Una reunión... peculiar
Chiara
—¿Que haces? —Le pregunto a gus.
—¿Yo? —dice mientras sigue en lo suyo—. bueno, en vista de lo que el loco, le hizo a mi auto —Volteo los ojos, en definitiva quedo mal con lo del auto— decidí que la reunión se hiciera en la terraza, lejos de la cocina y el resto de las cosas filosas o valiosas.
—¿y… esto? —señalo una especie de cerca que hay en el balcón.
—ahhh, esto —Se sacude las mano y voltea a verme con una sonrisa.
Carga una camiseta gris con un jeans desgastado, además de tener un cinturón con herramientas de construcción.
Aprovecha y se sirve un vaso de limonada para sentarse a mi lado en un sofá que se encuentra en el balcón.
No aguanto más la espera.
—¿Vas a dar una explicación de por que tenemos unas rejas en el balcón? y sobre todo ¿Desde cuando las estás haciendo? porque me pare a la 3:30 madrugada por un vaso de agua y vi una sombra parada con un martillo y podría jurar que no fue uno de los espíritus de la navidad pasada rondando por aquí —expreso con una ceja alzada.
Se encoge de hombros.
— Quién sabe, tal vez tengas que hacer algo importante y un angel te esta… —No continua porque le doy un golpe en la nuca— ¡que agresiva!
—habla —ordeno.
—¿Sabes? me encanta cuando te pones así de mandona —Le dirijo una mirada y carraspea— En vista de todo lo sucedido y de los actos de violencia, decidí hacer unas rejas, por si le daba alguno las ganas de lanzar algo —dice buscando un libro a su lado.
Es una edición especial de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Pero antes de que empiece a leer.
—Acuerdate que toda violencia tiene sentido —expreso recordando las terapias con la Doctora Otero.
Él se voltea curioso analizando lo que digo.
—En eso caemos en una disyuntiva, chocolatito, ya que la palabra violencia tiene un curioso significado, el cual, dice que es una persona en un estado totalmente fuera del natural ¿Pero —Alarga la palabra para darle más drama—; si esta fuera de su estado natural tendría sentido las acciones que realizan?
—No. —admito—. sin embargo, las razones que la llevan a tal cambio, sí. Porqué, si no, no tuvieran una reacción ¿o sí?
Gus, me mira como un maestro orgulloso de su estudiante.
—Exacto —Analiza viendo al frente, la ciudad donde nos encontramos y respirando el aroma de ella—. Kaplan dijo una vez que la violencia era “el intento de controlar o dominar a otra persona” ¿tú que crees? —Se lo piensa—. Me gusta su frase en parte, ya que en algunos seres humanos es así, pero en otros se da por la pérdida de control de ellos mismo —Me mira—. pero tomando en cuenta lo sucedido pienso que es la segunda.
—¿Por qué? —interrogo. Se que hablamos de Godric.
—Chocolatito, porque sencillamente tu acto lo llevo a perder el control de sí mismo, ya que el inicio con la provocación, pensando que tu lo dejarías de lado y no actuarias —Sonrie—. pero lo hiciste, demostrándole que ese juego era de los dos, y dándole a entender que él, no tenía el control ni suyo, ni el tuyo. Pero tu si, tenias el de ambos —Me señala, ahora hace una mueca—. por eso el precio lo pago mi auto.
—Es decir, que todo eso paso —hablo resumiendo todo lo que dijo, gus—. porque lo descontrole, al mostrarle que no tenia control en mi.
—Exactamente —afirma gus, ahora tomando su libro seguro de que no lo voy a molestar mas con preguntas.
Asi que aprovecho y me quito mi pijama, para darme una ducha y arreglarme para la reunión.
Como no estamos en Estrad, puedo vestirme mas casual asi que me pongo una camiseta manga corta de rayas blancas con negras, con unos pantalones de mezclilla que me llegan a la cintura, para luego hacerme una cola de caballo y ponerme unos zapatos deportivos blancos.
Así bajo, y voy directo al televisor, acomodando los programas, ya que los chicos van a querer jugar, pero en vista de que la reunión se va hacer afuera se conectaran con la pantalla que hay allá, sin embargo busco los programas que necesitaran, para así establecer que el punto de concentración sea el planificado por Gus.
Si, suena un poco paranoico y todo, pero lo entiendo, ese auto quedo destrozado.
Además cuando gus, hace un plan yo lo respeto y lo sigo, al igual que él hace conmigo.
Me encamino hacia el balcón y veo mi reloj: 7:45 AM, ya deben de estar por llegar.
Así que mientras espero lo visualizo, el balcón tiene unas plantas que de noche no se detallan, como un efecto de enredadera, tiene una mesa, mas, una silla negras, y en las esquinas unos sofás que se funden con la oscuridad cuando es de madrugada. Junto con una pantalla al contrario de la pared, pero que dada a la disponibilidad de las sillas se puede poner en dirección hacia la tele. Y más allá esta la famosa parrilla de gus.
Pienso en todo cuando veo este lugar.
Como llegue aquí, las noches de estudio, los constantes viajes, el estrés al que nos enfrentábamos.
"El agotamiento mental" pienso.
