El Regreso
¡Hola a todos!
¿Por qué tardé tanto en publicar la segunda parte? Bueno, no estaba conforme con lo escrito y lo reescribí cinco veces. Lamento la demora.
¡Disfruten!
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"El amor es la clave"
El sol brillaba con fuerza alumbrando el rostro de Misato. La joven hizo una mueca y entre sueños se movió hacia al costado chocando con alguien. Hizo otra mueca e intentó moverse de nuevo pero se encontró con alguien obstruyéndole el paso. Frustrada abrió los ojos y vio a Naruto durmiendo en una posición extraña. Misato rodó los ojos y se dirigió al baño para despertarse de una vez.
Apenas entró al baño, escuchó un portazo y el grito emocionado de Jiraiya. Naruto chilló por el susto y comenzaron a discutir. Misato sonrió, esos dos nunca cambiarían. Ya habían pasado seis meses desde que se fueron de la aldea y habían progresado bastante. Jiraiya por el momento se enfocó en Naruto y el control de su bijuu. El Sannin también la ayudó con la acumulación del Byakugou no Jutsu y dentro de poco le enseñaría Fuinjutsu Uzumaki.
Misato a pesar de tener poca atención, no le molestaba. Sentía que Naruto necesitaba aún más la ayuda de Jiraiya. Además, Misato tenía un proyecto pendiente con su invocación de los Tigres de Sumatrae.
Luego de que Misato saliera del baño, Jiraiya y Naruto la invitaron a desayunar. Los tres se dirigieron a una pequeña tienda de té donde desayunaron tranquilamente. Jiraiya le informó que entrenaría con Naruto. Misato asintió y les deseo buena suerte. Estando libre, Misato se encaminó hacia el bosque. A una zona alejada de la población. Ya era hora de comenzar con el proyecto.
− ¡Kuchiyose no Jutsu! – exclamó Misato plantando la mano en el suelo
Una gran bola de humo se produjo mostrando a una tigresa de pelaje blanco y gran presencia. Ella era la líder del Ninjutsu Médico en Sumatrae.
− Mei-sama – saludó Misato haciendo una leve reverencia
− Senju-san, ¿por qué me has invocado? – cuestionó la tigresa
− ¿Recuerda aquella vez que le hablé sobre una red de sanación? – preguntó Misato
− Si, lo recuerdo – asintió Mei – ¿tienes el chakra Yang acumulado?
− Hai, por eso la invoqué
− Explícame sobre tu proyecto – dijo Mei seriamente
− La red de sanación tiene como objetivo sanar a una gran cantidad de personas en casos extremos, por ejemplo guerras o invasiones – comenzó a explicar Misato – ¿Cómo lo haríamos? Bueno, la base del jutsu sería el Byakugou no Jutsu que al utilizarlo pueda ampliar mi chakra hacia a ti y tus alumnos médicos para que de esta forma podamos curar en gran cantidad – Mei la interrumpió
− ¿Y qué hay de ti? Te quedarás sin chakra – dijo la tigresa
− Eso no es problema, mi fuente de chakra es lo suficientemente grande para mantenerme en pie – respondió Misato – el Byakugou no Jutsu es una reserva diferente por lo tanto no afectará mi chakra central
− ¿Cómo planeas unir nuestros chakras? – preguntó Mei nuevamente
− Bueno, la clave es meditar todos juntos – respondió Misato – pero antes de ello activaré el Byakugou no Jutsu para crear una unión especial con ustedes. ¿Para qué? Para que al momento de activar la red de sanación, la conexión ya esté realizada y que solo al activar el Byakugou no Jutsu, la red de sanación pueda ponerse en marcha con ustedes – explicó Misato
La tigresa se quedó mirándola fijamente como si recordara algo. Misato correspondió su mirada nostálgica y sintió un extraño sentimiento de haber vivido ese momento.
