Única Parte.
Antes de leer, este oneshot es una crítica mezclado con los personajes de Yoongi y Jimin, a los cuales hablaremos por separado y no etiquetaremos el presente oneshot como YoonMin. Hay una diferencia de edad entre ambos y también hay mención de Smut. Recordemos que es meramente ficción y que la autora (su servidora) no aprueba ni romantiza ni fomenta ningún acto que aparece en la historia. Así como también se juzga, rechaza y sanciona cualquier acto delictivo y criminal. Sólo es un ensayo de narrativa para mí que edité de algo que ya tenia escrito, ¡Gracias por su atención!
(...)
La percepción social era un asco, pensaba Yoongi. Sentado en el asiento del metro podía ver como una anciana arrugó su entrecejo cuando observó a una pareja en la esquina bastante pegada. Las primeras impresiones de un sujeto a otro podrían variar dependiendo de los propios principios, así que la anciana posiblemente estaba molesta de ver algo que para ella no era común, pero volvíamos a lo mismo, la percepción y primeras impresiones siempre eran un asco, porqué tal vez si la anciana se hubiera subido en la misma parada que la chica se hubiera dado cuenta que en realidad esa "pareja" no lo era como tal, y tal vez si su molestia no estuviera ahí y la dejara pensar con claridad se daría cuenta de la mirada burlesca del hombre y de la incomoda de la chica.
Las influencias perceptuales eran algo que Yoongi sabía muy bien, que tanto impacto o poder puede tener el simple constructo de una conducta sobre otra, algo que se veía casi a diario, un concepto, un contexto que muchos desconocían como tal, pero era aplicado a cada minuto o segundo de nuestras vidas. Las variaciones estaban ahí, los elementos y los factores detonantes que desencadenan esta cumbre de conductas entre los grupos societales eran visibles, pero Yoongi pensaba que la ignorancia hacía ciega a la gente.
—Buenas noches, señor Min, ¿regresa del trabajo? —Eunbi fue la chica que lo saludó al bajarse en su estación, la única mujer en la taquilla, aunque Byun el viejo calvo estuviera en la otra, era un amargado que nunca le dirigía la palabra (¿tal vez tendría que ver con el hecho de que Yoongi la primera vez que quiso comprar su ticket, no llevaba una buena vestimenta? Maldita influencia global).
—Hola Eunbi —La saludó con una sonrisa cálida, porqué eso era lo que la chica esperaba, porqué de alguna forma es lo que todos esperamos cuando comenzamos con un trato justo y amable, ¿no hablan de eso las teorías sistemáticas de la comunicación social? Yoongi no iba a pensar en eso ahora, se encogió de hombros cuando la rubia bateó sus pestañas y se acercó más a la ventanilla, su gran escote resaltaba más de esa forma.
En la mente de Yoongi todo parece algo cíclico con algunos agujeros que se van llenando o hilando con el circulo con experiencias externas con las que no contábamos (variables extrañas), en sí todo comienza en nosotros, nuestra fuerza interior que algunos científicamente denominamos "yo", un yo inconsciente, un yo externo, de otras formas que puedan llamarse. Este concepto va construido en base de más características, elementos que de alguna forma construyen todo lo que somos a nuestros ojos, y a los ojos de los demás (claro qué, varia de percepción en percepción). Sí bien el autoconcepto es aquello que hacemos para mantener un "orden mental" y a su vez, compartir una cierta conducta, hay mucho que explayar todavía.
Eunbi era un claro ejemplo, porqué Yoongi estaba seguro de que ella estaba consciente de que él venía del trabajo como cada noche, a la misma hora, así como estaba seguro de que esa blusa que llevaba no era la misma de la mañana, que su cabello no pudo estar tan arreglado todo el día y que el labial de sus labios no pudo tener el mismo brillo durante todos los bocadillos que posiblemente era ingirió en el transcurso del mismo. Pero el interés que ella tenía en él la hacia actuar de la misma forma todos los días, porqué de alguna manera ella se sintió atraída por él (pero sólo simbólicamente, porqué ella no lo conoce realmente, Yoongi río internamente, ella gritaría de miedo si pudiera conocerlo con la verdad).
