Nuestro amor.
Todoroki estaba molesto, la rabia estaba presente en su rostro con una amarga mueca de odio e incredulidad. Luego de que Katsuki despertó, sus compañeros comenzaron a llenarlo de preguntas en referencia a quien lo había atacado, el siempre grosero e irreverente Bakugo no supo que decir ante eso, pues aunque le costara admitirlo lo encontraron con la guardia baja.
Por varias horas trataron de encontrar explicaciones a aquel extraño episodio, incluso mantuvieron retenido a Chisaki, ya que lo consideraban un sospechoso, aunque luego lo tuvieron que dejar en libertad pues siendo que fue él quien aviso del extraño hecho dudaban que fuera el autor.
Tal motivo tenía bastante molestos y frustrados a los detectives, por eso es que ninguno estaba con una cara muy amable que digamos, esa expresión cambio de sus rostros radicalmente cuando su jefe ingreso a la oficina.
—¡Dejen eso para después! Ahora tenemos que hablar con Iida Tenya, él está en camino, así que debemos de planear que es lo que preguntaremos —susurra con cansancio el mayor.
—Preguntémosle como lograr desaparecer a tu prometida que no se quiere casar contigo y que solo sigue junto a ti por tu hijo —escupe venenosamente el bicolor.
Denki y Hitoshi resoplan y niegan, en tanto que Katsuki rueda los ojos.
—Mejor cuéntale como es que tú te revolcabas con la desaparecida, creo que eso le dejara en claro que no solo él sabe guardar secretos —suelta con sarcasmo el de ojos rojos.
Aquello parece darle una idea a Shota quien sonríe de modo macabro.
—Creo que ya sé cómo lograr que nos cuente la verdadera naturaleza del inicio de su relación, aunque para eso necesito que se queden callados, en especial tú Todoroki —ordena el pelinegro.
El bicolor alza los hombros con molestia, en tanto que los demás solo asienten de modo desganado.
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Cuando Tenya llega a la comisaria observa que toda la gente ahí está de un lado para otro, no le toma mucha importancia a eso y se dirige de modo automático con el encargado del caso de Izuku.
Pensar en la mujer le provoca una ola de sentimiento de culpa, ya que sabe, no ha sido la mejor persona con ella, no porque recurriera a la violencia física o algún tipo de maltrato psicológico, no, su culpa iba más allá de eso. En verdad amaba a la muchacha, la amaba mucho pero sabía que en su tiempo juntos no había sido el hombre más honesto, si bien al inicio de su relación sentía una inmensa atracción, no podía asegurar siquiera quererla.
Esos pensamientos lo abrumaban y lo hacían sentir culpable, pues creía que de no haber estado con él, ella ahora estaría sana y salva en su hogar. Con esa idea es que entro en la oficina del oficial Aizawa sin siquiera tocar, saludo de modo neutral a todos los presentes y rogo porque le pudieran dar una buena noticia.
Al ver la mirada de incomodidad del mayor supo que aquella reunión no iba a ser nada agradable, por esa razón se sentó y lo insto a hablar.
—Señor Tenya, nos faltan varias personas por interrogar, a decir verdad este caso se está volviendo demasiado complicado —susurra el de cabello negro.
—¿A qué se refiere? —cuestiona Iida.
—Seré honesto, sé que será difícil de procesar pero su prometida parece ser mucho muy diferente a lo que usted pensaba. Ella no solo tuvo más novios de los que le dijo a usted, sino que hasta ahora uno de ellos, con el cual por cierto seguía manteniendo contacto, nos da a entender que deberíamos de tenerlo como principal sospechoso a usted —señala con seriedad.
—¡Qué! ¿Está bromeando? —pregunta incrédulo.
—No, señor Iida, a lo largo de estos días investigando e interrogando llegamos a la conclusión de que su "perfecta relación" —dice entre comillas—, no era tan perfecta.
—¿Qué está insinuando?
—Los centros como en los que trabaja la mujer no sobrepasan el horario de las 5:00 pm. A mi parecer es extraño que ella llegara tan noche a causa de "más trabajo" —susurra sarcástico.
—Izuku es una buena mujer, ella atendería a quien fuera sin importar la hora, ella adora a los niños, su deseo más grande es que todos puedan vivir en un ambiente sano —pronuncia con molestia.
