Enfrentamientos

"Cuando la vida te preste razones para llorar, demuestra que tienes mil y una para morir"

La oscuridad me rodea, cuervos negros vuelan sin rumbo a mi alrededor. Parece un genjutsu. Hice el sello, ¡Kai! Nada, no puedo disiparlo. De repente los cuervos toman una forma humana lentamente hasta revelar a Itachi Uchiha.

− ¡Itachi! - exclamé en sorpresa

− Misato, hace tiempo que no te veía - dijo suavemente Itachi

− ¿Qué es esto? ¿Es un genjutsu? ¡Sácame de aquí! - hice de nuevo los sellos - ¡Kai!

− No es un genjutsu normal, no sirve de nada intentar disiparlo - explicó con calma

− ¿Qué es lo que quieres? - pregunté más tranquila

− ¿No me temes? ¿No me odias por haber matado al Clan Uchiha? - preguntó mirándome con sus ojos rojos

− No, Itachi como te dije aquella vez siempre puedes contar conmigo - dije seriamente

Itachi se acercó lentamente en la oscuridad hasta quedar de pie enfrente de mí. Su presencia me intimida. Su mano levantó mi barbilla.

− ¿Por qué no me odias? - preguntó mirando mis ojos marrones

− No te odio porque te conozco y sé que lo que hiciste no fue por tu voluntad sino por distintos factores que te obligaron a hacerlo. Además eres un buen chico y estoy orgullosa de ti - dije lo último repitiendo lo que le había dicho su padre antes de morir

− Arigatou, Misato-chan. Por fin entiendo a Sasuke - dijo cerrando sus ojos para revelar sus ojos negros

− ¿Cómo que lo entiendes? - pregunté confundida

− No importa. Misato-chan, por favor cuida de mi hermano menor. Es hora de irme - su cuerpo comenzó a desaparecer

− ¡Espera! ¡Quiero seguir hablando! ¡Itachi! - grité pero desapareció dejándome en la oscuridad

Abrí los ojos exaltada. Miré a la ventana, el cuervo ya se había ido. Suspiré, de verdad quería continuar hablando con él. El sueño ya se me había ido, miré a la luna brillar junto a las estrellas. Cerré los ojos al sentir la brisa nocturna pasar por la aldea.

Guarida de Akatsuki

Itachi estaba sentado en la cama de su habitación, muy concentrado. A través de su cuervo había podido hablar con Misato. Una pequeña sensación de felicidad lo recorrió, no estaba tan solo como pensaba. Observó a través de los pequeños ojos del cuervo a Misato. Luego de haberla liberado del genjutsu, se posó en un árbol para que no pudiera verlo. Ella había estado mirando la luna para luego cerrar sus ojos disfrutando de la brisa. Su largo cabello rojo se ondeaba al viento. Era una vista muy bonita.

− Itachi-san, nos ha llamado Pain-sama a su oficina - dijo su compañero azul desde la puerta

− Hn, ya te he dicho que golpees - avisó Itachi sin emociones

En Konoha

Me quedaron muchas dudas respecto a ese sueño, tuve la esperanza de volver a hablar con él a la noche siguiente pero no sucedió.

En fin han pasado unos catorce días desde que volví a Konoha, durante este tiempo he estado entrenando a Naruto. Con respecto a Sasuke no hemos hablado desde el incidente. Todavía sigo un poco afectada por ello.

Hoy es sábado, por lo que no tenemos clases en la Academia. Seguramente Naruto vendrá a casa a pasar el rato. Tocaron timbre. Hablando del Rey de Roma. Fui a abrir la puerta y en efecto era Naruto.

− ¡Hola Misa-chan! ¡Vayamos a entrenar, dattebayo! ¡Ya puedo escalar el árbol! - exclamó agitando los brazos

− ¿De verdad? ¡Muéstrame! - exclamé feliz

Naruto tomó mi mano, y corrimos juntos hasta uno de los campos de entrenamiento cercanos. Mm, recuerdo cuando entrené a Naruto por primera vez.

