Entrenamiento Parte I
"La vida de las personas no termina cuando mueren, termina cuando pierden su fe"
Misato suspiró profundamente al ver la aldea de la lluvia frente a ella. Había leído el informe que Tsunade le había dado y se veía muy difícil entrar allí. Estaba segura que la detectarían, eran muy cuidadosos. Demasiado para su gusto.
La joven se ajustó su capa, el frío de la lluvia llegaba a su piel. En ese instante desapareció en un flash rojo, y apareció sobre un edificio cercano. Disimulando normalidad mientras mantenía su chakra oculto, descendió en una calle principal.
Una figura de ángel llamó su atención. Era una especie de estatua de papel, frunció el ceño. Esa estatua emanaba chakra. Comenzó a caminar por las distintas tiendas de comida y artefactos cuando de repente cinco shinobi de la lluvia se posicionaron a su alrededor.
Misato frunció el ceño, era imposible, había ocultado su chakra para disimular ser civil. No entendía cómo la habían descubierto. Esto no era bueno. La joven retiró su capucha dejando ver su apariencia y en condición pacífica.
Aquello no bastó para los ninjas, por lo tanto, dos de ellos comenzaron a realizar sellos velozmente y sin darle tiempo a nada, pusieron los sellos en ambos brazos de la kunoichi. Misato sintió una gran baja de su chakra, le habían suprimido más del ochenta por ciento de su chakra. Cayó de rodillas. Incluso los ninjas fueron afectados, la gran supresión requería sus chakras. Los otros tres ninjas, la levantaron bruscamente a la vista de los demás civiles y la llevaron a una gran torre de aspecto tenebroso.
Allí, la sentaron en una silla mientras solo una pequeña luz alumbraba su rostro. Misato estaba pálida, su chakra estaba demasiado bajo, no podía ni siquiera curar. Por más que liberara su Byakugou, el sello que le colocaron iba a suprimirlo también. No podía arriesgarse tanto.
La joven estuvo varias horas sentada allí, sintiendo la presencia de diez shinobi custodiándola. De repente, la puerta de la habitación se abrió lentamente, los diez shinobi se retiraron. La persona se posicionó frente a Misato. Ella lo vio y ocultó su sorpresa. Era un hombre lleno de metales y de pelo naranja. Un recuerdo centelló en su mente, le provocó un gran dolor de cabeza. Ella lo conocía de algún lugar.
- Nagato – murmuró Misato entrecerrando los ojos
- Así que me conoces – habló el ninja
Misato no respondió.
- Nos hiciste un favor en venir, no tendremos que ir a buscarte, Misato-san – dijo el ninja alias Pain – tu chakra nos adelantará más de lo esperado – Misato gruñó y cuando elevó su chakra, el sello lo reprimió y se sintió más cansada – no podrás utilizar ninguno de tus poderes, el sello que te colocaron no lo permitirá – habló sin emociones – no te queda mucho en esta vida, pero experimentarás el verdadero dolor – dijo retirándose de la habitación
Misato lo maldijo mentalmente. En ese momento, una voz resonó en su mente. Era Hattori.
- Estás en problemas, niña – habló el dragón
- ¿Cómo lo sabes? - preguntó Misato en su mente
- Luego te explicaré – gruñó Hattori – ahora, te salvaremos
- No vengan aquí, es peligroso incluso para ustedes y no estoy en condiciones para luchar – advirtió Misato
- Nosotros somos rival para cualquier mortal – dijo Hattori seriamente – pero dada las condiciones, te invocaremos aquí y nos desharemos del sello de represión
- ¿Cómo lo harán? - preguntó la kunoichi
- Relájate, y el resto lo haremos nosotros – dijo Hattori
Misato se removió en su silla y decidió cerrar los ojos. Comenzó a meditar llegando a un gran estado de relajación y concentración. Cualquier persona que la viera pensaría que estaba durmiendo. En ese instante, el cuerpo de Misato comenzó a brillar. Grandes llamas comenzaron a cubrir su cuerpo. Esto llamó la atención de los ninjas que inmediatamente llamaron a su líder.