—Que conveniente para usted, dígame, ¿cómo comenzó su relación con Izuku Midoriya?
—¿Por qué quiere saberlo? Eso es irrelevante en este momento. ¡Izuku es mi prometida! está desaparecida, deberían de estar trabajando en buscarla en vez de preguntarme tonterías —farfulla molesto el de cabello azul.
A todos les parece rara la actitud recién adquirida por el hombre de lentes, ya que desde que acudió a ellos se ha mostrado como alguien tranquilo y cooperativo. Esa actitud logra que el pelinegro sé de cuenta de que esconde algo, por esa razón es que decide hacer su siguiente jugada.
—¿Y si le dijera que Midoriya no está desaparecida? —cuestiona en un susurro.
—Si va a decir algo sea claro —sisea con enojo el de cabello azul.
Aizawa sonríe de forma torcida y prosigue.
—Veamos, Midoriya Izuku, 28 años, psicóloga clínica, bonita, adorable, bastante buena con los niños. Su vida es una tragedia digna de una novela, su novio la engaño con su hermana, la pobre no aguanto eso y se marchó de su casa, para colmo su hermanita no dijo la verdad y ella quedo como una rebelde —musita con falsa tristeza.
—Eso yo ya lo sabía, pero su actitud al decirlo no me gusta, Aizawa —gruñe con furia contenida el de lentes.
—Me lo imagino, lo que le voy a decir a continuación le va a gustar menos, ¿aun así quiere escucharlo?
—Está colmando mi paciencia, solo diga lo que tenga que decirme.
—Es posible que la señorita no este desaparecida, sino que se haya ido por cuenta propia, ¿a qué me refiero con esto? Creo firmemente que ella tenía una aventura, según la información proporcionada ella era increíblemente sexual. La vida de pareja es una cosa, pero la de casada es la muerte para alguien así, y según lo recabado ella no se quería casar. Además la falta de honestidad para con usted con su pasado nos hace pensar eso, no se preocupe es algo común en chicas así, seguro pronto aparecerá —musita con pereza.
Aquellas palabras parecen romper la paciencia y la compostura de Iida, pues golpea la mesa con fuerza y toma por el cuello de la camisa a Aizawa.
—¿Cree que esto es un maldito juego para mí? Yo sé cómo es Izuku, ella ama a Kouta, haría cualquier cosa por ese niño. No me venga con toda esa mierda de que se fue con alguien más, porque eso sí que no se lo puedo creer —escupe con ira.
—Bueno, pues nosotros no podemos creerle siendo que no coopera con nosotros para conocer más de la mujer. Superficialmente todos la alaban y dan excelentes referencias, pero algunos nos cuentan cosas que contradicen todo lo demás.
—Esas personas miente.
—¿Qué nos asegura que eso es cierto?
—Porque yo conozco a Izuku, ¡demonios! Me voy a casar con ella, se toda sus manías, gustos, disgustos, anhelos, sueños. ¡Ella me ha confiado todo! —exclama
—Nuestro trabajo es investigar señor Iida, necesitamos tener precedentes de lo que usted dice, sus palabras son bonitas, pero eso no nos convence de dejar atrás nuestra sospecha sobre Midoriya —aclara con seriedad.
El hombre bufa fastidiado, se soba las cienes y mira con molestia al hombre de cabello negro.
—¿Qué quiere saber?
—¿Cómo comenzó su relación con Midoriya?
—Cuando Kouta nació yo era un verdadero desastre. Mi madre dijo que yo tenía que ser capaz de cuidar de él, pues había sido mi error enredarme con aquella manipuladora mujer.
—¿Y eso que tiene que ver?
—Fui al lugar en donde Izuku trabaja a buscar a Uraraka Ochako. A ella la conocí por Yaoyorozu, tenía entendido que no pudo finalizar sus estudios debido a problemas económicos, mi intención era ofrecerle una suma considerable de dinero, además de apoyarla para que pudiera estudiar los fines de semana. Todo eso con la única condición de que cuidara de Kouta —suspira—. Sabía por pláticas pasadas con Momo que ella comenzó a trabajar en un lugar especializado en el bienestar de las familias y sus hijos. Honestamente no recordaba el nombre, pero buscando en internet encontré un sitio que parecía cumplir con esa descripción. Para no hacer la historia extensa en aquel lugar no encontré a la castaña, aquello me desespero pues ya tenía muchos pendientes en mi trabajo, yo estaba al borde de una crisis cuando el niño se puso a llorar. Realmente no me enorgullece pero en aquel momento desee no haberle insistido a aquella mujer para que tuviera a esa criatura, en medio de esos malos pensamientos fue que Izuku apareció...