Flashback

Iruka-sensei nos había estado entrenando en ninjutsu básico. Explicó el Jutsu Réplica, pero debido a la gran cantidad de chakra que tiene Naruto no pudo hacerlo. En realidad solo un muñeco sin vida pudo hacer lo cual no servía.

Al final de la clase, Naruto estaba muy triste porque no pudo hacer correctamente el jutsu. Tengo que hacer algo, voy a entrenarlo en control de chakra y quizás más.

− Naruto - lo llamé cuando lo alcancé

− ¿Nani? - se dio media vuelta confundido - ¡Misato-chan!

− Esto puedo ser un poco repentino - hablé un poco nerviosa- pero puedo entrenarte. Es decir si quieres

Naruto me miró con los ojos abiertos. ¿Por qué se sorprende? Oh sí, nadie quiere ayudarlo. Apreté los puños, no voy a dejar que tenga esos pensamientos. Luego de unos minutos de silencio finalmente habló.

− ¡Hai! ¡Entréname, dattebayo! ¡Con tu ayuda estaré más cerca de convertirme en Hokage! - dijo con determinación

− ¡Bien! ¡Vamos! - tomé su mano para jalarlo hasta un campo de entrenamiento

− ¡Eh! ¡Espera, Misato-chan! - casi se cae por como lo arrastraba

Más tarde

Naruto respiraba con gran dificultad mientras lo observaba de brazos cruzados. Tiene una condición física buena pero necesita más resistencia en los entrenamientos. Mm, quizás fui un poco dura. Fruncí el ceño, esto solo fue una entrada en calor.

− Naruto, ven - lo llamé

− Hai - me siguió hasta pararnos enfrente de un árbol

− Quiero que escales este árbol sin manos - indiqué mirando el árbol

− ¡¿Nani?! ¿Cómo voy a escalar sin manos? - gritó confundido

− Pues así - le sonreí mientras caminaba por la corteza del árbol

− ¡Increíble! - me miró con estrellitas - ¡Eso fue fantástico! - dijo cuando baje de la copa del árbol

− Gracias, puedes hacer esto Naruto. Si lo haces en menos de quince días te enseñaré un súper jutsu - dije mirándolo - ten este kunai para que marques tus progresos

− ¡Lo haré, dattebayo! - movió el puño

Durante el resto de la tarde observé sus intentos de escalar el árbol. Suspiré, estaba fracasando. Naruto cayó varias veces del árbol pero su determinación lo motivó a seguir intentándolo. Le di varios consejas para mayor facilidad.

Fin Flashback

Cuando finalmente llegamos al campo de entrenamiento, Naruto miró con determinación el árbol. Él se puso de pie frente al árbol, hizo el sello y comenzó a correr por el árbol hasta llegar a la copa de este. Sonreí con orgullo, pudo hacerlo.

− ¿Viste eso, Misato-chan? ¡Veo toda la aldea, dattebayo! - exclamó emocionado

− Excelente Naruto - grité desde el suelo

Naruto bajó de la copa del árbol corriendo por la corteza. Le sonreí felizmente. Estaba tan orgullosa de su progreso, estaba listo para aprender ese jutsu.

− Naruto, estoy orgullosa de ti y como recompensa por tu esfuerzo te enseñaré el Kage Bunshin no Jutsu - le dije sonriendo - el sello especial para hacerlo es este - crucé los dedos en forma de cruz - y luego concentras chakra ¡Kage Bunshin no Jutsu!

− ¡Genial, dattebayo! ¡Este se parece al jutsu réplica que nos enseñó Iruka-sensei! - exclamó pensativo

− Hai, pero estos clones son reales - expliqué mientras toqué a mi clon - mientras que el Jutsu Réplica son imágenes, ¿entiendes?

