Comienzo del infinito

CAPÍTULO UNO: COMIENZO DEL INFINITO

Estaba en medio de un mundo azul.

Una lámina de agua se extendía hasta donde alcanzaba la vista. El Sol de julio brillaba sobre ella con resplandeciente fervor. Allá arriba, en las alturas, un claro cielo azul se extendía. Su frescura lo hacía ver tan brillante y vivo que podría caer a tierra en cualquier momento. La línea recta del horizonte se extendía en la distancia, dividiendo al mar en los cielos.

Eso era todo lo que se reflejaba en sus ojos mirando al mar; una armónica paz.

—Que tranquilo...—murmuró con una sonrisa extendiéndose en su boca.

Una solitaria gaviota trazaba un leve arco en el cielo, llevada por el viento. El viento, con el olor del océano, soplaba a su lado suavemente.

El ruido de la gente podía escucharse en el fondo. Las alegres voces de los niños resonaban con más brillo que la luz de que el sol radiante.

—Esto se siente tan pacifico...

Era como estar dentro de un sueño. Un sueño del nunca debería despertar.

Pero obviamente esto no era un sueño, sino una realidad que estaba disfrutando presenciar. Y era todo un gusto para el estar donde está ahora.

Y hablando de despertar...

Una pequeña sensación en la parte trasera de su cuerpo lo hizo "levantarse" del pequeño paraíso que lo estaba carcomiendo al estar mirando en todo momento al océano con una pacífica melancolía.

Esa pequeña sensación la reconoció como una silenciosa llamada de atención de... ciertos observadores a quien no "veía" desde hace un buen tiempo. Y satisfaciendo la necesidad de quienes lo estaban viendo, se dio la vuelta y alzo la vista como si alguien estuviese parado frente a él mirándolo fijamente esperando una acción de su parte.

—Oh, hola todos. ¿Cómo han estado?—salude a la nada siendo solo el aire del océano su único espectador. —Sé que ha pasado mucho tiempo desde que los vi y que debo dar muchas explicaciones de todo lo que ha sucedido desde entonces y el porque me encuentro en este lugar disfrutando de una cálida paz.

Soltó un pequeño suspiro de tranquilidad mientras aún mantenía su cálida sonrisa antes de volver su atención a la nada.

—Quizás debamos ir por las presentaciones por si hay nuevos observando esto. Soy Lincoln Loud, tengo 19 años, único hijo varón de una numerosa familia compuesto de 10 hermanas, Hombre del Plan y estudiante universitario de la institución de Royal Woods. Y aquí estoy yo; en unas merecidas vacaciones.

—Sé que se sorprenderán de cuanto tiempo que ha pasado desde la última vez que los vi y que habría mucho de qué hablar sobre lo que ha sucedido durante ese lapso de tiempo tanto de mí como la de mi familia. Pero les digo, es una historia MUY larga de contar y prefiero no aburrirlos con la cantidad de locuras que me han pasado desde ese entonces. Así que, les ahorrare los detalles de mi vida durante estos años.

Después de haber dicho eso, juró haber tenido la sensación de decepciones de parte de quienes lo observaban. No podían culparlos, cualquiera que omitiera información de ese tipo sobre él se sintiera hasta estafado de querer seguir viéndolo. Pero no se iba ir con las manos vacías dejándolo a si mismo mal parado en esta situación.

—Pero eso no quiere decir que no les vaya a contar sobre porque estoy realizando estas vacaciones.—carraspeó un poco para poder explicarles más a detalle —Normalmente estas vacaciones las estaría pasando junto a mi familia, pero como ahora soy una persona independiente y tengo mi propio lugar de establecimiento debo agendar mis propios deberes entre fechas que no llegan a coincidir con las de mis padres y hermanas para que se pueda realizar viajes en conjunto como cuando vivíamos en la misma casa.

Aunque si era honesto... realmente no resultaba tan buena idea. Y no era por ofender a su familia, pero recordar los desastrosos resultados en los viajes vacacionales que han tenido junto a ellos durante muchos años no era un buen augurio de lo que podrían ser los próximos.

-En donde disfrutaría de estas vacaciones seria en uno de los parques de atracción más famosos del mundo: LeMu. Quizás deba hacer una breve explicación sobre este lugar. Verán, LeMu se compone de una isla, que está a muchos kilómetros separado de las islas del caribe, llamada Insel Null que a primera vista realmente no parece gran cosa, pero el atractivo de este parque viene debajo de la isla ya que todas las atracciones de este son submarinas. Tengo entendido que el parque esta creado en base a la leyenda del contendiente de Lemuria, un continente que habría existido antes de la existencia de las islas del océano indico o algo así, de ahí el nombre, y que por eso tiene de "mascota oficial" a los Lémures.

—Se le considera uno de lugares de turísticos más condecorados del mundo, por ello una entrada para entrar a este parque resultaba muy caro. Sé que preguntaran: "Lincoln, ¿Cómo lograste pagar una entrada para que fueras a LeMu?" y yo les respondo: no lo hice, fue todo gratis.

Hace una pausa dramática ante el silencio que se formó ante la información que revelo hace un momento, permitiéndose escuchar los inexistentes gritos de sorpresas como "¡QUE!" o "¡¿CÓMO ES POSIBLE?!"

—Les explico, a pesar de que nadie de mi familia vino a este viaje eso no quiere decir que uno de ellos estuviera involucrado en ello, es más, fue la razón principal de porque estoy aquí en primer lugar. Y esa fue Lisa. Puedo predecir las preguntar que tendrán, "¿Que tiene que ver Lisa con este parque?" Y yo les respondo: LeMu no es simplemente un parque de atracciones submarino, sino que también es un centro de investigaciones que muy pocos saben de su existencia. Y la verdad, suena muy raro que ambas cosas así existan en un mismo lugar.

—Volviendo a la historia. Lisa, siendo una de las mentes más brillantes de la actualidad a pesar de su corta edad, los de este centro de investigación aprovecharon la oportunidad para ofrecerle un puesto como una las principales científicas con muchos proyectos de los cuales, según dijeron, serian de los mayores aportes a la ciencia del siglo 21. Lisa se convenció de eso mismo tras aparentemente darle un vistazo a cómo funcionaba su sistema de trabajo y acepto el trato (aunque ella muy pocas veces iba a LeMu siendo que trabajaba más para ellos desde casa para no descuidar sus propios proyectos personales que muy posiblemente acabarían en alguna explosión, para desgracia de todos) Como todos sabíamos sobre eso, nos hicieron un firmar un cláusula de silencio sobre no contarle a ninguna persona sobre el centro en LeMu, cosa no dudamos en hacer. Esto ocurrió hace dos años, cabe aclarar.

Sintió una resequedad dentro de su garganta, quizás por haber hablado demasiado sin darse un pequeño respiro. Saco de su bolsillo una botella de agua y abrió la tapa antes de meterla en su boca e ingerir el refrescante líquido.

—Ahhh, hablar demasiado sí que te deja seco la boca.—jadeó un poco para refrescar su garganta antes de volver su atención a quien le hablaba —Como les decía, Lisa al trabajar para LeMu tenía sus beneficios como obtener entradas gratis al parque, las cuales me regalo como un obsequio de mi cumpleaños de hace un mes. Quise sacarle provecho a esto y le pedí si podía darme más pases de entrada obtener para que mis amigos y yo fuéramos ahí, lo cual ella aceptó.

—Y aquí estoy, en un barco que nos lleva directo hacia LeMu donde vamos yo y mis amigos: Clyde, Rusty, Liam y Zach. Originalmente Stella iba venir, pero se encontraba de viaje con su familia a Filipinas así que eso dio por descartada su presencia.—dio un suspiro de decepción al recordar que su amiga no iba venir con ellos. —Pero no hay porque amargarse ahora, esto es un momento para disfrutar a lo grande.

De repente alguien apareció por detrás pillándolo por sorpresa.

—¡Hey, Lincoln!

El repentino toque y llamada de atención lo hizo girarse de golpe, casi cayéndose al suelo.

—Ah... eres tú, Rusty—alzó la vista para ver quien le estaba hablando era su amigo pelirrojo de pelo rizado, quien estaba acompañado del resto de sus camaradas.

—¿Pues quien creías que era? ¿El fantasma del parque o algo así?

—¿Eh? Claro no... espera, ¿hay una leyenda de un fantasma?—preguntó algo asustado sobre algún supuesto hecho sobrenatural, claro, al menos uno que no estuviera involucrada Lucy.

—Pues no, al menos que yo sepa, lo he dicho por decir, la verdad.—le contesto Rusty con simpleza.

—Ja, ja, ja, muy gracioso, Rusty—río con sarcasmo, no le pareció gracioso esa broma.

—Debiste haber visto tu cara, Link. ¡Te pusiste tan pálido como una hoja de papel durante un segundo!—se río de él Liam y Clyde tuvo que esforzarse para contener su risa.

—¿Tan fácil te crees lo que te dicen? ¡Ni yo me trago así las miles de teorías conspirativas que hay!—ahora fue Zach el que se burló, sacándole un gemido de exasperación porque le vieron la cara de idiota, como porque interrumpieron la importante explicación que estaba dando.

—Como sea.—habló nuevamente Rusty. —Lincoln, te veníamos a decir que dejes de hablar solo por un momento que ya llegamos. Lo mejor será cuando bajemos.

Entonces, por primera vez en buen rato observó a su alrededor para ver que era cierto, el barco ya se había detenido cerca del muelle que los llevaba a la entrada de la isla.

"Vaya que hablar solo le hizo perder la noción del tiempo..."

Sin más preámbulos, se juntó con sus amigos y bajaron del barco para su ir por el camino hacia su llegada a LeMu.

(...)

Lunes, 11 de Julio del 2017

Insel Null, LeMu

Al entrar a la isla artificial, Insell Null, no pudo evitar contemplar cómo se elevaba sobre las olas del mar. En su opinión, parecía un lugar ajeno a la realidad. La palabra 'utopía' podría venirse a la mente para describirla.

De hecho, en el puerto de la isla flotante sobre un bloque de roca, estaban grabadas las siguientes palabras:

¿Dónde está el cielo?
Hacia arriba y a tus pies

¿Era una especie de metáfora? ¿Una adivinanza? No lo sabía.

Mientras seguía caminando cerca de sus amigos para evitar separarse de ellos, observó el profundo océano. En la distancia azul, vio una enorme estructura metálica meciéndose suavemente.

Volvió su anterior pensamiento sobre que este lugar parecía una utopía.

—¿Utopía, eh?—murmuró perdidamente en sus pensamientos.

Cuando volteo la mirada, se detuvo, haciendo que sus amigos se adelantaran un poco sin darse cuenta que se había quedado atrás.

¿La razón? Simplemente se encontró con una escena que... bueno... llamaba la atención de forma extraña, incluso superando los estándares de lo que él ha considerado extraño en toda su vida.

Había un mapache, o mejor dicho un lémur (a decir verdad, casi no distinguiría de ambos animales pero lo describiría mejor como un mapache), de tamaño humano. Bueno, en realidad era una persona disfrazada con una botarga de un Lémur/Mapache, pero la imagen del disfraz resultaba tan realista que parecía un animal de verdad con una estatura innatural.

Pero eso no era del todo la razón de porque la escena le pareció bizarra.

¿Por dónde debería describirlo?

Empezó cuando sus ojos se cruzaron con los de ese animal. Por un momento, se observaron en silencio. Cuando la criatura se dio la vuelta, notó que algo estaba mordiendo la cola del disfraz del animal por detrás.