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Los lloriqueos del pequeño ser en sus brazos se hacían cada vez más fuertes, para ese momento la cabeza del hombre de cabello azul dolía horrores. Luego de una semana de casi no dormir se encontraba en su límite, lo único que quería en aquel momento era que ese niño desapareciera, pues desde su nacimiento solo le estaba causando problemas y dificultades a su vida.
Ahora no solo no contaba con el apoyo de sus padres, sino que además la ingrata de su madre se había largado antes de tiempo con una considerable suma de dinero. A cada alarido del bebé, maldecía más el momento en que se le ocurrió caer como idiota en los brazos de aquella mujer. Estaba tan de malas que lo único que deseaba es que alguien se llevara a esa pequeña molestia.
Como si el cielo hubiera escuchado sus plegarias sintió que el peso del pequeño cuerpo desapareció de sus brazos, de forma automática suspiro aliviado, se giró para ver a su salvador y agradecerle por llevarse a ese gran error. Aunque se encontró con un par de ojos verdes que lo miraba con curiosidad.
—Es necesario cambiarlo, por eso está llorando, ¿tiene pañales con usted?
Él negó, la muchacha suspiro.
—Bueno, aun me quedan algunos minutos de mi hora de comida, hay un supermercado cerca de aquí, vayamos para allá, ¿sí?
Él asintió de modo mecánico, sin decir nada más se fue detrás de ella, caminaron hasta la tienda de autoservicio. Solo llegar ahí la muchacha comenzó a llenar el carrito de varias cosas. Iida no hacía más que verla como hipnotizado, su estado era tal que no hizo amago alguno por pagar en la caja.
Tenya solo siguió a esa extraña mujer de modo automático, lo único que logro sacarlo de su letargo fue cuando vio que ella entraba de modo muy confiado a una de las oficinas de aquel lugar en que fue a buscar a Uraraka.
Solo entonces sacudió su cabeza y miro con extrañez a la mujer.
—¿Quién eres? —cuestiona
—Puedes llamarme Izuku, o también una excelente cambiadora de pañales. Mira ya está listo, por cierto compre varias marcas de leche, ¿cuál es la que tú usas?
—Umm, yo no recuerdo la marca.
—Entiendo, ¿cuántos meses tiene el pequeño?
—Cuatro meses.
—¡Eh! Lo siento, es solo que se ve tan grande, además parece tener unos muy buenos pulmones, sus lloriqueos llegaron hasta mi oficina. Creo que lo mejor es que lleve a este pequeño con su madre, la leche materna es mejor que las formulas, siento haber sido una entrometida —se disculpa avergonzada.
Una mueca de amargura se hace presente en el rostro del hombre, Izuku lo mira atentamente, solo entonces una idea negativa cruza su mente.
—¡Oh! Yo no, es decir, no me diga que murió —musita asustada.
—¿Qué? ¡No! ¿Por qué piensas eso?
—Bueno, la expresión en su rostro es triste, por eso yo asumí que algo terrible debió de pasarle.
—Algo terrible me paso, pero no tiene nada que ver con la muerte. La madre del niño me dejo, básicamente me vendió a la criatura, para hacer todo peor no se cuidarlo, llora toda la noche, no me deja dormir, no puedo ir a trabajar, mis padres están decepcionados y molestos conmigo. Además ciento que mi cabeza está a punto de explotar por la falta de sueño y el estrés que toda esta situación me provoca — escupe irritado.
—Comprendo, umm, ¿cómo te llamas?
—Tenya.
—Bueno Tenya, yo creo que todo tiene una solución. Hagamos esto, trae al niño todos los días y déjamelo a mí, prometo cuidarlo mientras tú trabajas, además te enseñare a cuidarlo —sugiere.
—¿Qué tu no trabajas aquí?
—Sí, pero puedo hacer ambas cosas, tengo experiencia cuidando a mi pequeña sobrina.
—Bien, ¿puedes empezar desde hoy? Enserio necesito descansar —susurra.
