Un descubrimiento más
Los muchachos se miraban unos a otros, consumidos por el aburrimiento de la tarde. Tenían las respuestas claras sobre cómo iban a interferir. Mañana buscarían a Conrado temprano por la mañana para evitar levantar sospechas, esperando que los demás maestros estuvieran descansando y que la información que tenían se difundiera lo más lentamente posible.
Podrían haberlo buscado en ese momento, pero algunos de sus compañeros les advirtieron que Conrado estaba reunido con otros magos. No querían levantar sospechas innecesarias. Esperaban ansiosos que Conrado los ayudara y que la verdad no se les escapara de las manos, evitando así la furia de la madre de Lis.
Lis había hablado con todos sus compañeros y sería acompañada por algunos de ellos para hablar con el maestro del Lago de la Laguna. Contaría con el apoyo de su fiel amiga Julia, quien trataría de infundirle confianza, y de Eric, un estudiante del Lago de la Laguna. Eric temía que su maestro se enfadara al haberlo distraído y no haberle advertido sobre la excursión de Lis, pero no tenían otra opción. Quería ser el que le contara la verdad y se disculpara, ya que, ante todo, Eric era maduro y asumía su responsabilidad.
Julia mojaba su bollo de chocolate en la leche, pensativa. A pesar de ser una chica extrovertida, en ese momento parecía perdida en sus pensamientos, cuestionando si estaban haciendo lo correcto.
En ese momento, una figura se acercó a los jóvenes que estaban dispersos entre sus pensamientos.
-¡Lis, parece que tu padre se acerca, dijo Raúl mientras miraba al amo de la Torre que se dirigía hacia ellos.
Lis giró la cabeza para observar a su padre acercándose y suspiró. "Lo que faltaba... Bueno, intentemos mantener la calma, ya sabéis", dijo Lis.
Todos los alumnos asintieron. Lo que no sabían era que el Archimago estaba a punto de descubrir cada uno de sus pensamientos y posiblemente sus intenciones.
Jonás finalmente se posicionó al lado de los jóvenes y sonrió, acariciando el pelo cobrizo de su hija con cariño mientras les preguntaba cómo había sido su día. En ese instante, solo hubo una respuesta, la de Lis, pero en la mente del Archimago aparecieron varias.
-Toda va bien,¿habéis averiguado algo más?¿sucede algo? dijo Lis
-Estamos en ello, solo quería saber cómo estabais y asegurarme de que no incumplíais ninguna de mis normas", dijo el Archimago mirándolos con seriedad.
Los pensamientos de los estudiantes comenzaron a inundar la mente del Archimago:
"Si él supiera todas las normas que estamos incumpliendo", pensó Raul."Oh no, sabe algo, sabe algo... nos ha pillado, no espera, relájate Marcos", pensó Marcos.
Aunque las palabras de su hija decían que todo estaba bien, los pensamientos de sus compañeros lo contradecían:
-Bueno, ya sabéis que prefiero antes la sinceridad que una mentira , dijo Jonás tacándose la cabeza abrumado por todos los pensamiento que escuchaba.
Jonás intentó adentrarse en la mente de Lis, pero ella opuso resistencia. Su hija estaba decidida a no revelar sus pensamientos más íntimos.
-Papá, creo que ya es bastante tarde para regañinas. Algunos de nosotros queremos descansar, dijo Lis, mirándolo con seriedad.
Jonás, aunque desconcertado, decidió retirarse. No quería levantar demasiada sospecha. Sin embargo, en su mente quedaron las dudas sobre lo que sus estudiantes estaban planeando y por qué estaban tan preocupados.
A medida que Jonás abandonaba la sala, los pensamientos de los estudiantes comenzaron a desvanecerse:
"Al fin se va, menos mal", pensó Julia."Lis siempre sabe cómo apañárselas", pensó Marcos."Sí, sí, venga, bye", pensó Raúl.
Pero más allá de lo que pensaban los estudiantes, Jonás no pudo escuchar los pensamientos de su propia hija, lo que lo llevó a cuestionar si Lis había intentado evitar su hechizo para descubrir lo que habían planeado.
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-¿No lo habéis notado? Esa energía, expresó Lis con autoridad en su voz.
-No, ¿a qué te refieres?, inquirió Julia con curiosidad.
-Creo que ha intentado leernos la mente", añadió Lis, reflexiva.
-Pero no es común que un Archimago utilice ese poder. Además, Jonás siempre nos ha advertido sobre lo peligrosos y poco éticos que son esos hechizos , comentó Marcos.
-A menos que sea necesario utilizarlo, no he notado esa energía. Sin embargo, cuando se tocó la cabeza, intuí que estaba usando algún tipo de magia que le causaría dolor de cabeza. Creo que Lis tiene razón. Debemos ser cautelosos , intercedió Eric.