− Mmm - frunció el ceño - no

− Mira, ¡Jutsu Réplica! - exclamé haciendo un simple clon - este clon es solo una imagen, ven tócale el brazo

− Es verdad - dijo fascinado mientras su mano traspasaba el brazo

− Y ahora toca este clon - le indiqué a mi clon de sombra, se acercó y pudo tocarlo - ves esa es la diferencia por lo tanto el Jutsu Clon de Sombra es mucho más eficiente que el Jutsu de Réplica - expliqué señalando los clones - porque es más difícil detectar cuál es el verdadero usuario de la técnica

− Hai, ¡Arigatou, Misato-chan! - me abrazó repentinamente

− Etto... por nada Naruto - contesté tímidamente - no hace falta que me agradezcas

Desde atrás de un árbol, Sasuke observaba el intercambio con el ceño fruncido. Sasuke se había dado cuenta del progreso de Naruto durante los entrenamientos de la Academia, su control de chakra había mejorado con rapidez por lo que llamó su atención. Decidió seguirlo, y vio que Misato lo estaba entrenando en control de chakra y hasta le enseñó un jutsu. Él también quería hacerse más fuerte pero no encontraba la forma, nadie de su Clan estaba vivo para entrenarlo y todo lo que había investigado era muy avanzado y no tenía idea de cómo progresar. Estaba enojado por el progreso del dobe, no podía creer que había mejorado. Quizás debía pedirle disculpas a Misato por lo que pasó y rogarle que lo entrene pero eso sería tirar por la borda su orgullo. ¿Qué estaba pensando? No iba a pedirle disculpas ni mucho menos que lo entrene. Sasuke se dio media vuelta para irse.

Misato había percibido el chakra de Sasuke hace mucho tiempo, desde hace unos días que los había estado espiando y tenía la esperanza de que se mostrara pero no sucedió. Ahora mismo su chakra había desaparecido dando por entender que se había ido a otro lugar. Suspiró, no quería estar peleada con él pero debía pedir disculpas por lo que hizo.

− Ne, Misato-chan ¡Vayamos a Ichiraku Ramen! - invitó feliz

− Hai - le sonreí

Naruto y yo corrimos una carrera hasta el restaurant. Llegamos al mismo tiempo, cayendo en la entrada. Nos reímos ante la caída, hoy era un día para celebrar pues Naruto había aprendido el Jutsu que ayudó a la mayoría de sus técnicas.

− ¡Viejo, dame un miso ramen! - pidió Naruto - ¿y tú, Misato?

− ¡Lo mismo! - ordené al hombre

− ¡A la orden! - exclamó preparando las comidas

Mientras tanto en el Compuesto Hyuga

Hiashi Hyuga estaba sentado en su despacho leyendo el boletín de notas de su hija mayor, Hinata Hyuga. Al parecer había quedado en segundo lugar en Taijutsu entre las niñas. ¿Cómo era posible que siendo heredera del Clan Hyuga haya quedado en segundo lugar? Frunció el ceño, esto no le iba a gustar a los ancianos.

− Hinata, ¿Quién está en primer lugar? - preguntó Hiashi con dureza

− Mi-isa-ato-chan está en prime-er lugar - articuló nerviosamente Hinata

Hiashi no respondió, estaba sorprendido que la niña que aquella vez curó a Neji tenga tanta habilidad. Por supuesto que tenía potencial, pero lograr vencer a Hinata fue bastante impresionante. Sabía que Hinata es demasiado amable y no le gusta luchar, pero debía admitir que Hinata era fuerte sino fuera por su inseguridad. Tendría que confirmarlo con sus propios ojos, sí ver con sus propios ojos luchar a su hija y Misato Senju. La hija del que alguna vez fue su compañero shinobi, Kenji Senju.

En Ichiraku Ramen

Observé como Naruto comía desesperadamente su ramen. Fue un poco asqueroso verlo, por Kami que no tiene modales. Me concentré en comer mi tazón de ramen.

− Ne, Misato-chan. Desde hace un tiempo quería preguntar algo - miró su tazón

− ¿Qué querías preguntarme? - le dije confundida

− Siempre te veo sola, te vas de la Academia sin esperar a nadie así que quería preguntarte ¿Tus padres están vivos, dattebayo? - preguntó mirándome serio

− Ya veo - hablé entendiendo su pregunta - mis padres están muertos, ellos murieron durante el ataque del Kyubi - contesté jugando con los palillos

Naruto no respondió, simplemente quedamos en silencio hasta que pagamos por la comida. Nos fuimos de Ichiraku y comenzamos a caminar por la aldea. Estaba anocheciendo, debería irme a casa.

