Abril 12. Parte 3: Fin de los Exámenes Nacionales y Festejos Divididos

Vemos a un Isanari sentado viendo la foto de su difunta esposa y madre de Futaro y Raiha. Después hace una mirada de fastidio y golpea el suelo con un puñetazo. – Demonios. ¿Cómo pudo pasar esto? – pensaba Isanari con enojo y comenzaba a lagrimar en sus ojos. 

Flashback – Isanari reclamaba lo que iba a decir Amachi, pero él solo se limitó a decir que lo ocurrido hace 7 años en Shibata fue... un intento de asesinato. Luego se despide de Amachi y cuelga la llamada dejando a Isanari con una mirada sombría. – Fin del flashback

– Nadeshiko, dame fortaleza para soportar lo que te hicieron hace 7 años. No te preocupes, eso que te hurtaron después que habías fallecido, lo vamos a recuperar. Pero tu muerte no va a quedar impune. De ser necesario en que nos ataquen a mí y a Futaro, no dudaremos en defendernos. – pensaba con algo de furia Isanari. 

En eso llega Raiha de la escuela. – ¿Papá, estás aquí? Ya vine. – dijo Raiha que llegaba a la casa con su característica sonrisa. 

– Mira, Papá, los de mi grupo ganamos una buena calificación por la presentación del proyecto de Ciencias... (Raiha se detiene a ver a su padre que estaba en sus pensamientos) ¿Papá? – decía Raiha al ver a su padre algo preocupado. 

– Ah, eres tú, Raiha. No me percaté de tu llegada. – dijo Isanari que salía de sus pensamientos y se secaba las lágrimas de los ojos. 

- ¿Te encuentras bien, Papá? – preguntaba Raiha. 

– Sí, estoy bien, hija. – dijo Isanari tratando de disimular su tristeza y rabia. 

- Bueno, voy a ver que hay para preparar la cena. – decía Raiha que iba camino a la cocina. 

– Raiha, ven un momento, por favor. – detenía Isanari llamando a su hija. 

- ¿Sí, Papá? – preguntaba Raiha con su típica sonrisa. 

De repente es abrazada por Isanari. 

– Hija, ¿extrañas mucho a tu madre, cierto? – preguntaba el padre de Raiha. 

– Sí, la extraño mucho y también mi hermano la extraña. – respondía la hija menor de Isanari y su padre se pone a abrazarla. 

– Tú y Futaro son los más importantes para mí, después que murió su madre. Ya la perdí a ella y ahora no pienso perderlos a ustedes. – dijo un Isanari tratando de no llorar. 

– Papá... si vas a llorar... no te contengas... - decía una Raiha que comenzó a llorar por las palabras que le dijo su padre quien este se unía al llanto de su hija fundiéndose en un abrazo. 

Varios minutos después, padre e hija se calman y de pronto a Isanari se le prende el bombillo. – Hija, que tal si descansas de la cocina y dejas que las hermanas de Itsuki-san cocinen esta vez como celebración por terminar los exámenes nacionales. – proponía Isanari a Raiha de la idea. 

– Sii, me gustaría aprender una nueva receta de Nino-san. – decía Raiha con una sonrisa. 

– Pero será cuando ellos salgan. Sólo hay que llamar después que terminen los exámenes ¿de acuerdo? – dijo Isanari mientras Raiha asentía. 

Cambiamos de escenario en el colegio de Futaro y las quintillizas. Ellos iban de regreso al salón de clases. De pronto habla Yotsuba. – Chicas, adelántense, yo voy al baño. – decía la pelinaranja. 

– Está bien, te veremos en el salón. – decía Itsuki. 

Ella se puso a hacer sus necesidades, después fue al lavamanos a lavarse las manos y la cara, y cuando mira al espejo alguien le saluda desde lo interno de su ser. 

– Hola, Yotsuba. – hablaba Yoko, la personalidad madura de Yotsuba, que estaba en el reflejo del espejo. Yotsuba se sorprende al ver su parte interna en el espejo. 

– Moooo, no me asustes de esa forma, Yoko. – dijo Yotsuba con un cómico puchero. 

– Jejeje, tiempo de no conversar contigo. Veo que tú y las demás le declararon su amor a Futaro-san. – dijo Yoko con una sonrisa pícara. 

- ¿Sabes, Yoko? No sabes lo feliz que estoy al tener un novio que se conecte con nosotras, luego que inició como nuestro tutor. – hablaba Yotsuba con una sonrisa en sus labios. 

– Si, te entiendo, jeje. – reía Yoko. 

– Oye, Yoko, he decidido madurar un poco y estar a la altura de mis hermanas. A veces siento que teniendo una personalidad infantil me hace retrasar como persona, y creo que va siendo hora en madurar. Comenzando con dejar de utilizar mi ropa interior infantil, que por los años que tienen, parecen más tangas por lo gastado del uso. – dijo Yotsuba con sinceridad. 

– Me alegro que hayas decidido tomar ese paso. Debes usar lo acorde a tu edad. Además, creo que ya es hora de despedirnos también. Si quieres vivir el resto de tu vida al lado de Futaro-san con tus hermanas, debes madurar a la altura de ellas. – decía Yoko que dejaba estupefacta a Yotsuba. 

– ¿Eso significa que ya no podré verte más en cierto espejo? No, no quiero que me dejes. – dijo Yotsuba implorando a Yoko. 

– Yotsuba, es por tu bien. Aunque tampoco es un pecado ser una persona infantil de vez en cuando. Apoya tu mano en el espejo, podrás recibir la parte madura de vuelta a tu cuerpo. – dijo Yoko mientras la pelinaranja hacía lo que le ordenaba. 

– Yoko, eres genial. Gracias por ser mi amiga inseparable y por los consejos que me has dado. TE EXTRAÑARÉ. – dijo Yotsuba con lágrimas de alegría en sus ojos. 

– También te extrañaré, Yotsuba Nakano. Mantén tu sonrisa en tu rostro hasta en los momentos más difíciles. Tú también eres genial. – decía Yoko con lágrimas de felicidad y de pronto se emanaba un poder que reflejaba dentro del espejo haciendo que Yotsuba cerrara los ojos por el brillo que emanaba del objeto. 

Luego de desaparecer el brillo, la pelinaranja abre los ojos y ve el reflejo de ella misma en el espejo. De pronto mira el reloj. – Cielos, ya es la hora del examen. Debo ir antes que la profesora se ponga pesada conmigo. – decía Yotsuba que salía del baño a prisa. 

– Yoko, te demostraré que voy a alcanzar el alto grado de madurez para estar junto con mis hermanas y con Futaro-kun, el hombre de nuestra vida. – seguía ella que llegaba al salón. 

– Uff, llegué a tiempo. – dijo la pelinaranja, pero una voz la sorprende. – Diría que llegamos a tiempo, Nakano-kun, porque sino te dejaría fuera del salón con la tranca puesta. – hablaba la profesora de Matemáticas que dejó con mirada de palo a Yotsuba. 

– Un poco más y quedabas afuera, Yotsuba. – hablaba Itsuki. 

- Muy buenas tardes, alumnos. No se vayan a traumar con este examen que es "bastante sencillo", sólo son problemas de cálculo diferencial y trigonometría. Me imagino lo agotados que estuvieron en los 4 exámenes anteriores. Guarden todo menos lápiz, borrador y pluma. Pasen los exámenes de adelante para atrás. El primero o primera que sorprenda copiando se le llama la atención y se le quita el examen al reincidir. Buena suerte a todos. – habló la profesora de Matemáticas dando instrucciones del examen. 

– Por lo menos, Matemáticas no es ningún problema para mí. – dijo Futaro con somnolencia a cuestas porque su cuerpo no sigue aguantando tanto sueño acumulado, a pesar de los esfuerzos de las quintillizas para que se mantuviera despierto. 

