Literatura juvenil: ¿qué es?
Ayer, 21 de septiembre de 2018, asistí con mi novia (Madame_Miau) a un coloquio sobre el estado de la literatura juvenil en la actualidad, o por lo menos así se titulaba. Lo había organizado la editorial Plataforma Neo con la ayuda de La Caixa, en CaixaForum. Las invitadas eran: Laia Soler, Andrea Tomé, Clara Cortés, Jara Santamaría, Alexandra Roma y Mónica Baños, con Anna López (editora de Plataforma Neo) como moderadora.
Asistimos al coloquio con la intención de conocer un poco mejor cómo enfocar nuestras novelas juveniles de cara al mercado. Es decir, para aprender sobre herramientas de marketing o sobre tendencias: qué funciona y qué no. Creo que lo único que aprendimos es que lo nuestro no es literatura juvenil, o no la del tipo que escriben ellas.
Ninguna de las autoras invitadas (todas ganadoras del premio La Caixa, de Plataforma Neo) se mojó a la hora de crear debate. De hecho, creo que no hubo debate alguno. Todas estaban de acuerdo en que había mucho prejuicio contra la novela juvenil y que la novela juvenil no es mala per sé, al contrario. Sí, creo que todos estamos más o menos de acuerdo en eso. Pero también hay que entender por qué existe tanto prejuicio contra este género. Cuando lo más vendido del mercado son cosas como After o Culpa Mía, no tendría que extrañarnos. Y que no vengan a decirnos que esas novelas son New Adult o lo que sea, porque al fin y al cabo están en la sección juvenil en cualquier librería y su enfoque de la problemática no es especialmente adulto ni profundo, que digamos.
Una de las autoras, Andrea Tomé, dijo que también había prejuicio contra ellas por ser mujeres, porque si una chica incluye romance en su novela, es romántica, y si lo hace un chico, es profunda. A eso yo respondo que todo depende de cómo se enfoque. La mayoría de mis lectoras se piensan que soy una chica, y a pesar de que algunos capítulos tienen algo de romance, hasta ahora nadie me ha dicho que Parafilia es romántica, sino profunda. Lo mismo ocurre con Madame_Miau, cuya novela tiene romance y nunca le han dicho que sea romántica. En su caso, solo hay una pequeña diferencia, y es que existe el prejuicio antes de leerla. La catalogan como romance quienes todavía no han leído la novela. Una vez lo hacen, cambian de opinión. Por lo tanto, me remito a lo de antes: todo depende del enfoque. Y si a una chica le dicen que su novela es romántica por incluir romance, dudo que de verdad sea solo por eso.
Cuando intentaron definir qué era la novela juvenil, solo llegaron a la conclusión, si es que se le puede llamar así, de que era un "tema de temas". Por lo visto, la novela juvenil es lo que puede interesar a los adolescentes. Como si no hubiera una infinidad de temas que pueden interesarles, como si no hubiera adolescentes que no prefieren leer Kafka a Anna Todd. ¿Leer a Kafka es juvenil? Yo, cuando era adolescente, no solo leía juvenil. Supongo que vosotros tampoco. Hablar de adolescentes como algo genérico es reducirlos a masa no pensante que carecen de voz propia. Lo que es irónico, porque ellas mismas definían a su público como muy exigente, sincero y directo.
También estoy de acuerdo con eso, los adolescentes o los jóvenes adultos pueden ser muy exigentes, pero eso no tiene por qué significar que tengan buen criterio. Saben qué es lo que quieren y los escritores que queramos vender tenemos que darles eso. Si tuvieran criterio, no dirían que After es buena novela. Porque no lo es. Y lo mismo con Culpa Mía, o Perfecto Mentiroso o Boulevard. La novela juvenil es bastante mala en general.
Por supuesto que en este género hay novelas que son buenas, pero pasan desapercibidas entre toda la basura. He leído novelas juveniles geniales, como Una de esas chicas o Apple y Rain. Lo más triste es que las mejores suelen ser las más criticadas por su público porque simplemente no saben valorarlas. Ellos saben lo que quieren, y no es eso. NO ES LITERATURA DE CALIDAD.
Otra de las características de la novela juvenil, según ellas, es que los protagonistas buscan su lugar en el mundo, y por lo que he visto ese mundo nunca incluye a la familia, porque seamos sinceros: la familia no tiene mucho protagonismo en el género. Tampoco incluye una visión realista de la sexualidad o del descubrimiento de esta. Creo que ese es uno de los puntos más importantes durante esa época, junto con la amistad, el enamorarnos, el encontrarnos a nosotros mismos, etc. Si de verdad fuera así, ¿por qué tienen éxito las novelas sobre playboys, boxeadores, mafiosos y demás purria? Simple: porque es literatura para un target de adolescentes que están descubriendo su propia sexualidad. Les gusta eso y ya.