-Grr... grr...

Era una niña. No podía decir cuántos años parecía tener, pero podía presumiblemente tener la misma edad que Lily, supongo. Pero por alguna razón, algo en ella le hizo dar una sensación familiar. Pero olvido eso cuando al mirarla mejor notó que también había algo raro detrás.

-Grr... grr...

Era un pequeño perrito blanco, se encontraba pegado en la espalda de la niña, mientras imitaba la acción de la niña en esta misma. Viendo al pequeño animal se le paso por la mente una duda.

"¿Acaso se pueden traer mascotas a este lugar?"

Se froto los ojos, parpadeo, luego se los volvió a frotar, y entonces comenzó a abrirlos para luego darse cuenta de lo que vio en realidad estaba pasando.

"¿Pero qué...? ¿Qué estoy mirando?"

Esa fue su reacción.

Hizo un esfuerzo titánico para tratar de procesar toda esta escena. Recapitulemos: frente a él hay una persona disfrazada de un mapache gigante que estaba siendo mordido por una niña, y que está igualmente estaba siendo mordida por un perro.

Simplemente... la escena bastaba para hacerle perder el sentido de la realidad.

Aun después de parpadear varias veces... la extraña escena se negaba a desaparecer.

Volvió su atención al mapache, que volvió a darle una mirada (la cual daba algo de miedo) Parecía como si... lo necesitara.

—Oye... ¿Podrías ayudarme con esta... cosa?—susurró el mapache, pero las palabras no alcanzaron su mente para darse cuenta si su voz era masculina o femenina, porque aún estaba tratando tener la mente clara después de esa absurda escena.

—Grr... grr...—la niña volvió a ronronear a gusto mientras se sostenía de la cola del mapache.

"Debo estar soñando... ¿verdad?"

Eso era lo que él realmente estaba pensando. Y por más que intentara negarlo, no podía ir en contra de la realidad por más ridícula que fuera.

Apenas ha puesto un pie en LeMu y ya estaba teniendo una experiencia inolvidable, pero no como quisiera recordar. Benditas vacaciones decidió tomar...

(...)

Estaba en un sueño... un sueño que no le permitiría despertar.

Y una blancura total.

Una fría y blanca realidad que se extendía infinitamente.

Sintió la diferencia de temperatura en su piel... ese impacto finalmente lo obligo a abrir los ojos...
.

.

.

.
—...
Se preguntó durante cuánto tiempo había estado sentado en ese banquillo mirando la gran fuente donde estaban reunidos varias personas.

No podía haber sido mucho. Había estado tan solo una hora en el parque, sentado en el mismo lugar todo el tiempo, comiendo el mismo helado. Solo eso.

—Qué frío...

Pero por supuesto. El helado se había derretido y ahora era un enchastre pringoso. El helado de vainilla derretido se le escurrió por la mano, derramándose sobre su brazo.

—Brrr, está muy frío—tembló ligeramente al sentir como el helado derretido se estaba esparciendo a través de su brazo haciéndolo sentir el frio mojado.

Había estado sentado ahí un rato, o mejor dicho, por un largo rato...

Pero la persona a la que esperaba nunca llegó. Tampoco había ninguna señal de que fuera a llegar.

"Me pregunto por qué no ha venido"

No lo sabía.

"¿Por qué estoy aquí?"

Sentía que se tambaleaba al borde de una total confusión, como si no recordara como llegó a esa situación o el motivo por el cuál se sentó en esa banca.

—En fin...—sacudió la cabeza y dio un suspiro. No pareciera que su brazo se le fuera a secar pronto a menos que los remojara con agua.

—¿Qué sucede?—una voz llamo su atención.

Sintió un leve movimiento y una chica se sentó junto a él, parecía un poco mayor que el a juzgar por cuanto media a comparación de él.

"¿Quién es ella?" la miró para ver mejor su apariencia. Su cabello es de castaño claro, que estaba atado a una trenza, con un moño azul a un lado y unos aretes blancos incrustados en sus orejas, también lucia el uniforme del parque acuático; un conjunto blanco con un lazo azulado.

Parecía una guía.

—¿Estás perdido? ¿Te separaste de tus amigos?— le preguntó aquella chica. Pudo ver que una radiante e inocente sonrisa se formó en su brillante rostro.

—No, he estado esperando—contestó con sinceridad mientras pensamientos del principio volvieron a su mente.

Se encontraba en blanco sobre lo que ha hecho hasta ahora más allá de sentarse y quedarse quieto hasta que alguien llegara por él.

—¿Esperando?—preguntó la chica con la ceja arqueada.

—Bueno... sí, estaba esperando.

—Estabas esperando...—la sonrisa de la chica desapareció y la cambio a una pensativa, como si estuviera tratando de averiguar a que estaba esperando. —Tú... ¿Estabas esperándome a mí?

Cuando ella le termino de preguntarle eso, se apuntó a sí misma con el dedo volviendo a sonreírle.

—No... no...—se puso nervioso al ser observado por esa cara sonriente, pero tuvo que el coraje de volver hablar sin titubeos. —Me dijeron que esperara aquí, así que...

—Ya veo...—la chica pareció más compresiva con su forma de actuar. Pero parece que no vendrán.

Luego le dirigió una mirada de lastima mientras negaba con la cabeza.

—Mira, obviamente te dejaron plantado. Si te digo la verdad, te he estado mirando por unos minutos y se nota que estas cansando de esperar.

Eso fue algo directo, pero muy posiblemente ella no está del toda equivocada con su conclusión, aunque él no esté muy seguro de eso. Pero le resultó extraño el detalle que esa chica la estuviese mirando por un rato sin que se diese cuenta.

—¡Ya sé!—el pequeño exclamo de ella lo sobresaltó para que volviese a estar en la realidad. Y volviéndose a fijar en ella, vio que su cara se iluminó de pronto y juntó con sus manos en un aplauso. —¿Estas solo, verdad?

—¿Eh?—preguntó confundido.

—Bueno, estas aburrido, ¿No? ¿Qué tal si te doy un tour por LeMu?—le propuso tirando de su brazo.

—Yo...

Pero antes de esperar su respuesta, la chica lo jaló hasta hacerle levantarse.

—¡O-Oye! P-Pero estoy esperando a alguien...—trato de excusarse, con el fin de no sentirse molestado con la insistencia de la chica.

—Lo dudo, pero si fuera el caso... ¿A quién estarías esperando?

—Eh... yo...

Una duda terminó invadiendo su mente por la pregunta de la chica: ¿Quién era? No podía recordar el nombre.

—Bueno, no sé a quién esperas, pero si aún no ha aparecido, ¿No crees que ya has esperado suficiente?—preguntó esto felizmente, casi dando brincos, como si estuviera entusiasmada de darle un tour privado por todo el parque. —¿Qué dices? ¿No te gustaría?

Podría negarse, pero eso solo haría que siguiese sentado en el mismo lugar esperando a ese alguien que muy posiblemente no vendría en primer lugar.

—D-De acuerdo.—asintió levemente.

Volvió a mirarla y notó la etiqueta con el nombre de la chica relucía sobre la tela blanca de su uniforme.

—¿Y-O-U...?

Eso era lo que decía la etiqueta.

—¡I am You!- exclamó la chica.

—... ¿Yo soy tu?—preguntó confundido, traduciendo la oración.

—Sip—ella asintió con gracia.

—¿Entonces te llamas You?—resultaba extraño que alguien se llamase "Tu" en inglés. No era un nombre normal para una persona.

—En realidad, You es un apodo que me puse para hacerle esto a los visitantes. ¿Muy ingenioso, verdad?—no supo reaccionar bien a esa pregunta antes de que la chica siguiese hablando —Mi nombre deriva de las dos primeras letras de mi apodo.

—¿O sea Yo?

—¡Si, tu!—la chica le apunto casi inmediatamente cuando dijo eso, reaccionando con sorpresa a esa acción. —je, je fuera de bromas, mi nombre es Jordan Rosato. Aunque ese no es del todo mi verdadero nombre, sino más bien un acortado de este.

—¿Acortado?—estaba dudando seriamente de la veracidad de las palabras de ella.

—Ya lo entenderás en algún momento. Igualmente puedes llamarme Jordan, You, Jo o como tú quieras—le dijo ella antes extender su mano con entusiasmo en una señal de saludo —¡Es un placer conocerte!

—M-Mucho gusto...—algo dudoso, aceptó el apretón de manos, y antes de darse cuenta, estaba siguiéndole a su mismo ritmo.

—Bueno, ¿Vamos?—indico Jordan hacia una entrada, haciendo que se soltaran las manos, aunque no querían.

Volvió a mirarse la mano que los había conectado momentos atrás. El helado que se había derramado sobre su brazo ya estaba completamente derretido y seco.

—Bien...

Y la siguió hacia el camino.

(...)

Al final todo el asunto se había normalizado... más o menos. Al menos la chica no estaba mordiendo la cola de un mapache o algo parecido. Y así sin más, se fue del lugar.

"Eso fue... MUY raro. No podía esperar menos, incluso si el resto no vino" intentaba borrar de su memoria lo más que pudo de esa bizarra escena.

Pronto se dio cuenta que por distraerse de presenciar esa rareza se había quedado muy atrás de sus amigos. No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado, pero lo mejor que tuvo que hacer es ir por la entrada a seguirles el paso. Le hubiera gustado mirar el lugar un poco más, pero ya no tenía tiempo para eso.

"Los chicos ya deberían haber bajado hasta este punto" muy dentro de él tuvo la esperanza de que los estaba esperando para que fueran todos juntos.

Suerte que su teléfono tenía el mapa de Insell Null, por lo cual no pudo perderse dentro de la isla y supo donde se encontraba la entrada para llegar al parque submarino.

Unos minutos de caminata más tardes, llego hasta la entrada, que era un edificio algo grande, en donde había una enorme puerta que estaba siendo atendido por una mujer. Pudo ver que sus amigos estaban al otro lado de la puerta.

Cuando estaba a metros de cruzar esa puerta...

—Disculpa, pero ya está lleno. Tendrá que hacer una espera de 34 minutos para el siguiente.—le dijo la mujer que atendía la entrada.

Sus esperanzas vinieron abajo...

—¡¿QUÉ?!

Los chicos lo miraron con pena y algo de vergüenza después de ver eso.

—Lo siento, Lincoln. Pero eso te pasa por tardarte haciendo no que cosas.—lo regañó Rusty.

—Perdón Lincoln, pero ya no podíamos esperarte.—dijo Clyde con mucho pesar.

—No te enojes con nosotros por eso.—pidió Liam.

—Ya, ya, menos parloteo y vayámonos. Lincoln nos alcanzara más tarde.—apresuró Zach.

Esos fueron los últimos comentarios de sus amigos antes de que se fueron con la puerta cerrándose de golpe, mientras que a él lo dejaron solo aquí esperando a que viniera el siguiente ascensor.

"Genial... simplemente, genial..." Ahora tenía que esperar más de media hora para bajar finalmente.

Y así pasaron unos tortuosos 34 minutos, donde lo máximo que hacía para matar el tiempo era mirar su celular sin importarle la gente a su alrededor con quienes vendría acompañado para entrar al siguiente ascensor que los llevaría al fondo de LeMu.

—¡Gracias por esperar! Ahora puede subir al elevador.

Esas palabras activaron la parte central de su cerebro para hacerlo volver a fu enfoque, entrando deprisa al edificio donde se encontraba el ascensor.

