Las amenazas del mago oscuro
Morderek se sorprendió por las palabras de Nawin; tal vez la había subestimado. Entre sus compañeros, era la que menos había llegado a conocer, ya que él mismo se fue de la Torre poco después de su llegada. Sin embargo, con una tranquilidad en su voz que parecía apaciguar la situación, reveló los cuerpos de los aprendices del Lago de la Laguna. Estos levitaban con una aura oscura similar a la de su compañera Julia. Todos parecían estar bien, pero sumidos en un sueño profundo. Esperaba que esto fuera suficiente para convencerlos, y los cuerpos flotaron hacia el final de la Torre.
-Espero que esto sea suficiente, porque ya se me está acabando la paciencia. ¡Entrégame a Fenris!", exigió Morderek.
En ese preciso momento, mientras los magos oscuros se miraban meditando entre ellos, Morderek notó que el archimago pronunciaba palabras en arcano. Levantó su báculo hacia él, y todos los demás magos oscuros lo imitaron. Jonás había intentado encontrar un contra hechizo para el sello mágico y, aunque parecía haber encontrado algo, no fue lo suficientemente rápido para aplicarlo. Sin embargo, en lugar de gritar de terror o asustarse, actitudes que Morderek esperaba ansioso, Jonás comenzó a reír sinceramente, desconcertando al mago oscuro.
-Tanta gracia te hace tu muerte, dijo Morderek, desafiándolo e imponiéndole el miedo.
Pero el archimago estalló en carcajadas fuertes.
-¡JAJAJA! Perdona, perdona... Es que ¿esperas derrotar a un archimago con tu ejército de baculos de aliexpress? ¡JAJAJA!", dijo Jonás.
En ese momento, Morderek sintió algo de temor. Jonás ya no era el chico inseguro que temía a los exámenes; ahora era un archimago de gran poder y valentía, aunque mantenía su buen sentido del humor y carisma. Ya no era el chico inseguro que Morderek esperaba encontrar. Esto irritó a Morderek, sobre todo al escuchar las risas de los compañeros de Jonás. Sin embargo, surgió una idea en la mente de Morderek que esperaba que sí lograra afectarlos. Cambió su atención hacia Salamandra, buscando el miedo en los ojos del archimago. Aunque la sonrisa de Jonás desapareció, su rostro no mostró miedo, sino enfado.
-Y ahora, ¿quién ríe? Dudo que puedas lanzar un hechizo lo suficientemente fuerte y preciso para matarnos a todos a la vez, archimago, desafió Morderek.
-Puede que yo no pueda... pero ella sí.
En ese momento, los ojos del mago oscuro se fijaron en la bailarina del fuego. En sus ojos ardía el fuego que planeaba consumirlos. Con el pelo pelirrojo ondeando con valentía y las mejillas teñidas de rojo por el enfado, Salamandra aceptó la mano que Jonás le ofrecía con una sonrisa, consciente de que juntos unirían sus poderes para poner fin a esto.
Morderek volvió a cambiar su amenaza hacia otro objetivo, señalando con su báculo, y sus compañeros lo imitaron, apuntando hacia los alumnos de la torre. Por fin, los magos temieron a Morderek, y esto era exactamente lo que él quería.
-Buuh, se te da fatal amenazar", burló Nawin.
-No sirves para nada, se unió Salamandra.
Morderek estalló de enfado y paciencia, decidido a tomar decisiones que finalmente infundirían miedo en los magos de la Torre, iniciando así una gran batalla.
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