Capítulo 3
Este one es un poco nostálgico para mi, pues estoy segura que no soy la única que pasa la Navidad sola, espero lo hayan pasado increíble. Feliz Navidad a todos
Capítulo 3. Cena navideña
...
Yokohama estaba de noche, sus calles completamente iluminadas, llenas de colores, luces y sonidos de campanas, un pequeño niño de cabello negro caminaba por la fría nieve aun sin zapatos, tapaba sus manos entre sus brazos y temblaba por el frío, alcanzo a ver por una ventana, una cálida cena, un pollo bien cocinado, un pastel y ponche de frutos, un papá, una mamá, un hijo y una hija, incluido un perro quien ladraba feliz, en la esquina un pino decorado con esferas, luces, y todos bien calientitos. El niño bajo su cabeza para poder mirar sus manos congeladas y vacías.
Continuo su camino hasta un callejón abandonado, entro entre varias cajas de cartón para encontrar con una niña de cabellos negros y largos – hermano, conseguí un pedazo de pan – dijo la chica
― Gracias Gin – sonrió el niño – juro que un día... tendremos una cena de navidad debida
― Si – sonrió Gin
10 años habían pasado, Gin y Akutagawa tuvieron su primera cena navideña hace 4 años atrás cuando Dazai los hallo, pero este año, Gin tenía una misión con lagarto negro en Osaka, por lo que, quizá nostalgia o disminución de su aburrimiento, camino por las calles de Yokohama, cubría bien su cuerpo y cara con bufanda, saco largo y una cubre bocas negro, sus pasos sin sentido lo llevaron al centro donde se encontró misteriosamente con el albino, actuaba extraño.
Cuando lo vio cubrir sus oídos y correr, no pudo evitarlo, le siguió; se encontró con Nakajima Atsushi quien se ocultaba en un callejón, estaba sentado en el piso, respiraba agitado y cubría su rostro - ¿Qué está pasándole? – se preguntó a sí mismo. Decidió acercarse, como si fuese un encuentro casual, camino como si nada y justo enfrente volteo a verlo - ¿Jinko? – se hizo el desentendido y Atsushi subió su cabeza con lagrimas
― A-Akutagawa – le llamo con miedo – ho-hoy no quiero pelear
― ¿Qué haces en uno de mis callejones? – hablo molesto
― Ci-cierto, lo lamento – dijo Atsushi levantándose, sus ojos eran tristes y sin vida, sin esperanza o no, simplemente estaban falta de deseo... Dio sus pasos para retirarse pero la curiosidad estaba comiéndolo, tomo la muñeca de Atsushi para detenerlo - ¿Akutagawa?
― Acompáñame un rato – dijo el azabache – no tengo nadie con quien caminar
― Pe-pero yo
― No te pregunte – dijo jalando la muñeca del albino hasta el bolsillo de su saco y así, guardando ambas manos en el bolsillo del mayor – vamos - le ordeno
Atsushi acompaño en todo el trayecto al mafioso, cabizbajo y sin presencia, haciendo de eso que Akutagawa solo se preguntará más que sucedía, sintió como la mano del albino temblaba dentro de su gabardina, volteo a verlo para darse cuenta, comenzaba a nevar y Atsushi no traía nada, se detuvo, dio media vuelta para ver al albino, quito su bufanda y se le coloco al albino - ¿Qué haces? – pregunto Atsushi
― Pareces tener frío
― Gra-gracias – dijo el albino tocando la bufanda ahora en su cuello
― ¿Qué te ocurre hoy?
― Yo...