Al entrar al edificio, examino el techo. No había ventanas y observó un poco más el lugar que parecía una especie de sala de cine con sus asientos. Y a juzgar por las pulidas paredes redondeadas, era obvio que la sala tenía forma de cúpula. Pensó que este no era del tipo de ascensores tradicionales con espacio reducido para pocas personas, y este era más bien una versión mucho más ancha y donde podrían acceder muchas más personas considerando cuanta gente viene a visitar LeMu.

Miró a su alrededor con cautela. Muchos de los visitantes, que habían estado esperando detrás suyo en una fila, accedieron al igual que el en la sala, que entre ellos habían amigos, parejas de enamorados, grupos familiares, etc. No había ninguna rareza como...

Ensanchó los ojos como platos cuando vio una figura grande y peluda abriéndose paso a empujones entre la multitud y continuó a través de una puerta al otro lado de la sala.

"¿Por qué me persigue la desgracia?" Hizo una mueca de desagrado al ver al mapache de vuelta en su vista.

Trato de ignorar la presencia del mapache grande y camino hacia uno de los asientos para centrarse tranquilamente mientras escuchaba que la puerta de la entrada cerrándose.

Varios empleados del parque entregaban a los visitantes lo que parecían ser unos audífonos. Ni idea para que eran, pero como vio que todos los ponían pensó que era necesario hacer lo mismo. Al ponérselos, los sintió bastante cómodos, tanto así que no se notaba que los tenía puestos.

Miró a un lado para ver que el mapache toqueteo algo en la pared. Antes de que cuestionara en su mente que cosa estaba haciendo, las luces se apagaron de repente, dejando sorprendido a todos a oscuras.

Y entonces...

—¡Hola a todos!

Una empleada del parque emergió de la oscuridad.

Se preguntó de dónde había salido. Porque su vestido blanco resultaba bastante llamativo incluso con las luces apagadas ya que la tenue luz que brillaba sobre ella hacia que se pareciera a un personaje de algún sueño.

Y luego, las luces se encendieron de nuevo.

Todos vieron en silencio a la empleada y guía del parque, una mujer bastante madura pero que relucía cierta juventud en su jovial rostro.

—¡Qué? ¿Nadie?—preguntó la empleada de manera retórica. —Lo intentare de nuevo... ¡Hola a todos!

—¡Hola!

Abrió con incredulidad los ojos al reconocer la voz, más cuando vio lo cerca que lo escucho. Giró su cabeza hacia un lado al ver quien había exclamado eso era la niña que, hasta hace muy poco, había protagonizado la extraña escena donde estaba pegada a la cola de un mapache.

Viéndola más de cerca y el como se veía. Se trataba de una nena de por lo menos 10 años de edad, piel morena, cabello castaño oscuro, usaba una camisa morada sin mangas con un solecito feliz en el pecho que combinaba con sus shorts amarillos y una mochila en su espalda.

Ahora se encontraba cerca de el. Bueno, más bien ella estaba literalmente sentada a su derecha sosteniendo a ese pequeño perro que traía consigo. No se dio cuenta en lo absoluto que estaba ahí.

"¿Ella también...?" Tenía ganas de morirse al saber que dos de las personas que más lo marcaron en el poco tiempo que ha estado en LeMu estaban en un mismo lugar.

—¡Oh! He encontrado a una chica con energía.—comentó divertidamente la mujer que los había saludado antes. —¿Cómo te llamas?

—Me llamo, Darcy Helmandollar, señorita.

"¿Por qué se me hace familiar ese nombre?" volvió a tener esa sensación de reconocimiento como cuando vio a la niña por primera vez. Como si ya la hubiera visto en otro lugar, en otro tiempo...

—Y este es mi perrito, Rafo—presentó igualmente a su mascota.

—¡Guau!—ladro el pequeño perro.

"Sigo preguntándome como permiten animales en este lugar... creí que era una norma..."

—Dime, Darcy, ¿cuántas veces has venido a LeMu?—preguntó la empleada a la niña.

—Eh, bueno... una, dos, tres, cuatro, cinco...—Darcy se veía pensativa mientras contaba con sus dedos, tardo unos segundos antes de percatarse de cuántas veces ha ido.

—¡Es mi primera vez!

"Debe ser una broma."

Estaba reuniendo la suficiente paciencia para no explotar de inmediato. Debería estar acostumbrado a este tipo de actitudes teniendo a Leni de ejemplo, pero Darcy parecía querer arrebatarle ese premio inconscientemente. De seguro sus padres deben protegerla mucho para que actué así de inocente e ingenua.

"Ahora que lo pienso... ¿Dónde están sus padres? No creo que dejar a una niña, que apenas se ve que tiene unos 10 años, sola en una lugar tan grande como LeMu sea muy responsable."

—Jejeje eres muy graciosa, ¿no?—se rio levemente la empleada.

—Siempre me lo dicen.

"Ja, ja doña comedia, no nos hagas matar de la risa. Porque ya tengo a Luan para eso"

—¿Quieres que haga algo aún más gracioso?

—¿Qué?

—Un amigo me enseño un chiste muy bueno el otro día.

—O-Oh... Ehm... no. Quizás en otra ocasión.—la mujer se veía un poco incomoda, incluso ella no pareciera aguantar mucho a Darcy, según parece.

—¿Por qué no?—preguntó Darcy confundida.

—Porque ahora tengo algo que decirles a todos.—contestó la empleada.

—Ah, ni modo. Era muy gracioso.—Darcy se cruzó de brazos en su asiento con una mirada decepcionada.

Gracias a Dios que ya termino todo esto.

—Ejem—la empleada llamo la atención una vez más. —Bien, comencemos con esto. En nombre del parque marino LeMu, quisiera agradecerles mucho su visita. Ahora les voy a dar una breve explicación sobre el parque LeMu y a decirles algunas cosas que deben tener en cuenta.

—¿A quién le importa? ¡Ya quiero entrar!—Darcy la interrumpió, luciendo muy quejumbrosa.

—Me encantaría llevarlos ahora mismo, pero por ahora no puedo. Todos tendrán que permanecer en esta cámara de compresión por ahora. Solo tomara 17 minutos, así que sean pacientes conmigo mientras tanto, por favor.

"Hablas de paciencia, cuando tú debes tener una paciencia de acero con esa Darcy..."

—Primero, antes que nada, permítanme explicarles que es esta sala. Es la sala de compresión. A partir de ahora el aire aquí dentro ira subiendo hasta las 6 atmosferas. Sé que podrán preguntarse él porque es necesario elevar la presión del aire, lo cual les diré la razón en un momento, pero antes de eso, explicare unas cosas de las que deben tener cuidado. A medida que sube la presión puede que experimenten una sensación rara en los oídos, como cuando bajan una montaña o viajan en avión. Se debe a que la elevada presión del aire ejerce presión sobre los tímpanos.

Se tocó los auriculares que traía puestos. Ahora tenía sentido por qué se los dieron al llegar aquí, protegía sus orejas de esa sensación por la presión del aire.

—Por eso, si sienten un poco extraños los oídos tápense la nariz con los dedos, cierren la boca completamente y traten de destaparse los oídos. Si eso no funciona, o si no se sienten bien, por favor levanten la mano para hacérmelo saber. En caso de que eso ocurra, dejaremos de elevar la presión el aire de inmediato. ¿Ha quedado todo claro?

El silencio se hizo presente de nuevo, pero esta vez fue más en confirmación de todo lo que dijo.

—Bien, comencemos a elevar la presión. Como dije antes, este proceso tiene una duración de 17 minutos. Mientras tanto, les explicare todo sobre la estructura de LeMu.

La mujer señalo a una pantalla donde mostraba un gráfico del parque submarino.

—Como todos saben, LeMu está flotando en el océano a una profundidad entre 17 y 51 metros.

La pantalla cambio de gráfico donde ahora mostraba otra de las estructuras de LeMu.

—Bien, si miran este gráfico, verán que la estructura está dividida en cuatro capas. El de más arriba es Insel Null, el segundo Erste Boden, el tercero Zweite Stock y el más profundo es Dritte Stock. Si lo comparan con un edificio normal, pueden verlo como una estructura con una planta baja y un sótano de tres pisos. Insel Null, donde estamos, es una inmensa isla artificial flotando en el océano. En alemán, 'Insel Null' significa 'isla cero', es decir, es el piso 0, o la planta baja. Así sucesivamente pasa con el resto de pisos. Para poder aguantar bajo el agua de los pisos sumergidos debe tener cierta presión, por eso estamos subiendo la presión ahora...

Mientras Lincoln seguía escuchando la extensa y aburrida explicación, alguien lo llamó.

—Hey, hey, hey.

Era Darcy, sentada a su lado y tirando de su camisa.

—¿Qué pasa?—le daría su atención por ahora.

—¿Quieres oír mi chiste?

—Ah... ¿Qué?

—El chiste que mencione antes. Seguro tienes curiosidad.

"Si por curiosidad es ver si ese chiste resulta ser tan malo como los de Luan, entonces estoy dudando seriamente de si saberlo. Pero hasta que no lo digas no me dejaras tranquilo, ¿verdad?"

–Está bien, dale.—accedió renuente, condenándose con esa declaración.

—¡Bien! ¡Aquí va!—Darcy exclamo con entusiasmo mientras se acomodaba y se aclaraba la garganta para empezar con su chiste.

—Había una vez un hombre que estaba hablando con un fantasma. Y le hizo una pregunta: '¿Cuánto es un millón de años para un fantasma?' Y el fantasma le contestó: 'Un millón de años es como un segundo para mí' Entonces, el hombre preguntó: '¿Cuánto es un millón de dólares para un fantasma' Y el fantasma respondió: 'Un millón de dólares no es más que solo un centavo para mí' Al oír eso, el hombre con una sonrisa dijo: En ese caso, ¿me puedes dar un centavo? Y el fantasma riendo le respondió: 'De acuerdo, pero ¿Podrías esperarme un segundo?'

—...— No supo cómo reaccionar, simplemente estaba callado.

—Puff... ¡JAJAJA!—Darcy se tapó la boca conteniendo una risa hasta que no pudo más y se rió histéricamente. Pasaron unos segundos antes de que se calmara un poco. —¿Qué tal? Es un chiste muy bueno, ¿verdad?

A decir verdad, él tenía muchos sentimientos encontrados con el chiste. Porque el chiste en si le parece bueno en planteamiento y el remate es excelente, muchísimo más ingeniosos que los juegos de palabras de Luan. Pero, el chiste lo sintió demasiado largo para que pudiera dar risa al final, es decir, sé alargo demasiado innecesariamente. Él cree que los buenos chistes son los más simples y cortos, porque estos son los que más pegan en la gente.

Ahora estaba en conflicto sobre cómo le pareció el chiste y que le debería de responder a Darcy sin necesidad de lastimar sus sentimientos.

Antes de que pudiera decir nada, escuchó algo de la guía que llamo su atención.

—Al entrar les dimos unos pequeños auriculares, pero que en realidad son moduladores de voz. LeMu está totalmente lleno de helio, así que cada vez que hablen sonarán como patos si no utilizan los moduladores, gracias a estos pueden escuchar las voces de los demás de forma normal.

"Oh... ¿Así que para eso funcionaban en realidad y no tanto por las presiones de aire? Tiene sentido y quisiera experimentar un poco."

Entonces, se quitó los moduladores de voz que funcionaban como auriculares para ver qué sucedería. Notó que las voces a su alrededor subieron a un tono más alto y extraño.