− Está bien, te ayudaré con el Jutsu – dijo Mei con firmeza
− Genial – sonrió Misato
− Pero no será fácil, la unión de la que hablas requerirá tiempo. Nos vemos – dijo Mei para luego desaparecer en una bola de humo
Misato parpadeó sorprendida por la velocidad y luego sonrió.
Tres horas más tarde
La joven kunoichi decidió ir a ver a Naruto y Jiraiya entrenar. Cuando ya estaba en el pueblo, activó el Ojo de la Mente de Kagura y ubicó rápidamente a los dos shinobi. Estaban cerca de un río entrenando.
− Hola chicos – saludó Misato
De repente, un pequeño Kyubi fue a atacarla. Misato esquivó los poderosos ataques hasta que Jiraiya le quitó la atención de Naruto transformado.
− ¡Vamos, Naruto! ¡Reacciona! ¡No dejes que te domine! – gritó Jiraiya
Solo recibió gruñidos como respuesta. Misato observó la interacción consternada, de repente Naruto se abalanzó sobre Jiraiya y le asestó un golpe mortal con una cola Bijuu. Jiraiya salió expulsado varios metros atrás, con el pecho gravemente herido. En ese momento, Naruto iba a matar a Jiraiya por lo que Misato le tiró una piedra atrayendo su atención. Naruto se dio vuelta y le gruñó para luego correr hacia ella.
Misato liberó desde su abdomen una gran cantidad de cadenas medianas que se incrustaron en el piso y luego ataron a Naruto. Jiraiya a duras penas se acercó lentamente hasta Naruto y le colocó un sello en la frente. Al instante, el chakra rojo que lo envolvía desapareció y Naruto volvió a su estado original inconsciente. La kunoichi suspiro de alivio, liberando a Naruto de las cadenas y después fue a curar a Jiraiya.
− Aagh... - se quejó Jiraiya
− Sé que duele pero debo sacarte los residuos del chakra de Kyubi – habló Misato concentrada en la herida
Finalmente, Misato logró quitarle el chakra de Kyubi del cuerpo de Jiraiya y después comenzó a curar la herida mortal. Aquel golpe había llegado a rozar los pulmones. Con extremo cuidado, Misato curó las heridas internas. La joven se sorprendió al ver que un simple golpe podría ocasionar tanto daño y miró de reojo a Naruto. También estaba herido por el poderoso chakra. Misato hizo un clon de sombra para que curara a Naruto. Jiraiya se quejaba del dolor y Misato intentaba calmarlo.
Luego de dos horas, Misato logró sanar completamente la herida de Jiraiya. Las heridas de Naruto había podido curarlas rápidamente pero con Jiraiya fue distinto. Ambos shinobi estaban inconscientes por lo que decidió hacer dos clones de sombras para llevarlos hasta el hotel.
Afortunadamente, Misato logró llevarlos sin problema alguno. Apenas los recostó en sus camas, ella se fue a dormir. Estaba muy cansada.
Al día siguiente
Cuando Misato despertó, vio a Naruto sentado en la ventana mirando el cielo. Jiraiya todavía seguía durmiendo con el pecho vendado.
− Naruto, ¿qué sucede? – preguntó Misato acercándose a él
− ¿Yo le hice eso a Ero-sennin, verdad? – replicó Naruto, Misato no respondió – ya veo
− Estas cosas pasan, Naruto – habló Misato
− ¡Pude haberlo matado! – exclamó Naruto con lágrimas en sus ojos
− Lo sé pero si quieres evitarlo debes entrenar hasta que puedas controlarlo – respondió Misato con calma – tiene sus riesgos pero lo lograrás. Confío en ti.
Jiraiya escuchó atentamente la conversación y sonrió para sí mismo. Sus alumnos se apoyaban mutuamente. Lo más importante era entrenar a Naruto para que pudiera defenderse de Akatsuki.
De repente, un águila se posó en la ventana. Traía un pergamino en sus patas. Misato lo tomó, estaba dirigido a ella.