― Espera – dijo Akutagawa – hablemos esto bien – dicto
Era un lugar acogedor, Atsushi no conocía el lugar pero al parecer era un departamento entre suburbios, Akutagawa encendió la chimenea mientras Atsushi se quedaba frente, sentado en la alfombra, las llamas daban calor a su cuerpo mientras el mafioso había aparecido con un taza de café y una frazada la cual Rashoumon acomodo en el cuerpo del albino - ¿es dónde vives? – pregunto Atsushi curioso
― Algo así, aquí solo estoy el domingo o días libres
― Comprendo – dijo tomando el café – sabe bien
― Gracias, los granos son de Perú
Conversación incomoda e innecesaria entre ambos chicos había llegado una vez más, el mafioso bebió algo del café y miro al albino siendo tapado por la frazada y sus delicados dedos que sostenían la taza de café caliente, dejando su nariz roja por el tacto del calor - ¿Por qué llorabas? – pregunto y el albino volteo a verlo con mortificación
― No tiene importancia
― Puedes contarme, no le diré a nadie
― Jamás... he celebrado navidad, siempre he estado solo - dijo bajando la cabeza - ver a las personas felices y pasando juntos... sentí una gran pena... me sentí abrumado y solitario
― ¿Y? tienes a la agencia
― Naomi y Jun tienen una celebración de familia, Yosano-sensei se fue con Kenji y Kyouka a la granja, fueron invitados por los padres de Kenji, Kunikida-san tiene una reunión de ex maestros y Dazai-san dijo que la pasaría en un bar
― ¿Por qué te veías tan alterado por las luces?
― Fantasmas del pasado... - menciono suspirante - siempre encendía luces en noche buena - dijo mirando al mafioso - solo eran algunas velas pero - su sonrisa salio un instante - me encantaban...
― ¿Qué paso con ellas? - pregunto
― Un día me quede dormido con las velas encendidas, los maestros me encontraron, el director dijo que mi castigo por ello sería ser quemado con ellas mismas - menciono con dolor en sus palabras - el siempre... convirtió lo más bello en lo más oscuro...
― ¿por eso estas mal en Noche buena?
― ¿Por qué preguntas tanto?
― Solo quiero saber, también estoy solo en Navidad
― Ah – Atsushi lo miro – es cierto, por un momento olvide que eres Akutagawa "el perro rabioso de la Port Mafia" - dijo y sonrió ligeramente - seguro todo esto te parece reconfortante por verme tan patético y solitario
― ¿y eso cambia algo?
― ¿cambiar?
― Estábamos hablando muy bien
Atsushi sonrió – no, no cambia en absoluto
― una vez fui como tu - menciono el azabache - desee una cena para mi y mi hermana - dijo sonriente - aunque en realidad quería un lugar caliente para estar con ella, un lugar al decirle hogar y ahora - miro a su alrededor - tengo uno
Atsushi sonrió por aquellas palabras ― parece que Akutagawa, el perro de la Port Mafia tiene un corazón muy bueno
― ¿quieres cenar?
― ¿eh? ¿tienes cena?
― Costumbre – menciono el azabache – además me seguiste hasta aquí sin decir nada
― Cierto, lamento eso – menciono con cabeza baja mientras se levantaba– por favor disfruta tu navidad
― Idiota – menciono tomando el brazo del albino haciendo que esté le mirara – te digo, quédate a cenar... conmigo. No tengo con quien celebrar este año, así que, acompañame
― Ahh...
― No es pregunta
― S-si
Y así fue como comenzó la muy incómoda preparación de la cena, Atsushi se levantó para ayudar al azabache, esté llevaba un delantal en su cintura y el cabello atado, seguramente nunca lo había visto así, el pensarlo le hizo sonrojar. Akutagawa le dio un delantal a Atsushi, quien no espero para ponérselo y ayudar al azabache a calentar la comida en el horno, bueno aunque no era su hermana, igualmente Akutagawa estaba disfrutando de un buen momento – Jinko, saca el mantel blanco de la alacena – dijo el azabache
― Ah, claro – respondió Atsushi quien trepaba la alacena para alcanzar. Akutagawa sonrió por el acto ¿Qué era eso? Bueno no era como que el no pudiera alcanzarlo pero cuando se lo pedía a su hermana y está a sus grandes saltos no lograba bajarlo usaba a Rashoumon, ese método era nuevo y le hacía sonreír - ¿qu-que tanto te ríes? – pregunto Atsushi avergonzado
― Es chistoso verte trepado en la mesa – dijo bromista el azabache
― Es raro verte sonreír
― Los milagros de navidad si existen Jinko
― Eso veo... - dijo bajando de la mesa con el mantel – lo pondré
― Gracias
Y así fue como Atsushi comenzó a ver las sonrisas del azabache aparecer, aquello era cálido y puro, se sentía mal por estar ocupando al azabache y el hecho de que la hermana del mafioso no estuviera le hacía sentir también mal por algún motivo – Akutagawa
― ¿mmm?