Enseguida escribe un mensaje rápido a las chicas por LINE. Ellas reciben su mensaje que dice "buena suerte, queridas quintillizas". Todas quedaron sonrojadas, pero ellas le devuelven con otro mensaje que dice "igualmente, mi querido tutor", con emojis de caritas con ojos de corazones y los corazones. 

Ya empezado el examen hace 30 minutos, todo iba de maravilla para Futaro, pero sus ojos los tenía casi enrojecidos debido al forzado uso de su vista. - ¡oh no! Esto no luce nada bien. Estoy llegando al límite. Tengo que demostrarles a ellas el ejemplo de lo que significa prepararse bien en los estudios. Pero... ¡ME FALTAN DIEZ PROBLEMAS DE CALCULO POR TERMINAR! – pensaba preocupado Futaro por el sueño que le estaba afectando. 

Nino que estaba detrás de él, se levantó disimulando para hacer una consulta a la profesora de Matemáticas, pero en realidad usó su crema fría para abrir los poros en la palma de la mano para masajearlo en la nuca y así poder despertarlo; luego de esto, se regresaba a su banca para así masajearlo de nuevo, algo que a Futaro lo levantaba como un spring. – Siento algo frio en mi nuca. ¿Habrá sido Yotsuba o tal vez Nino? – pensaba Futaro que quería mirar atrás, pero no quiso hacerlo para evitar un problema con la profesora. A 20 minutos antes de terminar el examen, Ichika termina de hacer su examen, y se echa una pequeña siesta. 

– Bueno, aajuuumm, ya terminé de hacer mi exámen. No es un problema para mí las matemáticas, una asignatura que casi la domino gracias a los conocimientos que me transmitió mi Darling. Tomaré una pequeña siesta. – pensaba Ichika luego de terminar su examen. 

Pero titubea al ver a Futaro. - ¿Eh? Futaro-kun se está durmiendo (Ichika le toca el hombro a Futaro, en la cual abre lentamente sus ojos y mira a Ichika que le devuelve la mirada con una sonrisa preocupante). 

En cuanto siga resolviendo su examen, yo me daré una pequeña siesta. – dijo Ichika. 

A unos minutos antes de acabar el examen, ya había resuelto casi todo el examen, pero le faltaban 3 problemas. – No, ya no... puedo más. Quisiera terminarlo... tengo ganas... de dor...mir. – pensaba antes de dormir mientras soltaba la pluma y de pronto suena el timbre, en el momento donde las chicas reaccionan cuando cae su novio. 

– Muy bien, alumnos, ya ha terminado la jornada de los exámenes nacionales. Entréguenme sus exámenes. – decía la profesora. 

– Sólo le faltaba resolver 3 problemas, pero no creo que le afecte su nota. Nino, entrégale el examen de Taro-kun a la profesora. – dijo Itsuki que revisaba el examen de Futaro y le pedía un favor a Nino. 

– De acuerdo. (se le acerca a Futaro, le acaricia el cabello y lo besa en la mejilla) Hiciste tu mejor esfuerzo, Fu-kun. Ya pronto te complaceremos. – dijo Nino. 

Las chicas se ponen por cada oreja del pelinegro (Itsuki y Nino en el lado izquierdo, y Miku, Ichika y Yotsuba en el derecho). – Despierta, mi bebé durmiente. – decían todas ellas. 

Futaro se despierta de golpe y deja caer algo de baba de su boca. - ¿Ah? ¿Ya... acabó el... examen, chicas? – preguntaba el pelinegro. 

– Si, Taro-kun. Ya todo terminó. (suena el celular a Itsuki) Un segundo. ¿Si? – dijo Itsuki para después atender una llamada al celular. 

- ¿Itsuki-san? Es Raiha. – dijo la hermana de Futaro que la llamaba. 

– Hola, Raiha-chan. ¿Cómo estás? – respondía alegre Itsuki. 

– Muy bien, Itsuki-san. ¿Y cómo les fue a ustedes y a mi hermano? – preguntaba Raiha por el celular. 

– Bueno, nos fue bien, diríamos. Tu hermano es quien necesita ayuda para conciliar el sueño. Ya vamos a tomar un taxi y traerlo a tu casa. Ah, mis hermanas mandan saludos a ti y a tu padre. – decía Itsuki por el celular. 

– Está bien, Itsuki-san. Las veremos en casa. Hasta luego. – dijo Raiha que se despedía de la pelirroja. 

– Muy bien, Taro-kun. ¿Ya estás despierto? – preguntaba al pelinegro. 

– Algo así. Solo quiero estar con ustedes, nada más. – dijo Futaro mientras las chicas reaccionaban enrojecidas por el comentario. 

– Tranquilo, tesoro, te haremos una cama de regazos dentro del taxi para que te relajes antes de llegar a tu casa. – dijo Itsuki tocándole la mejilla del pelinegro. 

– Bien, vámonos a casa de nuestro cielo. – hablaba Yotsuba animadamente mientras las demás gritaban "sí". 

Las chicas llevaban a Futaro hasta la entrada del colegio. – Muy bien, pónganlo con cuidado en la banqueta. – hablaba Ichika. 

Las quintillizas se echan a un lado para hablar entre ellas. – Chicas, una de nosotras tendrá que pasar un momento a solas con nuestro cariño mientras el resto comprará los ingredientes del Dutch Baby con Jamón y Verduras de Temporada para celebrar el final de los exámenes. ¿Tienen alguna idea? – dijo Nino a sus hermanas. 

– Decidámoslo con un piedra, papel o tijeras por rondas hasta definir a la ganadora. – recomendaba Itsuki. 

Las chicas jugaron piedra, papel o tijeras, donde salió como ganadora Yotsuba al vencer en la final a Nino. La pelirroja se encargó de llamar a un taxi, y en unos minutos llegó un taxi tipo camioneta marca Honda Element. 

– BUENAS TARDES, TAXISTA-SAN. – saludaban con reverencia las quintillizas con Futaro al taxista. 

– Buenas tardes, jóvenes. ¿En qué les puedo ayudar? – saludaba el taxista con amabilidad. 

– Disculpa, señor. ¿podría abrir la puerta trasera de su camioneta, por favor? Necesitamos más comodidad para nuestro compañero que tiene sueño. – preguntaba Itsuki. 

– Con gusto, jóvenes. (el taxista abre la puerta trasera) Listo, pueden entrar. – dijo el taxista complaciendo a las quintillizas y a Futaro. 

– Muy bien, dormilón, ya puedes entrar, pero con cuidado. – dijo Ichika. 

– Está bien. (Futaro entra a la parte trasera del taxi y se acuesta) Me muero de hambre y luego me voy a dormir. – decía el pelinegro medio somnoliento. 

Las chicas entraron con la siguiente formación: en el lado izquierdo estuvieron Nino y Yotsuba, en el lado derecho estaban Ichika y Miku, y en el regazo estaba Itsuki. – Taro-kun, levanta un momento tu cabeza para que lo pongas en mi regazo. – decía Itsuki en el oído de Futaro. - ¿Ah? Si, ya voy. – asentía Futaro con algo de sueño. 

Luego de colocar su cabeza en el regazo de Itsuki, ella le dijo al taxista la dirección en donde vive Futaro. Las quintillizas, excepto Itsuki, aprovecharon en tomar una siesta junto con Futaro luego de una jornada agotadora de los exámenes nacionales, mientras que la pelirroja se encargaba de acariciar la cabeza. Llegado a la casa de Futaro, el taxista frenó de golpe haciendo despertar a Futaro y a las quintillizas que tomaban la siesta con él. 