Querida Misato:
Espero que tu entrenamiento con Jiraiya vaya bien. Ha llegado la hora de que comience el entrenamiento especial Senju, ven a la aldea para que comencemos.
Tsunade Senju
Misato guardó el pergamino y despertó a Jiraiya que casualmente estaba ya despierto. Naruto miró con curiosidad el pergamino.
− Chicos, tengo que volver a la aldea – informó Misato – ya saben para que Tsunade me entrene
− Está bien, cuídate – sonrió Jiraiya revolviéndole el cabello
− Hasta luego, ten cuidado – se despidió Naruto con una sonrisa
− Lo mismo para ustedes – rio Misato
Después de la despedida, Misato empacó sus cosas y se encaminó para regresar a la aldea. La joven kunoichi tardó dos días en llegar. En el segundo día, llegó durante el amanecer a Konoha. Ella llevaba una capa negra para protegerse del frío. Apenas entró, Izumo y Kotetsu la detuvieron un poco bruscos. Misato rodó los ojos y les entregó su identificación y demás papeles. Además se quitó la capucha para que la reconocieran.
− ¡Misato-chan! ¡Eres tú! – sonrió Kotetsu
− Pues sí – asintió Misato
− Ve a la Torre Hokage – dijo Izumo devolviéndole sus papeles
En el camino hacia la Torre Hokage, Misato no cruzó a ningún conocido. Finalmente al llegar mientras subía las escaleras, Ko Hyuga bajaba por las escaleras y al verla dejó caer los papeles que llevaba. Misato comenzó a levantar los papeles y en medio de ello, Ko la abrazó con fuerza. Ella se sorprendió por el repentino gesto y correspondió el abrazo.
− Muchas gracias – agradeció Ko quitándose la banda ninja para mostrarle su frente sin sello
Misato sonrió, ya habían quitado el sello a la Rama Secundaria. Estaba feliz por el Clan Hyuga.
− No hay de qué – sonrió Misato – que tengas un buen dia – se despidió
Cuando llegó a la oficina Hokage, tocó la puerta. Tsunade le concedió el permiso para entrar.
− Misato-chan – saludó Tsunade
− Oba-san – sonrió Misato – ¿cuándo comenzamos? – preguntó emocionada
− Ahora mismo
Ambas kunoichis se dirigieron a un campo de entrenamiento especial. Tsunade la llevó por un camino diferente, directo a los campos de entrenamientos Senju. Misato miró sorprendida el lugar.
− Misato, ha llegado el momento – dijo Tsunade seriamente – a partir de ahora te daré el entrenamiento oficial del clan – Misato asintió – sé que Sarutobi-sensei ya te ha adelantado algo
− Sí, me enseñó dos jutsus
− Seré sincera contigo, este entrenamiento me lo han dado una vez pero no poseo el elemento Mokuton así que depende de ti cómo lo realizarás – explicó Tsunade
− Comprendo – asintió Misato
− Empecemos entonces – sonrió Tsunade – primero aprenderás este jutsu – le entregó un pergamino
− ¿Jutsu Secreto de Elemento Madera: Nacimiento de un Mundo de Árboles? – preguntó Misato leyendo el título
− Sí, ya estás preparada para este nivel – dijo Tsunade – sin embargo, depende de ti cómo realizarlo ya que no hay nadie con elemento Mokuton
− Está bien
− Te observaré y ayudaré en lo que pueda – continuó Tsunade
Misato comenzó a leer atentamente el pergamino del jutsu. Era antiguo, podía notarlo por la escritura y pigmentación. Además estaba muy detallado, lo cual agradecía. Cómo debía manipular su chakra y muchas cosas más estaban escritas allí. Al finalizar de leer miró con sorpresa la firma original de Shodaime Hokage.