—Es tan buen hombre, tan trabajador, lo veo pasar todos los días, me encanta tanto —la escuchó decirle a Byun. Por supuesto, porque se supone que eso es lo que piensas de una persona que hace lo mismo todos los días, como cualquier otra, eso es lo que alguien supone de un hombre que hace lo que debería hacer, que es buen hombre, que es amable, que es trabajador, pero nadie desgraciadamente se atreve a indagar más allá, porque nuevamente, las percepciones sociales eran obsoletas, y no dejaban vagar más allá del horizonte sin tener que interferir con el propio punto de vista, Yoongi odiaba tanto eso.
Cuando llegó a su casa, la señora Cho le echó una mirada rápida desde la recepción, era una mujer tan habladora, soltando palabras tan vulgares como respiraba, pero de alguna manera no se metía con Yoongi. El chico creía que era posiblemente porqué se parecía mucho a su difunto esposo, el señor Cho fue conocido por ser un mal hombre y maltratador, tal vez la mujer proyectaba la juventud de su esposo violento en Yoongi y se rehusaba a mirarlo, con un miedo que no le pertenece, porqué Yoongi jamás le había hecho algo para que ella tuviera ese rostro caído y asustado cada vez al verle.
Porqué nuevamente las primeras impresiones siempre eran manipuladas por los propios principios personales, porqué algunas veces era meramente imposible relacionar nuestra percepción de alguien junto a la gran influencia social de la sociedad.
—Otra vez llegando tarde...—conocía esa voz, y Yoongi se maravillo de volverlo a escuchar, su vecino se encontraba sentado en el barandal, el mayor tuvo que morderse la lengua para no decirle por quinta vez a Park Jimin que no hiciera eso, que no se sentara sobre el barandal, que cualquier imbécil o idiota podría pasar y empujarlo y él podría sufrir severas heridas al caer desde el tercer piso, que era un acto idiota, estúpido y que... estaba terriblemente preocupado.
Tal vez por eso Yoongi aborrecía con toda su alma la percepción social y las primeras impresiones, tal vez fue por esa razón, y la fatídica razón era que no le tomo ni siquiera dos segundos a Park Jimin para enamorarlo, para envolverlo en su dedo y tenerlo cual perro faldero a sus pies.
Porqué había algo poderoso a través de las primeras impresiones y la limitación societal, y era el saber manipular, hacer y/o aplicar cualquier conducta que reforzara un estimulo al sujeto, y poder recibir una respuesta positiva, Park Jimin era toda ese lenguaje experimental, era psicología preciosa y maravillosa en cada parte de su cuerpo, recorriéndolo de la cabeza a los pies, tal vez podría ser el mismo chiquillo de siempre para todos, pero no para Yoongi, no cuando Park Jimin lo miraba con esos ojos enfundados en teorías perceptuales que lo tenían loco, Jimin tenía un poder inmenso del que no sabía si era consciente (pero secretamente Yoongi pensaba que si lo sabía, que Jimin era consciente del mal y del bien que podía lograr con tan solo mover unos de sus dedos, porqué cualquiera sacaría su propio corazón en vida sólo para ver esa sonrisa infantil en sus labios).
Jimin era percepción, era influencia, enigma y teoría, Yoongi quería odiarlo, pero no podía, porqué el deseo de amoldarlo, de resolverlo y convertirlo en Ley era más fuerte que la cordura gritando en su mente por ayuda.
—Me halaga que me hayas estado esperando —comentó el mayor, abriendo la puerta de su departamento, dejando abierto porqué se hacia la idea de que era lo que Jimin quería.
—Eres tan extraño hyung, a este paso ya te hubiera denunciado a la policía —murmuró tranquilo, y sereno con la mirada filosa sobre la de él, sonriendo de lado, con la confianza gritándole que conocía cada uno de sus secretos.
