Grandes Decisiones
En ese momento, Lis se volvió hacia la persona que la había rescatado de la situación, y se encontró con el rostro inesperado de su amigo Marcos. Este la seguía sosteniendo por la cintura, y cuando sus miradas se cruzaron, Lis se dio la vuelta para encararlo.
Marcos la soltó inmediatamente, sonrojado. Sin embargo, Lis lo abrazó con efusividad, agradecida.
-Marcos, ¡has venido! ¡Gracias! -exclamó Lis, con emoción en su voz.
-No pensarías que te dejaría sola, ¿verdad? -respondió Marcos, esbozando una sonrisa cálida.
Lis se desvinculó del abrazo y asintió, comenzando a explicarle todo lo que le había sucedido. Marcos le contó que su partida lo había dejado nervioso y preocupado. Al ver que pasaban las horas y ella no regresaba, había tomado la arriesgada decisión de buscarla. Cuando escuchó los gritos, supo que debía de estar cerca y que la situación no pintaba bien.
Finalmente, los dos aprendices abandonaron el lugar, decididos a regresar a la Torre y tomar decisiones importantes. Lis, sin darse cuenta, se había enfrentado a magos oscuros, y por alguna extraña suerte o casualidad, le habían proporcionado la ubicación exacta del sitio en el que se encontraban. Esto les permitiría obtener más pistas sobre el posible paradero de Fenris. Aunque Lis había compartido todo lo que había sucedido con Marcos, seguía preocupada por cómo decírselo a sus padres. Además, nunca le habían hablado de su potencial mágico, lo que le generaba una extraña sensación.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Lis y Marcos regresaron sigilosamente a la Torre, sin ser detectados por nadie. Los planes de sus amigos habían funcionado a la perfección, pero las dudas persistían en sus mentes sobre cuál debería ser el siguiente paso a seguir.
En la habitación, todos los amigos de Lis y los alumnos del Lago de la Laguna se reunieron para hablar sobre la excursión de Lis y los acontecimientos que habían tenido lugar. Las opiniones sobre el siguiente paso a seguir eran variadas.
Para algunos, la solución era clara: debían informar a los maestros sobre el lugar de los magos oscuros y prepararse para partir hacia allí. Sin embargo, otros temían las posibles represalias de sus maestros, especialmente Lis, quien tenía miedo de la reacción de su madre. Por otro lado, algunos pensaban que era mejor comunicar la situación, pero de manera sutil, sin revelar que habían investigado por su cuenta.
-Hay que informar a los maestros, a pesar de las posibles represalias -afirmó Raul con determinación.
-¿Pero quién se lo dirá? -preguntó Julia, preocupada.
-Yo no pienso decirle a Salamandra. La he visto enfrentarse a ese demonio enojada, y no quiero ni imaginar la furia que sentirá cuando se entere de que su hija estuvo con magos oscuros en peligro -añadió Raul con un suspiro.
Los alumnos de la Torre asintieron en acuerdo. Conocían el temperamento de Salamandra y no deseaban provocarlo.
-¿Y Jonás? -preguntó Julia, buscando alternativas.
-Nos advirtió que no desobedeciéramos sus órdenes, así que no creo que esté muy receptivo -comentó Marcos.
- Tal vez nuestra mejor opción sea Conrado, Iris o Nawin -intervino el aprendiz del Lago de la Laguna, Eric.
Todos reflexionaron sobre las opciones. Finalmente, Lis habló con determinación.
-Hablaré con Conrado yo misma. Creo que es más receptivo, y por lo que he notado, Iris está bastante preocupada por el tema y Nawin tiene demasiadas preocupaciones en su cabeza. Solo espero que Conrado sea lo suficientemente discreto y no revele la situación a mis padres de inmediato.
Todos miraron a Lis, esperando que las cosas salieran bien, que Conrado escuchara a Lis y que pudieran encontrar una solución a sus problemas y la desaparición de su amigo Fenris y Gaya, una preocupación que compartían profundamente.
--------------------------------------------------------------------------------------------
Salamandra estaba en su habitación, mirando por la ventana la suave brisa, la luna y el valle de los lobos que rodeaba su hogar. Esa noche, los aullidos de los lobos eran apenas audibles. Entonces, en voz alta, suspiró:
-¿Dónde andarás, Fenris? -se preguntó con cierta tristeza mientras contemplaba el valle.
Pero entonces una voz detrás de ella la sobresaltó.
-Pues no lo sé, pero no está en el más allá.
Salamandra se giró sobrecogida y vio los rostros de Kai y de una chica que lo tomaba de la mano. La chica aparentaba unos 16 años, con ojos azules y cabello tan negro como el ala de un cuervo, vestida con una túnica dorada.
-¡Kai! -exclamó Salamandra sorprendida-. Y... -dijo mientras se volvía hacia la chica.
-¿Ya no te acuerdas de tu maestra, Salamandra? -preguntó Dana con una sonrisa.
Dana... -murmuró Salamandra, impresionada-. ¿Así eras antes?
Sí, decidí quedarme con esta edad -respondió Dana, mirando a Kai-. Tú también te ves muy bien, Salamandra. Me alegra verte.
-¿Qué han averiguado sobre Fenris? -preguntó la bailarina del fuego preocupada.
-Ni Fenris ni su prometida, Gaya, se encuentran en el más allá. Pensamos que es una buena noticia, pero no sabemos nada de Morderek. Incluso hemos hablado con Shi-mae, pero ella parece más frustrada que nosotros -dijo Kai con seriedad.
-Pero hemos tomado una decisión. Vamos a ayudaros en todo lo posible y vamos a tratar de contactarnos contigo para cualquier cosa que necesites. Aunque nuestros cuerpos no sean físicos, queremos ayudarte en todo lo posible -declaró Dana.
-Además, vamos a perseguirte a cada sitio que vayas. No te vamos a quitar el ojo de encima, Salamandra -añadió Kai, riendo.
-Lo que me faltaba ya a mí, no tengo suficiente con Jonás acompañándome a cada sitio, sino ahora vosotros -dijo Salamandra, siguiendo la broma de Kai.
En ese instante, el susodicho, Jonás, abrió la puerta de la habitación con una sonrisa y se acercó a Salamandra para abrazarla y dejar un suave beso en su frente.
-Estoy hoy algo cansado -declaró mientras se sentaba en la cama.
-¡Jonás! -exclamó Dana al verlo, mirando con brillo y admiración su túnica-. ¡Qué orgullosa estoy de ti y de todo lo que estás haciendo! Siempre supe que eras un gran mago.
Pero Jonás no pareció escucharla, en cambio, miró a Salamandra esperando una respuesta.
-Dana dice que está orgullosa de ti y que eres un gran mago -le explicó Salamandra.
En ese instante, Jonás se levantó con fuerza de la cama, y el cansancio pareció desaparecer.
-¿Estás hablando con Dana y Kai? ¿Cómo están? ¿Cómo son? -preguntó Jonás emocionado.
-Eh, ¿no estabas muy cansado? -bromeó Salamandra, riendo.
Kai y Dana sonrieron ante el mágico reencuentro.
-Encontraremos a Fenris, y todo volverá a ser como antes, no se preocupen -dijo Dana, con optimismo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top