- ¿Ya llegué a casa? – preguntaba Futaro. – Si, Taro-kun, ya llegamos a tu casa. Pagaré con tarjeta de crédito, señor. – decía Itsuki a Futaro mientras pagaba la carrera por tarjeta de crédito. 

– Que les vayan bien, jóvenes. – se despedía el taxista dejando a las quintillizas y a Futaro. 

– Chicas, ayuden a Futaro-kun, mientras le llevo la mochila que no es tan pesada. – hablaba Ichika ordenando a sus hermanas que asentían. 

Ellas llegan junto a Futaro a la casa del mismo. – Yo tocaré la puerta. – dijo Nino que empezó a tocar la puerta. 

– Voy en camino. – dijo Raiha que iba a abrir la puerta. – HOLA, RAIHA-CHAN. – dijeron las quintillizas alegres con un Futaro medio somnoliento. 

– Hola, chicas, hermanito, ¿cómo les fueron hoy en los exámenes nacionales? Pasen, están en su casa – dijo la hermana pequeña del pelinegro. 

– Hola... Raiha. – hablaba el pelinegro. 

– Ay, hermano, no tomas alcohol todavía y tu cara ya parece al de Némesis . – dijo burlonamente Raiha mientras las quintillizas reían de aquel comentario. 

Isanari salió a recibir a las visitas y a su hijo que estaba medio somnoliento. – Oye, Futaro, te has esforzado mucho no sólo en el estudio, también has llegado en buena compañía jajaja. (Isanari hizo sonrojar a las chicas) Oh, lo siento, bienvenidas, chicas. La verdad no tenemos casi mucho con qué brindarles. – se disculpaba Isanari por no tener casi nada en casa para celebrar el final de los exámenes nacionales. 

– No se preocupe, Isanari-san. Los llevaremos junto a usted y a Raiha-chan a un buen supermercado. Compraremos lo que hace falta de comida, ollas y sartenes. Le enseñaré a su hija a preparar uno de mis platos favoritos, un Dutch Baby con Jamón y Verduras de Temporada, y para eso compraremos los ingredientes. – decía Nino que miraba ruborizadamente a Isanari por su estampa de rebelde. 

– ¿En serio, Nino-san? ¿Me enseñarás uno de tus platos tuyos? – dijo Raiha con una sonrisa y los ojos brillantes. 

– Asi es, mi corazón, y tú lo vas a cocinar otro día para la siguiente reunión en tu casa, ¿te parece bien? – decía Nino de forma animada. 

– ¡Yayyy! Gracias, Nino-san. Te quiero mucho. – agradecía Raiha a la segunda hermana que la abraza. 

– Eres un encanto, yo también te quiero mucho. – dijo Nino correspondiendo el halago y el abrazo de Raiha. 

- ¿Eh? Los pechos de Nino-san son un poco más grandes que los de Itsuki-san. – pensaba Raiha. 

Itsuki, que veía el gesto de ellas dos de cerca, se une a la conversación. – ¿Y qué hay de mí, Raiha-chan? ¿También me quieres mucho? – habló la pelirroja con una sonrisa. 

– Claro, Itsuki-san, a ti, a Nino-san y a las demás chicas por igual. – dijo Raiha con una felicidad en sus labios mientras las 2 quintillizas le dan un beso en las mejillas y se rien. 

– Vayan rápido al supermercado antes que se haga de noche. Me muero de hambre. – reclamaba Futaro a las quintillizas, Isanari y Raiha. 

– Chicas, ¿me permiten un momento hablar con mi hijo? – hablaba Isanari a las chicas. 

- ¿Eh? ¿Dije algo malo? – preguntaba dubitativamente Futaro. 

– No, no dijiste nada malo. Es sobre aquel tema. Hablemos en privado ¿de acuerdo? – respondía Isanari mientras Futaro asentía del tema que iban a hablar en privado. 

Ellos fueron al cuarto mientras Raiha hablaba con las chicas. – Futaro, ya recibí el llamado de un amigo mio desde Miyagi. ¿Te acuerdas que te iba a contar lo que ocurrió a tu madre? – hablaba Isanari en un tono serio a Futaro. 

- ¿Eh? Sí, pero no creí que iba a ser de inmediato, a pesar que ella murió hace 7 años. ¿Es necesario que vaya a Miyagi? – preguntaba Futaro. 

– Sí, como tienes la edad necesaria para comprender las cosas, sería bueno que supieras todo, porque ahí encontrarás las respuestas de lo que has preguntado durante 7 años en Shibata. Además, hablé con tus amigas de que pasaras este fin de semana con ellas, para que no te aburrieras. – dijo Isanari al ver el semblante preocupado de su hijo. 

– Oye, no tenías que hablar eso con ellas sin mi permiso. Pero de igual manera si me negaba, ellas no aceptarían un no. – decía con un fastidio Futaro. 

– Para ser franco, hijo, vas a necesitarlas cuando hayamos regresado de Shibata, porque al enterarte de lo ocurrido con tu madre no lo podrás asimilarlo solo. Te lo digo por experiencia. – dijo Isanari en un tono serio y preocupado. 

Flashback – Luego de escuchar el pequeño resumen dado por Amachi, quedó pálido y a la vez trataba de contener la ira y la tristeza mientras estaba en la habitación. – Fin del flashback

– Estarás con ellas hasta el domingo por la noche. Vi que tienes un sueño. En cuanto hayas acabado de cenar, te acuestas de inmediato porque saldremos temprano. Además, dejaremos a Raiha al cuidado de Itsuki-san y sus hermanas hasta que regresemos. – decía Isanari mientras Futaro asentía con la mirada baja preocupante. 

Pero el ambiente serio se rompe cuando entra de repente Yotsuba de un portazo. - Futaro-kun, tengo sed. ¿Donde tienes los vasos para tomar agua? - lo decía mientras asustaba a Futaro y a Isanari con su llegada intempestiva.

- Yotsuba, no nos asustes así de repente. Dile a Raiha que te dé un vaso y un frasco de agua fría para que le des a tus hermanas también. - dijo algo molesto Futaro ante la mirada atónita de su padre y la pelinaranja le daba las gracias y se retira de la habitación. 

- Oye, hijo, ¿Yotsuba-san reacciona así cuando estás en las tutorías? - preguntaba dudoso Isanari. - Sí, lo peor es la forma de despertar de los que tienen alrededor, te dejan con un infarto. Si no me crees, me tienes a mí como tu testigo sobreviviente. - respondía Futaro del comportamiento de la pelinaranja.

Saliendo de la habitación, Isanari se reúne con las chicas y Raiha. – Bien, ¿nos vamos al supermercado, Nino-san? – preguntaba animadamente Isanari a Nino. 

– Si, Isanari-san. Yotsuba, quédate con Fu-kun para que no se duerma antes de cenar. – hablaba Nino. 

– Descuida, Nino. Futaro-kun estará en buenas manos. Cuídense mucho y no se demoren. – dijo la pelinaranja con su característica sonrisa. Las quintillizas, Isanari y Raiha fueron de inmediato al supermercado a comprar los alimentos para la cena. 

En ese momento, Futaro y Yotsuba quedaron a solas. – Bueno, al fin... - pero Futaro no pudo completar su frase por un beso en la mejilla por parte de Yotsuba que lo dejó sorprendido. 

- ¿Ah si? ¿Le pasó algo malo? – preguntaba Futaro por curiosidad. 

– No le pasó nada. Eso fue cuando fui al baño y hablé con ella. – respondía Yotsuba. 

- ¿Y de qué hablaron? – volvió a preguntar el pelinegro. Yotsuba le contó todo lo que hablaron ella y su parte interna Yoko llegando al momento donde se unían en un solo ser, aceptando madurarse como persona para estar a la altura de sus hermanas sin olvidar aquel lado semi infantil que la caracteriza. 

