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—Bueno, una cosa está clara, hoy no vamos a partir hacia allí. Se nos está haciendo tarde—aclara Rié.
—Es verdad—digo entonces yo—, mejor deberíamos irnos a dormir.
—Yo conozco un sitio donde podríamos quedarnos esta noche — interviene Guirdu —, sé que nos recibirían bastante bien.
Guirdu nos guia hasta un pequeño bosque que había muy cerca de la plaza. Después de andar un rato encontramos un pequeño montículo de arena y hierbajos que tiene una puerta de madera. Carece de ventanas pero, eso no importaen este momento. Entonces Guirdu llama a la puerta y sale a recibirnos un mapache verde del tamaño de un niño de cinco años.
—Hola Guirdu, veo que has traído amigos —dice con tono amable—yo soy Hekka, dueña de la Posada de Kimpur. Vamos, pasad, pasad.
Nosotros pasamos a la humilde posada de Hekka. Dentro, es todo de madera. Por fuera parece muchísimo más pequeña pero, como ella nos explica, aquel montículo de tierra es solo la pequeña entrada de la Posada de Kimpur. Por dentro es enorme y hay un montón de habitaciones. Hekka nos guía hacia nuestra habitación, que es también de madera. Es bastante grande con tres camas,pero se ve que a Rié no le hace gracia dormir en una cama así que se posa en el pomo de la puerta
* * *
Estoy en casa, con Beatriz, tocan al timbre... abro. ¡Son mis padres! Cómo es posible, habían desaparecido cuando yo era pequeña. Me abrazan, cierro los ojos. Cuando los abro ya no están. Estoy en un bosque oscuro con árboles sin hojas... «El bosque de las 1001 sombras» pienso. De repente comienza a llover...
* * *
Me despierto. Oigo el ruido de la lluvia golpear en las paredes de tierra de la entrada. Todo ha sido un sueño. Me giro, veo que mis amigos duermen todavía, debe ser de noche aún. Veo en la puerta algo que me hace sobresaltarme. Una rana pequeña, de colores vivos, con puntitos negros. Voy a cogerla cuando Guirdu me detiene, se acaba de despertar.
—No la toques toques, podría ser peligroso—me dice.
Entonces coge un vaso de cristal y lo coloca con cuidado al revés encima de la rana.
—Mejor voy a avisar a Hekka—añade.
Yo me quedo sentado en mi cama. En mi opinión es un ser bonito pero, al parecer es peligroso. Cuando Hekka llega parece sorprendida.
—Había oído la lluvia—murmura—, pero no pensaba que fuera algo así.
— ¿Tiene algo que ver con la lluvia? —Pregunto, curiosa.
— Verás— dice ella—, Este tipo de ranas solo aparecen en época de lluvia roja. En la época de lluvia roja los espíritus bajan a Kimpur A través de la lluvia. La mayoría de estos, son espíritus malvados, por eso en época de lluvia roja nadie suele salir a la calle. Los espíritus malvados suelen poseer a quien se atreve a salir a la calle. La época de lluvia roja dura todas las noches durante 110 días cada 10 años. Cualquiera que salga a la calle en época de lluvia roja, por la noche, puede tener un destino horroroso. Ya que cuando un espíritu te posee él se adueña de tu cuerpo Y tú estás obligado a vagar como un espíritu durante toda la eternidad...
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