y caí de nuevo al agua. ¡Cuuánto fríoo!

Mi cabello rojo se pegaba a mi cara, agarré una bandita que tenía en la muñeca. Até mi cabello mojado en un bollo desordenado. ¡Ahora sí! Me arremangué las mangas y corrí de nuevo al río.

¡Pero qué niña más extraña! Supongo que es hereditario, todos los Uzumaki eran un poco extraños - pensó Tsunade al ver a Misato

Horas más tarde

Ya era el atardecer cuando Misato se acercó a Tsunade que estaba durmiendo plácidamente debajo de un árbol. La observó dormir, y sonrió con maldad.

− Tsuunade-chaaan - le susurró sonriendo

Tsunade siguió durmiendo pero a Misato se le ocurrió una gran idea, que seguramente la despertaría.

− ¡Ha llegado la hora feliz! ¡Sake gratis para todos! - ofertó Misato aplaudiendo

− ¡¿NANI?! - saltó Tsunade buscando frenéticamente al sake

− ¡Caíste! ¡No puedo creerlo! - se rió con fuerza Misato

Un aura oscura rodeó a Tsunade. Misato dejó lentamente de reír. Tsunade la miró, y a Misato le dio un escalofrío.

− ¡¿Cómo te atreves a bromear con mi precioso sake?! - gritó corriendo a Misato por el bosque

− ¡Fue una simple broma! ¡Gomen, gomen! - gritó Misato mientras escapaba de ella

− ¡No escaparás! - le gritó

Luego de quince minutos

Finalmente la persecución terminó, Tsunade sonreía satisfecha y Misato refunfuñaba con un chichón en su cabeza.

− Asi que... ¿Por qué me despertaste? - preguntó Tsunade-obasan

− Etto... quería preguntarte sobre algo... no, sobre alguien de Konoha - dijo

− ¿Quién? - preguntó curiosa Tsunade-obasan

− En tu casa, cuando pasé la noche en la habitación que me designaste vi un cartel - comenzó tentativamente

− ¿Un cartel?

− Hai, tenía un nombre escrito allí y era "Nawaki"... ¿Quién era él? - preguntó Misato

− Nawaki... él era mi hermano menor - contestó Tsunade con tristeza

− ¿Murió no es así? - pregunté mirándola

− Hai, murió en batalla durante la Tercera Guerra Mundial Shinobi - dijo mirando los árboles

− Ya veo - contestó Misato

Ninguna de las dos dijeron más nada, ya que no había más que decir. El silencio perduró unos minutos hasta que Tsunade habló mirando el cielo. Ya era de noche. ¡Qué rápido pasó el tiempo!

− Misato-chan, es hora de volver - dijo con calma

− Hai - susurró

Mantuvieron el estado melancólico hasta que llegaron al hotel. Shizune dijo que habían llegado a tiempo para la cena, ellas se sentaron y comieron la comida que había preparado. El ambiente cambió a uno más alegre, Shizune relató como TonTon se había escapado de sus brazos para correr a una mariposa. Explicó que lo había perseguido por toda la aldea y que lo había encontrado en manos de un niño.

Misato le contó a Shizune lo que habia progresado con su entrenamiento, ¡Podía caminar sobre el agua!, agregó que con cierta dificultad ya que le faltaba practicar un poco más. Tsunade dijo lo gracioso que fue cuando Misato cayó al río que estaba helado.

En fin el día fue de lo más entretenido, con un poco de tristeza pero estuvo bien.

Al día siguiente

Cuando me desperté no encontré a nadie en el hotel, Tsunade-obasan y Shizune no estaban por ningún lado. Me encogí de hombros, supongo que tuvieron que hacer algo importante. Fui a desayunar a una tienda de dango cercana. Me encanta el dango, tan sabroso.

Fue en ese momento cuando vio a un tumulto de gente conversando bastante agitados sobre algo. Me acerqué para escucharlos.

− ¡¿Cómo es posible?! - gritó alguien

− ¿Qué sucede? - preguntó una mujer que recién llegaba allí

− Es-s Hidan, dicen que lo vieron alrededor de la aldea - informó con miedo otra mujer

− ¡A mí me dijeron que estaba en el bosque planeando atacarnos! - gritó un hombre

− ¡Maldito Hidan! ¡Ya hizo suficiente! ¿Ya no le basta? - gritó desesperado un anciano

− Mató a muchos de aquí, quizás planea algo más - sugirió un joven

¿Hidan? ¿El lunático religioso? ¿Cómo es que se llamaba su Dios? Ay, no recuerdo. Es preocupante que un miembro de Akatsuki ande rondando por aquí, es probable que no esté solo. Si atacan la aldea, que no es ninja morirán los aldeanos y todos los que viven aquí. Tengo que averiguar sobre esto.

Corrí hacia el bosque, estuve como unas horas buscando a Hidan y posiblemente su compañero.

