{♚} Prólogo.

Supe que estaba sumergida de lleno en un sueño.
Era el mismo sueño que llevaba teniendo desde que cumplí los doce años y que no me había atrevido a hablar con nadie por miedo a lo que pudieran decir sobre ellos.

En mi sueño me encontraba en un fastuoso palacio que parecía estar hecho de coral, corriendo por los pasillos mientras escuchaba una risa masculina resonando contra las paredes de coral, instándome a que lo encontrara. Eché a correr por el pasillo en el que me encontraba y viré en la siguiente bifurcación con la que me encontré en mi camino; sonreía abiertamente mientras seguía corriendo, divertida por aquel extraño juego.

El sitio no me resultaba desconocido en absoluto y tenía el extraño sentimiento de que me encontraba... en casa, como si hubiera estado mucho tiempo fuera de mi auténtico hogar. La familiaridad que despertaba en mí aquel extraño palacio me guiaba en mi búsqueda de mi misterioso compañero de juegos.

Tropecé con algo y, cuando bajé la mirada, me topé con unas faldas largas que pertenecían a un precioso vestido de color turquesa y que, evidentemente, entorpecían visiblemente mi carrera; me recogí como bien pude los bajos y le di más celeridad a mis pasos mientras presentía que estaba cerca.

Unos brazos salidos de la nada me atraparon y solté un chillido de sorpresa mientras trataba de sacudirme de encima al desconocido, a quien no podía ver.

Un cálido aliento me hizo cosquillas en el oído.

—Te pillé —susurró la misma voz de la que había estado huyendo en nuestro infantil juego—. No puedes escapar de mí, princesa.

Me debatí de nuevo, más por seguir el juego, pero mi desconocido captor me giró entre sus brazos hasta que estuvimos cara a cara. Fruncí el ceño cuando vi que cubría su rostro con una elaborada máscara con forma de algo que se asemejaba a un pulpo; sus ojos turquesas me observaron con un brillo divertido y yo alcé las manos para poder retirarle del rostro aquella molesta máscara que me impedía ver sus facciones.

Cuando mis dedos rozaron el borde de la máscara creí que él me detendría, pero no hizo ningún movimiento, invitándome a continuar. Sabía que era un momento importante y tragué saliva con dificultad mientras movía los dedos, retirando lentamente la máscara de su rostro.

Se me escapó un suspiro casi imperceptible cuando conseguí despegar la máscara y la bajé lentamente hasta que cayó sobre el suelo. El rostro que se escondía tras la máscara pertenecía a un muchacho un par de años mayor que yo, a lo sumo; no pude evitar compararlo con Orlando Bloom, en su papel de Légolas en la saga de películas "El señor de los anillos": su cabello, de un color casi blanco, le llegaba por debajo de las clavículas y lo llevaba recogido, dejando dos mechones sueltos; tenía los rasgos más suavizados y sin las orejas picudas que caracterizaban a los elfos. Sus ojos turquesas parecían imitar el movimiento de las olas.

Sus labios se arquearon en una sonrisa de pura satisfacción ante la fascinación que había causado en mí.

Jamás, en aquellos tres largos años que soñaba con aquel misterioso castillo y con aquel joven, me había permitido quitarle la máscara. Sospeché que, en esta ocasión, descubriría algo de vital importancia.

Algo que podría cambiarlo todo.

No entendía de dónde procedía esa extraña sensación, ni siquiera lo que podía significar, pero suponía que era un momento solemne el hecho de que ese desconocido que me había acompañado en esos años en mis sueños hubiera decidido quitarse la máscara para que pudiera ver cómo era en realidad.

Inmediatamente sentí el impulso de acariciar esas perfectas facciones y alcé ambas manos de nuevo, pidiéndole con la mirada permiso. La sonrisa del chico se hizo mucho más amplia y cerró los ojos cuando empecé a seguir sus rasgos con los dedos, completamente fascinada.

—Mío —solté inconscientemente.

Me horroricé un segundo después de lo que había dicho. No entendía de dónde había podido salir ese sentimiento tan posesivo que había surgido de la nada y que me había hecho pronunciar esa palabra. «Mío». Era una sensación abrumadora, pero sabía que estaba en lo cierto cuando lo había dicho momentos antes: él era mío, yo era suya. Pero ¿por qué? ¿De dónde salía toda aquella certeza?

Todo el cuerpo del chico se sacudió a causa del repentino ataque de risa que le había entrado.

—Sí, tuyo —confirmó, desconcertándome más aún—. Pero, para que esto se cumpla, tienes que regresar... tienes que volver a mí.

»Recuerda, Amelia.

Parpadeé por el desconcierto que causaron en mí sus extrañas palabras. ¿Regresar adónde? ¿Recordar el qué? El sueño, conforme íbamos avanzando, estaba volviéndose más intrínseco y me sentía cada vez más desorientada.

Aunque, en el fondo, sabía que él llevaba razón: había algo que no lograba recordar, una pieza fundamental que no terminaba de encajar y que no lograba entender cuál de todas ellas era.

Nos separamos unos centímetros y yo me mordí el labio inferior, esforzándome en cumplir con lo que él me había pedido.

El chico me observaba con atención, como si estuviera esperando que sucediera algo.

—Recuérdame —me pidió y su voz se distorsionó.

Poco a poco iba desapareciendo y, supe, que el sueño terminaba ahí. Estaba siendo arrancada de las garras de Morfeo para volver a la realidad, donde me esperaba un duro día de instituto, con demasiadas dudas respecto a este último sueño que estaba teniendo.

Abrí los ojos de golpe cuando el atronador sonido del despertador cumplió con su cometido: despejarme por completo.

Sin embargo, algo había cambiado. Notaba que algo no era lo mismo, aunque no sabía decir qué exactamente.

No pude evitar rememorar el rostro del chico desconocido de mi sueño, la mueca de exasperación que había tenido cuando casi me había suplicado que recordara.

Una bombilla se prendió en mi cabeza, salida de la nada.

«Habis.»





___

¡Hola, queridos lectores! He decidido lanzarme de cabeza y empezar a subir esta historia, que constará de dos libros, de la que tenía tiempo ganas de compartir con todos vosotros; en esta ocasión me he decantado por la temática fantástica, lejos de mis adorados vampiros y hombres lobo. Espero que tenga una buena acogida y también tener la oportunidad de poder leer vuestras opiniones o dudas respecto a cómo va avanzando la trama.

Si tiene una buena acogida, me comprometo a intentar subir dos capítulos en días alternos (es decir, si subo un lunes, no habrá capítulos nuevos hasta el miércoles).

¡Muchas gracias por leerme y espero que sea de vuestro agrado!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top