Capítulo 2: Terciopelo violeta
La familia Watson lideraba la Casa de Serpens en Londres con mano férrea. Siempre eran puestos como ejemplo ante sus facciones de otros reinos, pues en la incansable lucha para acabar con la Cofradía de Aquilae llevaban la delantera y habían logrado mantenerlos a raya para así lograr cosas turbias en nombre del poder oscuro que albergaban.
Buscar Artificiums y destruirlos para recolectar sus poderes específicos era una de las metas de los Serpens, pero los Aquilae que funcionaban como guardianes de dichos artículos eran lo suficientemente escurridizos como para no permitir que sus preciados objetos les fueran robados. Se valieron de encantamientos mágicos para ocultarse por muchos años y así lograron establecerse en Londres desde las sombras. Aquellos Aquilae que caían en esa guerra silenciosa eran, para infortunio de los guardianes más experimentados, alumnos que la mayoría de las veces estaban en el lugar y tiempo equivocados, por lo que rara vez vivían para contar cuando un Serpens los hallaba y no tenían la protección de un Artificium Menor para hacerle frente.
Aquella ciudad era bastante hostil con la gente joven, y los Serpens complicaban mucho más la supervivencia.
Raisa Gungâkan era bella, fuerte y decidida. Nació en un lugar desconocido del Medio Oriente y desde muy pequeña aprendió las artes de los Aquilae. Durante mucho tiempo se dedicó a entrenar y perfeccionar todo lo que sabía, y el día que cumplió dieciocho años se convirtió en miembro activo de de la Cofradía.
Con aquella iniciación se llegó su primera tarea, que a todas luces parecía sencilla: infiltrarse en la residencia de la familia Watson y robar un diario que pertenecía a Callum, el hijo menor, el cual siempre llevaba consigo.
Él contaba con diecinueve años, pero ya tenía un breve prontuario de actividades que levantaron sospechas, y la Aquilae estaba al tanto de eso. Watson había planeado viajar a la Confederación Germánica en unos días, y con motivo de su ida se organizó una fiesta en la cual Raisa se infiltró. El plan era escabullirse en la habitación del muchacho y cumplir la tarea mientras él durmiera. Teniendo el diario, los Aquilae podrían ejecutar un hechizo de conversión en él, evitando así que escalara para ser una ficha importante de los Serpens en Inglaterra.
Raisa fue paciente y esperó por horas a que Watson estuviera solo en su dormitorio para lograr su cometido, pero justo antes de que él llegara, un olor dulce invadió el recinto hasta el punto de marearla. No había notado la trampa de narcóticos tendida a modo de defensa y eso fue su perdición. Con la vista turbia y los sentidos alterados trató de escapar, pero unos guardias al servicio del joven Serpens la aprehendieron y la ataron de pies y manos a una cama. Luego salieron de ahí, dejando a la pobre muchacha a merced de lo que Callum Watson quisiera hacer con ella. Tan macabras fueron sus intenciones con Raisa, tanto deseaba verla humillada y tanta era su maldad, que forzó a la joven a un encuentro íntimo sin consentimiento y la golpeó hasta dejarla inconsciente. Luego ordenó a los guardias que tiraran su cuerpo en una carretera.
El padre de Wallace, Archibald Amery, era el Aquilae Veteranus que resguardaba a varios Inceptor en Londres y estuvo al mando de aquella misión, pero cuando se enteró de lo que le había sucedido a una de sus protegidas se sintió inmensamente culpable. De inmediato gestionó un escape para Raisa, enviándola a la India para protegerla por un tiempo. Luego se enteraría de que la joven no había viajado sola: estaba embarazada.
—Le dije que podía explicarlo, señor Amery.
—¡Usted es hija de Callum Watson!