Vi la oportunidad y volví mi atención hacia Darcy.

—Oye, Darcy, ¿Puedes hablar?

—Eh, ¿cómo?-—ahora la voz de Darcy se volvió tan aguda que ahora sonaba como un pato. Se tapó la boca para reprimir una risa que casi se le escapa.

—Nada, nada. Solo quería pedirte que contaras la parte final de tu chiste otra vez, es que no lo escuche bien.

—¡Okey!—accedió la niña con una sonrisa. —El hombre con una sonrisa dijo: 'En ese caso, ¿me puedes dar un centavo? Y el fantasma riendo le respondió: 'De acuerdo, ¿pero podrías esperarme un segundo?'

—¡JAJAJA!—si su voz ya era aguda de por sí, con el helio era incluso más aguda y ya le era imposible aguantarse la risa de lo gracioso que era.

Darcy, pensando que se estaba riendo de su chiste, río también junto a él.

Después de ese pequeño intercambio, volvió a ponerse los moduladores de voz y devolvió la mirada hacia la empleada de LeMu que fungía de guía.

—... y eso es todo, básicamente. En aproximadamente un minuto, la puerta de este lado de la sala se abrirá.—les indico la mujer. —Al otro lado de la puerta hay un ascensor, y al final del descenso les espera un paraíso radiante.

La empleada les dedico a todos una cálida sonrisa.

—Esperamos que se diviertan tanto como puedan, aquí, en el parque temático marino LeMu- y así dio por finalizada su presentación.

Bueno... al parecer eso fue todo.

O eso se suponía, porque justo cuando estuvo a punto de dirigirse hacia el ascensor...

—Oye, ¿viniste aquí solo?—una repentina pregunta vino de Darcy, haciendo que se detuviese y girase la mirada hacia ella.

—¿Quién? ¿Yo? No, solamente me separe de mis amigos... aunque no sé dónde se habrán metido, pero ya los encontraré.—aunque eso igualmente respondería contradictoriamente que si vino solo.

—¿Entonces estas perdido?—volvió a preguntar Darcy inocentemente.

Dejó escapar un suspiro hastiado con esa pregunta.

—No exactamente. Pero algo parecido.—respondió de mala gana mientras se jalaba un poco su cabellera con frustración. —Bajare en el ascensor y echare un vistazo para encontrarlos.

—¿Qué tal si le preguntas a esa mujer que estaba hablando?—sugirió la niña.

De hecho... era una buena idea, no se le había ocurrido eso.

—Ah, supongo que puedo hacer eso.—contesto mientras se sobaba el mentón pensativamente —Eh... disculpe señorita...

Al mirar atrás, vio que la empleada ya se había ido.

—Oh... qué pena, ya los buscaré luego.—entonces vio que la puerta del ascensor se abrió y miró otra vez a Darcy con una sonrisa. —Bueno, aquí nos despedimos. Espero que te vaya bien, Darcy.

—Igualmente. Nos vemos, Lincoln.

Y terminado de decir eso, la niña se fue corriendo con entusiasmo hacia la puerta muy seguramente esperándole mucha diversión por delante.

—Bien... llegó la hora.

Ahora sí, oficialmente... había llegado a LeMu.
.

.

.

.
Pero, cuando estuvo a punto de partir hacia la puerta, un pensamiento lo golpeo en ese momento.

-Un segundo... ¿Cuándo le dije mi nombre?

(...)

Llevaba ya un rato hablando con Jordan, aunque era ella la que más hablaba entre ambos. Era una buena forma de perder tiempo mientras esperaba. Habían decidido ir a buscar a ese dichoso alguien, pero al final terminaron parando en un puesto de comida.

―¿Así que viniste solo a LeMu, no es así?

―Sí. Así es.—eso era de las pocas cosas de las cuales no tuvo duda. Vino solo y fue a esperar a alguien, ¿pero a quién? Seguía sin recordarlo.

—Aun así...—Jordan se detuvo de hablar y se levantó antes de alzar un poco más la voz. no se ve muy a menudo que un chico venga solo a un parque como este.

Tenía razón.

Era el paraíso, un parque de diversiones. En ese instante, casi había olvidado incluso eso.

—¿Por qué no entraste al parque con algún conocido tuyo? ¿Por qué acordaron encontrarse dentro de LeMu?

—¿Eh? Bueno, eso fue porque...

Ahora que lo menciona: ¿Quién le dijo que esperara en esa banca? ¿De quién fue la idea?

Jordan suspiró a su falta de respuesta.

—En fin. No importa. No voy a presionarte para que lo digas.—ella trato de dejar de lado el tema.

Pero él no la escucho del todo, seguía sumido en sus pensamientos.

"¿Quién fue...?"

—Pero supongo que... bueno, o sea... te dejaron como plantado, ¿verdad?- la chica de cabello trenzado se rió levemente al preguntar eso.

—¿Qué? ¿Plantado?

Plantado...

Le tomó un momento reconocer el significado de la palabra.

—¡Wow! Di justo en el clavo, ¿No?- fruncí el ceño cuando Jordan estaba deduciendo cómo se sentía haciendo que la chica se encogiera levemente con una avergonzada expresión. —Eh, perdón. No quise decir eso.

—Está bien, no hay problema.

—Pero no te deprimas por eso.—Jordan cambio abruptamente de actitud y soltó una risa sincera, luego le dio una fuerte palmada en la espalda. —Yo te acompañare.

—E-Esta bi-bien.—tartamudeo un poco mientras asentía con la cabeza, sintiéndose un poco abrumado.

"¿Entonces eso fue, me dejaron plantado? ¿Me abandonaron?" en realidad, no estaba muy seguro de que había sucedido.

Momentos después de dada terminada esa conversación. Ambos caminaron hasta llegar a una parte del parque en donde había ascensores, no prestó mucha atención a eso mientras seguía sumido en sus pensamientos.

Viendo silenciosamente a Jordan, agradecía bastante que ella le hiciese compañía porque quien sabe que tan perdido seguiría estando si se hubiese quedado sentado en ese banquillo por horas. Pero, le resultaba curioso que Jordan estuviera más decidida a pasar tiempo con una persona que apenas conoció hasta hace menos de una hora en vez de trabajar como guía del parque le resultaba... raro. No es algo que haría cualquiera, al menos eso es lo que cree.

—Oye, Jordan.—llamó la atención de la chica.

—Hm, ¿Qué pasa?—le pregunto.

—¿No deberías estar trabajando ahora? Es decir, eres una empleada en LeMu, ¿No es así?—la pregunta le resultaba algo tonta de hacer teniendo en cuenta el uniforme que llevaba puesto, pero que quisiera acompañarlo mientras estaba en sus horas de trabajos le hacía dudar.

—Eh... cierto, pero ayudar a otros visitantes es también trabajar, ¿no?—asintió con duda a la pregunta que dio como respuesta. —Además, ahora mismo no tenía nada más que hacer. Justamente tú apareciste en el mejor momento.

"¿Entonces empezó hacer su trabajo solo cuando se fijo en lo perdido que estaba? Que... conveniente..."

Ambos entraron en un ascensor en forma de huevo. Al parecer se llamaba EI. No era muy grande, y no eran pocos los que lo ocupaban, así que estaban muy apretados.

El huevo empezó a moverse lentamente, se sentía como si flotaran.

—Subiendo...—susurró Jordan con picardía presionando un botón y el ascensor ascendió.

No dijo nada, el aparato está terriblemente abarrotado y todos estaban enlatados como sardinas.

—Uff... hace un poco de calor, ¿no?

-Un poco... aunque eso es lo de menos, casi no puedo respirar.

El rostro de Jordan estaba tan cerca de él que casi se rozaban. Sus cuerpos estaban muy pegados, pudo sentir su toque. Ella era tan suave y cálida.

Sorprendido por esto, se sintió avergonzado y comenzó a retorcerse.

—Oye, no te muevas tanto—Jordan le reprendió ligeramente.

—Lo siento es que no tengo... espacio.

—Acabaras tocando sitios donde no deberías...—ella le susurró al oído e inflo las mejillas.

No debería de culparlo, en ese lugar repleto de gente, no podía moverse ni un centímetro.

—Lo siento, pero ya casi no me queda aire...

No podía moverse, pero tampoco podía soportar quedarse quieto. Mientras jadeaba por la falta de aire, notó el tenue aroma del perfume de Jordan que su cuerpo irradiaba. Eso fue una salvación de evitar morir ahogado; una salvación bastante dulce.
.

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Finalmente, el aparato llegó al último piso y su sufrimiento terminó cuando todos salieron del ascensor.

—¡Aah!—soltó un grito y salió disparado del ascensor en forma de huevo haciendo que cayese de cara al suelo. Se quedó tirado en el piso mientras retorcía con un poco de dolor por la caída.

—¿Y a ti que te pasa?—la pregunta desde atrás Jordan con una extrañeza en su voz.

Habría podido responderle que todo estaba bien y no había nada de qué preocuparse. Pero al levantar su cabeza surgió algo dentro de sí que le hizo levantarse lentamente del suelo hasta el punto de ignorar el leve dolor que sentía.

—Hey, ¿Estas bi...? ¡Oye! ¡Espera!

Se fue corriendo después, ignorando los gritos de Jordan. La razón por la que corrió no era porque estaba tratando de huir de ella, sino porque había visto algo... o más bien a alguien.

Al límite de su visión, creyó haber visto a una persona.

Más adelante, dicha persona aún era visible. La persiguió sin importar quien fuera, como un hombre poseído.

"He visto esa cara antes... estoy seguro qué lo he hecho, pero, ¿dónde?" algo le decían sus instintos, así que trato de buscarla dentro de su confusa memoria.

Mientras escudriñaba sus recuerdos, siguió corriendo hacia adelante.

—¡Espera...!

Sentía una desesperante necesidad de encontrar a esa persona. Pero tenía que apresurarse rápido sino quería perderla de vista.

Corrió y corrió hasta alcanzarla.

—Haaa...haaa...—finalmente, se quedó sin aliento.

Sujetando su pecho palpitante, alzo la mirada y por fin logro llegar hasta donde estaba ese ser.

"¡Ahí estaba ella!"

Una chica estaba parada entre la multitud de gente que se encontraba reunida caminando de un lado a otro. Parecía alguien de su misma edad. Por eso estaba seguro de que esa chica era la persona que había estado buscando.

Aunque hubo detalle que le resulto raro en su vestimenta.

Eran plenas vacaciones, pero por alguna razón, estaba usando un uniforme escolar. También se preguntó por qué estaba sola en ese lugar.

"Ah, cierto... tengo que hablar con ella..."

Estaba sola.

Totalmente sola. Al igual que él.

"¿Qué debería decirle...? ¿Por dónde debería empezar? Veamos..." creyó que necesitaba calmarse y concentrarse.

De repente, un pensamiento le vino de golpe.

"Espera... ¿Por qué tengo que hablar con ella? ¿Qué relación tengo para tener esa necesidad? ¿Simplemente porque es posiblemente la persona a quien esperaba?"

Es más; ¿Quién era ella?

Ni siquiera sabía su nombre, pero... por alguna razón la conocía. Simplemente en el fondo, reconocía una familiaridad.

¿Quién... era... ella?

Su cabeza se estaba haciendo un revoltijo cuando la imagen de la chica se estaba haciendo presente en su cabeza. Trataba de recordar quien era esa persona, el esfuerzo mental al hacerlo le resultaba doloroso.