En pocos segundos, el cuerpo de Misato fue consumido por unas intensas llamas de fuego y lo que quedo fueron cenizas. Cuando Pain llegó a la habitación, observó atentamente las cenizas, tomó un puñado en su mano derecha y la tiró al suelo. La había subestimado.
Mientras tanto, Misato ya estaba en la dimensión de los dragones y un dragón en especial le quitó el sello. Ella les agradeció por haberla salvado. Varios dragones rugieron agitando las alas, estaban felices de su regreso.
- Niña, debes saber algo – comenzó Hattori
- Dime, Hattori-sama – asintió Misato escuchando atentamente
- Para completar nuestra unión de eternidad debes hacer un sacrificio – dijo Hattori – al igual que lo hizo Mito
- ¿Qué clase de sacrificio?
- Para poder usar nuestros poderes al máximo mutuamente y llegar a unificarlos debes renacer de nuevo – explicó Hattori – pero esta vez, renacerás entre los elementos del mundo y estaremos complementados al completo
- Entiendo – asintió Misato con la mirada en el cielo
- Es el precio del uso de un poder extraordinario, y la apertura de nuevos poderes como el Modo Sabio – continuó el gran dragón
- ¿Modo sabio?
- Claro – asintió Hattori – Mito no pudo llegar a esa etapa pero presiento que tú sí – Misato lo miró atentamente – yo te avisaré cuando sea el momento
- Espero que sí – sonrió levemente Misato – estaré lista cuando quieras, Hattori-sama – este la miró seriamente – ¿cómo podré volver a mi dimensión?
- Volverás a tu aldea, te llevaremos a las puertas principales – explicó Hattori
- Hai, ¿ustedes me llevarán? - preguntó Misato sorprendida
- No, los mortales no están listos para ver dragones – respondió Hattori – primero debe verte el mundo a ti – dijo misteriosamente
- ¿A qué te refieres?
- Prepárate, aparecerás en Konoha – dijo Hattori ignorando su pregunta
Instantáneamente, Misato apareció en las puertas de la aldea siendo recibida por los ninjas vigilantes. Fue llevada a la Torre Hokage, donde la recibió Lady Tsunade.
- Hokage-sama, la misión fue un fracaso – informó Misato en posición firme
- Dime todo sobre la misión – ordenó Tsunade firmando unos papeles para luego observarla
Tal como ordenó Tsunade, la kunoichi le informó todo lo sucedido omitiendo su encuentro con Mito Uzumaki y los dragones. No podía revelarlo todavía. Cuando terminó, Lady Tsunade la envió a descansar pero antes le habló sobre lo que pasó en la aldea, y sobre un chico llamado Sora que poseía el chakra del Kyubi.
El resto del día, Misato estuvo tomando un largo baño para luego dormir profundamente. De esta manera podría restaurar su energía. Al día siguiente, Misato desayunó con Zabuza y Haku quienes irían de misión en unas pocas horas. Misato les deseó suerte y se retiró para ver a su compañero de equipo.
Mientras caminaba pudo ver varias personas transportando madera para reparar edificios. La kunoichi se dirigió al hospital donde estaba Naruto recuperándose de sus heridas. Al entrar a la habitación, Naruto medio dormido estaba ahogándose con una manzana.
- ¡No le prestes atención, Misato! - exclamó Sakura mirándolo de reojo
- Pero, ¿qué pasa? - preguntó Misato confundida
- ¿Eh? ¿Qué pasa? - habló Kakashi entrando a la habitación
- ¡¿Por qué no hay gente normal en esta aldea?! - gritó Sakura
- Parece que sucedió mientras yo no estaba – comentó Kakashi
- Kakashi-sensei, ¿donde estabas? - preguntó Naruto
- Ah, ya sabes – respondió aburrido
- Un clásico de Kakashi-sensei – dijo Misato rodando los ojos
- Con que aquí estabas – comentó Asuma abriendo la puerta – Kakashi, ¿me das un momento? Por cierto, Naruto y Sai, les traje esto – les acercó una canaste llena de manzanas rojas y verdes
- Ya tengo suficientes manzanas – dijo Naruto con aspecto deprimido
- Las manzanas te harán bien, Naruto – dijo Misato tomando una para luego morderla – están jugosas – sonrió
Asuma y Kakashi llegaron a un pasillo poco transitado, Kakashi se sentó en un banco. Comenzaron a hablar sobre la misión de Kakashi de observar el exterior. Asuma se veía nervioso pero feliz.