A ver, que no tengo nada en contra de escribir para ellas. Yo mismo escribo un drama erótico con escenas sexuales explícitas con una finalidad parecida, aunque para otro público. Lo que me fastidia es que las editoriales no sean sinceras con el público: la literatura de mercado no busca profundidad ni introspección, sino ventas. Y van a publicar lo que vende.
En el debate nunca se admitió eso. De hecho, todas parecían convencidísimas de que estaban creando arte y de que cambiarían el mundo con sus escritos. Pues sí, la literatura juvenil puede marcar a los adolescentes que la leen, para bien o para mal. Cualquier novela que romantice las relaciones tóxicas lo hará para mal. Y por desgracia ahora es lo que más vende.
Por eso me hizo tanta gracia que hablaran de que los autores juveniles tienen una responsabilidad moral, ya que escriben para personas que todavía están desarrollándose emocionalmente. Pensé: madre mía, hay que ser hipócritas. La propia editorial Plataforma Neo ha publicado novelas que romantizan esa clase de relaciones, como en Mi Plan D. ¿Por qué no se debatió sobre esto? Simple, no les interesaba sacar la liebre.
Lo que sí salió a colación es lo de la inclusión social. Por lo visto, es buena idea que las novelas estén protagonizadas por un gay, un negro, un chino, o lo que sea, y que estos personajes dejen de ser anecdóticos, hasta ahora siempre en el papel de mejor amigo o compañero de clase. Sí, estoy de acuerdo en que se visibilicen. Pero siempre con tacto y conocimiento. Si una escritora caucásica que ha nacido y crecido en España no tiene ni puta idea de cómo es la vida de un adolescente afroamericano de un barrio marginal, que no lo escriba. Clara Cortés dijo esto mismo. Afirmó que no se atrevería a meterse en la piel de una persona que no conoce. Primero, porque nunca llegará a saber al cien por cien cómo se siente, y segundo, porque hay que dejarles ese espacio para que las propias personas que sufren la intolerancia, la homofobia, o el racismo, sean las que se expresen. Ok, es cierto. La apoyo a medias. Pero no pude evitar pensar en lo contradictoria que era, porque la protagonista de su novela ganadora es una modelo huérfana con una hermana prostituta, además de que no está ambientada en España y no parece que se haya informado demasiado sobre el mundo de la moda. Cagada.
También hablaron sobre feminismo y la importancia de crear figuras femeninas fuertes. Me parece una buena idea siempre y cuando no representen un símbolo más que un humano. Y muchas veces pasa justamente eso. La protagonista es lo bastante fuerte como para resolver sus propios problemas. Durante la adolescencia solemos ahogarnos en nuestras inseguridades. Casi nadie es fuerte en esa época. Según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid, nueve de cada diez adolescentes ejercen violencia psicológica sobre sus parejas. Para más inri, ellas suelen normalizar este comportamiento porque creen que forma parte de lo que significa amar, y eso es lo que están inmortalizando obras como After o Mi Plan D. Obras que van dirigidas a adolescentes. Adolescentes que no entienden que eso no está bien. Porque sí, hay más relaciones tóxicas de las que nos atrevemos a admitir. No solo existen, sino que son la norma.
Probablemente, la adolescente lectora media se sienta más identificada con la protagonista sumisa anulada por la pareja que por el símbolo feminista a seguir, que no solo no la representa, sino que comparativamente la hará sentirse peor de lo que es. Si la novela juvenil ha de plasmar la realidad, no le veo lo malo a tocar temas tan peliagudos como las relaciones tóxicas, al contrario. Deberíamos visibilizarlas, alzar un cartel y gritar al cielo para que todos seamos conscientes de un problema que no se está solucionando. Y no me parece mal que esta clase de relación sea romantizada por la protagonista. SOLO POR ELLA. Los demás personajes, especialmente si son adultos, deberían tomar las medidas necesarias para protegerla. Porque nadie, o casi nadie, sale solo de una relación como esa.
Para mí, no tiene sentido ni que se oculten ni que se romanticen, y menos que se presenten como un modelo a seguir, porque recordemos que After se vende bajo la frase "Un amor infinito" y acaba con final feliz. He visto un vídeo donde niñas que fueron a la firma que se hizo en la Casa del Libro, en Barcelona, dicen que es una novela increíble, que les encanta, que les ha hecho conocer el amor verdadero o que cuenta la historia que les gustaría vivir. Aquí el vídeo:
https://youtu.be/YTLpnknuLp0
NO, ESO NO ES AMOR Y NO TE GUSTARÍA VIVIR ALGO ASÍ.
En definitiva, no se tocó ningún tema polémico y ninguna de ellas se atrevió a hablar sobre la realidad que las editoriales prefieren mantener oculta: que da igual el impacto negativo que pueda tener un libro si consigue ventas. Porque al fin y al cabo solo quieren lucrarse, algo que entiendo, porque son empresas y no viven del aire, pero que no me vengan con milongas de obligaciones morales y de conocerse a sí mismos y de tonterías por el estilo. No sé si querían vendernos la mentira o si ellas también se la creían.
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