– Es una lástima que no me haya despedido de ella. Solo espero que mejores la forma de sorprender a los que aprecias cuando vayas a saludar, como en mi caso, y no por sorpresas de infarto. – aconsejaba Futaro mientras acariciaba la cabeza de Yotsuba que la sonrojaba. 

– De acuerdo, cielo. (ella abraza lentamente a Futaro para no lastimarle la espalda) Me agrada abrazar a la gente para que no se sienta triste, es como una medicina reconfortante lo que les proporciono para que se calmen. Pero a ti, te haré reconfortar de manera especial por una petición de Yoko. Vamos a tu habitación. – decía Yotsuba llevándose a Futaro que asentía a la habitación. Ella se quita la camisa, el sostén, el listón de la cabeza y se sienta de regazo al ver el rostro sorprendido de Futaro. 

– Ven, Futaro-kun. Quisiera estar como Buda trajo a mí y a mis hermanas, pero es mejor en topless porque ellas no van a demorar mucho. Aprovechemos antes que lleguen los demás. Yo te aviso cuando van llegando desde lejos. – invitaba Yotsuba al pelinegro con su risa zurrona a que se reconfortara en su busto. 

– No importa en cual busto de ustedes me pongan, encuentro mi tranquilidad. – dijo con un sonrojo Futaro y con cara de cansancio al colocar su cabeza en el busto de ella con algo de sonrojo. 

– Ajaja. Oye, cielo, ¿qué te parecieron los de Miku? ¿También fueron cómodos cuando estuvieron en el baño de la escuela? – preguntaba Yotsuba mientras acariciaba el cabello de Futaro que lo dejó con un sonrojo, pero recupera su compostura. 

– Me imagino que te lo contó. Ejem, si, pude recuperar algo de energía mientras me daba masajes en la nuca, en la cabeza y en los brazos con un gel para poder despertar. Le agradecí por aquello. – decía el pelinegro que sonreía un poco, algo que fue observado por Yotsuba. 

– Cielo, me agrada tu cabello. Es tan suave y agradable al acariciarlo. ¿Qué marca de shampoo usas? – preguntaba una curiosa Yotsuba. 

– Nada del otro mundo, es uno no tan famoso. – contestaba el pelinegro. 

– Vamos, ¿qué te cuesta decírmelo? Chuu. – insistía Yotsuba en una respuesta de Futaro de forma agradable con un beso tierno en la cabeza. 

– Está bien, te lo diré. Es uno llamado Head and Shoulders 2 en 1. (Nota: esta marca sí lo venden también en Japón) ¿Contenta? – respondía el pelinegro para evitar complicaciones. 

– Cielo, voltéate para besarnos un momento. (él se voltea y la pelinaranja toma las manos de Futaro en su busto para que juegue con ellas) Puedes jugar con ellas si quieres, son el fruto obtenido luego de mucho deporte durante secundaria y ahora preparatoria antes de conocerte. – dijo Yotsuba con una mirada coqueta aprendida de su hermana Ichika. 

– Ya se te pegó algo de Ichika, ¿no crees? Ven, mi tontita del trébol. – dijo el pelinegro que comenzó a besar a Yotsuba y jugaba a la vez con el busto de ella. Lo siguiente fue colocar la cabeza del pelinegro en su pecho desnudo, acariciar su cabello y cantar un tema de Bonnie Pink llamado Last Kiss (ending de Gantz). 

Luego de unos minutos, Yotsuba divisó la llegada de las hermanas con los dos parientes Uesugi. – Cielo, pararemos un momento. Me voy a vestir rápido antes que lleguen. ¿Dónde está el baño? – decía Yotsuba mientras tomaba su sostén, su camisa y su moño. 

– Al fondo a la derecha. (sale de la habitación para ir a recibir a las chicas y su familia) Voy a ayudar un momento. – dijo Futaro al salir de su casa a esperar la llegada de las quintillizas y su padre cargados de compras. 

– Hola, demoraron mucho. Déjenme ayudarles, chicas – dijo Futaro que se puso a ayudar a los recién llegados. 

– Toma, Taro-kun. Me dieron unos paquetes algo pesados, pero no son nada para ti ¿verdad? – hablaba Itsuki dándole los dos paquetes de comida. 

– Itsuki, debes hacer más ejercicios por tu bien y menos cantidades descomunales de comida o harás preocupar a tus hermanas, a mí y a Raiha. – dijo Futaro haciendo ruborizar a la pelirroja. 

– Ya te dije que estoy al tanto en la cantidad que como para estar al peso acorde de mis hermanas. – respondía Itsuki con su respectivo puchero. 

– Y me sumo a la critica que vengo diciendo de hace rato respecto a la cantidad de comida que comes. No creas que eres la única mamá sustituta entre nosotras. – hablaba Nino llamándole la atención a Itsuki que la asustó. 

– Protégeme, Taro-kun, me quiere llenar de ensalada mi organismo. – dijo Itsuki que se colocaba cómicamente como una niña detrás de Futaro. 

– Ya paren, chicas. Es momento de celebrar por terminar los exámenes nacionales, no de pelear en casa ajena. – habló Ichika tratando de apaciguar el fuego con su sonrisa. 

– Si van a pelear, háganlo en su casa y no en la mía ¿me oyeron? – regañaba Futaro usando su rol de tutor a Itsuki y a Nino. 

– Protéjanos, Raiha-chan. – decían ambas quintillizas señaladas detrás de la hermana menor de Futaro. 

– Hermanito, no las regañes fuerte, ellas no tienen la culpa de ser como son. – dijo Raiha que las defendía mientras ellas la abrazan y les agradece por defenderlas. 

– Vaya, hijo, me imagino que asi pasa en ocasiones en las tutorías, ¿verdad? – preguntó Isanari por curiosidad en voz baja. 

– Pfff, es casi las veces en que he ido a darles tutoría desde el inicio. – respondía Futaro con medio fastidio. Ya llegando a casa, Yotsuba los recibe y carga los paquetes de Miku e Ichika, y en otro viaje cargó los de Futaro e Isanari. 

– Han comprado comida como para un mes, y eso que solo necesitamos para la cena. – habló Yotsuba de manera sorprendida. 

– Yotsuba, la idea fue de nosotras. Creo que comprar sólo para cocinar la cena no fue lo suficiente y hemos comprado para un mes para la familia de Taro-kun por la hospitalidad de haber conocido primero a él mismo y después a Isanari-san y a Raiha. – decía Itsuki. 

– Es verdad, y además, conseguimos un sartén grande donde usaremos lo que vamos a cocinar, y Raiha-chan será mi nueva asistente de cocina donde aprenderá a cocinar este plato especial para que lo haga más adelante ¿verdad, mi pequeña? – hablaba Nino mientras miraba a Raiha. 

– Así es, Nino-san. Ah, Miku-san ¿puedo pedirte un favor? – respondía Raiha mientras le pregunta a Miku. 

- ¿Eh? ¿Necesitas algo, Raiha-chan? – pregunta Miku. 

– Necesito que me grabes un video con la preparación del plato que va a enseñarme Nino-san. ¿Lo harás? – responde Raiha. 

– Te lo grabaré con mucho gusto, Raiha-chan. – decía Miku con una sonrisa. 

– Muy bien, yo me iré a dar una ducha. Ya regreso con ustedes. – decía Futaro a sus familiares y a las quintillizas. 

– Pero hazlo rápido, hermano, el sudor se siente fuerte desde que llegaste a casa con las chicas, como el de un oso viudo. – dijo sarcásticamente Raiha incomodando a Futaro mientras las chicas se rien de dicho comentario. 