− ¿Los extrañas, dattebayo? - preguntó Naruto

− Hai, todos los días - contesté mirando el cielo

− Gomen Misato-chan si estas triste por mi culpa - susurró

− No, es bueno hablarlo con alguien. Además tu eres mi mejor amigo, Naruto - respondí sonriendo

Naruto respondió con una sonrisa, y luego de hablar un rato más se hizo de noche. Nos despedimos y cada uno fue a su casa. Salté por los tejados para ir a casa, mientras saltaba pude ver mi casa a varios metros. La casa era grande, tenía ventanas amplias y ahora las luces estaban encendidas. Esperen, ¿las luces estaban encendidas? Me detuve en un tejado, oculté mi chakra y observé la casa.

Cuando salí para ir a entrenar, no dejé nada encendido. Fruncí el ceño, vi la sombra de alguien allí. Encendí Ojo de Kagura para detectar el chakra. Maldición, era un shinobi experimentado de rango anbu. Bastante hábil, pero hay algo en su chakra que es extraño. Su chakra es frío como si no tuviera sentimientos.

Sentí la ráfaga de un kunai dirigido hacia mí. Lo desvié utilizando mi propio kunai. Un anbu con máscara blanca me atacó, al parecer estaba vigilando los alrededores para el otro anbu que estaba en mi casa. Se teletransportó rápidamente para luchar conmigo.

El anbu intentó darme una patada, pero contraataqué con un puñetazo con chakra haciendo que salga disparado varios metros atrás. Seguimos luchando mano a mano, hasta que logró darme una patada en mis costillas. Creo que fracturó un par de ellas, el chakra que estaba acumulando lo curó. El misterioso anbu que estaba en mi casa apareció junto al anbu con el que estaba luchando, y con una señal del primero se fueron sin dejar rastro. Observé pasmada como se esfumaron. ¿Qué buscaban en mi casa? Entré a la casa, y miré alrededor. ¡No había ningún desorden! Estaba todo igual. Desde hace tiempo que me persiguen. ¡¿Qué es lo que quieren conmigo?! ¡Tengo que decirle a Hokage-sama!

Corrí con rapidez hasta la Torre Hokage. Subí las escaleras corriendo, me tropecé y segui corriendo. Ignoré a su secretaria y entré sin tocar. Abrí la puerta bruscamente.

− ¡Hokage-sama! - grité de pie en la entrada

− ¿Misato-chan? ¿qué sucede? - preguntó preocupado Sarutobi

− ¿Así es como te trata la nueva generación, Hiruzen? - se burló un extraño hombre

Entrecerré los ojos. Ese viejo, es Danzō Shimura. Uno de los ancianos involucrados en la Masacre Uchiha. Maldito vejete, básicamente obligo a Itachi a matar a su familia.

− Ya basta, Danzo - cortó el Hokage

− Mm, ya me voy - se fue por la puerta mientras me corrí de allí para que pase

Observé cuando se iba, el viejo parece frágil pero es muy fuerte. Tiene todas esas vendas ocultando los sharingans del Clan Uchiha, ni hablar del ADN de Shodaime Hokage. La cara de mi antecesor en su pecho. Ew, eso es asqueroso.

− Hokage-sama, alguien entró en mi casa - dije sin rodeos

− ¿Qué? ¿Cómo lo sabes? - preguntó fumando su pipa

− Lo vi con mis propios ojos, y no era una persona cualquiera. Era un anbu - expliqué

− ¿Cómo estas tan segura? - preguntó haciéndome perder la paciencia

− ¡Lo detecte con mi kekkei genkai! ¡Además luché con su compañero que lo esperaba fuera! - exclamé exasperada

− ¡¿Qué?! ¡Imposible que un anbu ataque a una niña!