- Naruto y Misato se están desarrollando bien – comentó Asuma
- Lo mismo va para Shikamaru, Chouji e Ino – respondió Kakashi – la siguiente generación está creciendo, antes de que nos demos cuenta, nos dejarán tirados
- ¡Oye, oye! ¡Todavía falta mucho para que me superen! – exclamó Asuma, Kakashi rió – pero, será algo bueno para Konoha
- ¿Qué querías decirme? - preguntó Kakashi
- Bueno, a decir verdad... - se rascó el cuello nerviosamente
- Ahí estás, por fin te encuentro – sonrió Kurenai
- Kurenai, ¿pasa algo? - preguntó Kakashi
- Escuché que Asuma estaba aquí – respondió la kunoichi
- Entonces, Asuma, ¿qué querías contarme? - preguntó Kakashi curioso
- Oh, hablaremos de ello en otra ocasión – dijo Asuma nervioso – perdona
- Ahora sí que quiero saber... - murmuró Kakashi viéndolos caminar
Misato estaba ayudando a Sai a acomodar sus libros cuando Kakashi entró a la habitación nuevamente.
- Bueno, no te apresures, Naruto – dijo Kakashi al verlo quitarse sus vendas – en este momento, tu entrenamiento es curar tus heridas – habló
- ¡Kakashi-sensei!
- Especialmente tú, Naruto – dijo Kakashi – te lo advierto, la única cosa que te espera fuera del hospital es entrenamiento severo que podría traerte de nuevo aquí, o peor – habló mirándolo severamente – ¡Asegúrate de estar preparado para ello!
- Por supuesto, dattebayo – dijo Naruto asustado
- Misato-chan, acompáñame a ver a la Hokage – habló Kakashi – Sakura, encárgate de ellos – la chica asintió
Ambos shinobi se dirigieron a la Torre Hokage. Ya era el atardecer, fueron recibidos por Tsunade, Shizune y Yamato que estaban de pie hablando.
- Leí tu reporte – habló Tsunade mirando por la ventana – ¿funcionará la nueva técnica de Naruto? - Kakashi no respondió – ¿Y bien? - se dio vuelta para mirar al ninja
- No lo sé – respondió Kakashi – aún no estoy seguro, pero conociéndolo, será capaz de hacerlo. Ese método de entrenamiento está mejorando los resultados. Y más importante que eso, está concentrado en su meta – concluyó
- Sasuke, ¿eh? - dijo Tsunade – Misato, ha llegado el momento de que entrenes como Shodai Hokage hizo una vez – informó la Hokage – Yamato te entrenará en el arte del Mokuton, te enseñará todo lo que sabe y luego seguirás independientemente – explicó la Hokage
- Hai – asintió Misato
- Estos pergaminos que ves aquí fueron escritos a mano por Hashirama – dijo Tsunade señalando una gran cantidad de amplios pergaminos – explica con claridad el Mokuton y todos los jutsus que él creó, tendrás que estudiarlos y ponerlos en práctica con la ayuda de Yamato, ¿entendido?
- Hai, Hokage-sama – respondió Misato
- Pueden irse – informó Lady Tsunade
Todos los presentes se retiraron de la oficina Hokage. Cada uno de ellos fue a realizar su tarea, Misato se llevó todos los pergaminos a su casa para estudiarlos.
- Lady Tsunade, ¿qué sucede? - preguntó Shizune al verla triste
- Hay mucha presión y expectativas sobre los hombros de Misato – respondió Tsunade – nunca quise que su vida fuera así
- Es lo que le ha tocado al igual que Naruto, Lady Tsunade
- Eso es lo que me preocupa, Shizune – respondió la Hokage con preocupación – ambos deben soportar el peso del poder
Shizune frunció el ceño, eso lo sabía. Por el momento, los dos iban poniendo todo de sí y no se daban por vencidos.
