Capítulo X: Un nuevo futuro

Los dos días siguientes transcurrieron en un destello. Parecía que aun acababa de hablar con Darrell, aunque ya habían pasado dos atardeceres.

Cuando le hable al tío Evan referente a mi decisión se mostró muy sorprendido, pero indudablemente feliz. No había forma de ocultar su alegría.

Aseguró que ninguno de la academia sabía a lo que venía ya que después de tantos viajes en vano, no quería crear falsas esperanzas. Así que mi llegada iba a ser toda una sorpresa.

Ya tenía todo arreglado. En mi academia no hubo ningún problema por mi retiro. Tampoco había amigos a los que despedirme ni objetivos inconclusos. Retirarme de allí no pudo ser más fácil. El verdadero reto era despedirme definitivamente del señor Eugene y de Darrell.

Me encontraba expectante a la llegada de mi pariente. Las maletas esperaban a un lado de la puerta. Se podía sentir la tensión en el aire, aunque solo estuviéramos el señor Eugene y yo. No sabía donde pudiera estar Darrell, tal vez en su habitación o en el jardín. La verdad era que desde que tuvimos la conversación el otro día trataba de no encontrarme con él, ya que no quería volver a caer en el mismo tema con él. Eso era un tema cerrado.

El mayordomo de la casa anuncio la llegada de Evan. Con eso la calma se vio perturbada.

Rápidamente tomé una pequeña maleta de mano y las otras fueron llevadas por el mayordomo hacia la carreta de mi tío.

—¿Estás listo? —indagó él.

Yo asentí, luego me giré hacia el señor Eugene. Era ese omento o nunca.

Antes que pudiera decir algo, él me abrazó con fuerza.

—Cualquier cosa que necesites, no dudes en escribirme. Recuerda que eres como mi hijo —aseguró, aun manteniendo el abrazo.

—Muchas gracias, papá —susurre a su oído. Él ajusto mucho más su agarre y pude sentir como su respiración se entrecortaba. Yo estaba a punto de llorar, pero intenté mantenerme lo más que podía. Aunque no podía evitar que mis ojos se humedecieran.

El señor Eugene limpió rápidamente sus ojos llorosos y me miró sonriente. Parecía ahora podía ver un brillo de alegría en esos ojos tristes.

Me hubiese encantado que Darrell estuviese allí, para al menos ver su rostro por última vez. Pero parecía que mi partida era algo que no soportaría. No lo culpaba, yo fui el primero al que consideró un amigo de verdad. Y verme partir así, con nuestra bonita amistad hecha pedazos, era algo que seguramente lo entristecía. Para mí tampoco era muy diferente.

Observé por última vez la casa que me albergó durante mucho tiempo. Aquellos momentos que viví ahí pasaron por mi mente en un destello veloz. Mis alegrías, mis tristezas, mis secretos; todo lo bueno y lo malo.

En una de las ventanas vislumbré una silueta apenas nítida. Agitaba una de sus manos, mientras que la otra estaba puesta sobre el cristal.

"Adiós, mi querido Darrell" —dije en mi mente, mientras mostraba una sonrisa melancólica que en el exterior respondía a su gesto de despedida agitando mi mano también.

Subí al carruaje, junto con mi tío. Luego di un último vistazo al padre que la vida me regaló. Inmediatamente después el vehículo inicio a moverse solo. Andaba únicamente por acción de la magia de Evan. No necesitaba caballos ni nada que tirara de él. Era algo bastante útil para hacer viajes largos.

—¡Adiós, pronto tendrá noticias mías! —le grite desde la ventana mientras comenzaba a andar el vehículo.

Luego de eso simplemente me senté en silencio. Evan pareció entender que no quería hablar, ya que sacó un libro de su maletín y se dedico a leerlo ansiosamente.

No sabía cuánto tiempo había transcurrido, tal vez una hora o dos. Eso pasaba a menudo, cuando me encerraba de tal forma en mis pensamientos que terminaba perdiendo totalmente la noción del tiempo.

—Creo que estamos a un par de horas para salir de los dominios del duque Rosewald —dijo mi pariente, seguramente noto que había salido de mi trance—. Será un largo viaje. Un par de días quizás.

—Me había dicho que su casa quedaba en la región suroeste. Pero no dijo en qué ciudad.