—Claro, ten mi número, puedes marcarme cuando vengas para acá, solo una pregunta más antes de que te marches, ¿cómo se llama?
—Kouta, nos vemos excelente cambiadora de pañales.
A paso lento el hombre se marcha de aquel lugar, cuando llega a su casa solo sentarse en la cama lo hace caer rendido, ese día no despierta hasta muy entrada la noche, pero aun cuando se levanta no hace amago alguno para ir por el niño.
Cree que aquella mujer podrá cuidarlo mejor de lo que él o Momo podrían, por eso decide que no volverá por el pequeño. Por al menos dos semanas se mantiene con esa idea, más mediados de la tercera el remordimiento comienza a hacerse presente, por lo que el viernes sale temprano del trabajo y se encamina al trabajo de aquella muchacha.
Trata de llegar a la misma hora de la vez anterior, cuando entra al lugar no tiene que buscar mucho a la de verdes cabellos, pues ella está sentada en una banca con el niño en brazos. No sabe cómo presentarse ante aquella chica, después del evidente abandono a su hijo, todas sus ideas le parecen burdas y malas, por lo que solo opta por carraspear para llamar su atención.
Aquello funciona, pues la muchacha lo mira y sonríe.
—¿Mejor?
—Si... Veras, yo, bueno, yo no soy así. En verdad tenía mucho trabajo, por eso es que no había podido venir —explica con rapidez.
La de orbes verdes ladea la cabeza y ríe.
—Me lo imagine, hoy salgo temprano, solo tengo una cita que termina a lo mucho a las 3:00 pm, ¿quieres que después de eso comencemos con las clases de cuidado? —pregunta
El asiente de modo automático, ella sonríe con cordialidad, luego de eso no hablan más, Izuku solo se dedica a darle de comer al niño y arrullarlo, mientras que Iida se siente increíblemente fuera de lugar.
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Si bien al principio el plan inicial era que él aprendiera a cuidar a su hijo, eso cambio a: Izuku cuidando de Kouta a tiempo completo.
Luego de un par de meses el hombre descubrió que ya había conocido a esa muchacha, no la había logrado reconocer dado el cambio radical en su imagen, más entre la plática que le hacía para llenar los incomodos silencios, fue que coincidieron en el nombre de uno de sus amigos.
Ambos se conocieron gracias a Shoto Todoroki, para Iida hablar de él era vergonzoso, pues recordaba que traiciono su amistad y confianza. Aun así quería ser honesto con la amable chica que lo estaba ayudando, por eso es que le conto la verdad que posiblemente Shoto no le decía a nadie.
Cuando le termino de contar todo a la de orbes verdes espero una reacción mala, donde ella lo repudiara y dejara de ayudarlo. Más en cambio se sorprendió cuando ella le sonrió comprensiva.
—Momo es todo lo que un hombre podría querer. Es bonita, inteligente, amable y servicial, además posee cierta gracia y aura de pureza. No me es extraño que te haya gustado tanto como para engañar a tu amigo, ella tiene ese efecto en todos.
—¿También la conoces?
—Sí, fuimos amigas por algún tiempo.
—¿Por qué dejaron de ser amigas?
—Porque éramos diferentes, eso y que me acosté con Shoto.
—¿Qué?
—No es nada del otro mundo, Shoto estaba borracho, además él se la pasó pensando en Momo, pues no dejaba de decir que me amaba. En fin, pudimos solucionar eso y seguimos siendo amigos, así que yo creo que lo que ocupas es hablar con él, disculparte y tratar de recobrar esa amistad.
—No es tan fácil...
—No, no lo es, pero si en verdad aprecias y quieres a alguien en tu vida luchas por él.
—Tal vez lo intentare después.
—Bien, como tú desees.
Luego de esa plática ambos se hicieron amigos, unos demasiado buenos, pues Izuku ayudaba demasiado a Tenya en cuanto a cuidar a Kouta.
Había semanas enteras en que la muchacha se partía en dos para estar siempre al pendiente del niño, mientras que Iida comenzó a abusar de su ayuda. Sin duda lo peor que llego a hacer fue mentirle a Izuku para que cuidara al pequeño, mientras que él comenzó a salir de nueva cuenta con una mujer. Pronto ese comportamiento se hizo frecuente, pues el hombre retomo su estilo de vida de mujeriego.