Ya después de un rato, Nino tenía a Raiha como su asistente para preparar el Dutch Baby con Jamón y Verduras de Temporada mientras que Miku estaba grabando la preparación de dicho plato en la cocina. En la sala, los demás estaban compartiendo un momento ameno hablando de cualquier tema ahora con el pelinegro que tiene su semblante fresco como una lechuga después de darse una ducha, hasta hubo prueba de fuerza entre Isanari y Yotsuba en 3 sets, siendo la pelinaranja la ganadora 2 a 1. Futaro rezongó de vergüenza al ver perder a su padre, pero a la vez felicitaba a Yotsuba. 

– Oye, Yotsuba-san, ¿qué comes para tener una fuerza como la tuya? – preguntaba por curiosidad Isanari a Yotsuba. 

– Ajaja mi fuerza no es gran cosa, solo mantengo una alimentación sana y hago ejercicios. – respondía de forma alegre Yotsuba. De pronto surge un olor agradable proveniente de la cocina, en donde van saliendo Nino, Miku y Raiha con el Dutch Baby con Jamón y Verduras de Temporada. 

– Lávense las manos, ya vengo con la comida. – anunciaba Nino a los que esperaban la comida. – Que bien, me estaba muriendo de hambre... - dijo Itsuki acercándose a la mesa, pero Futaro la agarra del brazo. 

– Tranquila, fiera, controla tus instintos alimenticios. – decía Futaro cuando juega con el pequeño excedente de piel en el abdomen. 

– Noo, Taro-kun, nos puede ver tu padre y Raiha-chan. Cuando estemos a solas con mis hermanas puedes hacernos lo que quieras. – susurraba una Itsuki algo coqueta y le besa en la oreja. 

– Debo aclararles que esta comida fue hecha en casi la mayor parte por Raiha-chan. En cuanto la probamos Miku y yo, le quedó delicioso por ser la primera vez. – decía Nino dando la bondad de la comida hecha por Raiha, mientras ella pone una mirada tímida y de sonrojo. 

– Soy testigo de la comida casi hecha por Raiha-chan, al ser su primera vez le ha quedado bien. Felicidades, Raiha-chan. – dijo Miku con una sonrisa satisfactoria. 

- ¿Y qué esperamos para probar la comida de Raiha? No aguantamos el hambre. – dijo Futaro ante los presentes. Todos se sirvieron la comida de Raiha en colaboración con Nino, y al momento de probar el plato, todos tuvieron rostros de satisfacción. 

– Felicidades, hijita. Espero más platos tuyos en el futuro. – felicitaba Isanari a Raiha con un beso en la mejilla. 

– Jeje no es para tanto. Gracias, papá. – decía Raiha con una mirada tímida y sonrojada. Los demás también la felicitaron por tal logro obtenido en la cocina y Raiha les daba las gracias.

 Luego de una cena deliciosa, habla Isanari. – Hija, ¿te gustaría pasar una noche y mañana hasta la noche con Itsuki-san y sus hermanas? Tienes mi permiso para hacerlo hoy. – proponía Isanari a su hija. 

- ¿En serio, papá? ¿Puedo pasar hoy y mañana junto con ellas? – dijo emocionada Raiha mientras veía a las quintillizas. 

– Claro que si, Raiha-chan. ¿Qué tal si hacemos juntas una pijamada? Será divertido. – dijo emocionada Yotsuba a Raiha. 

– Que nostalgia volver a recordar una pijamada, y te lo vamos a dedicar. – dijo Ichika que se había acercado a la hermana de Futaro. 

– Haremos cosas juntas para que nos conozcas muy bien y nos convirtamos en tus mejores amigas. – decía Miku colocándose junto a Ichika. 

– Te daremos tips de moda y belleza que te podrían servir en unos años cuando seas como nosotras. – habló Nino colocándose junto a Miku. 

– Y esto lo haremos porque tu hermano nos lo pidió, porque me parecía injusto que sólo yo sea la única en interactuar contigo que el resto de mis hermanas. Mañana tendremos un buen día para pasear e ir de compras con nosotras. ¿Qué tal, te agrada la idea, Raiha-chan? – hablaba Itsuki que se colocaba junto a Raiha que ella asentía. 

– Chicas, démosle a Raiha-chan un abrazo grupal. – habló Miku a sus hermanas. Las quintillizas se acercaron a Raiha y le dieron un abrazo grupal mutuo con una sonrisa satisfactoria ante la mirada de Isanari y Futaro. 

– En verdad las tienen del mismo tamaño – pensaba la hermana de Futaro sorprendida. 

- Raiha, ¿qué tal si alistamos la ropa para esta noche y mañana? – dijo Futaro a su hermana. 

– Está bien, hermanito. – dijo Raiha que irradiaba brillo en sus ojos. Los hermanos Uesugi fueron a la habitación y cierran la puerta ante la mirada de las quintillizas y el padre de los Uesugi. 

– Chicas, quiero contarles algo importante ahora que estamos solos. – dijo Isanari que hizo girar la vista de las quintillizas hacia él. 

Varios minutos después, Raiha tenía lista su pequeño equipaje (una mochila de color fucsia con el rostro de cierto cantante infantil conocido en el mundo entero) y se le irradiaba una felicidad en su rostro. Futaro por su parte, le entró un bostezo. – Aajuuummm, ya me entró algo de sueño. – dijo Futaro con algo de sueño luego de disfrutar la cena que lo dejó con ganas de dormir. 

– Chicas, ya es su turno de acompañar a mi hijo por unos minutos antes que se vayan. – dijo Isanari con una sonrisa zurrona mientras las quintillizas asentían. 

- ¿Eh? ¿Me acompañarán un momento? Pff. Que sea rápido, que me muero de sueño. – dijo Futaro con somnolencia y soltaba un bufido de fastidio. 

– Vamos, Futaro-kun, te ayudaremos un momento. No seas tan duro al momento de darte ayuda. – dijo Ichika agarrando el brazo del pelinegro. 

Dentro de la habitación, Yotsuba le pone seguro a la puerta. Futaro se sienta en el futón. Las quintillizas se ponen al frente de Futaro. – Chicas, tengo que felicitarlas por el esfuerzo que pusieron en los exámenes nacionales. Y además, (susurra en voz baja y les besa en la mano caballerosamente a las chicas) he ganado el corazón de unas 5 chicas que dejaron de ser tontas para convertirse en unas guerreras del estudio y también... son mis novias. – dijo Futaro mientras veía a sus novias que jugaban con su cabello y sonreían con sonrojo. 

– Dime algo, Fu-kun... - decía Nino pero fue interrumpido por una burla del pelinegro. – Algo. – dijo burlonamente Futaro pero fue pellizcado por Nino en el brazo del mismo. 

– Deja la broma a un lado, idiota. (le suelta el brazo de Futaro) Te iba a preguntar por la comida que preparamos Raiha-chan y yo. ¿Estuvo a buen punto de sal? – preguntaba Nino. 

– Por ser un nuevo plato hecho por Raiha, no le quedó mal, pero te felicito por supervisar el cocinado. – respondía Futaro. 

– Gracias, cariño. Chuu. ¿Quieres que sea la indicada para colocarte el ungüento en la espalda? Considéralo como un abrebocas de lo que compartiremos mañana contigo en la noche. – dijo seductoramente Nino. 

– Chicas, ahora que mencionan mi espalda, lo que verán las inquietaran un poco. – dijo Futaro avisando a las chicas de lo que iba a mostrar en su espalda al momento de quitarse el suéter.