La kunoichi estuvo seis meses en la aldea entrenando el elemento Mokuton junto a Tsunade. En el tiempo libre, Misato cumplió lo prometido al Clan Hyuga. Ella enseñó Ninjutsu Médico a los shinobis interesados. Por las mañanas entrenaba con Tsunade, por la tarde enseñaba Ninjutsu Médico al Clan Hyuga y en la noche descansaba y dormía. Pero en las noches cuando podía entrenaba su Red de Sanación con las invocaciones.
Un día antes de que se marchara a entrenar con Jiraiya y Naruto, la joven kunoichi fue sorprendida por una propuesta de Hiashi Hyuga. El líder del Clan Hyuga le ofreció un entrenamiento personalizado con él, no le dio detalles. Solo afirmó que quería entrenarla en forma de agradecimiento. Misato aceptó y le dijo que cuando volviera podrían comenzar.
En el tiempo transcurrido, Misato se desarrolló físicamente. Era más alta y comenzó a moldear su cuerpo de mujer. Lo cual Naruto notó rápidamente un día en un baño termal mixto. Jiraiya se burló cuando recibió un golpe de la chica luego de un comentario de Naruto.
A veces, Misato desaparecía de repente y era porque Mei la invocaba desde Sumatrae para que pudieran entrenar y conectarse todos juntos. Jiraiya comprendió esto luego de que casi le diera un infarto la primera vez que la chica desapareció así.
Naruto mejoró gradualmente en sus entrenamientos, cada vez se hacía más fuerte. Jiraiya estaba orgulloso de él. Misato comenzó a aprender el Arte del Fuinjutsu bajo la supervisión de Jiraiya. Con sus avances, Misato ya no necesitaba volver a la aldea para entrenar y Tsunade le indicaba lo necesario. Dependía de ella progresar.
El tiempo pasó. Tres largos años.
Jiraiya esbozó una sonrisa, finalmente habían llegado a Konoha. Después de tanto tiempo, estaban en su hogar. Observó a sus alumnos. Naruto molestaba a Misato picándole el brazo con sus dedos, la jovencita intentaba ignorarlo. De repente, Misato le dio un coscorrón en la cabeza. Jiraiya sintió lástima por el chico, eso debió haber dolido. La joven al ver su dolor, tomó su cabeza rubia poniéndola a su altura y lo curó con Ninjutsu Médico. Naruto estaba casi en su pecho y se sonrojaba. Jiraiya sonrió, el chico había crecido físicamente y también se había hecho más pervertido.
Al llegar a la casilla de vigilancia, dieron sus datos e identificaciones para poder ingresar. Izumo y Kotetsu estaban más que sorprendidos por su llegada. Los tres continuaron caminando por el pueblo hasta que Naruto se detuvo en un poste y dejó su mochila en el suelo para luego correr hasta la cima.
− Se ve que regresas con energías – se rio Jiraiya
− ¡Esto me hace recordar! ¡La aldea no ha cambiado en nada! ¡Escúchenme todos! – exclamó Naruto – ¡Uzumaki Naruto está de regreso, dattebayo! – finalizó haciendo una pose
− ¡Oye! ¡Te olvidas de mí! – exclamó Misato fingiendo enojo
− ¡Oh, cie-erto! – tartamudeó Naruto – ¡Senju Misato también regresó! – miró hacia abajo - ¡Ven, sube! – Misato asintió
Cuando la joven subió, Naruto le dejó espacio para que entraran los dos.
− Todo esto, me resulta nostálgico – comentó Naruto observando a la aldea y luego se rio – y también agregaron el rostro de Tsunade-obachan – Misato sonrió
− ¿Naruto? ¿Misato? ¿Son ustedes? – preguntó alguien desde el suelo – ¡¿Cuándo regresaron?!
− ¡Hace unos minutos! – respondió Naruto mientras daba un salto arrastrando a Misato con él – ¡Ha pasado mucho tiempo, Sakura-chan!