Midoriya no era tonta, ella sabía que él le mentía, incluso lo llego a ver con algunas de sus conquistas, más poco lo importaba, pues su prioridad era el bienestar de Kouta. Sin darse cuenta, la de verdes cabellos comenzó a amar al niño como si de su hijo se tratara.
Por algún tiempo todo está en calma, Izuku casi se la vive en el departamento de Tenya, pues tiene que cuidar al pequeño casi a tiempo completo. Para ese entonces el niño tiene ya casi un año y medio, comenzó a caminar hace un mes atrás y entre balbuceos dice una que otra palabra.
La muchacha sigue llevando al pequeño a su trabajo, su jefe, un hombre joven y amable le permite traer a su "hijo" diariamente, poco a poco el hombre le va tomando cariño al niño, eso deriva en que pase mucho tiempo con Midoriya, de la cual termina gustando.
Por esa razón es que la comienza a invitar a almorzar, todas las tardes comen en un pequeño restaurant en compañía de Kouta, aquello no hace más que hacer pensar a todos los que los ven que son una hermosa familia.
Iida no sabe de esto, hasta que la cosa se pone un poco más seria, pues el joven rubio invita a cenar a Izuku. Aquello prende todas las alarmas en la cabeza de Tenya, pues sabe que si Midoriya comienza a salir con alguien, inevitablemente eso puede terminar en una relación, lo cual para él sería algo bastante malo, pues ya no contaría con ella para cuidar de su hijo.
Él no está dispuesto a dejar que eso pase, por lo que egoístamente hecha a perder la salida de la chica fingiéndose enfermo, el buen corazón de esta hace que cancele la cita para cuidarlo. Aun con eso el de cabello azul sabe que esa acción no será suficiente para alejar al admirador de Izuku, por lo que traza un plan que mate las ilusiones de aquel hombre.
Comienza a frecuentar a Izuku a la hora del almuerzo, a llevarla al trabajo e ir por ella, incluso usa a su hijo a su beneficio, para rematar logra que la muchacha se mude totalmente a su casa, de forma poco sutil se lo da a entender al rubio, quien al final opta por poner distancia con la chica.
Iida se siente aliviado ante ese triunfo, aunque esa actitud no le dura mucho, pues pronto un problema nuevo surge en su vida.
Un día después del cumpleaños de Izuku, este quiere regalarle algo significativo, pues ha sido una maravillosa amiga. Para darle más emoción al presente finge no recordar el día de su cumpleaños, su plan es llevarla a cenar a un ostentoso restaurant, además de regalarle un bonito collar.
La idea resulta un éxito, pues la de orbes verdes se sorprende bastante, pasan una tarde agradable y tranquila, cuando llegan a casa Midoriya duerme al niño, lo deja en su habitación y regresa a la sala para seguir charlando un poco con Iida.
Cuando llega a esta ve que el hombre le sirve un poco de vino, ella no es muy afecta a beber, pero termina aceptando, en poco tiempo ambos hablan de cosas triviales y banales, la botella poco a poco se va quedando vacía.
Eso no les impide abrir otra, pronto la sala se llena de risa y una que otra palabra mal pronunciada, cuando el contenido de la segunda botella esta por acabarse, Iida cree que es buen momento para entregarle su regalo a Izuku.
—Oye, oye, Izukuuu, te compre un regalo, perdón por no dártelo antes, ten espero que te guste —musita relajado.
La chica toma la caja con manos temblorosas, la abre con torpeza y esboza una sonrisa boba.
—Oww, muchas gracias, aunque parece bastante caro, no creo que convine con mi disfraz.
—¿Disfraz?
—Nada, nada, es un estúpido concepto mío, gracias por el regalo —murmura.
—¿Por qué no te lo pruebas?
—Lo hare después.
—Venga, déjame ver que tal te queda.
—Bueno.
Con torpeza la chica trata de ponerse aquel objeto pero no lo consigue, bufa frustrada ante sus fallidos intentos. Ante eso Tenya ríe, se levanta y se para cerca de ella.
—Levántate, yo te ayudo.
La muchacha hace caso, le da el collar a este y se levanta, él se pone detrás de ella, le acomoda el cabello de lado y procede a colocarle el pequeño objeto. Al terminar su tarea le dice que se dé la vuelta para ver cómo le queda, Izuku obedece sin replicar.
—Y bien, ¿qué tal? —pregunta con las mejillas levemente sonrojadas.
