HORAS ANTES DE LA GRAN BATALLA CON LOS MAGOS OSCUROS

Unas horas antes de la gran batalla con los magos oscuros, los aprendices se congregaron en la biblioteca. Aunque inicialmente intentaban estudiar y colaborarse mutuamente, la realidad era diferente. Aunque los libros estaban abiertos, ninguno de ellos les estaba prestando atención.

Lis compartía entusiastamente su reciente charla con sus padres, la reconciliación con Salamandra, cómo finalmente había hecho las paces con ellos. Y sobre el castigo que le habían impuesto por no seguir las normas, Julia mostraba un gran interés, haciéndole preguntas sobre el tema. Por otro lado, Eric y Raúl aparentaban escuchar mientras realizaban algunos conjuros. Marcos, por su parte, estaba absorto en un libro de tapa dorada y muy especial, que no era el que debía estudiar, pero que parecía intrigante.

-En ese momento, mi madre finalmente me comprendió por primera vez -dijo Lis con orgullo.-

-¿Eso significa que no me van a expulsar de la Torre? -preguntó Raúl con alivio.

-Parece que no -respondió Lis.

Raúl respiró aliviado, pero entonces Marcos soltó un comentario inesperado sobre el libro que no podía apartar la vista, dirigiéndose a Lis.

-Oh, esta Shi-mae, parece que estuvo en la Torre. ¿La conoces, Lis?

-Emmm, me suena, pero no sé de qué -dijo Lis, rascándose la cabeza mientras trataba de recordar.

En ese momento, Julia arrebató el libro a Marcos, deseando echarle un vistazo y hojearlo. Era un libro peculiar con una portada dorada que brillaba y era interactivo, lleno de imágenes. Se llamaba "El libro de los archimagxs". El libro contaba con todos los archimagos/as que habia habido y información sobre ellos. Cada archimago tenía una pequeña imagen del momento en que se convirtió en archimago, junto con su nombre y edad. Aquí era donde estaba el punto interactivo para saber más sobre el archimago; se debía dibujar con el dedo en la imagen y realizar un pequeño gesto mágico. Para Marcos, el gesto más interesante era la estrella de seis puntas, que revelaba la formación y cómo la persona se convirtió en archimago. Sin embargo, para su amiga Julia, lo más intrigante era ver las fotografías y marcar con un pequeño  gesto mágico  un corazón aquellas que le permitían obtener información personal, como parejas, pretendientes, amistades, problemas, etc. Esto era la parte más interesante. Julia, sin pensarlo mucho, quiso averiguar sobre la vida personal de la archimaga.

-Buah, esta señora ha tenido bastantes pretendientes, ¿eh? Uuuu, y estuvo a punto de casarse con un tal Ankris.

-Ankris... dijo Lis... me suena ese nombre...

-Te suena todo pero no recuerdas nada jajaja -bromeó Raúl.

Pero Lis no rió; seguía pensando en ello detenidamente, sintiendo que esa información tenía algún sentido, que podía ser útil.

Julia continuaba leyendo la vida personal de la archimaga con curiosidad, mientras Marcos le refunfuñaba por haberle quitado su libro.

-Oye, aquí todos son muy guapos y guapas -dijo Julia mientras pasaba viendo las imágenes sorprendida.

-Oye, devuélveme mi libro que no es para...

Pero ante el comentario de Julia, Raul y Eric parecieron interesarse y se acercaron a ella y al libro para ojearlo. Mientras los tres amigos estaban pegados al libro, mirando cada una de las imágenes, Marcos trataba de hacerse hueco entre ellos para recuperar su libro.

-Mi libro... volvió a refunfuñar Marcos.

-Anda, devuélvele el libro... comenzó también Lis.

Pero los tres magos no parecían hacer mucho caso a las palabras. Fue entonces cuando Eric señalizó a un hechicero en una de las páginas.

-Este es bastante guapo, ¿eh?

Las imágenes eran todas muy similares: la archimaga o archimago de manera frontal, con su túnica dorada que parecía recién lavada y planchada, y las miradas serias o calmadas de estos, con un fondo que contrastaba con su apariencia. Pero este archimago era diferente; no mostraba una mirada seria o imponente, sino una sonrisa tranquilizadora y agradable. Tal vez eso lo hacía ver más atractivo.

-Joder, pues sí, no sé si son las fotos, pero todos los archimagos parecen guapos -dijo Julia mientras se paraba a verlo.