− ¿Tú? ¿Acaso has crecido más que yo? - preguntó Sakura
− Oh, creo que sí – respondió Naruto midiendo las alturas
− Dime, ¿crees que ahora soy toda una mujer? – preguntó Sakura con un leve sonrojo
− ¡No te preocupes! No has cambiado en nada – sonrió Naruto
− Baka... - bufó Misato junto a Jiraiya
− ¡Naruto-nichan! – exclamó Konohamaru haciendo un jutsu pervertido
− Konohamaru, ya no soy el niño de aquel entonces – rio Naruto levemente luego de ver el jutsu – ya no deberías usar los jutsus de esa forma – continuó, Sakura lo miró sorprendida – ¡Ese jutsu es demasiado patético! ¡Prepárate y deléitate con mi nuevo jutsu pervertido! ¡Aquí voy! – exclamó Naruto a punto de hacerlo
− ¡Maldito imbécil! – gruñó Sakura dándole un puñetazo con chakra – ¡No has cambiado en nada! – lo regañó sacudiéndolo desde su chaqueta
− Ella es una tercera Tsunade – comentó Jiraiya con una mueca
− ¿Por qué esa cara? – preguntó Misato entrecerrando los ojos
− Nada, nada – dijo Jiraiya intentando sonreír
Luego del pequeño espectáculo, todos juntos se dirigieron a la Torre Hokage. En el trayecto, Naruto relató algunas de sus aventuras. Misato sabía que exageraba pero lo dejó ser.
− Ha pasado mucho tiempo – habló Tsunade – estoy segura de que sus entrenamientos produjeron resultados extraordinarios, ¿no es así?
− ¿Crees que regresaríamos con las manos vacías? – preguntó Jiraiya casi sarcástico
− ¡Lo hice bastante genial! – exclamó Naruto
− Entonces, muéstrenme esos resultados inmediatamente – sonrió Tsunade
− ¿Mostrarle? – preguntó Naruto
− Ustedes dos serán oponentes de una persona en particular – continuó la Hokage – no lo quise enviar a misiones en estos últimos días, para que pudiera descansar – sonrió – su oponente será... - golpearon la puerta – ¡Adelante!
− Buenas tardes – saludó Shikamaru con pereza
− ¡Shikamaru! ¡Temari-san! ¡Miren quiénes llegaron! – exclamó Sakura señalándolos
− ¿Naruto? ¡Hey, Naruto eres tú! – saludó Shikamaru y luego miró a la joven – ¿Misato? – la susodicha sonrió ampliamente y asintió – ¡Has cambiado! Así que, ¿por fin han vuelto?
− Si, llegamos esta mañana – dijo Misato
− Al menos no tienes esa cara de tonto, Naruto – comentó Shikamaru – has cambiado – Naruto sonrió
− No, no ha cambiado nada – afirmó Sakura con cara de póker
− Eso pensé – dijo Shikamaru
− Entonces, ¿se supone que eres nuestro oponente, Shikamaru? – preguntó Naruto
− ¿Oponente? ¿De qué hablas? – habló Shikamaru confundido – Solo vine a entregar unos documentos
− ¿Eh? ¿No eres nuestro oponente? – continuó Naruto dudoso – ¿Y tú quién eres? – miró a Temari
− ¿No te acuerdas de mí? – preguntó Temari casi ofendida
− Naruto, Misato – llamó Tsunade – su oponente no está en esta habitación – señaló a la ventana – se encuentra allá afuera – Naruto se dirigió allí y abrió la ventana
− Has crecido bastante, Naruto – habló Kakashi – ¡Hola!