-¿Entonces, nos ha leído la mente mientras hablábamos con él?, preguntó Julia con preocupación.
-No lo sé. No es típico que mi padre utilice esos hechizos, pero, como dice Eric, estamos en una situación delicada en la que no confía en nosotros, por lo que podría haberlo intentado", concluyó Lis.
-¿Pero no puede leer nuestras mentes todo el tiempo o cada vez que quiera?, cuestionó uno de los aprendices.
-No lo sé, pero debemos ser cautelosos con lo que pensamos , remarcó Lis.
Los aprendices se miraron unos a otros. Ninguno había percibido el hechizo de Jonás, excepto Lis, quien también parecía haber logrado evitarlo. Todos confesaron entonces sus pensamientos, esperando que no hubieran sido escuchados. A pesar de ello, habían tenido la suerte de no revelar por completo su plan, ya que Jonás solo había logrado obtener información a medias. Ahora debían ser aún más precavidos.
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Jonás subió a su despacho mientras sus pensamientos danzaban. Aún no sabía qué había ocurrido ni lo que le estaban ocultando sus aprendices, pero intuía que se trataba de algo importante, y si ellos corrían peligro, debía impedirlo. Al entrar, encontró a su esposa, quien lo observó con una mirada inquisitiva.
-¿Has averiguado algo? -preguntó Salamandra.
Jonás meditó mucho sobre si debía decirle la verdad acerca de que sus aprendices habían incumplido sus órdenes. Sin embargo, prefirió dar una respuesta simple para evitar alarmar a su esposa hasta que estuviera seguro de lo que había sucedido.
-Por ahora, nada... -respondió con cautela.
<<es decir que si que hay algo, pero no me lo quiere contar para no preocuparme>> pensó Salamandra.
En ese momento Jonás giro su cabeza y la miro detenidamente durante unos segundos
-Lo sabes... murmuro
Salamandra lo miro extrañada, sin embargo, se dio cuenta de que había leído sus pensamientos, y aunque en un principio iba a enojarse por ello, recordó que no había sido intencionado y que había sido un descuido suyo el no haber utilizado un hechizo para evitarlo.
-No eres el único que me conoce perfectamente. Yo también te conozco, y sé que en ocasiones puedes ocultar la verdad para no preocupar a los demás o para evitar mi propio enfado. Sé que a veces tratas de cargar con las cosas tú solo para no dañar a los demás le dijo Salamandra en un tono suave.
Jonás la miró durante unos segundos, consciente de que ella tenía razón. No le gustaba mantener a los demás preocupados sin motivo y, mucho menos, a su esposa. Desde la caída de Dana, había asumido todas las responsabilidades de la Torre.
-Jonás, sé que no quieres que me preocupe ni preocupar a los demás, y admiro eso, pero comparte las cosas conmigo. Déjame ayudarte -le dijo Salamandra con preocupación en su mirada.
Jonás la miró detenidamente, recordando cómo, cuando era un aprendiz, siempre buscaba el apoyo de ella para aprobar los exámenes. En ese momento, la abrazó inesperadamente con fuerza, sorprendiendo a Salamandra, quien acogió el abrazo con cariño.
Gracias -le dijo Jonás con una sonrisa.
En ese instante, una figura apareció junto a los magos, haciendo que Salamandra se sobresaltara y dejara de abrazar a su esposo.
Qué bonita pareja hacéis -dijo Kai con una sonrisa, materializándose al lado de Salamandra.
-¡Kai! No puedes aparecer así de repente -exclamó Salamandra, molesta.
-En realidad, sí puedo. Soy un fantasma y estoy conectado al amuleto -respondió Kai, encogiéndose de hombros.
-Me has interrumpido mientras dormía la siesta, cuando estaba leyendo e incluso cuando iba a ducharme. Y ahora, cuando estamos teniendo una conversación íntima... -Cada palabra de Salamandra la enfurecía más, y se ruborizó de rabia.
Jonás intervino en la conversación y posó un brazo sobre Salamandra, buscando calmarla.
-Bueno, si Kai ha venido es porque tiene algo importante que decirnos -dijo el archimago, tratando de apaciguar la situación.
-Perdón por haber interrumpido en tantas ocasiones, pero Dana está hablando con Saevin, y parece ser que él sabe algo que antes desconocíamos acerca de Morderek -informó Kai.
Salamandra transmitió el mensaje de Kai, lo que llevó a ambos magos a mirarse con preocupación, ya que lo que Saevin sabía sobre Morderek podía estar relacionado con la desaparición de Fenris.
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