Cuando se quitó el suéter, las quintillizas se acercaron a observar la espalda del pelinegro y pusieron unas caras horrorizadas al ver las cicatrices que tenía desde la infancia. Las quintillizas se compadecieron de su novio tutor de lo que ha sufrido durante su difícil infancia, y cada una le ha dado un beso en cada cicatriz de la espalda. – Chicas, les he mostrado algo feo de mi físico. Es muy desagradable ¿verdad? – decía Futaro. 

– Chicas, reunión, de inmediato. En un momento te atendemos, tesoro. – dijo Itsuki llamando a sus hermanas. 

– Lo veo y no lo creo. Era algo escalofriante. – dijo Ichika que hablaba en voz baja mientras sus hermanas asentían. 

– Chicas, propongo lo siguiente: alguien tiene que quedarse con Fu-kun para que él vea que una de nosotras lo apoya, pero será después que Raiha-chan se haya dormido después de la pijamada. – proponía Nino. 

– Pero debe ser elegida alguien voluntariamente, porque no todas estaremos con el esta noche. Le prometimos a Raiha-chan que la pasaría bien cono nosotras. – dijo Itsuki. 

– Quisiera estar con él esta noche, pero tengo que necesitar algo de energía después del paseo con Raiha-chan. El amasar pan para los clientes también es importante. – decía Miku. 

– En mi caso, no creo poder despertarme a la hora que se vayan ellos. Yo me despierto tarde. – dijo Yotsuba. 

– Entonces, quedo yo. Me ofreceré voluntariamente a cuidar de nuestro Darling. Lo haré como si todas estuviésemos a la vez cuidándolo. – decía Ichika. Al ofrecerse Ichika voluntariamente a cuidar a Futaro después de la pijamada, llegaron a un acuerdo. 

Luego se reúnen con Futaro con la somnolencia a cuestas. – Oigan, ¿qué tanto andaban cuchicheando? – preguntaba Futaro con los brazos cruzados y su humor característico. 

– Nosotras te pondremos el ungüento en la espalda. Ya te atenderemos, tesoro. – decía Itsuki de forma cariñosa. 

Luego que las quintillizas le pusieran el ungüento en la espalda del pelinegro, ellas acuestan con cuidado al mismo. Una de las quintillizas se acerca, y era Nino. – Bueno, cariño. Te esperamos mañana cuando terminemos de cuidar a Raiha-chan. Cuídate mucho ¿sí? – decía Nino de cerca para besarlo en la boca mientras lo toma de la cabeza. 

La siguiente era Ichika. – (le habla cerca de Futaro) Darling, esta noche cuidaré de ti cuando terminemos una pijamada con Raiha-chan. Te veo más tarde. – dijo Ichika besándolo en la boca.

El turno era para Yotsuba. – (ella coloca su frente junto al del pelinegro) Espero que sueñes con nosotras, cielo. Te esperaremos mañana cuando regreses de viaje. Nos traes algo. – hablaba Yotsuba que le acariciaba la cabeza y le besa por la mejilla. 

– Solo es por un día nada más, no pienso quedarme allá. – decía Futaro cuando se alejaba Yotsuba para darle paso a Miku. 

– (ella le arropa con una manta a Futaro) Solo haz el intento. Que nos compres un recuerdo de donde vayas a ir para nosotras no te puede costar mucho. Que tengas dulces sueños, Futaro. – dijo Miku con mirada tierna mientras le hacía un beso esquimal de narices y lo finaliza con un tierno beso. En ese momento Ichika sale de la habitación y ve a Isanari junto a Raiha. - Isanari-san, ¿puedo hablar con usted en privado? – dijo la hermana mayor de las Nakano ante la mirada de Isanari.

Por último se acerca Itsuki. – Tesorito, me gustaría que trajeras algo de comer, pero preferiríamos tu vuelta a salvo. Llámanos cuando estés allá ¿de acuerdo? – dijo Itsuki despidiéndose con un beso. 

Cinco minutos después, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki salieron de la habitación dejando a Futaro en su futón y le habían apagado la luz para que durmiera. Ya en la sala se encontraron con Ichika, Isanari y Raiha. - ¿Lista para irnos, Raiha-chan? – preguntaba Itsuki a la hermana pequeña de Futaro. 

– Chicas, se han demorado tanto para despedirse de mi hermano que casi me duermo, por suerte Ichika-san estuvo conmigo mientras hablábamos. – reclamaba Raiha con un lindo puchero. 

- ¿Y de qué hablaban, Raiha-chan? – preguntaba una curiosa Yotsuba. 

– De lo que haremos en una pijamada, para que en un futuro lo haga con sus amigas durante secundaria. – respondía una alegre Ichika. 

– Muy bien, Uesugi-san. Nos mantiene en contacto cuando les regresemos a Raiha. Usted y Taro-kun se cuidan mucho. – dijo Itsuki despidiéndose de Isanari. 

– Nos vemos mañana, papá. Nos trae algo de allá. – decía Raiha alegremente. 

– Adios, hija. Que te diviertas mucho con tus nuevas amigas. Chicas, dejo el cuidado de mi hija a ustedes. – dijo Isanari. 

– HASTA MAÑANA, ISANARI-SAN. – decían las quintillizas despidiéndose de Isanari. Y así, Raiha, tomado de la mano de Itsuki y Yotsuba junto con las otras quintillizas, emprendieron camino a la casa de ellas para preparar la pijamada. 

Llegado a la casa de las quintillizas, las chicas llegaron algo cansadas. – Uff, estos exámenes nos han dejado agotadas. – dijo Yotsuba mientras abría la puerta del apartamento y prendía las luces del apartamento. 

– Es verdad, Yotsuba, pero nos hemos recuperado con la comida que preparó Raiha-chan. (Itsuki mira a Raiha y le acaricia el cabello) Nos dejaste sorprendidas con tu comida que te enseñó Nino. Esperaré otro plato tuyo en el futuro. –dijo Itsuki mientras elogia a Raiha. 

– Gracias, Itsuki-san, chicas. Espero sorprenderlas con otro plato, sea uno mío propio o del recetario de Nino-san. (Nino se alegra del comentario de Raiha y la misma ahora mira a Miku) Disculpa, Miku-san, mi hermano me dijo que trabajas ahora en una panadería, ¿cierto? – decía Raiha. 

- ¿Eh? Sí, es verdad. Gracias a las enseñanzas de mi jefa, he aprendido apenas los panes fáciles de hacer y de atender con una sonrisa a los clientes. Lo de crear los diferentes panes lo hago por etapas para dominarlos hasta llegar al que sea difícil de hacer. – respondía Miku a la pregunta de Raiha. 

– Chicas, ¿trajeron las cosas para picar y beber? – preguntaba Nino. 

– Claro que sí, Nino, de lo contrario no sería una pijamada sin las cosas para picar y beber, entre otras cosas. ¿No es así, Raiha-chan? – respondía Ichika de forma coqueta a Nino mientras esperaba una respuesta de Raiha. 

– Sí, Ichika-san. En cuanto le cuente esto a mis compañeras, se quedarán con la boca abierta. – decía Raiha con un brillo en sus ojos. 

– Raiha-chan, qué tal si empezamos nuestra pijamada con un buen baño con todas nosotras. ¿te parece bien, mi pequeña amiga? – dijo Yotsuba que se agachaba a la altura de Raiha y la abrazaba. 

– Está bien, Yotsuba-san. Además, el día de hoy estuvo caluroso. – decía Raiha. 

– Chicas, hagamos esta pijamada dedicado a Raiha-chan, (la pelirroja mira a Raiha) porque eres y serás alguien importante para nosotras al igual que Taro-kun y tu padre. Y ahora, vamos a bañarnos todas juntas. – dijo Itsuki animando a sus hermanas y a Raiha mientras ellas respondían "Si". 