Fue entonces que Yoongi se quitó la campera, dejando al descubierto un chaleco negro, manchado de sustancias oscuras rojizas de las que Jimin se hizo una idea cuando el olor abrumador cubrió su nariz.
—Pero me amas —se dijo a sí mismo, ¿o fue a Jimin?
—Amo lo que pienso que eres, no lo que realmente puedes llegar a ser —musitó el menor caminando hasta la cocina donde se sentó, parecía un niño con la camisa amarilla con rayas y el overol de mezclilla, su cabello rubio y esponjoso estaba largo y pensó que tal vez podría convencer a Jimin de no cortárselo hasta después de unos meses, necesitaba memorizar y sentir la sensación de sus dedos entre esas hebras cuando estuvieran haciendo cosas implorases sobre la cama.
Dejó el plato de comida una vez que lo calentó frente a Jimin y este simplemente le sonrió con gratitud sincera, había cosas que lo confundían del menor algunas veces, y aquello volvía loco a Yoongi, el no conocer realmente el quiebre y el limite de la percepción umbral que Jimin le mostraba porqué el problema estaba ahí, Jimin era cerrado y no le enseñaba nada más allá de lo que el chico no quería (como debería ser).
Entonces Yoongi se ponía a pensar sobre el gran enigma que era Park Jimin y la vida, todo el tiempo el mayor parecía odiar un constructo de la sociedad del que casi no tenía idea pero, ¿Qué era exactamente esta percepción social? podría decirse que todo aquello comenzaba de la imagen que una persona quiere dar, una vez que sepa quién soy, porqué lo soy, nace lo que se conoce como la percepción social, una conexión hacia la percepción propia, un concepto creado en la sociedad a través de primeras impresiones e ideas de externos derivadas de nuestro cuerpo físico, o fuerza mental (ya sea en lo que decimos, lo que pensamos y lo que nos lleva actuar de cierta forma), o un poder inigualable que Jimin poseía, la conexión que Jimin tenía sobre él y sobre el espacio sub con los demás era asombrosa....
El chico sabía que decir para encantar a las personas, sabía como moverse, sabía exactamente en que momento y porqué, lo sabía todo. Yoongi pensaba una y otra vez como es que Jimin tenía tanta habilidad para conocer mas allá de las personas incluso cuando estas no le habían mostrado más que migajas de su propia personalidad, ¿era cuestión de observar? ¿tenía Jimin un control contextual de la observación y análisis crítico?
Todavía recuerda cuando lo conoció, cuando Jimin se acercó a él con ojos curiosos, lamiendo una paleta mientras sin importar si eran las tres de la mañana se sentó a su lado y le dijo: —" mis amigos me dijeron que no me acercará a ti porqué tenías apariencia de asesino, dijeron que incluso podrías ser uno".
"—¿Qué les hiciste? —preguntó el Yoongi de aquel entonces."
"—Los maté por qué no podían saber tu secreto."
Desde entonces Yoongi supo que las primeras impresiones siempre eran importantes, y era cuestión de un modulo social, un secreto que llegaba al oído de cada persona y se iba modificando en el camino. Se llamaba influencia social, poderosa influencia social que hizo que Jimin actuara tan drásticamente. Lo vemos en todos lados, nadie conoce a un jefe de oficina como sus asistentes más allegados, o, a un doctor como sus pacientes más comunes, pero nosotros tenemos una imagen de ellos, ya sea publicitaria (hablando del jefe de empresas) o una recomendación ("Te invito a que vayas a ver a mi doctor, es muy bueno, él sabrá curarte").
La influencia social la vivimos a diario, y muchas veces no sabemos en qué momento la aplicamos o se aplica a nosotros. Sin embargo, muchas veces esta influencia social puede estar llena de otros elementos, y no necesariamente elementos positivos, eso Yoongi lo sabía muy bien, pero esta vez, él era el ejemplo.
"—Es bueno que sepas que debe ser un secreto..."