― ¿Puedo decir algo sin que te enojes?
― Dilo
― Me gusta... estar aquí – confeso - es cálido - confeso
― Sí, me alegra – respondió – no es malo pasar tiempo contigo Jinko – menciono el azabache - es cálido - sonrió
Terminaron de cocinar juntos, si aunque en el proceso hubo una pequeña guerra de harina donde ambos terminaron llenos de ella, el pavo estaría en media hora más, así que... Akutagawa miro al albino quien barría la harina del suelo – Jinko
― ¿mmm?
― Tomemos un baño
― ¿ju-juntos?
― Sí, no hay tiempo – dijo tomando al albino con Rashoumon – vamos
Sí, un nuevo caso de incomodidad, Atsushi estaba siendo desnudado por Rashoumon mientras Akutagawa preparaba la bañera – que y-yo puedo so-solo decía Atsushi avergonzado y miro al azabache – quítate tú la ropa – se quejo
― No me la quitaré, Rashoumon depende de mi ropa si me atacan
― ¿Quién te atacará? Tienes un gran tigre a tu lado
Akutagawa tocio ligeramente, y sonrió después de ello, después de forcejeos ambos chicos se quedaron solo en toalla, tallaban sus cuerpos con esponjas, y Atsushi lo miro - ¿tallo tu espalda?
― Esto es raro Jinko
― Tú lo iniciaste
― Bien, bien, talla mi espalda –se quejo
Atsushi se posiciono en su espalda, pasaba la esponja por la espalda y hombros de Akutagawa, suspiro relajado, era la primera vez que lograba hacer algo tan agradable – Jinko
― ¿mmm?
― Esto se siente muy bien ¿no crees?
― Sí, es relajante
― Entremos a la tina, puse lavanda en ella
― Eso me agrada – menciono alegre Atsushi
Akutagawa fue el primero en levantarse, se quitó la toalla de su cadera y se puso una en la cabeza para regular su temperatura, entró a la bañera y miro a Atsushi - ¿bien? ¿Qué esperas? – pregunto mirándole fijo y Atsushi miro a otro lado
― N-no me mires – se quejó y Akutagawa comprendió, volteo la mirada pero le miraba de reojo
Atsushi se quitó la toalla sin imaginar lo que provocaría en el azabache, además de todo, pudo ver claramente el rastro de las quemaduras, fijamente en su cadera como un recordatorio de lo que Atsushi una vez deseo para navidad: Felicidad, libertad, amistad, y amor.
Dejo su cuerpo entrar en la tina, una tina caliente y relajante con obvio olor a lavanda que les relajaba a ambos – jamás había tomado un baño con alguien – menciono el azabache
― Es porque ¿te sentías inseguro?
― Así es – menciono el azabache acercándose – pero... a tu lado, no hay nada que temer...
Las mejillas de Atsushi se pusieron rojas y miro a otro lado avergonzado – Jinko – le llamo y el albino lo volteo a ver – estas muy rojo
― De-debe ser la temperatura de la tina
― Si, la tina – menciono y miro a Akutagawa - ¿Por qué nos bañamos juntos?