"Ella es..."

Lo tenía en la punta de la lengua. Estaba casi seguro.

"Ella es..."

—¡Aaargh!

Pero una ola de gente lo atrapo, interrumpiendo su concentración mental al resolver la mayor duda que tenía en su mente y haciendo que su vista hacia la chica se perdiera. Y aún peor, lo terminaron empujando hacia un ascensor.

Antes de intentar salir de este, para su desgracia, la puerta del ascensor se cerró y comenzó a subir hacia la superficie.
.

.

.

.
El ascensor se detuvo en el primer piso subacuático de LeMu, a 17 metros bajo el nivel del mar.

Salió del ascensor como si hubiera sido escupido, muy parecido como cuando salió disparado del ascensor en forma de huevo hace unos momentos atrás.

Echó un vistazo a sus alrededores para ver donde estaba hasta percatarse unos momentos en dónde se encontraba. Al parecer, ese piso al cual llegó se llamaba Erste Borden.

Dejo escapar un suspiro de mala gana.

La había perdido de vista y al final ni siquiera había podido hablarle para por fin quitarse ese enorme peso que llevaba encima desde que surgió esta sensación de reconocimiento.

Se sintió muy deprimido.

—¿Qué es este...? ¿Qué es este sentimiento?—pensó en voz baja a sí mismo, mientras sentía como su corazón latía vigorosamente.

Y como si esa fuerza que lo impulso a levantarse volviese, avanzó lentamente hacia el único camino que lo llevaba este piso apenas siendo consciente de que el no controlaba sus propias acciones.

—¿Por qué me siento así... por ella?—se hizo esa pregunta mientras veía perdidamente hacia adelante, que apenas llego a un enorme espacio en este piso donde parecía ser un acuario.

Pero poca apreciación tuvo del lugar en el que se encontraba cuando a su mente lo seguía carcomiendo.

—¿Ocurre algo?

Esas palabras lo hicieron volver a la realidad. Y dándose la vuelta, vio a una mujer, una empleada del parque que vestía vestido blanco (muy distinta a Jordan, de hecho) le estaba hablando.

—¿Estabas buscando a alguien?—le dedicó una cálida sonrisa al preguntar eso.

Pero esa pregunta lo dejo desprevenido por precisamente ser su mayor punto de conflicto desde que es consciente del lugar que le rodea.

—¡Eh! Ah, eh... sí...-—al sentir que parecía un poco desesperado, dejó escapar una rápida respuesta. —¡Estoy buscando a alguien! Se suponía que debíamos reunirnos, pero no hemos podido hallarnos.

—¿A quién buscas? ¿Cuál es su nombre?—preguntó la empleada nuevamente.

—Eh, su nombre...—empezaba a dolerle la cabeza al intentar recordar otra vez sobre esa persona a quien había esperado desde que llegó a LeMu.

De repente, detrás de él, escucho el sonido de unos pasos dirigiéndose rápidamente hacia donde se encontraba junto a una voz que le llamó.

—¡Oye! ¡Tú! ¡Espera!

—¿Eh? ¿Me hablas a mí?—se dio la vuelta para ver a la persona quien le gritó.

Viéndolo, parecía ser un chico mayor que él. Y su aspecto era bastante... único. Desde su cabello blanco, lo cual lo hacía parecer algo viejo, pecas en sus mejillas. Su vestimenta era más normal, del cual se componía de una camiseta de color naranja con unos pantalones azules.

—Sí, así es.—los apresurados pasos frenaron bruscamente a su lado. Al tipo le faltaba el aliento.

Antes de intentar hacer algún intercambio de palabras, la persona albina se le adelantó

—De hecho, quiero preguntarte algo.—le dijo el peliblanco un poco más calmado.

(...)

—¡¿Eh?!

Sorprendido, el chico frente a él abrió la boca como si fuera un pez. Casi le resultó gracioso esa reacción, pero recordó que para eso no venía aquí. Se encontraba agotado de tanto buscar a sus amigos por LeMu que perdió casi la fe por ello, así que había decidido preguntar al primero con quien se topara.

—¿Quería saber si has visto a mis amigos por aquí?—le pregunto al chico, queriendo una respuesta inmediata.

—Eh...—el chico no sabía que decir, por su mirada parecía muy perdido con algo. La pregunta era muy sencilla, solo quería saber dónde estaban Clyde y el resto.

¿Por qué no le ha dicho...?

Oh si... tenía que dar descripciones de ellos. Tanto pensar en sus amigos hizo que se olvidara pensar mejor en preguntarle a la gente con más detalle para identificarlos.

—Mira. Son cuatro en total. Uno de ellos es alto, delgado, pelirrojo rizado, de nariz larga, feo, con granos en la cara y muy probablemente cualquier chica se alejaría de el con tan solo verle. El segundo es de tez morena y tiene el pelo afro, estatura media, usa lentes redondos, siempre lleva consigo un broncodilatador, ya sabes, esas cosas para que la gente con asma no se les falte aire, y siempre sangra por la nariz si ve a una hermosa chica. El tercero es bajito, el más pequeño de mis amigos, igualmente es pelirrojo como el primero y usa lentes como el segundo, bueno... también es algo paranoico con cualquier cosa y el ultimo de mis amigos es mediano, también pelirrojo, un poco musculoso, aunque desprende olor a estiércol ya que él vive en una granja.

Hizo las descripciones más sinceras que pudo sobre sus amigos.

—Ya sabes, cuatro personas que verías en cualquier parte. ¿Lo has visto?—le pregunto al chico.

—Eh... supongo

—¿Cómo qué supongo?

—Es que esas descripciones que das son algo raras, además de ser muy generales y no tan detalladas. Pero no, no he visto a nadie así por aquí- el chico negó con la cabeza.

Suspiró decepcionado.

—Ya veo. Tenía que intentarlo, pero bueno, perdón por hacerte perder el tiempo con mis tonterías.

-No hay... problema...

Luego se despidió moviendo apenas la mano y se dio la vuelta para irse. Pero en medio del camino, detuvo sus pasos al escuchar la voz de una persona que reconocía muy bien.

—Oye, oye.

Movió su cabeza en dirección donde estaba el chico, que ahora se encontraba a su lado cierta jovencita que tuvo el placer y, al mismo tiempo, la desgracia de conocer en LeMu.

Darcy.

Aún tenía la duda de cómo es que esa niña sabia su nombre desde antes, ¿Acaso ya lo conocía de antes de eso y por eso tuvo esa necesidad de interactuar con él como si fueran cercanos?

Viendo como Darcy interactuaba con el chico, se preguntó también si lo conocía. Pero luego descarto esa posibilidad al ver la incomodidad en la cara del chico al ver como ella se le acercaba y le hablaba con tanta familiaridad.

—¿Quieres que te cuentes un chiste?

—¿Eh? ¿Qué? ¿Quién eres tú?

Ya entiendo...

Probablemente Darcy era de esas personas que hablarían con cualquiera, sobre cualquier en lugar, así estés interesado o no, incluso si no te ha visto ni una sola vez en su vida.

¿Esto se aplicaba a él también? Pensó que podría ser ese caso, pero el hecho de que ella supiera su nombre contradecía ese punto.

Nunca lo sabría.

De todos modos, aún tenía cosas importantes que hacer como buscar a sus amigos, así que se fue de la zona del acuario de este piso.

Decidió buscarlos en los pisos de abajo. Al ascensor llegó sin producir sonido alguno y se tragó a quienes lo esperaban. Fue con ellos hacia las profundidades de LeMu.

Siguió caminando sin rumbo por el parque hasta llegar a un lugar de atracciones. Todas estas estaban llenas de visitantes que tenían sonrisas radiantes y gritaban felizmente, muestra de la gran popularidad que tenía LeMu como parque.

Pero... vagar completamente solo por un lugar así de animado y repleto de gente era un poco angustiantes cuando su objetivo era encontrar a sus amigos.

No podía evitar caminar arrastrando los pesados pies y con los hombros caídos. Estaba al borde de parecer deprimido, pero mantuvo su expresión bajo control.

—¿Que voy a hacer?—se preguntó a sí mismo, queriendo que su consciencia le diera una respuesta.

Caminando ciegamente por el parque, pensó que tal vez nunca encontraría a sus amigos. El piso era mucho más amplio de lo que había imaginado y era imposible hacerles llamarles la atención entre tanta gente.

Llamar...

Entonces un pensamiento se le vino a la cabeza.

—¡Mi celular!

Cierto. Lo traía consigo, ¿cómo no se le ocurrió llamarles antes?

Sacó su dispositivo de comunicación multiusos de su bolsillo... mierda, Lisa ya le hizo pegarse la costumbre de usar significados literales a cualquiera cosa que tuviera a la mano.

Al querer llamar al número de teléfono de unos de los chicos...

Estaba fuera de línea. Al menos eso es lo que decía la pantalla.

—¡¿ME ESTAS JODIENDO?!—le grito a su teléfono con coraje, importándole poco si hacía llamar la atención de la gente por su escándalo. —Creí que era imposible estar fuera de línea en estos tiempos donde en hasta en un maldito bosque puedes encontrar señal.

Entonces recordó haber escuchado que ese parque era como un túnel gigante en medio del océano, que solo podía ser alcanzado por ciertas ondas de radio. Y que LeMu utilizaba equipos electrónicos especiales, que no era muy compatibles con los dispositivos móviles. Como parte de la atracción, y con el fin de separar totalmente al complejo del mundo exterior, no se permitiría el funcionamiento de los dispositivos inteligentes en el parque.

Al menos eso era lo que decía en una guía que encontró por Internet.

"¿Quizás debería pedirles que transmitan un mensaje por el altavoz?" muy avergonzado se sentía de recurrir a ese método, no era como cuando a un niño se les pierde en un centro comercial los padres tengan que pedirle a un empleado que manden un mensaje a todo el lugar para encontrarlo.

Casi tuvo ganas de no hacerlo.

Pero ni modo, pensó que lo mejor sería hacerlo. Y decidió buscar uno, pero al poco rato estuvo buscando tanto dentro como fuera del lugar de atracciones no había ninguna persona uniformada (y disponible) a la vista.

Y caminando por los pasillos, notó que no mucha gente caminaba por estos. Dobló en una esquina y entró en un pasillo totalmente distinto.

Delante suyo, justo en frente a él había algo, como una persona... o algo más que eso. La familiaridad de antes le hizo curiosear un poco, así que se acercó para poder verlo mejor.

Ahora que estaba claro por fin pudo reconocer a esa figura.

Era la persona disfrazada de lémur, o como lo llamaba el: El mapache gigante.

El mismo el cual había visto en Insel Null.

"Debe ser un empleado de LeMu" pensó que debería serlo, estaba disfrazado del animal que representa el parque y parecía ser el causante de que se fuera la luz por un instante cuando estuvieron en ese edificio de la entrada al parque, como si fuera parte del acto para los visitantes.

Pensando que estaba de suerte, se acercó aún más al mapache y decidió preguntarle.

—Eh... disculpa, pero... estoy buscando a alguien. Unos amigos, cuatro en total.

El mapache se volteó lentamente al ver que le hablaba y lo miró.

—Te iba pedir si, ¿podrías hacer un anuncio por el altavoz o algo así, por favor? Puedo darte sus nombres, se llaman...

Dejó de hablar al ver que el mapache lo seguía mirando sin decir una sola palabra. Sintió un poco de inquietud por los ojos de ese disfraz, es como si le estuviera perforando el alma al hacerlo.

