En la Torre, el caos se apoderaba de la situación. Los maestros habían intentado mantener en secreto el estado de Gaya, pero los rumores ya se habían esparcido. Todo el cuerpo magos rodeaba la cama de la joven elfa, concentrándose al máximo para canalizar sus energías y curar sus heridas. Tras momentos de intensa concentración y conexión, una luminosa energía emanó del círculo de magos, marcando el fin del ritual.

Agotados y dispersos, los magos se retiraron, dejando la cama donde reposaba Gaya. Iris, abrumada, preguntó si sería suficiente.

-Esperemos que sí. dijo a lo que Conrado exhausto

Fenris se acercó a su esposa, observando con conmoción sus ojos entreabiertos. Aunque esperaba que el hechizo hubiera surtido efecto, notó que la vitalidad de Gaya disminuía. Con desesperación, 

Fenris suplicó- "¡Hagámoslo otra vez, por favor!".

A pesar del agotamiento general, los magos, motivados por la angustia de Fenris, se levantaron para formar un nuevo círculo. Conrado, mostrando apoyo, tomó la mano de Fenris, mientras la energía fluía a través de él. Salamandra, algo más debilitada e insegura, recibió el apoyo del amo de la Torre, quien conocía bien sus necesidades. La sonrisa relajada de Salamandra indicó que estaba lista para proporcionar todo el poder necesario a Fenris. Todos compartían el deseo de ayudar a su amigo y salvar la vida de Gaya.

Una nueva luz mágica llenó la habitación, y la prometida de Fenris respiró profundamente, agradeciendo en voz baja. El gesto indicaba que el hechizo había funcionado. En ese momento, los magos estallaron en aplausos de alegría, y Fenris, emocionado, se acercó a su esposa.

-Te prometí que te protegería de todo, y así lo he hecho, dijo el elfo mientras acariciaba el cabello de Gaya, quien esbozó una sonrisa agradecida.

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Gaya ya se encontraba en un lugar seguro y tranquilo, pero aún quedaban muchas incógnitas por resolver. ¿Por qué Morderek seguía vivo? ¿Por qué los magos oscuros atacaron la aldea de Fenris? Estas preguntas pendientes sugerían que la aventura aún no había llegado a su fin, y debían abordar estos problemas para poder regresar a sus vidas cotidianas.

Fenris procedió a relatar cómo había comenzado el ataque.

FLASHBACK

En un bosque más apartado en el Reino de los Elfos, los Elfos-Lobos salían una vez más en busca de presas en manada. Fenris recorría los montes junto a sus compañeros y estaba al lado de su esposa, Gaya. Todo parecía normal, pero de repente escucharon aullidos fuera de lo común. No eran aullidos de alegría por haber encontrado una presa, sino aullidos de alerta y terror. En ese momento, Fenris y su manada se dirigieron hacia los sonidos, determinados a descubrir la causa y proteger a uno de los suyos. En ese grupo, todos eran parte de un equipo, y no permitirían que algo malo le ocurriera a uno de ellos.

Sin embargo, esta vez, acercarse a los aullidos resultó ser un error. Encontraron varios magos oscuros que buscaban debilitarlos hasta el punto en que perdieran sus fuerzas y se viesen obligados a volver a su forma élfica. Finalmente, los magos oscuros usaron un hechizo oscuro cuyo propósito Fenris desconocía, pero parecía implicar la extracción de algo de sus cuerpos, como si estuvieran extrayendo sangre.

-Ni que fuesen vampiros, intervino Salamandra, desconcertada.

El relato de Fenris continuó, narrando cómo intentó enfrentarse a los magos oscuros con su magia, pero fue inútil debido a su gran número. Solo le quedó una opción: huir arrastrándose con su esposa del lugar, ya que no podía permitir que le hicieran más daño a Gaya. Dejó atrás a sus compañeros, quienes quedaron debilitados y finalmente fallecieron, un dolor que todavía pesaba en su corazón. En ese momento, las emociones de Fenris se desbordaron al recordar esa experiencia dolorosa.

(FIN DEL FLASHBACK)