− ¡Kakashi-sensei! – sonrió Naruto – ¡No ha cambiado en nada! – saltó hacia donde estaba – Cierto, mire tengo un regalo para usted – Kakashi miró completamente sorprendido el regalo
− ¡¿Qué?! – exclamó Kakashi con una mirada soñadora
− Es la última entrega de la trilogía Icha Icha Paradise – dijo Naruto entregándole el libro – Para mí es bastante aburrido pero a usted le gusta estas cosas
− ¡Está bien! Suficiente diversión por ahora, Kakashi – habló Tsunade seriamente
− No me digas, ¿usted será mi oponente? – preguntó Naruto
− No del todo – respondió Kakashi acercándose a la ventana – Hey, hola Misato
− Hola, Kakashi-sensei – sonrió la joven
− Mis oponentes serán Naruto y Misato – afirmó Kakashi
− Quisiera ver lo que pueden hacer contra Kakashi – comentó Tsunade – determinaré su estatus futuro en base a los resultados
− Entonces, deberíamos comenzar... o eso hubiera querido decir pero como recién llegan deben estar muy cansados, les daré un breve descanso – informó Kakashi en tono apurado
− En realidad, estoy muy bien – dijo Naruto estirando los brazos
− Sí, yo también – asintió Misato
− Reunámonos en unas horas en el tercer campo de entrenamiento – dijo Kakashi ignorando lo dicho – hasta luego – desapareció en una bola de humo
− ¿Por qué tenía tanta prisa? – preguntó Shizune
− Creo saber por qué... – bufó Tsunade
− Quiere ir a leer ese libro – comentó Shikamaru
Después de la reunión, Naruto y Misato fueron a pasear por la aldea mientras Temari y Shikamaru los acompañaban pero a cierta distancia.
− Por cierto, ¿ustedes están en una cita? – preguntó Naruto con una sonrisa
− Por supuesto que no – respondió Shikamaru
− No digas tonterías, ¿por qué estaría en una cita con él? – preguntó Temari rodando los ojos – pronto se celebrarán los Exámenes Chunin, sólo he estado viajando entre las Aldeas de la Arena y de La Hoja
− Aunque es una verdadera molestia, me han puesto a cargo de estos exámenes y me encargaron que fuera el guía del mensajero de Sunagakure – respondió Shikamaru
− Los exámenes chunin, ¿eh? – suspiró Naruto – eso sí que me trae recuerdos
− ¿Y qué piensan hacer ustedes dos? – preguntó Shikamaru
− ¿De qué hablas? – preguntó Naruto
− ¿Cómo de qué hablo? Me refiero a los exámenes chunnin, ustedes son los únicos de nuestra generación que siguen siendo genin – dijo Shikamaru
− ¡¿Qué?! – exclamó Naruto horrorizado
− ¡Naruto! ¿No lo sabías? – dijo Misato – era bastante obvio...
− Para tu información, Kankurou y esta chica de Sunagakure, junto con Neji se han convertido en Jounin – informó Shikamaru
− ¿Y Gaara? ¿Qué pasó con él? – preguntó Naruto emocionado
− Él es el nuevo Kazekage
− Ya veo, así que Gaara es el Kazekage – susurró Naruto – Asombroso... ¡Por ningún motivo me quedaré atrás! – Misato sonrió – ¡Pase lo que pase me convertiré en Hokage! – exclamó señalando la montaña Hokage
Los ninjas miraron a Naruto con sorpresa. Había madurado.
En una tienda de té
Jiraiya y Kakashi se encontraban bebiendo un poco de té mientras discutían sobre importantes asuntos.
− Ahora dejaré a Naruto bajo tu cargo, tal y como lo había prometido – dijo Jiraiya
− Es maravilloso que él haya crecido al menos un poco – comentó Kakashi
− Uhm, ¿crees que sigue siendo el mismo de antes? – preguntó Jiraiya – si te descuidas un poco, él podría derrotarte y ni hablar de Misato
− Bueno, me anima escuchar eso – suspiró Kakashi
− Ellos han comenzado a moverse – dijo Jiraiya de repente
− Ya veo, así que finalmente harán su jugada – comentó Kakashi
− Sin embargo, ya es algo que estábamos esperando – continuó Jiraiya
− Akatsuki, ¿eh?