Vemos como las chicas se fueron a su habitación compartida junto con Raiha y empezaron a desnudarse para ir al baño. A Raiha le llamó la atención los cuerpos esculturales de las quintillizas. – Si mi hermano viera el volumen de cuerpos que tienen Itsuki-san y sus hermanas, no dejaría de babear por más de un mes. – pensaba Raiha que iba camino al baño con las quintillizas. 

Ya en el baño se divertían bastante como hacer un circulo para lavar el cabello y la espalda de cada una y viceversa. Luego de unos minutos, todas hablaban de otros temas referentes a la pijamada cuando de repente ven a Raiha algo decaída. Las quintillizas se acercan a Raiha con preocupadas. Habla Itsuki. – Raiha-chan, ¿te encuentras bien? – preguntaba la pelirroja tocándole la cabeza de Raiha. 

– Si, pero en realidad... siento algo de envidia por ustedes, chicas. – respondía Raiha de forma directa lo que sentía dentro de su ser. Las quintillizas se han quedado confundidas con lo expresado por la hermana de Futaro. – Les explico: me refiero a los cuerpos que tienen cada una de ustedes. No sólo es de ahora, sino de hace momentos atrás en casa. Me he estado preguntando si podré llegar a tener un cuerpo como el de ustedes. – decía Raiha mientras las chicas pensaban cómo podrían responderle, debido a las veces en que esta niña sorprendía a propios y extraños con sus preguntas. (Nota: Pondré las respuestas de cada una.) 

Las quintillizas invitan a Raiha a enjabonarla mientras le dan su respectiva respuesta. 

Itsuki: (Raiha se acerca a la pelirroja que le lava la cabeza con shampoo) Raiha-chan, no te preocupes. Aún eres pequeña, cuando crezcas, tendrás un cuerpo así. Sólo con el paso de los años descubrirás tu verdadero cuerpo. (Raiha besa a Itsuki como agradecimiento) Ve con Miku.

Miku: (Raiha se acerca a Miku que le lava el pecho y el abdomen del pequeño cuerpo de la misma) Raiha-chan, como dijo Itsuki, aún estas en crecimiento, pero ¿sabes? Nosotras cuando teníamos tu edad sólo éramos unas pequeñas niñas como tú, sólo empezamos a desarrollarnos con el tiempo y pues terminamos como somos ahora. (Raiha besa a Miku como agradecimiento) Ve con Yotsuba que te dirá una anécdota.

Yotsuba: (Raiha se acerca a la pelinaranja que le lavará los bracitos de la pequeña) Raiha-chan. No te pongas triste. Sé que en el futuro serás como nosotras. En mi caso, cuando hacía deportes desde hace unos años, mis pechos han ido creciendo a paso lento. Trata de no adelantarte los hechos. ¿de acuerdo? Dame uno de tus tiernos besos mientras te abrazo. (Raiha besa a Yotsuba como agradecimiento mientras le correspondía el abrazo de la última) Nino tiene algo más que contarte.

Nino: (Raiha se acerca a Nino que le lava la espalda de su pequeña asistente) Al igual que han dicho mis hermanas, Raiha-chan, mi pequeña asistente, aún eres muy pequeña para pensar en eso, pero sé que en un futuro vas a atraer muchas miradas. Lo mejor es darle el tiempo la razón y ser paciente en el cuerpo que vas a obtener en la pubertad. (Raiha va a besar a Nino como agradecimiento) Escucha lo que te dirá Ichika.

Ichika: (Raiha se acerca finalmente a Ichika que le lava las piernas) Raiha-chan, aun te falta unos años para conocer eso. Primero tendrás que pasar la etapa de la pubertad, y en cuanto tengas el cuerpo deseado serás muy linda cuando crezcas. Lo que importa son las curvas, las piernas y la figura fit que vas a alcanzar. Y puede que tengas mejor cuerpo que nosotras en el futuro. (Ichika sonríe de forma coqueta y recibe el beso de Raiha como agradecimiento).

Luego de escuchar las opiniones de las chicas, Raiha responde. – Chicas, les doy las gracias por hacerme quitar un peso de encima. Les agradezco de todo corazón. Y ahora... (baja la mirada para poner una maliciosa ante la mirada extrañada de las chicas) TOMEN. – Raiha sorprende a las quintillizas con un ataque de agua y ellas contraatacan su ataque, pero la hermana de Futaro tenía el apoyo de Itsuki y Miku donde todas quedaron reídas del ataque como si fueran niñas de edad temprana. 

Luego de esto, todas las chicas salieron de la bañera y se fueron a poner sus pijamas para continuar con las siguientes actividades: preparar algunos bocadillos, usaban una ruleta tipo Twister en donde cada una le tocaba pintarse con un color de esmalte elegido para cierto dedo del pie o de la mano, prueban peinarse entre todas y bailan, pero prepararon el espacio donde dormirán antes de realizar tales actividades. 

Raiha aprovechó la oportunidad de tomar unas fotos de lo que hacían las chicas. 

Ya después de un rato, Raiha quedó agotada y se quedó dormida junto con Yotsuba. Las demás quintillizas hablaban con Ichika que se preparaba para salir en su compromiso de cuidar a Futaro. – Ichika, espero que cuides bien de Taro-kun. Tienes el derecho de hacer lo que quieras a tu estilo. – dijo Itsuki mientras la hermana mayor se colocaba un abrigo, un pantalón azul, zapatillas blancas bajas y un suéter amarillo. 

– Tranquila, chicas. Cuidaré de nuestro Darling para que no le pase nada malo en la noche. Volveré antes del amanecer cuando se hayan ido y no despierte sospechas Raiha-chan cuando llegue. – decía Ichika. 

– Oye, no te bañes en casa de Fu-kun, es para que no pierdas tiempo debido a que nos bañamos hace rato. – dijo Nino. 

– Pondré una pila de ropa para hacerle creer a Raiha-chan que tú estás durmiendo junto a la pared. Cuida muy bien de nuestra ternura. Al regresar acá nos cuentas como pasó la noche. – decía Miku. – Chicas, las veré mañana antes que Raiha-chan despierte. Buenas noches.  – hablaba Ichika en el momento de salir del apartamento. 

Luego que Ichika se fuera, las demás quintillizas se fueron a sus respectivos futones para dormir junto a Raiha. – Chicas, que descansen bien. Mañana tendremos una jornada interesante: salir con Raiha-chan y ver lo que le compraremos a Fu-kun en su cumpleaños. – decía Nino a las demás. 

– Es verdad, lo vamos a comprar sin falta y compartiremos mucho con Raiha-chan. Hasta mañana, chicas. – dijo Miku. 

– Hasta mañana, chicas. Que descansen bien. – decía Itsuki mientras se acuesta y mira fijamente a su pequeña amiga durmiendo. La pelirroja le soba el cabello y le da un beso en la mejilla. 

– Que duermas bien, Raiha-chan. – pensaba Itsuki con una sonrisa mientras pasa su mano en la frente de su durmiente amiga antes de irse a dormir. 

Vamos al apartamento de Futaro. Un taxi se acercaba a la casa del pelinegro y de ahí se bajaba una chica de cabello corto, y era Ichika. Ella usa la llave para abrir la puerta de madera, y era recibida por el padre de Futaro que estaba medio dormido. – Me alegra que hayas venido, Ichika-san. Protege a mi hijo en lo que puedas, por favor. – dijo Isanari ante la llegada de Ichika. 

Flashback - Ella le habla a Isanari su interés de cuidar a su hijo para que no sufra una pesadilla. El padre, analizando lo descrito por Ichika, le entrega la llave para abrir la puerta de madera de buena fe. - Fin del flashback

– Déjemelo a mí, Isanari-san. Le aseguraré que su hijo estará en buenas manos. – dijo Ichika con su típica mirada coqueta y le arropa con una manta a Isanari que acaba de acostarse. 