Al día siguiente, Kakashi, Yamato, Naruto y Misato estaban en un campo de entrenamiento donde Yamato había creado una cascada para que Naruto entrenara.
- ¿Seguro que estás bien? Estuviste en el hospital hasta ayer – dijo Yamato
- Como lo dije, no es tanto problema – sonrió Naruto
- Dejémonos de tanta charla y sigamos con el entrenamiento – dijo Kakashi bajo una sombra – es lo que me gustaría decir pero primero, repasemos lo básico
- ¡Olvida todo eso! ¡Y enséñame una nueva técnica, dattebayo! - exclamó Naruto haciendo volteretas
- Necesitas repasar para continuar, Naruto – dijo Misato mirándolo
- Por eso es que estás haciendo el entrenamiento de manipulación de naturaleza, ¿recuerdas? - preguntó Yamato – los cinco elementos básicos son fuego, tierra, aire, agua y viento, y el tuyo es...
- ¡Yo soy de naturaleza viento! - exclamó Naruto interrumpiéndolo
- Hai, ¿continuamos por donde lo dejamos la última vez? - dijo Kakashi
- ¡Sí! ¡Tajuu Kage Bunshin no Jutsu! - Naruto creó miles de clones de sombra – ¡delgado y afilado, dattebayo! - junto ambas manos sobre una pequeña hoja para cortarla con su naturaleza viento – ¡Lo logré! ¿Cómo estuvo eso, Kakashi-sensei? - exclamó para luego desmayarse por el gran uso de chakra
Kakashi sostuvo su cuerpo antes de que cayera al piso y lo recostó sobre la corteza de un árbol para que descansara. Misato le aplicó ninjutsu médico para recuperarlo un poco.
- Es peligroso pero los clones de sombra masivos hacen que progrese muchísimo más rápido – comentó Misato
- Bueno, ese es nuestro Naruto – sonrió Kakashi
- Comencemos, Misato-san – dijo Yamato
- Hai
Yamato se acercó a una gran caja con el símbolo Senju grabado minuciosamente. Misato lo mira con curiosidad.
- ¿Qué hay en la caja? - pregunta Misato
- Antiguas pertenencias de Hashirama Senju y un arma pertenecientes a Tobirama Senju – respondió Yamato – Hokage-sama me ha pedido que te entregue esta caja, ahora es tuya
Un poco nerviosa, Misato abrió la caja y se encontró con un gran pergamino de su altura. Lo sacó de la caja y lo tendió en el suelo con cuidado. Lo abrió, era un pergamino de todas las armas de Hashirama. Lo envolvió nuevamente, y fue a buscar el arma de Tobirama.
Estaba guardada en una caja roja y al abrirla, la sacó de su cubierta de terciopelo. Era la Espada del Dios Trueno. Misato no podía salir de su asombro, todo esto ahora le pertenecía. Elementos y armas legendarias a las cuales debería darles un buen uso. Ahora tenía el honor de poseerlas, no se sentía lo suficientemente merecedora de ello.
- Misato-san, estoy seguro que podrá darles un excelente uso – comentó Yamato
- Por supuesto que lo hará – dijo Kakashi tocando su hombro – eres excelente, Misato-chan
- Gracias – asintió Misato con una leve sonrisa
- Ahora debes aprender a usar estos elementos en combate y por eso te enseñaré Bukijutsu, que consisten en las técnicas de armas – explicó Yamato
- Hai - dijo Misato con determinación
Misato se colocó el gran pergamino y la Espada del Dios Trueno. Mientras tanto, Kakashi le sugería a Naruto que descansara un poco para poder continuar. Yamato también le dijo que debería cortar la cascada de agua a la mitad con su elemento viento.
Para ello, Kakashi le pidió a Yamato ayuda con el control de chakra para que el Kyubi no interfiriera en el entrenamiento. Yamato creó un poderoso clon de madera para que se encargase de ello, se sentó junto a unas estatuas de madera con una llama de fuego y un extraño símbolo en su mano. Mientras que el verdadero Yamato entrenaba con Misato y sus armas. Poco a poco, los dos ninjas iban desarrollándose un paso más allá, mejorando cada día.
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