—Ah... ¿Hola?

De pronto, el mapache volvió a darse la vuelta, evitándolo.

Lo estaba ignorando.

El mapache llevaba un enorme traje de felpa, y le sacaba una cabeza de altura. Definitivamente cabía la posibilidad de que sus palabras no estuviesen llegando a los oídos dentro del traje. Aunque momentos atrás si pareció tomarlo en cuenta.

Quizás gritarle un poco funcione.

—Holaaaaa. ¿Puedes oírme ahí adentro?— preguntó amablemente mientras tocaba la parte trasera del disfraz. —¿No vas a ayudar a un visitante perdido?

Continúo hablando mientras pellizcaba y jalaba el costado del mapache, con tal de llamar su atención.

Pareció haberlo escuchado ya que, una vez más, el mapache se dio la vuelta para mirarlo. Pensó que, para ser un traje de felpa, la mirada feroz que le lanza el mapache fue bastante realista, así como dar algo de miedo.

Antes de siquiera decirle lo que tenía que decir, sintió una sensación dolorosa en su estómago.

¡PUNCH!

—¡Umpph!

El mapache le dio un golpe en el estómago.

Ese tipo... de verdad le pego.

Recordó brevemente en la época de primaria cuando tuvo sus propios abusadores que lo golpeaban periódicamente, especialmente los que recibía de cierta chica morena que posteriormente tendría de amiga.

Esto fue un verdadero golpe bajo. El mapache le había asestado un sólido gancho.

—¡Maldita... sea! Tú...—habló despacio al caer sobre sus rodillas hasta desplomarse, aun se mantenía consciente pero adolorido por el golpe.

Aun pudo ver como ese mapache seguía parado delante suyo, no parecía tener la intención de irse. Posiblemente el desgraciado se reía dentro de ese traje y disfrutaba verlo derrotado en el piso.

Oh no, no se iba quedar ahí.

Aun adolorido, se levantó lentamente, frotando con suavidad su aun adolorido estomago con la mano derecha, mientras le daba una mirada feroz al desgraciado mapache.

Pero justo antes de recomponerse escucho una voz de cerca.

—¿Está todo bien por aquí?

Era una empleada del parque quien había salido de la puerta del pasillo.

—¿Tienes dolor de estómago?

—¿Eh?

—¿Que si te duele el estómago?

—Bueno...- levanto la vista para ver a la empleada, ya estando a punto de decirle que ese mapache le dio un puñetazo, pero está la había interrumpido con una cara de sorpresa al verlo.

—¿Lincoln?

—¿Cómo?- no había escuchado bien eso.

—Eres Lincoln Loud, ¿No? Solo conozco a una persona que tiene cabello blanco, pecas y dientes de conejo y ese es Lincoln- la chica le señalo cada uno de sus principales rasgos.

Ok... ya le estaba asustando que personas que nunca había visto antes en su vida ya lo conocieran sin saberlo. Ya estaba arrepintiéndose de venir a LeMu

—¿Y tú como me...?

—¿No me recuerdas? Soy Jordan Rosato, nos conocimos desde preescolar y fuimos amigos desde entonces- ella se le adelanto a contestarle.

Al verla mejor, con ese cabello castaño trenzado y ese moño azul, su mente y recuerdos se conectaron mejor para recobrar un poco más de consciencia sobre la apariencia de la chica que era una vieja amiga suya.

—Ah... ¿Jordan? ¿Eres Chica Jordan?—rió un poco al reconocer a su antigua amiga. Había pasado un tiempo desde que la vio, se veía algo cambiada.

—Ya no más 'Chica Jordan' no hay algún Jordan hombre por aquí para que me llames así, Lincoln—Jordan le apunto con sus dedo mientras mostraba una falsa expresión de ofensa.

—Bueno, 'Jordan'- enfatizó divertidamente en el nombre de la chica. —¿Qué haces aquí? ¿Acaso trabajas para LeMu?

Debía ser así viendo que ella vestía con un uniforme y tenía consigo una etiqueta con su nombre que mostrara que era empleada del parque.

—Sip. Es un trabajo temporal que llevo haciendo desde el comienzo del verano. Es bastante divertido, de hecho.— contestó con una jovial sonrisa.

—Vaya, eso es interesante...—dijo mientras se rascaba la nuca. Creo que está tranquila conversación le hizo olvidar el dolor en su estómago.

—Es bueno ver a una cara conocida por aquí, a veces no tener a alguien que no hayas conocido antes resulta aburrido. ¿Qué tal estas tú, Lincoln? ¿Estás aquí con tu familia?

—No, estoy con unos amigos. Pero bueno, ando un poco perdido porque me separe de ellos en Insel Null.—comentó con desagrado al estar todo el día buscándolos sin encontrar pista alguna de ellos.

—Que mal. Espero que eso no arruine tu experiencia y puedas encontrarlos pronto.— Jordan le dio unas palabras de ánimo bastantes sinceras. —Por cierto, ¿Qué te paso? Parecías bastante adolorido y te agarrabas el estómago. ¿Acaso tienes una infección o algo?

La mención del dolor de su estómago le hizo recobrar el enojo que estaba teniendo por el tipo disfrazado le dio un golpe bajo de manera rastrera.

—Ese... ¡Mapache!— exclamó con ira, tenía tantas ganas de darle su merecido.

—¿Mapache?— Jordan levantó la ceja con confusión.

—Sí, el que está justo... — estuvo a punto de señalar la posición donde estaba el mapache hasta que notó que ya no se encontraba ahí.

Jordan lo miro como si estuviese loco al apuntar al aire. ¡Lo cual no fue el caso porque ese mapache ya no estaba justo ahí!

—Lincoln... ¿realmente te encuentras bien? Porque seriamente creo que tienes más que simple dolor de estómago.

—¡No! Había un tipo disfrazado de mapache gigante ahí, me dio un puñetazo cuando quise ayuda- explico resumidamente a la castaña.

—... ya veo, pero... ¿Sabes que eso es un lémur, verdad?— le pregunto Jordan, viéndolo como un tonto.

―¡Lo sé! ¿Pero qué diferencia hay entre esos dos animales para que se tenga que decir correctamente? De todos modos, eso no es lo que importa. Lo que importa es que ese tipo me golpeo- dijo enojado. Le resultaba increíble que ella evadiera su punto por algo tan irrelevante.

―Primero que nada. Su nombre es Myumyun.

―¿Myumyun?

―Sí. Myumyun es una de las mascotas de LeMu.

Ok, era obvio que los lémures eran consideramos mascotas oficiales del parque, no por nada se llamaba LeMu en primer lugar, pero... ¿Se le puede considerar una mascota a un tipo que se disfrazara de lémur? Quizás el valor se deba al traje de felpa del cual estaba hecho y a la imagen del lémur.

―¿Eso que importa? ¡Esa mascota me golpeo!

―Sí, sí, sí, no tienes que repetírmelo, Lincoln. Lo entiendo.

―¿No me crees verdad?

―Solo pongo en duda la veracidad de tus palabras.

—Eso solo es otra forma de decir que no me crees- dejó escapar un suspiro hastiado viendo que no le creía. Le dio una media sonrisa a la chica con una mano levantada. —Pero bueno, mejor no hago perder tu tiempo con esto. Fue bueno verte de nuevo, Jordan.

—Igualmente, Lincoln.—se despidió igualmente.

Terminada su pequeña reunión, dio unos pasos hacia donde estaba la puerta enfrente de él, muy posiblemente donde ese tipo disfrazado se haya ido mientras conversaba con Jordan.

No estaba seguro de por qué este 'Myumyun' lo había golpeado y se había ido. Pero sabía que preocuparse por eso no ayudaría en nada. Quizás debería olvidar ese asunto.

—Seguiré buscando por mi cuenta un poco más...—murmuro mientras recobraba la calma.

Sabía que debían de haber muchas atracciones al final de ese pasillo. Sus amigos podrían estar buscándolo mientras esperaba afuera del edificio.

—¿Hacia dónde debería ir?— sus piernas estaban tan cansadas que apenas podía moverse.

"Este es... el peor parque temático... de todos"

Y eso era lo que exactamente sentía en este momento.

(...)

—En fin...

Afectado por un ligero mareo, se recostó sobre la pared.

—¿Qué demonios...?

Suspiró.

Estaba total y completamente agotado. La empleada con la que había hablado hace unos instantes había desaparecido. No tenía a nadie cerca, como a Jordan. También había perdido de vista a la otra chica.

Estaba solo de nuevo.

—¿Para qué vine aquí...?—se preguntó eso en voz baja.

Pensó que tal vez debería haber seguido esperando donde estaba antes, después de todo. Al mismo punto de partida.

Habiendo perdido su destino, tomó el ascensor desde el acuario y volvió al segundo piso llamado:

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"¿El segundo piso?" preguntó al escuchar que llego ahí. "Diablos, me equivoque... el área de descanso está a un nivel más abajo"

Sintió que se había alejado mucho del ascensor. No sabía que camino debía tomar para bajar.

¿Hacia dónde...?

—¿Podrías venir aquí un momento?—una voz lo llamó de algún lugar.

Dirigió la mirada hacia dónde provino esa voz.

Desde las sombras del camino, el dueño de la voz le estaba haciendo señas para que se acercara. Pero la mano no era de un ser humano.

—Date prisa, ¿Quieres?—era la voz de una joven mujer susurrándole. Estaba agitando su enorme brazo peludo rítmicamente.

Perturbado por la diferencia entre la voz y la apariencia de su dueña, se movió hipnotizado en su dirección.

La mano y el brazo claramente pertenecía a un animal; un lémur.

Un lémur MUY grande.

—¿Sabes dónde estamos?

Fue guiado por el lémur hacia una habitación al final del pasillo... o más bien, fue metido a la fuerza.

—Este es...—observo a su alrededor para ver qué lugar era. Viendo los casilleros pudo concluir donde estaba ahora.

"¿Es el vestidor de mujeres?"

Vio un uniforme, como el que Jordan tenía puesto guardado dentro de un casillero abierto. Incluso pudo jurar haber visto ropa interior de mujer ahí. El lugar olía a perfume. El aire estaba saturado por un aroma tan fuerte que casi lo hizo ahogarse.

Luchó para poner su mente bajo control y mantener concentración.

—¿Sabes dónde estamos?—el lémur volvió a hacer la misma pregunta.

Pensándolo bien... ¿Por qué ella era un lémur? No tenía sentido...

—Estamos...

—En el vestidor de mujeres.—completo su oración antes de que el pudiese responderla toda. Los vestidores son... lugares para mantener secretos lejos de los ojos curiosos...

Ella siguió hablando ella de manera críptica.

–¿Secretos?—ahora fue su turno de preguntar.

¡BUM!

De repente, su vista se cegó. Todo se tornó totalmente oscuro... solo podía oír la voz del lémur.

—¿Puedes cuidar esto por mí?

—¿Eh...? ¿Qué...?

¿Cuidar algo por ella?

No comprendía...

—Te ayudare a ponértelo.

¿Ponérselo? No tenía idea de que estaba hablando.

—Ah... eh... urh... ghm

No entendió por qué, pero no podía moverse. Le era imposible resistirse a ella, así que le dejó hacer lo que quisiera.

De repente, sintió que algo cubrió completamente su cuerpo.

-Jeje. Con esto debería bastar... muy bien. Dejaré el resto en tus manos.

Y el débil sonido de sus pasos se perdió en la distancia. Lo último que escucho fue el chasquido de una puerta al cerrarse.