− Los akatsuki son una misteriosa organización compuesta por shinobis renegados – explicó Jiraiya – altamente peligrosos, rango S y enmarcados en el libro bingo – Kakashi lo miró – algunos de ellos son Uchiha Itachi, Hoshigaki Kisame, Orochimaru también fue parte de ellos
− ¿Por qué han de querer hacer una acción tan drástica? ¿Cuál es su propósito? – preguntó Kakashi
− Eso va más allá de mi entendimiento – respondió Jiraiya – lo que sí me queda bastante claro es que su objetivo es lo que tiene Naruto en su interior y que tienen en mente hacer algo siniestro con él – explicó el Sannin – pero no solo eso... también buscan obtener el chakra de Misato y nada bueno saldrá de eso – continuó seriamente – por cierto, he pasado está información a los encargados de seguridad de cada aldea. Espero que hayan aumentado su seguridad de inmediato.
Kakashi asintió en forma de respuesta. Vendrían tiempos difíciles.
En el Campo de Entrenamiento
Misato estaba apoyado sobre la tela que separaba a otro campo de entrenamiento. Ella rodó los ojos al ver a Naruto caminar de un lado a otro impacientemente.
− ¡Maldición! ¡¿Hasta cuándo Kakashi-sensei nos hará esperar?! – preguntó Naruto
− Bueno, siempre ha sido así – respondió Misato con una sonrisa
− ¡Demonios, me gustaría que cambiara un poco! – bufó Naruto sentándose en el suelo
− Hola, disculpen – saludó Kakashi apareciendo en una bola de humo – en realidad, mientras venía hacia aquí me encontré a una anciana en problemas y...
− ¡Ya deje de mentir! – exclamaron sus alumnos
Los tres se dirigieron hacia el centro del campo donde estaban los tres postes. Allí habían aprendido su primera lección.
− Este lugar me trae muchos recuerdos – comentó Naruto mirando alrededor
− A mí también – dijo Misato mirando los postes
− Cierto, pensándolo bien, este fue su primer campo de entrenamiento ¿no es así? – preguntó Kakashi leyendo su libro
− El equipo siete... - suspiró Misato
− Un gran equipo – continuó Naruto
− Teníamos a Sasuke con nosotros, en ese entonces ¿cierto? – comentó Kakashi
Ambos ninjas se deprimieron terriblemente al recordar los momentos finales junto a Sasuke. Para distraerlos, Kakashi hizo sonar sus campanas.
− Bueno, veamos cuánto han crecido – habló Kakashi mostrando las campanas – aún desean buscar a Sasuke, ¿verdad?
− Por supuesto que sí – asintió Misato
− ¡Por eso continué mi entrenamiento! – exclamó Naruto
− Las reglas son las mismas que cuando nos conocimos – dijo Kakashi – no importa cómo lo hagan, sólo traten de quitarme los cascabeles si no... – los colocó en su cadera
− Si no vienen con la intención de matarme... – continuó Naruto
− No serán capaces de quitármelos, ¿no es así? – finalizó Misato
− Exacto, si no me atacan con todo lo que tienen no los conseguirán – explicó Kakashi – tienen tiempo hasta el amanecer. Muy bien, comencemos – dijo cerrando su libro Icha Icha
− ¿Esta vez no piensa leer, dattebayo? – sonrió Naruto
− ¿O acaso será que ya terminó de leerlo? – preguntó Misato
− No, pensé guardar la diversión para más tarde – respondió Kakashi tranquilamente – además por alguna razón, tengo el presentimiento, de que tendré que ponerme un poco más serio – finalizó levantando su banda ninja para mostrar el Sharingan
Naruto y Misato observaron atentamente a su sensei. Estaban más que listos para demostrar lo fuertes que se habían hecho. Mientras tanto, Kakashi entrecerró los ojos ante las miradas de sus alumnos. Eran diferentes, habían cambiado.
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¡Espero que les haya gustado! ¡Hasta la próxima!
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