Rió con nerviosismo—. Si, lo siento. No dije los detalles. La academia está bastante aislada. Cuando tu padre la construyó, pensaba que el mejor lugar sería muy lejos de las grandes urbes. El pueblo más cercano está a una hora, se llama Ur.

—Está bien. Dos días no son nada.

—Esa es la actitud. Por cierto, no vi al hijo del señor Rosewald despedirse como su padre.

—Seguramente no quería ponerse sentimental. Además que no quería que me fuera.

—Entiendo. Prácticamente se criaron juntos, ¿cierto? Debe ser duro separarse de un momento a otro.

—Es lo mejor. No necesita que alguien sin talento como yo esté siempre con él —aseguré. El solo me miró extrañado.

—¿Por qué dices eso? Tu magia es una de las más extraordinarias que existen. Deberías darte más valor —parecía ofendido por mis palabras.

Aunque no entendía totalmente lo que quería decir con eso. Mi magia no tenía nada de extraordinaria ya que no tenía ningún atributo y mi grimorio estaba en blanco.

—¿Cómo que extraordinaria? Recuerda que ni siquiera tengo un hechizo.

Chasqueó su lengua—. Lo había olvidado. Ahora entiendo porque no tienes aun el pelo blanco.

De repente hizo detener el carruaje y salió. No comprendía lo que quería hacer.

—Ven, quiero mostrarte algo —no estaba muy convencido, pero termine accediendo.

Estábamos rodeados por la nada. Hacía bastante tiempo que dejamos la ciudad y no había rastro de civilización en muchos kilómetros a la redonda.

—Oye, ¿Qué quieres mostrarme? —me mostré algo impaciente. Solo nos estábamos alejando del camino, corriendo el riesgo que aparecieran unos bandidos y nos robaran todo.

—Imagino que has sentido mucha frustración desde que recibiste tu grimorio —asentí—. Sebastian también lo estuvo durante mucho tiempo. Creo que más que tu —indicó—. Aunque él nunca fue tan aficionado a la magia, sentía que faltaba un pedazo de ser. Se rindió rápido con su condición y vivió con ello durante unos años.

—¿Cuál es el punto? No entiendo nada.

—Es que... —se calló por un instante y tomó un largo respiro—. Lo siento. Es que me emociona este momento y no puedo dejar de hablar —eso se notaba. Me estaba empezando a preocupar su manera de actuar—. Bien... te lo voy a mostrar sin tanta palabrería.

Su grimorio salió flotando desde su estuche, que tenía alrededor de la cintura. Era grueso, pero no tanto como él mío. De adorno tenía un rombo celeste en cada cara del grimorio que abarcaba gran parte de él. Era azul celeste, mientras que el resto era de un tono más oscuro de azul. En todo el borde del libro recorría una gruesa línea ondulada de color blanco. Ésta solamente se veía interrumpida por las puntas del rombo, aunque parecía pasar por debajo de ésta. No estaba totalmente seguro, pero ya tenía una idea de lo que podía ser su atributo.

Magia de Agua: Manantial de sanación —su grimorio se iluminó con un brillo azulino e inmediatamente después el suelo fue cubierto de agua.

Se sentía acogedora y cálida. Podía sentir como se movía entre mis zapatos, buscando abarcar todo lo que podía. Pero a pesar de lo cómodo que era su hechizo, aun no comprendía el punto de todo eso.

—Bien, ahora saca tu grimorio —pidió mi tío.

Sin muchas opciones hice lo que indicó. Luego él deshizo su hechizo y se acercó hasta mí.

—Ahora veras tú verdadero potencial —tomó mi mano e hizo que tocara su grimorio.

Lo siguiente que ocurrió fue algo totalmente extraño. Sentí un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo apenas toqué el grimorio, pero lo más raro fue que pude ver en una facción de segundo todos los hechizos que tenía Evan.

Nunca antes había sentido algo así. Aunque tampoco había tocado el grimorio de alguien antes.

—Bien, ahora si pareces de mi familia —alborotó mi cabello. No entendí lo que quiso decir. Estaba muy abrumado con lo que acababa de ocurrir como para intentar descifrar sus palabras poco claras—. Ahora abre tu grimorio.

No podía creer lo que estaba viendo. Era simplemente increíble.

—E-esto es...

—Así es. Son hechizos —completó lo que no pude decir debido a lo absorto que me encontraba—. Para ser más exactos, son los mismos que hay en mi grimorio.

