13/09
Hoy era el quinto mes.
De revivir, de renacer, de crecer.
No te acordaste, no te importó hasta que fuimos al gimnasio y pediste perdón.
Lo triste es que pediste perdón por algo que ni siquiera afectaba a nuestra agonizante relación. Seguiste tirando dardo al azar a ver cuál pegaba para regresar.
Hoy fuí tu musa, porque la otra no estaba. Musa o víctima, porque esperas que desnude como tú haces con tu vista.
No somos iguales. Sigues sin entender que no estamos en el mismo plano.
Lloré al contar lo sucedido... Lo maravilloso es que descubrí lo bonito de mi voz.
El vapor que empañaba mi visión se va disipando mientras el corazón te va borrando.
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