Star sabía muy bien quién era su padre. Detestaba mencionarlo y no solo por el hecho de que era un Serpens, sino también por todo lo que había implicado su concepción violenta. A pesar de eso, había crecido con una madre muy amorosa y entre personas que la querían, pues Raisa era muy consciente de que su hija no tenía la culpa de lo que representaba el hombre que abusó de ella. Decidió enseñarle a defenderse, le inculcó el amor por la literatura antigua, le entregó un pañuelo de terciopelo violeta que logró quitarle a Callum Watson como recordatorio de su cruel origen, y ella decidió que ese sería su Artificium Menor.
También sabía que Erika Strauss y Wallace Amery habían asesinado a Watson unos días atrás, por lo que no buscaba tener tiempo de calidad con él. Ni siquiera estaba en sus planes vengarse, ella solo necesitaba ayuda y protección.
La joven le explicó a Amery que su madre, después de pasar unos años en la India, volvió a su lugar de origen. Archibald le encargó a ella, junto con su pareja, montar vigilancia constante a la Flecha de Paris para que no cayera en manos de los Serpens, y así lo hicieron por unos cuantos años hasta que Raisa contrajo una enfermedad desconocida que la deterioró en meses, entregándola finalmente a las manos de Tánatos.
A raíz de aquel suceso, el Artificium Capital fue robado y la guardia de la Flecha de Paris desmantelada. Todos los Aquilae de la zona comenzaron una búsqueda exhaustiva, pero parecía que la Tierra se hubiera tragado dicho artículo, pues estuvo desaparecido por mucho tiempo.
Sospechando que hubiera sido envenenada, la pareja de Raisa realizó una investigación por su cuenta y descubrió que los Serpens fueron los responsables y se valieron de hierbas tóxicas para matarla. Luego envió a Star a otro país para evitar que tomaran represalias contra ella y le recomendó que contactara a Archie Amery, el tutor de su madre. Él notó el potencial de Star gracias a su entrenamiento previo, le ofreció refinar un poco sus habilidades y la convenció de ingresar a la Cofradía. Para el momento en que se encontró con Wallace Amery, era una Aquilae Inceptor y estaba a punto de terminar su primera misión.
—Logré encontrar la Flecha de Paris aquí, pero debo llevarla de vuelta a donde pertenece.
—Entonces quiere que la acompañe hasta allá.
—Oh, no —Star hizo un aspaviento con la mano—. No será necesario si todo sale bien. Bastará con escoltarme por las próximas dos semanas hasta que mi transporte esté listo.
Wallace se rascó la cabeza. Algo no terminaba de encajarle en lo que explicaba la joven.
—¿Por qué debo ser yo quien lo haga? Hay otros miembros de la Cofradía aquí que estarían más que encantados de ayudarle.
—¿No lo hará? Pensé que le había caído bien a pesar de nuestro inicio tan... áspero.
—Solo quiero saber por qué.
—Está bien —ella soltó un suspiro—, se lo explicaré. En un inicio contacté al señor Archie y le pedí ayuda, pero me dijo que él tenía un viaje planeado junto con la señorita Strauss, así que ella tampoco podría ayudarme.
—Oh, claro. Ellos se van mañana al amanecer.
—Busqué algún cofrade que estuviera disponible, pero la mayoría están demasiado atemorizados de salir a la luz aun. Varios coincidieron en que usted podría hacer este trabajo sin mucho esfuerzo, ya que tiene todas las habilidades que se requieren para que nada malo me pase.
Un trabajo de guardaespaldas no sonaba muy interesante, pero era mejor que no hacer nada.
—El objetivo es mantener mis ojos en sus posaderas por dos semanas hasta que pueda devolver la Flecha de Paris a donde pertenece. ¿Estoy en lo correcto? —Star se encogió de hombros.
—Si quiere ponerlo en esos términos... es básicamente ayudarme a salir viva de Londres, pero no puedo permitir que los hermanos de Watson sepan que existo, correrían a liquidarme. El hecho de que una Aquilae sea descendiente de un Serpens Dominans les representa una grandísima vergüenza.
—Es cierto, si Simon y Gideon la encuentran, podrían hacerle cosas imperdonables.
—Lo sé, son un par de basuras detestables con las que no me enorgullece compartir un vínculo de sangre —la joven apretó los labios por un instante—. Señor Amery, ayudarme no será tan difícil, sé defenderme un poco. Por favor...