Escucho el sonido.

Pero no la vio marcharse.

"... ¿Qué me hizo?"

Sentía pesada la cara y el cuerpo, tenía poca visión, y por alguna razón, su cuerpo estaba cubierto de pelo.

"¿Podría ser que... este sea... el disfraz de mascota de lémur...?"

Cuando sacudió su cabeza, esta hizo un sonido como el de las cerdas de un cepillo al rozar algo.

Y había un olor. Un aroma distinto en el interior del disfraz. Un olor dulce que lo mareaba y se metía en lo más profundo de su cerebro.

Antes de entender lo que estaba sucediendo había abierto la puerta y arrastraba los pies hacia el pasillo.

(...)

Vaya día de mierda.

Ni una sola señal de sus amigos, ni de forma individual o en grupo. Solamente estaba él, perdiendo el tiempo buscándolo y encontrándose con desgracias.

Estaba reconsiderando seriamente sobre si tenía mala suerte de verdad (a pesar de que las palabras 'mala suerte' le hiciesen recordar cosas del pasado que preferiría borrar para siempre de su joven memoria).

Por una sola vez intentó querer olvidar de buscar a sus amigos y divertirse por sí mismo. ¿De que servía estar aquí sí solo se dedicaba a buscarlos mientras ellos posiblemente lo hayan olvidado a él por completo?

Ese pensamiento lo hizo volver hacia donde estaba la zona de atracciones, buscando por donde fuera una atracción al cual subirse para conseguir la diversión y adrenalina que tanto había anhelado conocer desde que llego a LeMu. Pero nada parecía en particular que le interesase. Simplemente las ganas de divertirse habían desaparecido desde hace tiempo.

Pero cuando estaba cerca de una tienda de artículos, vio una figura que pudo reconocer muy bien.

Incluso si solo veía su espalda... ya había visto ese pelaje en una sola persona.

¡El maldito mapache!

Lo había encontrado.

—¡Ah! ¡Tú!— sin pensarlo, soltó un grito mientras le apuntó ferozmente.

Una parte dentro suyo creyó que ya era innecesario darle importancia a ese mapache por mero resentimiento al haberlo golpeado y huir cobardemente hace menos de una hora, que en vez de eso debería enfocarse en otras cosas. Pero se encontraba tan amargado que quiso desquitarse con alguien, que mejor con quien no fue precisamente amable con su persona.

Quería tanto venganza como también exigirle la razón de por qué había hecho lo que hizo.

Sin hacer ruido, se acercó lentamente al mapache-lémur-mascota. Y tan pronto como se puso detrás de él, tomo al disfraz por la cabeza rápidamente y lo levanto para destaparlo.

—¡Te tengo!

—¿Quien... quién eres?

Por fin pudo ver la cara a ese maldito...

Pero su sorpresa se hizo presente al escuchar la voz y ver la cara de quién estaba bajo el disfraz.

Era un chico.

El mismo chico que se había encontrado en ese acuario para preguntarle si había visto a sus amigos.

Aun confundido, tuvo que seguir con lo que debía hacer.

—¡Eso debería preguntar yo! ¡¿Por qué harías algo así?!—exigió con enojo.

—¿Eh? ¿Qué hice?— preguntó confundido el chico, como si no supiera nada.

Esa pregunta lo ofendió. ¡Es que quería parecer inocente para evitar tener culpa de lo que hizo!

—No te hagas el tonto conmigo.

—E-Estoy diciendo la verdad.—la voz del chico sonaba muy temblorosa. —No tengo idea de que estas hablando.

—¡Fuiste tú, tú eres el que me golpeo!

—No, te equivocas. No tengo idea de que hablas...

—¡Mentiroso! ¡Sabes bien lo que hiciste!

—No estoy mintiendo. Una chica...

—¿Una chica?— pregunto, desapareciendo cualquier rastro de furia en voz. Ahora estaba desconcertado por lo que dijo el chico.

—Ella... salió de la nada, me dio el disfraz, y luego-

Lo interrumpí cuando sacó a relucir esos detalles.

—¿Qué? ¿Acabas de verla? ¿Cuándo se cambiaron?—lo presionó para que dijera más, necesitaba saber más información.

-Acabo de ponérmelo. Yo...

—¿Acabas de ponértelo? ¿Por qué?

—Porque...

Pero el chico no pudo decir nada más cuando se desplomo hasta el suelo. Se vino abajo con el atuendo de lémur puesto.

—Hey... ¡Oye!

Se agacho junto al chico y le sacudió los hombros, pero no hubo respuesta. Se empezó a preocupar por eso.

—¡Qué alguien venga, rápido! Algo anda mal con él.—le gritó a cualquiera a su alrededor, ese chico necesitaba urgencias ahora mismo.

Los visitantes observaban desde cierta distancia. Pero no se acercaban, ya sea por miedo, por indiferencia hacia la situación del chico o porque no sabían que hacer en casos así.

—¿Que sucede?

Una voz vino detrás de él. Era Jordan, quien había escuchado el alboroto y vino corriendo.

—¡Jordan! Gracias a dios que eres tú.—se alegró de que ella fuera la salvavidas, de forma literal -este chico acaba de desmayarse de repente y...

Las palabras se le entrecortaron, se sentía muy arrepentido que hace unos momentos actuara de forma muy brusca con él porque tenía puesto el traje que tanto lo ha molestado desde que llego a LeMu.

—¡Déjame verlo!—Jordan se acercó al joven y le tomó el pulso. Se preguntó por un momento si ella tenía algún conocimiento médico.

Vio como suspiró ligeramente antes de dirigirse a él.

—Se encuentra bien... pero no podemos dejarlo así.

—Yo ayudaré.—sentía que le debía un gran favor al chico. Ayudarlo es lo menos que podía hacer.

—Gracias, Lincoln.—le agradeció Jordán.

Y así sucesivamente, ambos cargarmos el cuerpo del chico, con el disfraz de lémur puesto, para llevarlo hacia una sala de emergencias.

(...)

¿Por qué había sucedido esto?

No tenía idea. Ninguna idea de... donde estaba, a donde había ido.

Temblando.

Conmocionado.

Sintiéndose enfermo.

Podía sentir que el pelaje del disfraz le frotaba los costados mientras dos personas lo cargaban. Deseaba que le quitaran el traje de mascota rápidamente. El pelaje se sentía desagradable y tenía calor, mucho calor. Tanto calor que no podía soportarlo. Lo hacía sentir débil.

Sentía como si la conciencia se le fuera a desvanecer.

¿Por qué ha ocurrido esto? Era extraño... muy extraño.

No era la de él o la de ella.

Escuchaba una voz distinta que venir de algún lugar.

(...)

Habían trasladado al chico a la enfermería. Tuvieron suerte de llegar a tiempo y ponerlo en una cama.

—Me preguntó que podrá ser. ¿Será anémico?— supuso Jordan viendo preocupada al joven.

—¿Quizás fue por el traje? Tal vez no pudo acostumbrarse a usarlo.— intuyo él mismo, tratando de ser lógico en este caso.

—Es posible. Podría ser agotamiento por calor.— esa también podría ser una buena razón. Estar dentro de una botarga como esa debió ser sofocante para él.

Miró al chico tendido en esa cama. Temía que le pasara algo grave después de lo sucedido antes.

—¿Crees... que va estar bien?—preguntó con algo de preocupación por la salud del joven.

—No parece nada serio. Debería estar bien después de un pequeño descanso.—Jordan le dedico una positiva sonrisa para hacerlo sentir mejor, cosa que funciono.

—Ya veo...

—Gracias por la ayuda, Lincoln. Yo me encargaré del resto.- le aseguró ella con total entusiasmo.

—Ah, de acuerdo.

Sabiendo que su trabajo había terminado. Caminó hacia la puerta corrediza, la abrió y dejó finalmente la sala.

—¡Uf! Salvar gente sí que resulta estresante.—dejó escapar un largo suspiro de alivio después de esa tediosa situación.

Una fresca brisa empezó soplar por el pasillo.

(...)

Brisa...

¿Pero de dónde salía?

Se preguntaba... de donde había venido.

Vio algo borrosamente.

.

.

.

Un techo.

Sábanas.

Una cama...

Lo habían puesto a dormir en una cama. Una cama en la enfermería...

Vio algo de nuevo.

Debajo de la sala para enfermos... había una cama...

¿Quién estaba en la cama de abajo?

"¿Quién era?"

Apenas pudo notar como se veía esa persona, pero sabía una cosa.

"Ese no soy yo... por supuesto que no..."

(...)

Decidió seguir avanzando por el pasillo. El tercer piso bajo tierra, lo habían llamado Dritte Stock.

"De seguro están en la fila de alguna atracción abarrotada en algún lugar de este piso o de otro."

Se fue corriendo hasta la zona de ascensores de este piso, ya que tenía la intención de subir hasta el primer piso.

—Oigan, esperen. Voy a entrar.

La puerta de abrió en silencio, dándole tiempo entrar en este. Volvió a cerrarse unos momentos después de haber llegado.

—Gracias a Dios tuve tiempo...- susurró aliviado, luego miro a su lado y notó que había otra persona adentro. Una chica, bastante joven y suponía que era de una edad parecida a la suya...

No pudo notar más de ella cuando el ascensor flotó hacia arriba en un instante de descender. Se oía el débil sonido del movimiento y la vibración.

Y luego sus ojos se cruzaron con los de la chica. Ella lo miraba fija y sospechosamente.

A partir de ahí, tomo un vistazo de la apariencia completa de esa chica. Era joven y, como pudo observar antes, parecía tener una edad similar a la de él.

Era una chica de ascendencias latinoamericanas, con piel morena clara, largo cabello negro como el ébano amarrado en forma de coleta baja y usando un vestido largo morado con negro.

Reconoció esas características de otra persona a quien conocía demasiado bien... a pesar de no verla visto desde hace años, pero le resultaban tan familiares que era difícil no compararlos y que resultaran iguales. Su mirada, su tez y demás características corporales, sus prendas (a pesar de estar usando un vestuario diferente) todo en general.

-"No... no puede ser... no puede ser ella. Es imposible."

Ronnie Anne Santiago.

Debía ser ella. Su conciencia le decía que lo era, pero su corazón... se negaba al creerlo.

Su percepción del tiempo se detuvo cuando su mente se congelo al pensar en esa chica latina que en un principio fue su abusadora en la primaria, que la única razón por la que lo molestaba era para llamar su atención, ya sea porque le interesaba o simplemente quería pasar tiempo con una persona que no la tratara como a alguien que no era. Como un amigo, un igual.

Recordó el pequeño periodo en el cual pasaron momentos juntos como un fuerte lazo de amistad que los unía más allá de que sus propios hermanos entablaran una relación. Ambos sabían muy bien que esa amistad pudo ser algo más, pero se negaron hacerlo por diversos motivos: eran muy menores para querer avanzar por ese tipo de relaciones que ninguno de los dos entendía realmente, creyeron que si algo salía mal eso habría quebrado cualquier tipo de conexión que alguna vez hayan tenido como amigos.

Nunca se arriesgaron a ser más que solo amigos, y funciono. Su amistad se mantuvo vigente incluso cuando Ronnie Anne se había mudado a Great Lakes en dónde consiguió un propio grupo de amigos.

Pero todo eso cambio cuando un día ella se fue.

Ella no se encontraba desaparecida, al menos eso creyó él. Simplemente su familia la habían mandado silenciosamente a un internado fuera del estado, no específicamente donde se encontraba. Sin avisos, sin despedidas; así nomás.