― Por qué... no sé, curiosidad, la misma que hizo que te trajera aquí - menciono y miro fijo al albino - Jinko ¿por que siempre te me haces interesante? – menciono acercándose – tu cuerpo se ve como una leche pura – dijo rosando sus dedos por el hombro de Atsushi y esté se quejo
― Aaah A-Akutagawa – menciono avergonzado mientras el azabache se acercaba para besar el hombro del albino – A-Akutagawa
― Me pregunto... si sabrás a leche también – se preguntó el azabache mientras besaba el hombro de Atsushi
― Aaah A-Akutagawa – le llamo entre gemidos pero el azabache ya le había dejado de escuchar
Tallo los hombros del albino mientras besaba su cuello, ninguno de los dos evitaron gemir por aquellas sensaciones, a prontos movimientos Atsushi quedo por encima de la tina y debajo del azabache – necesitamos avanzar – dijo el azabache – debe ser rápido el pavo está en el horno
― Bi-bien – miro alrededor y tomo un aceite de bebé – que sea rápido
― ¿Cómo?
― No preguntes – menciono el albino - Dazai-san suele hablar de estas cosas y...
― si - respondió entre risas - también cuando estaba en la mafia mencionaba estas cosas ― Ambos chicos rieron por el momento, se miraron ligeramente
Akutagawa sonrió ligeramente, vio al albino acomodarse para que tuviera mejor acomodo, sentado sobre sus piernas, Akutagawa lleno sus dedos con aceite de bebé, deslizo pos la cadera de Atsushi, acariciando su glúteo y dejándolo entrar, miro como Atsushi se quejó y se deleitó de lamer su pezón derecho, sus dedos habían entrado con gran facilidad – si sigues así podré entrar rápido – menciono el azabache
― A-Akutagawa pre-prepárame – pidió el albino avergonzado
― Quizá después...
― ¡A-Akutagawa! – le llamo jadeante, realmente estaba más pidiéndole que entrará
Tomo con ambas manos los glúteos del albino, le acomodo debajo de su miembro erecto y en efecto, el aceite de bebé hacia maravillas, logro entrar de una sola e incluso el albino lo sintió más ligero, llegando con eso hasta el fondo y presionando la cadera del albino para que se quedará abajo y profundo – aaah ugh – gimió y se quejó Atsushi, también mordió el hombro del azabache
― Ahg maldito Jinko – se quejó por la mordida y suspiro profundo – prepárate – dicto
Akutagawa comenzó a moverse, no, no era simple, era rudo y duro, Atsushi le seguía el ritmo apretando los hombros del azabache, recibiendo duro y seguro, recibiendo tranquilo y llevadero, el limbo se jugaba en sus lenguas y los gemidos se unían, inexpertos, aproximados y jóvenes pero era cierto, el dolor era grande, la sensación era incomoda pero sus mentes la disfrutaban, sus cuerpos temblaban, llego a un momento donde ambos gritaron pero no se detuvieron pues es que realmente necesitaban sentir que esa palabra podría ser cierta y que esa calidez no iba a desaparecer.
Después de mucho tiempo, y varios éxtasis más, Atsushi pidió piedad por su vida pues aseguraba que su cuerpo no podía más, claro estaba que el azabache no creyó en sus palabras si no en lo que veía y cuando dio cuenta que el albino ya no podía (literal) sacar nada, decidió que esa sería la ultima, cuando termino, suspiro cansado, probablemente Atsushi también le había encantado.