Estaba en completo asombro, mirando cada página y encontrándome con cada vez más hechizos. Se parecía mucho a un sueño recurrente que tenía en las noches más oscuras. Uno en donde, de un momento a otro, los hechizos aparecían sin parar en mi grimorio. Por fin me sentía completo, pero al abrir los ojos, todo se desvanecía. Aunque ésta vez no era un sueño, era tan real como el viento que agitaba mi cabello y las aves que volaban junto a él. No había nubes grises que perturbaran mi realidad. Al fin lograba ver aquella luz de salvación al final de una negra noche.

Quise gritar del júbilo y comenzar a lanzar hechizos sin parar. Pero por más feliz que me encontrara, aun necesitaba entender lo que acababa de ocurrir.

—¿Cómo es que aparecieron estos hechizos? Hace unos segundos no tenía nada.

—Por eso te dije que poseías un poder extraordinario. Eso que sentiste cuando tocaste mi grimorio fue lo mismo que sintió Sebastian cuando por casualidad tocó el grimorio de otra persona. En ese momento descubrió su verdadero potencial —tomó mi grimorio y me mostró la primera página de éste.

En ella siempre se apreciaba el nombre del dueño del grimorio y la magia que poseía. Anteriormente el mío apenas y tenía mi nombre. Pero ahora era diferente.

Magia de Copia. Ese era el nombre de mi magia. Ahora me sentía completo. No era más un ser defectuoso como muchos se encargaron de decirme.

—Sebastian descubrió que podía imitar cualquier hechizo de otro mago sin importar su atributo. Lo único que tenía que hacer era tocar su grimorio. Pero esta fue la parte sencilla.

—¿Qué quieres decir?

—La Magia de Copia tiene ciertas limitaciones. En primera, necesitas un control mágico casi perfecto. Y la imitación se ve limitada cuando el mago original utiliza un instrumento que va ligado a su magia. Por la ojeada que hice a tus notas, posees un promedio sobresaliente. El único problema fue en la creación mágica. Obviando eso, creo que se te será muy fácil adaptarte a tu nuevo poder.

—Entonces mi falta de atributo se debía a que en realidad puedo usarlos todos. Mi poder no estaba ligado a ningún elemento —era increíble que algo tan sencillo de explicar resultase ser la razón de mis tormentos.

—Así es. Puedes darle el color que quieras a tu magia. Casi no hay límites en lo quieras hacer. Ahora intenta hacer el hechizo que antes hice.

Me sentía nervioso, era la primera vez que iba a hacer un hechizo y ni siquiera sabía cómo hacerlo.

El grimorio levitó hasta quedar frente a mí, luego me imaginé el hechizo que quería activar e inmediatamente las páginas iniciaron a pasarse rápidamente. Cuando llegaron al hechizo deseado, éste se iluminó y sentí como mi magia brotaba de mi cuerpo.

Magia de Copia: Manantial de sanación —pronuncié. Velozmente todo nuestro alrededor fue cubierto por agua sanadora.

Mi tío se veía muy entusiasmado y feliz por mi logro. Aplaudió enérgicamente cuando el hechizo estuvo totalmente realizado.

—¿Ves? Tu magia es increíble. Y me sorprende mucho que lo lograras hacer a la primera. El hechizo que te pedí que hicieras necesita un control perfecto —aseveró orgulloso—. Sebastian tenía que entrenar mucho para poder dominar hechizos nuevos.

Sin pensarlo dos veces me abalancé sobre él y le agradecí con un abrazo. Le sorprendió mi acto, pero casi de inmediato lo correspondió.

—Gracias. Me has quitado un gran peso sobre mis hombros —le dije.

—No hay de qué. Eres mi sobrino y ahora que te encontré, puedes contar conmigo para lo que sea.

Después de todo lo que ocurrió, me sentí como liberado de una gran carga. Era como un pájaro enjaulado que prueba la libertad por primera vez, sin miedo a volver a ser encerrado.

Enel fondo de mi corazón sentía alegría, pero también pesar. De haber sabidoantes las condiciones de mi magia, las cosas entre Darrell y yo tal vezhubiesen sido distintas. Pero ya daba igual, lo ocurrido no se podía cambiar ytodo pasa por una razón, aunque en un primer momento no entendamos.



Ultimo capítulo, espero que hayan disfrutado esta tanda de nuevos capítulos. Me encantaría ver sus comentarios y si creen que lo merezco, sus votos.

Nos seguiremos leyendo pronto. ¡Chao!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top