Nunca le dijeron los motivos o la razón de porque lo hicieron. Siempre se quedaban callados o evadían forzadamente esa pregunta.

Entre más tiempo pasaba, más era evidente. Nunca obtuvo noticias sobre cómo se encontraba más allá de la misma respuesta que los Casagrande siempre le daban.

'No te preocupes, Ronnie se encuentra bien y está en un mejor lugar para beneficio de todos.'

Eso no le generó nada de confianza.

Y así pasaron los años sin saber nada sobre ella, al menos, hasta que un día eso pareció cambiar, ya que hubo una ocasión donde, después de años, Ronnie Anne pareció dar señales de vida... pero no de la forma que esperaba.

Fue el año pasado, cuando se dio la boda de Lori y Bobby, el cual ni siquiera ella se presentó por ninguna parte.

Recordó ese día con algo de melancolía. Era la boda de su hermana más grande y del hombre que era lo más parecido a un "hermano mayor varón" que ha tenido en su vida.

Se sentía muy feliz por la unión de ambos. Era el primer paso para que ellos formaran su propia familia, pero tenía sus propios sentimientos encontrados en su boda.

La falta de la presencia de Ronnie le hizo extrañar tanto hasta el punto reflexionar sobre su vida, su futuro y relaciones. Nunca tuvo nada serio con cualquier otra chica durante años, más allá de meros intereses superficiales, simplemente porque no era la persona indicada... porque no era Ronnie Anne. Se dio cuenta a través de eso cuanto la amaba realmente que imagino un escenario diferente para ambos si las cosas hubieran ido por otro lado.

Como si pensar en ella fuera una señal: Llegó una carta de Ronnie

Nadie, ni siquiera su familia, se esperaban eso.

Leyeron la carta, que decía:

'Lamento no haberles llamado antes, espero que no me culpen por eso. De todos modos, solo quería escribirles para decirles que me entere lo de la boda y me siento muy mal por no estar allí. Felicidades, Bobby Lori. Les doy deseo mucha felicidad a ambos en su futuro. Adiós, familia'

Recordaba cada palabra escrita en esa carta, se le quedo en la memoria esa última despedida y como la familia de ella reaccionaron muy alertas de esa carta. No creía que sería ese... tipo de carta. Parecía algo muy aparte y con asunto diferente.

Y ahora viéndola aquí, lo era, pero... ¿Por qué ella estaba aquí en LeMu, de todos los lugares?

—... ¿Qué me ves? ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me estas siguiendo?— su voz lo hizo volver a la realidad, pudo notar que a pesar de lo madurada y grave que se había vuelto la voz de Ronnie, seguía reconociendo ese toque de fiereza en ella.

Pero terminó confundido por la forma en la que la hablo, como si él... fuera otra persona. Podía suponer en un principio pensaría que no lo reconoció, pero sus rasgos característicos eran incluso más reconocibles que los de ella, hasta Jordan lo reconoció cuando se vieron, ¿Por qué Ronnie no?

Pensó qué si lo reconocía, pero simplemente... se negaba a parecer que lo hacía por alguna razón, un motivo, no supo cual. Pero qué debido a eso, le impedía hacerle ver que lo hacía.

Por ahora, le seguiría el juego fingiendo que no la conoce por si obtenía una reacción distinta.

—Yo... lo siento, ¿Hice algo que te ofendiera?— trató hacer un intento en indagar.

—... En realidad no...

Estaba cada vez más y más confundido por esta nueva actitud que parecía tener Ronnie.

—Quiero decir... este ascensor es... solo para empleados.

Eso lo tomó por sorpresa. ¿Ella trabajaba aquí, en LeMU? ¿Desde cuándo? ¿Y por qué? Esto... no parecía tener sentido.

—Ya veo...

Se formó un pequeño silencio en el claustrofóbico espacio en ese ascensor. Nada estaba resolviendo sus dudas sobre ella. Quizás era momento de dejar fingir y ser directo, eso podría ayudar a que ella también deje esa fachada suya y que sincere.

—Ronnie, yo...

¡PAM!

De pronto, una sacudida detuvo el ascensor.

Miró hacia el techo y pudo ver como las luces parpadeaban inestablemente.

—¿Qu-Qué fue eso?— esto no parecía ser una buena señal.

—No puede ser...—por su parte, Ronnie se encontraba más en alerta con esta inesperada situación.

—¿No puede ser? ¿No puede ser qué?— trató de saber a qué se refería.

(...)

¿No podía ser?

Se preguntó si había ocurrido alguna falla eléctrica porque ahora todo lo que veía era oscuridad.

Era extraño... muy extraño...

"¿Donde... estoy...?"

Entonces vio algo...

"¿Quién está ahí?"

Pudo notar que era esa misma chica a quien estuvo buscando, pero había perdido su rastro. Le resultaba extraño verla ahora mismo.

"Ah... es ella... finalmente nos vemos... te he estado buscando rodo este tiempo..."

Ella parecía estar hablando, pero su voz no la alcanzaba a escuchar.

—.......

No... No era que no la alcanzaba a escuchar, era que no podía oír su voz en lo absoluto, sin importar cuanto lo intentase ningún sonido le llegaba.

"Maldición... ¿Qué está pasando...?"

Pero distinguió vagamente la figura. Estaba absolutamente seguro qué podía verse a sí mismo hablando con la chica en aquel lugar.

Lo veía desde el otro lado.

"Yo... ¿Puedo verme a mismo por allá?"

Observó.

Y siguió observando.

"Qué extraño... no... es raro... si yo estoy observándolos, ¿Entonces quiénes el 'yo' que me observa?"

Algo se sentía fuera de lugar. Ahora sabía la verdad y sus labios temblaban.

"¿Quién es ese? ¿Quién podría ser el 'yo' que está por allá si ahora mismo los observo?"

No podía sacudirse la sensación de que algo estaba mal.

Intentó despertar, o al menos comprobar si no estaba dormido y solo estaba imaginando cosas. Para ello, quiso darse un pellizco... pero ni siquiera podía hacer eso. Por más que lo intentaba... no podía encontrar su propio cuerpo.

Ni siquiera estaba seguro de poder mover la cabeza, ya que lo que podía ver no cambiaba. Era como si no pudiera sentir ni ver su propio cuerpo observador, como si estuviera flotando en la nada.

Era como un sueño.

Era como si estuviese viendo la continuación de un sueño.

(...)

Esto parecía ser como un sueño o también una pesadilla. Pero un sueño no podría ser tan dramáticamente vivo.

Todos los gritos, el sonido de la gente que corre y el estridente sonido de las sirenas no era un sueño ni una ilusión.

—¿A qué te refieres con lo que dijiste? ¿Acaso sabes algo sobre esto?— se dirigió directamente a Ronnie para saber una respuesta a todo esto.

—No sé nada... ¿tú sabes algo?—ella les respondió de forma evasiva para hacerle posteriormente a él una pregunta.

—¿Cómo podría saber?— hasta este punto, ya le estaba molestando bastante que Ronnie lo tratara como si fuera nada y evitara responderle.

De repente. Las luces se atenuaron gradualmente y, finalmente, se apagaron.

(...)

¿Por qué?

No tenía idea... no lo sabía.

No había forma de que pudiese saberlo.

Pero ahí, en la cama.

Ahí... en la cama... La cama de abajo, la cama de arriba, la cama de abajo...

"¿Quién eres... tú?"

-¿Quien?

"Detente... por favor, solo detente..."

Deténganse.

-No salgas... quédate adentro..."

"Detente... por fa..."

De pronto, su visión de esa cama sea desvaneció, dejando escapar todo el temor que tuvo acumulado entre confusiones y demás cosas que no comprendía.

No... ya no había nada que temer.

Todo estaba bien. Porque ya no había nadie... no hubo nadie allí.

(...)

—¡Oye! ¿Quién está ahí? ¿Hay alguien por ahí?—llamó en voz alta cerca de la puerta del ascensor, que está atascada cuando ocurrió el incidente. —¡Por aquí! ¡Estoy aquí dentro! ¡Sáquenos de aquí!

Su voz empezó decaer con cada palabra que decía hasta sonar lo más baja y desesperanzadora posible.

—Respondan... por favor...

(...)

—¿Hay alguien por ahí?—preguntó estando de vuelta en el mismo lugar donde todo comenzó para él en LeMu: La zona de encuentro en donde su centro de hallaba un pequeño 'lago'

Nadie respondió a su pregunta. Los alrededores eran un silencio absoluto.

—¿Qué? ¿No hay nadie?

Volvió a preguntar, pero siguió sin tener respuesta de ninguna sola alma en este vacío lugar.

—Así que estoy solo... je, je, je, ¡WAJAJAJA!— reía a carcajadas, no sabía porque lo hacía, pero estaba experimentando la máxima sensación de liberación.

Ya no había nadie que pudiese retenerlo.

—Ja, ja, ja, ja

Y corrió.

Pero nadie lo detuvo. Llegar allá fue fácil. Lo único que faltaba era apuntar hacia el 'centro' solo dando un paso.

Era simple.

Arrojo su cuerpo al agua y se hundió...

Más y más y más profundo...

(...)

Todo sonido murió.

El abrazo de un silencio increíblemente puro se hizo presente. Ni siquiera un rayo de luz penetraba la oscuridad. Solo podía escuchar repetitivas y pesadas respiraciones.

(...)

Se perdió en un cortocircuito mental. Su vista se estrechó y fue cubierta de fondo azul.

Un profundo azul.

Azul...

Algo era extraño. Se preguntó si de verdad era azul.

(...)

Aunque estaba perfectamente quieto, su corazón parecía estar acelerado. Sudor brotaba de él, respiraba entrecortadamente y con dificultad.

(...)

Poco a poco, su conciencia se disolvió en la oscuridad.

Negro.

Un negro interminable.

No había forma de confundirlo con otro color esta vez. Todo estaba manchado de negro. No había límites para ese color.

¿Había acabado todo? ¿Estaba muerto?

No... Seguía vivo.

(...)

Le dolían los oídos. El zumbido en ellos no paraba. Sentía una presión que se expandía en sus pulmones. Se sentía mareado, sentía náuseas.

—La presión... está bajando...—pudo escuchar lo que dijo Ronnie Anne, eso le resulto revelador.

Lo había olvidado... tenía que destaparse los oídos...

Con un chasquido, el aire acumulado en sus oídos fue liberado.

—Dios... ¿Por dónde está la salida?—eso fue lo único que pudo decir.

Entonces, todo se fue oscureciendo... no se movió... o más bien, no podía moverse.

El tiempo parecía haberse detenido para él...

.

.

.

.

Para bien o para mal, aquello no había acabado. Solo acababa de empezar.

—————————————————

Aqui termina una largo primer capitulo. Agradezco mucho a luiska1210 que me ayudara con el editar y que lo publicara en Fanfiction. Pero yo por mi parte lo traigo aquí, en Wattpad.

Si se confundieron mucho con lo mostrado, no se preocupen que hasta Luis se confundió cuando le mostré el capítulo, pero ya les digo que conforme avance la historia tendrá mucho más sentido algunos misterios que sucederán aquí. Pero ante todo, espero que puedan resolverlo, porque no esperen que la misma historia te lo resuelva desde antes porque esto es solo la presentación.

Espero que les haya gustado, porque próximamente habrá más capítulos por venir, porque el viaje hacia el infinito apenas comienza.

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