-Bueno, también hay magos muy guapos -dijo Eric mirando suavemente a Raúl, quien se sonrojó un poco pero no dijo nada.

-No sé por qué me resulta familiar -dijo Raúl mirando la fotografía.

-Es un tal Jonás que se hizo archimago con 23 años. Joe, qué joven -comentó Julia como si nada.

Sus compañeros asintieron también, pero luego notaron la mirada irónica de su amiga Lis y finalmente se dieron cuenta de quién se trataba.

-Espera, es... es el maestro -soltó Raúl sorprendido.

En ese momento, todos comenzaron a pelear por hacerse con ese libro: el trío quería ver fotos y enterarse de los mayores cotilleos de su maestro, Marcos quería su libro de una vez por todas para ver las formaciones de los archimagos, y Lis se sentía avergonzada, esperando que sus amigos no investigaran mucho sobre su padre. Todos parecían estar tirando del libro, pero entonces Marcos alzó la voz, enfadado. Pocas veces se enfadaba el muchacho, pero esta vez lo estaba.

-¡PARAD, me vais a romper el libro! A Conrado le ha costado mucho conseguirlo. Así que si queréis leerlo, lo hacemos todos a la vez o uno por uno. SI NO, NADA.

-No, yo no quiero, ¿qué sale mi padre? ¡Qué vergüenza! -se quejó Lis.

-¿Pero cómo va a ser ese tu padre, Lis, si está musculoso y todo? -le dijo Raul.

En ese mismo instante, la pregunta fue respondida. Raul realizó un pequeño círculo sobre la imagen y, al realizar aquel sello mágico, los datos de información se actualizaron, revelando si el mago seguía vivo, su edad actual y lo que estaba haciendo. No cabía duda, era su propio maestro.

-Por favor, parad de hacer esos comentarios, ¡qué vergüenza! -dijo Lis con sus mejillas sonrojadas.

-Oye, no hemos dicho nada malo... de hecho, deberías sentirte halagada si tu padre es guapo, eso debe significar que tú también lo eres -le dijo Raul.

Ante este comentario, Lis pareció olvidar un poco el altercado, mientras sus ojos brillaban hacia Raul con sus mejillas nuevamente sonrojadas, y su sonrisa se dibujó. Sintiéndose enamorada de su amigo, iba a contestar, pero este soltó otra cosa.

-Es una pena que te parezcas tanto a tu madre -le dijo Raul, bromeando.

Pero en ese momento, Julia le dio un pedazo de codazo al joven aprendiz, protestando por el comentario hacia su amiga, y Eric lo miró con seriedad, frunciendo el ceño. Esto hizo que Raul se sonrojara y se disculpara por la broma hacia Lis. Sin embargo, a ella no parecía importarle; seguía soñando despierta con que Raul le había dicho guapa anteriormente. Pero entonces, en ese momento, la mirada de Marcos la devolvió a la realidad. El chico la miraba con una dulce sonrisa, y a pesar de que ella estaba absorta, para él se veía bonita. Julia no dudó en tomar el libro hacia ella y cotillear acerca de este. Realizó una pequeña x sobre la imagen, lo que le permitía obtener toda la información sobre el archimago, y aunque al principio a Lis no le gustó mucho la idea, al ver la cantidad de información que aparecía, la curiosidad pudo más. Su padre era bastante abierto para contarle las cosas, pero ¿y si ese libro le decía algo más que ella no sabía?

-El archimago, finalmente, se terminó casando con la conocida como la bailarina del fuego, maga consagrada. Con la que había sido compañero en la escuela de hechicería en la Torre, presidida por la gran Dama del dragón y archimaga Dana -leyó entonces en voz alta Julia-. ¿En serio, tu padre solo ha estado con tu madre? ¡Qué aburrimiento! -Dijo Julia, quien se había adelantado en la lectura.

-Pues a mí me parece bonito, eso de estar con una persona siempre -dijo Marcos, mirando levemente a Lis.

-Qué romántico eres, Marquitos -dijo Julia riendo y lanzando una mirada pícara a Lis, que parecía algo sonrojada.

-Bueno, visto que no hay nada más interesante de la vida del maestro, voy a bajar para comer algo. ¿Queréis algo? -dijo Julia antes de bajar a la cocina.

Sus compañeros negaron con la cabeza, dejando que su compañera bajase sola hacia la cocina, lo que ella no sabía era que una nueva batalla estaba a punto de comenzar.