− ¿Acaso está dudando de mí? - entrecerré los ojos - Hokage-sama, ¿por qué hay anbus siguiéndome? Durante mi entrenamiento estuvieron observándome

− Misato-chan, no dudo de ti. Es solo que es extraño todo esto pero creo que tengo una hipótesis pero primero debo confirmarla para decirte. Así que no te preocupes, no voy a dejar que te molesten más. Ve y descansa. Estuviste entrenando con Naruto, debes estar agotada - dijo con suavidad

− Está bien, por favor dígame apenas sepa algo. Sayonara - me despedí

− Por supuesto, hasta luego - se despidió Hokage-sama

Al salir de la oficina respiré profundamente. Espero que Hokage-sama me diga lo que sucede. Él tenía razón, tengo bastante sueño. Fui a casa, observé el lugar de nuevo y no había nada raro. Me dirigí a mi habitación, abrí la manta de la cama y me tiré sobre ella para dormir.

Al día siguiente

Otra vez me desperté en la mañana por la luz del sol. ¿Por qué nunca cierro las cortinas? Fui a ducharme. Al salir me di cuenta de que era domingo, y que no haría nada en todo el día. En realidad, podría ir a entrenar. Naruto no puede ya que tenía que hacer una broma al Hokage. Sonreí, ya sabría mañana que broma hizo. Até mi pelo en una coleta alta. Ajusté mi ropa, era un kimono de kunoichi color verde claro con faja negra y shorts negros. Y por supuesto las sandalias ninja.

Al llegar al campo de entrenamiento, comencé a entrenarme en Taijutsu específicamente con puñetazos y patadas cargadas de chakra. Quizás afinar un poco la precisión con el bisturí de chakra.

Corrí hasta el centro del campo para luego dar un puñetazo al suelo haciendo que grandes pedazos de tierra salieran volando. Sonreí ante lo ocurrido, sin duda no perdía mi toque. Destruí los pedazos de tierra restante con patadas cargadas de chakra.

Una sensación de peligro me invadió, una horda de afilados kunais fueron disparados hacia mi espalda. Salté para esquivarlos pero algunos rozaron mis piernas lastimándome. ¿Qué pasa con estos inesperados ataques hacia mí?

− ¡Ya muéstrate! -ordené enojada

De atrás de un árbol salió Sasuke. ¡Por Kami! Fruncí el ceño, ¿qué pretende? ¿Matarme?

− Lucha contra mí, Misato - exigió con un kunai en mano

− ¿Por qué? - pregunté tomando posición de batalla

− ¡Vi lo que puedes hacer! ¡Quiero ver tu fuerza en combate! - explicó apretando su kunai

− No voy a luchar, a menos que hagamos una apuesta. Si gano, tú serás mi subordinado. Si pierdo, haré lo que desees - dije sonriendo con maldad

− Está bien - aceptó Sasuke

− ¡Comencemos! - me lancé rápidamente hacia él

Sasuke esquivó mi patada con chakra. Nuevamente tiró varios kunais que desvié con shurikens. Sasuke intentó darme un puñetazo, pero detuve su muñeca con facilidad. Esto lo enfureció, quiso darme otro puñetazo pero me engañó haciéndomelo creer para en lugar darme una patada en mi pecho. Respiré con dificultad, este chico tiene potencial.

Salté hacia atrás para recuperarme. Maldición, tiene fuerza. Voy a terminar esto ahora. Encendí mi bisturí de chakra. Corrí hacia él, continué desviando sus ataques con rapidez. Aproveché cuando quiso tirar de su kunai, que rocé mi bisturí de chakra cortando su tendón haciendo que su brazo quede inmóvil. Abrió los ojos con horror.

− Ya está, Sasuke. A partir de hoy eres mi subordinado - informé mirándolo

Me di vuelta para retirarme del campo de entrenamiento. Quizás aprendería algo dejándolo con el brazo inmóvil.

Mientras caminaba tranquilamente por las calles del centro de Konoha, repentinamente me llamaron desde la calle.

− ¡Senju-san! - gritó un hombre - Hiashi Hyuga ha solicitado su presencia en el Compuesto Hyuga

− Está bien, ¿Cómo es tu nombre? - pregunté curiosa

− Mi nombre es Ko Hyuga - contestó confundido

− Arigatou, Ko-san - sonreí para irme saltando por los tejados hacia el Compuesto Hyuga

Ko miró confundido donde había estado Misato Senju hace unos segundos. Nunca nadie le había agradecido nada, sonrió levemente ante ese gesto. Le gustaba esa sensación.