Después de volver a lavarse, Akutagawa se puso una bata, la cual uso para ayudar a Atsushi a levantarse, claro le dolía el andar, aun no entendían como habían terminado así de unidos, llevo a Atsushi hasta su habitación - ¿estas bien? – pregunto algo avergonzado
― Lo estoy – respondió Atsushi – so-solo un poco adolorido – menciono
Akutagawa le dejo en su cama sentado con delicadeza, Akutagawa llevaba la bata y Atsushi una toalla alrededor de sus hombros – tu ropa tardará en estar, usarás la mía
― E-eso es ve-vergonzoso
― Puedes quedarte desnudo
― To-tomaré la ropa
Akutagawa sonrió, fue a su armario tomando de él un par de pantalones, el primero se lo dio a Atsushi y el otro se lo quedo él – cierto, - sonrió Akutagawa – tendré que darte ropa interior
― Si-siento que quieres humillarme
― No, pero en serio quiero verte usar mi ropa – sonrió Akutagawa
― Bi-bien – trago saliva Atsushi avergonzado – a-apresúrate te-tengo frío
― ¿ahora ordenando? – dijo burlón en azabache y serio pero sonrió una vez más siendo algo malicioso – debería vestirte yo mismo
― A-Akutagawa cal-cálmate ya – pidió avergonzado
― Vamos Jinko, te vestiré
Akutagawa se estaba divirtiendo, vistió a Atsushi, poniéndole primero un bóxer en color rojo y claro, el mismo tono de mejillas de Atsushi. Akutagawa disfrutaba de subir el pantalón color negro en Atsushi mientras el albino se sostenía de sus hombros – dudo que esto sea necesario
― No lo es, pero me encanta – sugirió el azabache
― Eres inesperadamente dominante
― Y eso te encantó ¿no?
― N-no... - miro a otro lado – un poco - Akutagawa alzo la (si pequeña y casi invisible) ceja aunque bastaba con ver su rostro para ver lo suspicaz que estaba siendo, Atsushi se sonrojo y lo miro - bien - dijo ligeramente molesto por tener que decir la verdad - si me gusta - confesó
Akutagawa dejo salir una risa de lado y miro al albino - ¿de qué color quieres tu suéter?
― Dudo que tengas amarillo
― Solo blanco o negro
― Blanco
― Bien, usaré el negro
Akutagawa fue ahora quien se vistió, con un bóxer rojo haciendo juego, pantalón negro y aprovecho para ponerse el suéter negro, le dio a Atsushi el blanco y el albino pudo terminar de vestirse. No podía negarse a sí mismo, estaban felices los dos
Al salir de la habitación, Atsushi cojeaba ligeramente, le dolía el andar, más eso no evito que Akutagawa no ofreciera su ayuda, dejo al albino en el comedor y siendo este pequeño, podían estar cerca, llamo a Rashoumon para acercar los platos con comida pero no se sentó, no al contrario fue directo a la sala y miro al albino - ¿listo? - pregunto y Atsushi asintió con la cabeza. Si, por supuesto que adivinaron, la sala se había iluminado junto con un pino de navidad, no la era la gran cosa pero para Atsushi, es decir, veamos a Akutagawa, el simplemente vio el rostro de Atsushi tan brillante, sus ojos rápidamente se llenaron de lagrimas y su sonrisa fue la más grande, el mafioso mantuvo la compostura, el único llorón en esta escena era Atsushi, por supuesto que el mafioso debió arreglar su garganta por tal impresión - Cenemos - dijo al recuperar un poco su voz gruesa y decidida.
Por fin podrían sentarse a cenar, Akutagawa y Atsushi sonrieron mientras una plática se hacía presente, la cena de navidad era solo su momento de platica, después de eso, ambos se sentaron en el sofá con una taza de café caliente, unas botanas, las luces encendidas y la gran sonrisa de Atsushi que todo iluminaba, aquella platica continuo hasta las doce, se miraron y sonrieron - Ahora puedes decirlo - dijo el azabache mirando al albino a los ojos
― Estoy nervioso, jamás lo he dicho justo en el momento, justo después de cenar... ¿que...?
― Solo dilo Jinko
― Feliz Navidad Akutagawa
― Feliz navidad, Jinko
Una dulce navidad había llegado a un corazón negro y otro desprevenido, creando así una cálida y blanca navidad~
¡Hola a todos!
Gracias por leer un día como hoy, espero lo hallan pasado increíble al lado de sus seres queridos
Este es el final de la Navidad, para año nuevo pienso traer dos más, quizá alguno sorpresa, todo depende del tiempo
¡Feliz Navidad!
¡Gracias por leer!
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