– Usted descanse tranquilo. Cualquier cosa le aviso. – continuaba hablando Ichika mientras Isanari le agradecía. Ichika entra después a la habitación donde está Futaro durmiendo. Ella se quita la ropa con la que vino y luego se pone un babydoll blanco con un seductor bikini negro tipo hilo dental. 

El pelinegro escucha el pequeño barullo y de pronto ve a Ichika acercándose con una sonrisa. – Ya vine, mi Darling. ¿Cómo sigues? – decía Ichika en el oído del pelinegro. 

– Oyendo la bulla que haces con la hebilla de tu correa mientras te quitas la ropa. – decía Futaro con sarcasmo. 

– Déjate de burlas, vine a acompañarte para hacerte resonar tu corazón. – dijo Ichika con un puchero. 

– Un momento, déjame hacer espacio para la futura actriz de Japón. – hablaba el pelinegro que se reincorporaba para dejarle un espacio mientras Ichika se sonrojaba alegre de lo que dijo el pelinegro. 

– Gracias, mi Darling. Eres un encanto de persona. – decía Ichika halagando al pelinegro. 

– Lo que importa son 5 palabras que quiero decirte: Gracias por venir a cuidarme. No me importa quién de ustedes 5 viniesen a prevenir de la pesadilla de hace noches, igual le estaría agradecido. – dijo Futaro a una Ichika que tenía acostada a su lado mirándo de frente. 

– De nada, Darling. Dime, ¿que te parece mi nuevo conjunto para dormir contigo? – preguntaba Ichika muy coqueta. 

– Tan seductora como Sharon Stone, una actriz americana. – dijo Futaro que le acariciaba el rostro de la sonrojada hermana mayor de las Nakano. Como respuesta, Ichika acerca su rostro para besar a Futaro de forma pasional. (Nota: Se viene una parte spicy sacado del anime Kuzu no Honkai.) De pronto Ichika siente un bulto en la entrepierna del pelinegro. – Futaro-kun, esto es... - dijo Ichika pero era interrumpido con un abrazo del pelinegro colocando la cabeza de ella en su pecho varonil. 

– No lo mires – pensaba el pelinegro. Ella tenia los ojos cerrados de la pena, pero los abre al ver el bulto del pelinegro. 

– Es tan duro. – dijo Ichika que hizo que Futaro pusiera una mirada cómica de vergüenza con una vena palpitante mientras la abrazaba. El separa la mano de la cabeza de Ichika que tanto ella y Futaro se miraban fijamente. 

– Genial, está interesada en lo que tengo. – pensaba Futaro que ponía una cierta mirada siniestra. 

– Oye... Darling... - dijo Ichika que miraba de manera ruborizada al pelinegro. 

- ¿Si? (el pone mirada meditada) Si quieres puedes tocarlo. – respondía Futaro ante la curiosidad de Ichika. Ni corta ni perezosa usó su mano de forma ladeante para tocarle el miembro, pero le toma la muñeca del brazo de ella para advertirle que si quiere no lo haga si no está preparada. 

– Está bien, estoy preparada y no me detendré. – respondía Ichika de manera tajante mientras el pelinegro se asombra de la respuesta de ella. 

Él toma la muñeca del brazo de Ichika hacia su órgano de la entrepierna para acariciarlo, pero al tocar el miembro con su mano lo aprieta causándole un gemido con un sonrojo y una incomodidad a Futaro que apartó la muñeca de la acompañante. – Oye, ¿estás tratando de romperlo? – decía un poco fastidiado Futaro. 

- ¿Eso dolió? ¿Cómo se supone que yo sepa? Es mi primera vez. – dijo Ichika ruborizada. Futaro se calmaba un poco. Toma la mano de Ichika guiándola hacia la parte intima del pelinegro. 

– Sólo hazlo así, de esa forma. Tómalo como una parte de la clase especial que les tendré preparado para ustedes 5. – dijo Futaro instruyendo a Ichika en cómo estimularlo desde su parte intima. Él tomaba la mano abierta de ella y en cuanto tocaba su parte intima, hacía que ella lo agarrara de forma agradable acariciándolo suavemente mientras el pelinegro se ruboriza. 

- ¿De ésta forma, Futaro-kun? – preguntaba Ichika mientras Futaro asentía, haciendo unos jadeos susurradamente. Pasado unos minutos, Ichika susurraba de nuevo. 

- ¿Te hace sentir bien, Darling? (él asiente en silencio) Ya veo, se siente bien para él, eso es de un modo... lindo. – habló y después pensaba Ichika con un rubor en su cara. 

Minutos después, le salió los fluidos del órgano reproductor masculino del pelinegro ante una sonrisa sencilla. – Ya puedo tocar la parte de Futaro-kun con confianza. – pensaba ella mientras le dice después susurrada que iba al baño a limpiarse y después traería un poco de papel higiénico. 

Ichika sale de la habitación un momento, pasando a la sala donde dormía en el piso Isanari en dirección al baño de forma sigilosa. Antes de limpiarse su mano, Ichika piensa. – Este néctar que me dejó mi novio sensei no lo pienso olvidar. Aunque fue a menor escala, era la mejor experiencia. Espero llegar a contárselo a las chicas después. – lo pensaba con un sonrojo mientras tomaba sus manos en la cabeza con una sonrisa y con los ojos cerrados antes de lavarse las manos. 

Al volver a la habitación donde duerme Futaro, le trae unos pedazos de papel higiénico para limpiar la pequeña parte del futón donde cayeron unos fluidos reproductores masculinos. Dos minutos después, ella se quita el babydoll blanco y se tumba al futón de frente. Futaro, al abrir sus ojos de nuevo, vio la figura contorneada de Ichika mientras le acariciaba su cabello. – Ven, acércate. – dijo Ichika al tomar la cabeza del pelinegro en sus suaves pechos blancos y pezones rosados. 

El pelinegro se puso rojo en su rostro, pero a la vez cómodo al sentir una calidez de lo blandos que son los pechos de la pelimorada. – Son como un cojín blando. – pensaba Futaro. 

– Hago esto para que duermas bien. Buenas noches, mi Darling. – decía Ichika reconfortando a Futaro mientras éste le devolvía con otro de buenas noches. 4

Ambos cierran sus ojos en donde uno queda más tranquilo para dormir y no pensar en esa pesadilla, y la otra con mirada satisfactoria sonriendo con los ojos cerrados sin antes haber besado en la frente al ser amado que lo está reconfortando. 

– Mamá. – dijo Futaro haciendo reaccionar tranquilamente a Ichika. – Shhh. Duerme tranquilo. Yo estoy contigo, al igual que mis hermanas en espíritu. No nos separaremos de tu lado. – dijo Ichika calmando susurradamente a Futaro antes de dormir. Lo que no se percataron fue que 2 sombras han estado observando con detenimiento la escena desde afuera de la ventana del apartamento hasta llegar a desaparecer de la vista.

Fin de Abril 12. Parte 3: Fin de los Exámenes Nacionales y Festejos Divididos

===============================================

Saludos, mortales. Otro capítulo más de este fic mensual para compartirles a ustedes. Tenía planeado entregar 2 para el mes pasado, pero por percances entre trabajo y salud,  más la falta de inspiración en el capitulo a escribir, no lo podía entregarlo de inmediato. Alteré unas imágenes y viñetas para que sea algo real. Tengo algo preparado en la parte del paseo de Raiha con las quintillizas. La parte seria viene cuando Futaro e Isanari están en Miyagi. Otro agradecimiento a mikuvolcanoxd por ayudarme en la parte de Raiha en la bañera con las quintillizas. Nos vemos en el próximo capítulo que viene.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top