Saliendo de sus pensamientos, Yoongi observó como Jimin terminaba su cena, y se ponía de pie para ir al refrigerador y hurgar entre las cosas, sacó el jugo de durazno que hizo que Yoongi rodará sus ojos cuando Jimin le lanzó una risilla tierna, el chico menor sabía que Yoongi sólo compraba jugo de durazno por él.
—¿Quién fue hoy? —preguntó Jimin bebiendo de su vaso rosa, Yoongi lo había comprado semanas atrás cuando el chico dijo que era muy torpe para usar vasos de cristal.
—Nadie importante.
—Pero tardaste más tiempo de lo usual —comentó Jimin, señaló el reloj de gato que estaba en la pared, él mismo lo había puesto ahí en una de esas veces en que Yoongi se iba por varios días y le dejaba el apartamento al chico—, dieciocho minutos para ser exactos.
Yoongi sonrió, se había acercado a Jimin quien después de dejar el vaso caminó hasta el sofá, no había mucha distancia entre la cocina y la sala, no tenía un lugar de exuberante tamaño.
—¿Te importa?
—Me importa mucho, podrías no volver un día.
—No sucederá, la gente es demasiado fácil de engañar —Aclaró Yoongi, porqué nadie sospechaba nunca del buen hombre que salía con traje y maletín a las ocho de la mañana y regresaba noche después de un largo día de trabajo, porqué a los ojos de niñas en casillas y de ancianas malhumoradas, no era nada más que otra persona distinta.
Todos somos personas distintas en los ojos de todos, tenemos mil caras, mil facetas, y mil personalidades, porqué de eso tratan las primeras impresiones, de conocer una faceta tuya que ni siquiera sabías que existía, entonces siendo así, ¿Quién iba a sospechar que uno de los homicidas más buscados estaba viviendo su vida tranquilamente en un buen vecindario, cenando comidas calientes con jugo de durazno?
Una vez más, la percepción social era un asco.
Pero un asco que beneficiaba mucho a Yoongi, tal vez por eso se sintió tan atraído a Park Jimin, tal vez por eso el chiquillo de diecinueve años pudo tener a un hombre de treinta y dos, fuerte, inteligente, astuto y manipulador totalmente a sus pies, porqué el poder de una conducta sobre otra no era más que el principio de una fuerte influencia de masas.
Para Yoongi todo aquello no eran más que cuestiones hiladas que no son más que resultados de la impresión, de la impresión, de la impresión de una persona, como una cadena en donde un secreto se va pasando a voces cuando en realidad comenzó siendo "la pera es verde" y terminó en la última boca diciendo "el cielo es azul". Las cuestiones estéticas tienden a manipular lentamente o discretamente nuestras actitudes al entorno social, reforzando el ejemplo anterior, si yo veo en la publicidad que un jefe de oficina es muy bueno, pero entonces sus asistentes comienza hablar mal de él, mi primera impresión de alguna forma se ve distorsionada por la fuerza de un pequeño grupo (y esto no sólo sucede así, si no también en masas grandes, las cuestiones de percepción social en masas globales son un arma de gran poder, y muchas personas no son conscientes de que forman parte de una la mayoría de las veces, -como los seguidores de un partido político, por ejemplo-).
—Eres tan malo.
—La genta es mala por naturaleza, dicen por ahí —murmuró Yoongi acercándose al menor, lo levantó con facilidad haciendo que el chico enrollará sus piernas sobre sus caderas—, pero creo que tú eres el mas peligroso aquí, ¿no lo crees?
Jimin era tan pequeño y aun así podía tener al mundo a sus pies con tan sólo chasquear sus dedos.
Besó sus labios, carnosos y dulces, disfrutando de lo que podía poseer y tener. Las actitudes que tenemos la mayoría del tiempo pueden deberse a los reforzadores de conducta que hay en todos lados, en nuestro día a día, en la vida cotidiana, como el aumento de salario por lograr ser el empleado del mes, como la estrella en la frente que el profesor da a un buen alumno..., como el dulce sabor de un beso después de haber tenido un día desgarrador tratando de matar a alguien, como tener el placer de poder poseer a Park Jimin porqué podías y querías.