Iida no entendía si era el alcohol, el sonrojo en las mejillas de la chica, o su rostro avergonzado, pero en aquel momento Midoriya le pareció la criatura más increíblemente hermosa del mundo. Por esa razón es que sin vergüenza alguna le contesto con voz ronca.
—Te queda muy bonito, parece que fue hecho especialmente para ti —murmura mientras acaricia su clavícula.
La chica se pone nerviosa ante el contacto, trata de poner distancia sentándose en el sofá y comenzando a hablar de cualquier cosa, pero el hombre no se da por rendido, toma con cuidado la mano de ella y le da un casto beso en esta.
—¿Me tienes miedo? —cuestiona él.
—No es eso, es solo que estamos ebrios, no es correcto —susurra.
—Hace falta más que esto para que yo esté totalmente fuera de mí, seré honesto, siempre me has parecido atractiva, más nunca he querido intentar nada contigo porque somos amigos. Tal vez bebí mucho alcohol para darme valor y decírtelo —murmura.
—Yo, yo no sé qué decir —admite en voz baja.
—Pero yo sí sé que decir, te deseo Izuku Midoriya, deseo tu tentador cuerpo sobre él mío. Dame el privilegio de poseerte —pide contra su oído.
—Está bien, solo se gentil, por, por favor —tartamudea nerviosa.
En cosa de nada aquel sitio se llenó de suspiros entrecortados y gemidos bajitos. Luego de eso Tenya Iida e Izuku Midoriya comenzaron a salir.
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—Eso sería todo, ¿quiere algún otro detalle, o con eso está bien?
—No, eso será suficiente. Solo una cosa más, ¿podría darnos los nombres de los amigos más cercanos de Midoriya?
Antes de que el de cabello azul pueda contestar, el celular de Aizawa suena, contesta desganado, aunque pronto su expresión cambia por una más consternada. Le ordena a Todoroki anotar los nombres, mientras que a Bakugo, Kaminari y Shinso les dice que lo sigan.
Cuando ambos hombres están solos, el bicolor es el primero en hablar.
—Yo no te creo.
—¿Qué quieren Shoto, que les cuente toda mi maldita intimidad con mi novia? —pregunta enfadado.
—No yo solo quiero la verdad, tu relato es muy convincente pero esa última parte le quita la credibilidad a todo lo demás —señala con seriedad.
—¡Excelente! Ahora te crees experto en conocer a Izuku, si mal no recuerdo tú solo la usaste para saciar tu frustración con Yaoyorozu. Yo llevo casi 4 años de relación con ella, la conozco mejor que nadie, ¿tú que tienes? —suelta venenoso.
Aquello le molesta al heterocromatico, por lo que con total odio le contesta.
—Tal vez no tuve una relación larga con ella, sé que cuando tuve mi oportunidad lo arruine. Aunque si hay algo que puedo asegurar es conocer a Izuku como la palma de mi mano, fui su amigo por mucho tiempo y no solo eso Iida, también tuve la dicha de ser su amante. Sé que el cuello y la clavícula son dos de sus zonas erógenas, si tú la hubieras tocado en ese lugar involuntariamente ella habría gemido, además ella no habría accedido a tener sexo con esas palabras. Izuku era mucho muy diferente cuando se trataba de tener sexo, estoy seguro que esa chica de la que hablas no es ella, por consiguiente tu rebuscada historia no es cierta, así que anota los nombres en este papel y ve pensando en otra historia porque esta no te va durar mucho —declara con ira.
Shoto se da la vuela y sale de aquel lugar azotando la puerta. Ya solo el de gafas suspira y frota sus sienes con frustración.
La declaración de Todoroki lo sorprendió, aunque a la vez siempre tuvo la idea que entre Shoto e Izuku hubo más de lo que ella le conto. Un mal sabor de boca se le hace presente, aun con eso sabe que no tiene derecho a molestarse, pues el por mucho ha sido más deshonesto con la chica.
Con ese pensamiento en mente es que escribe los nombres de los amigos que conoce de Izuku, luego de eso sale de aquella oficina, ya en la calle marca un número que sabe de memoria.
Tenya necesitaba con urgencia atar sus cabos sueltos antes de que Todoroki fuera tras él.
Volvi, ayudenme en mi busqueda de inspiración.
DI
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