− Parece que no están, quizás exageraron - dije resignada al bosque

Un crujido de ramas me alertó. Escuche unas voces. Me acerqué lentamente para ver de dónde provenían las voces.

− Hidan, ¿Escuchaste eso? - preguntó Kakuzu

− ¿De qué mierda estás hablando? - preguntó exasperado

− Idiota

− ¿Qué dijiste? - le gritó apuntándolo con su hoz

− Idiota, eso dije - contestó

− Maldito cadáver andante - insultó

¿Por qué siempre me meto en situaciones peligrosas? ¡No tendría que haber venido! ¡Ni siquiera se ocultar mi chakra! ¡Y ahora me vengo a dar cuenta! ¡Me van a descubrir!

Estaba tan preocupada en mis pensamientos, que no vi a Hidan y Kakuzu parados en frente de mí mirándome. ¡No puedo creer que me metí en esto! Espera... Hidan... y Kakuzu, levanté la vista y los vi.

− ¿Ho-ola? - dije nerviosamente

− Oye Kakuzu, ¿no tiene el mismo color de pelo que Pain-sama? - preguntó a su compañero

− Sí - respondió

− ¿La matas tú o la mato yo? - preguntó casualmente

Los miré aterrorizada. ¡Me van a matar! ¡¿Qué voy a hacer?! ¡Tengo que escapar de alguna forma!

− Idiota, hay que llevarla con Pain-sama - cortó Kakuzu

− No voy a andar de niñero, estúpido - contestó Hidan

− Pain-sama decidirá qué hará con ella

− ¡Y a mí qué! ¡Matémosla!

− Solo porque tú quieras hacer tu ofrenda a tu dios imaginario no significa que mates a cualquiera que se te cruce - dijo tranquilamente Kakuzu

− ¡No te burles de Jashin-sama! - le gritó Hidan

Estaban insultándose tanto unos a otros, que aproveché el momento para escapar. Retrocedí lentamente hasta quedar fuera de su vista. ¡Tengo que irme rápidamente o me alcanzarán! Miré los árboles, voy a tener que saltar entre ellos para alejarme totalmente. Todavía no tengo perfeccionado el control de chakra pero tengo que hacerlo. Salté hacia una rama, me lancé trastabillando a la rama siguiente del otro árbol. Sonreí, tengo que seguir. Continué saltando entre los árboles, obviamente casi me caigo un par de veces pero finalmente llegué a la aldea. Suspiré de alivio. ¡Qué suerte tuve! ¡Escape de Akatsuki!

− ¡Misato-chan! - me llamó Shizune - ¿Dónde estabas?

− Fui a pasear por el bosque

− Hai, ven - dijo guiándome

Shizune y yo llegamos al hotel. Tsunade estaba esperándonos sentada en la cocina bebiendo té.

− Es hora de seguir nuestro camino, al amanecer partiremos hacia Kumogakure - informó Tsunade

− Hai - dijimos al unísono

Durante el día estuve pensando sobre el encuentro con Hidan y Kakuzu. Sinceramente tuve mucha suerte para poder habido escapar ilesa de ellos.

La noche llegó, estaba preocupada. Quizás atacarían la aldea, ¡No quiero que mueran personas! Al parecer Tsunade-obasan y Shizune notaron mi estado de ánimo.

− Misato-chan, ¿Qué sucede? - preguntó preocupada Shizune

− Etto... ¿prometen que no se enojaran? - pregunté con nerviosismo

− No lo prometo, asi que explicanos lo que pasa - cortó Tsunade-obasan

− ¡Tsunade, no seas asi!

− Seguramente se metió en problemas, dinos - dijo Tsunade-obasan

− En la mañana como no las encontré, salí a desayunar en una tienda y al salir vi a mucha gente hablando sobre unos criminales de Akatsuki que estaban en el bosque... Decidí investigar, durante un rato no los vi pero los escuche y no me di cuenta cuando aparecieron en frente mio. Uno de ellos llamado Hidan habló sobre matarme y el otro que se llamaba Kakuzu quería secuestrarme, comenzaron a pelear sobre ello y aproveche para escapar. Llegué a salvo a la aldea y luego vine aquí - expliqué

− ¡¿Qué?! - ambas gritaron fuertemente

− ¡Pudiste haber muerto Misato! - gritó Tsunade-obasan

− ¡Baka! ¡No vuelvas a hacer eso! - me regañó Shizune

− ¡Ruega para que Akatsuki no te persiga! - siguió gritando Tsunade-obasan

− ¡Gomen! ¡No lo voy a hacer nunca más! - chillé con miedo

Luego de que me gritaran y regañaran por haber sido imprudente, Tsunade-obasan me abrazó diciendo que no soportaría verme morir. Entendí en ese momento lo mucho que me quieren, y cuánto me cuidan. Me disculpé sinceramente de nuevo.

Ahora mismo estoy a punto de dormir, supuestamente a la madrugada saldremos de la aldea rumbo a Kumogakure. Suspiré, va a ser un largo camino.

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