—Oh... es increíble todo lo que puedes hacer sin que nadie se dé cuenta —susurró Jimin a su oído cuando lo recostó en su cama, cuando comenzó a bajar los tirantes del overol, y a subir su sudadera para besar la calidez de su piel, para disfrutar de un placer culposo del que nunca iba arrepentirse—increíble la forma en que lo haces todo el día... y sigues regresando ileso.
—Es el poder que una sociedad mediocre me ha dado —respondió Yoongi sobre sus labios—, entre más ignorancia, más es el poder que tengo en mis manos...
—Un día serás atrapado, te van a alejar de mí... y sabrán todo lo que has hecho...oh-... —un suspiro dejó sus labios cuando el mayor lo terminó de desvestir por completo y escabulló una mano a su entrepierna.
Con una risa, Yoongi besó su ombligo, cada vez bajando y tomándose más tiempo entre cada beso—y entonces la gente dirá... no es posible, él era tan buen hombre, trabajaba todo el día y noche...
—Eres peligroso...
—¿no fuiste tú quien dijo que iba a protegerme? derramando sangre por mí...
—Eso es por lo que eres peligroso —susurró Jimin tomando sus hombros y atrayéndolo hacia él para besar sus labios, lo miró directamente a los ojos para añadir—, mira lo que haces señor Min... ¿no estas corrompiendo a tu pequeño vecino?
Yoongi sonrió y se acomodo lentamente entre sus piernas, entrando lento y tortuosamente, provocando que Jimin cerrará sus ojos y echará su cabeza hacia atrás—no cuando soy un buen hombre, no cuando la gente piensa otra cosa de mí, no cuando los demás me ponen mil caras y mil nombres...porqué es la primera impresión que tuvieron de mi...
—Tú y tu sonrisa contagiosa, que engaña mil almas... —Jadeó por lo bajo, disfrutando de lentas embestidas que sólo hicieron que apretara sus manos sobre la sabana.
—Mira quien lo dice, Park Jimin... —aumentó con rapidez sus movimientos de cadera, llevando a Jimin al paraíso y haciéndolo aterrizar entre nubes de placer.
Pero... de toda la palabrería psicológica, Yoongi olvidaba que también podemos decidir si sí, o sí no. Así nace lo que es la disonancia cognitiva, adentrándonos a la manera en que nosotros nos aferramos a una idea, actitud y muestra de conducta que para nosotros puede ser coherente, pero para otros no, la teoría en sí podría decirnos que nosotros pensamos y actuamos así, porqué es nuestra forma de ser... pero volvemos a recaer en este ciclo nuevamente, ¿quién no afirma que esa "forma de ser" en algún momento no fue influenciado por cuestiones sociales varias, cientos, o tal vez miles de veces a lo largo de nuestra vida? ....
—Eres una incógnita tan hermosa Park Jimin —susurró Yoongi al oído del mayor—, no te desvanezcas nunca.
Jimin ladeó su cabeza, mirándole con los ojos brillosos—no lo haré mientras tu consciencia exista, no lo haré mientras tanto.
"pobre hombre, trabaja todo el día y noche, pobre hombro, él no ha hecho nada, ¿no lo ves? Siempre habla solo, pobre hombre... la sociedad lo ha etiquetado de loco...
...pobre hombre..."
había encontrado este oneshot en mis cosas cuando estaba editando otros fanfics y bueno, es demasiado tarde, son las cuatro de la mañana pero como no alcancé a publicar nada de dirty work hoy, decidí publicar este, ¡gracias por leer! nos leemos pronto en otra historia <3
-Susy
Pd. Esta bien si no entendieron, es más que nada un ensayo de clase de hace años que convine con escenas del Yoongi y Jimin que quedaban en mi cabeza con una trama confusa y sin poder etiquetarle un género. Así que dont worry.
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