Amery no lo meditó mucho para aceptar después de revisar una vez más su reloj de bolsillo y verlo brillar como antes. Tomó aquello como una oportunidad para divertirse. Tenía unas cuantas misiones pendientes y un par de manos extra no le venía mal.
—Le ayudaré si usted me ayuda a mí. ¿Qué le parece si nos deshacemos de algunos Serpens?
—¿Deshacernos?
—Matarlos. Antes de que ellos lo hagan con nosotros.
Zahara y Jenny estaban sorprendidas con lo que Evangeline les acababa de mostrar. Las dos chicas tenían sus manos en contacto con el reloj de bolsillo de Wallace y con un artefacto conocido como la Pluma de Thot que tenía el poder de crear ilusiones y había sido la causante de las convulsiones de Cordell al usarse sola.
—Mamá, necesito entender esto. ¿Dell se puso así porque tocó la Pluma de Thot sin haber tocado el reloj de Wallace Amery primero? —Evangeline asintió ante la pregunta de su hija.
—Le pasó lo que se conoce como un vínculo ancestral no controlado. Exponerse a un Artificium Capital sin la protección de un Artificium Menor es muy peligroso. Pudo haberse quedado estancado en esa alucinación por años. Por lo menos todavía puede mover sus manos, pero van a pasar un par de días para que recupere el habla.
—Evie, tengo una pregunta —intervino Jenny—: ¿qué hacen los Aquilae exactamente?
—Somos guardianes de los Artificiums y evitamos que los Serpens se los lleven para sus propósitos oscuros. Algunos tenemos habilidades de combate, otros son más inclinados hacia la magia, otros tienen poderes de sanación y hay un grupo raro con un balance especial entre las tres.
—¿Dijiste "somos"? —preguntó Zahara con el temor en la voz—. ¿SOMOS?
La enfermera suspiró. Su hija no estaba obligada a seguir ese camino si no quería, y así se lo hizo saber.
—Querida, ser un Aquilae no es algo que tengas que hacer. Si así fuera, te habría enseñado cosas sobre el tema desde pequeña.
—¿Entonces no voy a manejar Artificiums y cosas mágicas de esas? —Evangeline negó con la cabeza—. Perfecto, dejemos esto así y encontremos una forma alternativa de pasar el rato mientras la energía vuelve.
Las luces se encendieron de nuevo.
—Vale, si eso no significa que puedes manejar la magia y serías una Aquilae maravillosa si te lo propusieras, no sé qué diablos será. —dijo Jenny a Zahara con una amplia sonrisa. La interpelada soltó un bufido.
—Fue una coincidencia. ¿No tienes que ir a conectar tu portátil? —la adolescente movió la cabeza de lado a lado.
—Quiero saber el chisme completo y no voy a abrir YouTube hasta saber en qué acabó la historia de Star y Wallace.
—Jenny, ¿qué más quieres saber? —dijo Zahara—. Wallace Amery es un antepasado mágico de mi familia y... y...
La chica se llevó las manos a la cara y miró a su madre. De verdad quería dejar las cosas así, pero saber que tenía una ascendencia británica tan pintoresca atrajo su atención de una forma impresionante y quería conocer el resto de la historia. Tal vez no iba a inmiscuirse en lo que hacían los Aquilae directamente, pero si tenía la oportunidad de saber más sobre su familia, no iba a dejarla pasar.
Cordell aumentó la curiosidad de su novia y su hermana al garabatear algo en un papel y entregárselo a Jenny. Cuando ella lo leyó, suspiró y le pasó el papel a Zahara. Parecía el nombre de una canción de Katy Perry, pero a la inversa.
—Sería muy cruel de nuestra parte hacer que Cordell escribiera todo lo que vio. Por ahora tendremos que conformarnos con lo que dice aquí y saber el resto con los Artificiums.
"Tengo la sospecha de que Star es aquella chica que se le escapó a Sir Wallace Amery."
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top