Compuesto Hyuga

Hiashi Hyuga se encontraba en su despacho conversando con su padre. Los dos hablaban seriamente de temas relacionados con el futuro del Clan.

− Hiashi-sama, ha llegado Senju-san - informó un sirviente

− Hazla pasar - ordenó

− Hai - respondió el sirviente

Luego de unos minutos, en la entrada apareció Misato Senju.

− Hola - saludó con nerviosismo la chica

− Ven, toma asiento - ordeno serio Hiashi - ¿Quieres té?

− Hai - respondió Misato

− Fuko - llamó el anciano

El sirviente que anteriormente había avisado de su llegado, volvió a aparecer para servir el té a los presentes y luego retirarse hasta nuevo aviso. Los tres tomaron el té con tranquilidad.

− Misato-san, la he llamado para pedirle algo - dijo Hiashi

− ¿En qué puedo ayudarlo, Hiashi-sama? - preguntó Misato

− Quiero que luches contra mi hija, Hinata Hyuga - dijo serio Hiashi

− ¡¿Qué?! - gritó Misato que ante su descuido, tosió y articuló - quiero decir, ¿por qué este pedido?

− Este año, ella no es la primera en Taijutsu ni Ninjutsu por lo tanto quiero ver por qué no pudo obtener ese lugar - explicó

− ¿Solo por eso somete a su hija a un enfrentamiento? - preguntó Misato con incredulidad

− Hai

− Queremos ver si Hinata ha progresado, por eso queremos verla luchar con alguien fuera del Clan - explicó el otro hombre, más viejo

− Muy bien, acepto pero a cambio quiero que en un futuro me den la posibilidad de discutir ciertos asuntos con el Clan Hyuga - negoció Misato

El viejo Hyuga y Hiashi se miraron en silencio. Luego de unos minutos de comunicación silenciosa de la cual impacientaba cada vez más a Misato, el viejo Hyuga asintió con la cabeza a Hiashi.

− Concedido, te enviaré un mensaje sobre cuándo se realizará el enfrentamiento - dijo Hiashi serio - puedes retirarte

− Está bien - se levantó - Sayonara - se fue rápidamente del lugar

Fuera del Compuesto

Misato se retiró del Compuesto rápidamente, ya que le incomodaba un poco estar allí. Eran muy estrictos. Sonrió al recordar la posibilidad de negociar ciertos asuntos en un futuro. Esos asuntos correspondían a la posibilidad de dialogar para erradicar el Sello Maldito.

¡Qué días más agotadores! Al llegar a casa, me duché nuevamente y me fui a dormir. Antes miré por la ventana en señal de algún cuervo pero no había nada. Cerré los ojos en cansancio. El sueño me consumió.

Mientras tanto en la Torre Hokage

El Tercer Hokage, Hiruzen Sarutobi se encontraba en su oficina mirando enojado. De pie frente a él estaba el que alguna vez fue su mejor amigo, Danzo Shimura.

− Quiero que dejes de enviar a anbus de raíz a espiar a Misato Senju - ordenó Hiruzen

− No sé de qué estás hablando, Hiruzen - contestó Danzo sin emoción

− Te conozco y sé que eres tú, Danzo. No puedo permitir que le hagas nada, su cuidado está en mi responsabilidad. Intenta una vez más enviar anbus y disolveré tu organización raíz - amenazó Sarutobi

− Haz lo que quieras - contestó Danzo - además no tienes pruebas de nada - y con eso se fue

Hiruzen Sarutobi se quedó solo en su oficina reflexionando ante lo ocurrido. ¿Cómo fue que llegaron a esta situación? Hiruzen recordaba cuando eran compañeros de equipo, y prometieron proteger la aldea a toda costa. Le había encargado ocuparse de la oscuridad de la aldea para protegerla, pero pareciera que esa decisión fue para peor. El Hokage se quitó el sombrero distintivo y se sentó en la silla. Ya estaba viejo para estas cosas, si Yondaime hubiera estado vivo, él estaría descansando en casa y quizás feliz con su esposa fallecida Biwako. Sí, la extrañaba desde el día en que murió. Pero el hubiera no existe asi que es mejor ocuparse de la realidad actual.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top