Todo, pero al final lo logramos…
Ojala ese todo se quedara en lo bonito y no en los problemas en los que nos vimos sumergidos; y fueron, además de seguir siendo, la desgracia de muchos inocentes.
“Solo si yo hubiese…” pienso recordando el pasado.
Pero rápidamente soy sacada de toda reflexión sobre mis memorias para devolverme a la realidad y es que son las 7:59 Am y alguien acaba de llegar.
Apuesto y no pierdo que deben ser victoria y Lucia.
—Apúrate. —exclama gus.
Me volteo a verlo, y me quedo totalmente extrañada.
—¿Qué haces aun vestido así?
Esta igual que antes solo que ahora está con unos guantes en la mano y en los brazos carga una bolsa de carbón.
—¿Qué esperas? Apúrate, chocolatito —dice estresado.
—No, hasta que me digas porque sigues asi, gus.
Mi amigo, es literalmente reconocido por su buen vestir, y sobre todo de su estado perfectamente impoluto.
Nunca permitiría que alguien mas aparte de mi lo viera asi, pero ahorita que analizo su físico me doy cuenta de su razón.
—¿En serio, gus? Por eso estas vestido así, para derretir a las chicas y se queden babeando —El me sonríe culpable.
—¿Me vas a decir que me veo irresistible? —pregunta.
La verdad es que es imposible no decírselo al desgraciado.
Las venas de los brazos se le marcan y el sudor corre por su frente con los labios entre abiertos, además los tiene rojos.
¿Rojos?
—¿Por que tus labios están así?— cuestiono.
—ahh —Niega—. si, es que hice un jugo de fresa —Abro los ojos como platos—. para que me quedaran algo rojos.
Me llevo una mano a la frente para tratar de entenderlo, pero es que a veces me es imposible.
Suena el timbre.
—Abre —pide reafirmando mas su agarre en la bolsa de carbón—. que el efecto no dura mucho en los labios.
Me le quedo viendo con una cara de “¿es en serio?”.
—Chocolatito, tengo que aprovechar esta oportunidad, se que una de ellas tiene fantasías con hombres fuertes y cosas así de trabajos duros. —dice lo ultimo mordiéndose el labio conteniendo la risa.— Anda.
Me encamino a escasos pasos de la puerta pero antes de abrir me volteo.
—voy, pero me deberás un favor.—aseguro.
—El que tu quieras —promete.
—Aja, espero que lo recuerdes —Termino la conversación tan peculiar que teníamos .
Abro la puerta.
Dicho y hecho ahí están: una cabellera rubia junto a una pelirroja.
Por lo visto decidieron también estar de estilo casual, aunque impacta mas en Victoria, ya que ella tanto como yo escasamente nos vestimos asi, en Lucia no tanto, ya que ese es su estilo.
Pero las dos se ven radiantes.
Victoria con un jeans a la cadera y una camiseta blanca manga corta, que en el lugar donde debería estar su verdadero corazón tiene uno dibujado pero esta roto botando gotas de sangre pero en negro. Carga el pelo en una clineja a los laterales de su cabeza y que se unen al final, dejando el resto de su cabello dorado suelto.
Con el mismo porte de líder nato. Ya a estas alturas de la vida, dudo que cambie.
Por otro lado esta Puki, quien viste de una blusa roja con volantes, sin magas, con unos blue jeans. Con su cabellera similar al fuego suelta como de costumbre.
En los zapatos coincidimos todas con lo deportivo.
Viéndose ambas espectaculares sin hacer esfuerzo.
—Hola, chia —Me abraza Lucia, para luego mostrarme que trajeron vino—. trajimos esto, para alegrarnos la noche.
—aun es de dia —comento.
—pero luego será de noche —argumenta vic, con una sonrisa pervesa, que en otras ocasiones he visto y que dice a gritos ¡Problemas!.
—Pasen —Ellas lo hacen pero se quedan estaticas en la entradas, yo me extraño y me asomo tratando de ver, ya que son mas altas que yo.
Pero cuando lo veo me quedo igual con la boca abierta, y no precisamente porque este babeando, si no, porque me estoy dando cuenta de que Gus es un extremista.
Está llevando ya no una, si no, dos bolsas de carbón que sabemos que son completamente innecesarias, ya que somos solo seis personas.
Pero eso no es lo que me dejo estatica, no, fue porque mientras yo estaba en la puerta el desgraciado, se quito la camisa, mostrando asi, ese abdomen marcado y brazos completamente fuerte, además para agregarle el toque dramático de gus tiene una capa de sudor en el torso.
Ya esta, pongan la canción I Feel Like I'm Drowning de Two Feet.
El hace como si estuviera concentrado únicamente en su trabajo de llevar el carbón a la terraza. Asi que pasa por nuestro lado “ignorardonos”.
—Bueno, vamos a la terraza pa… —No he terminado porque ambas se mueven de inmediato.
Puede que algunas veces, Victoria este molesta con Gus, asi como el otro dia lo demostró; sin embargo no puede negar que cuando mi amigo se lo propone se vuelve el único centro de atención.
Asi que mientras ellas van a la terraza las sigo, pero en eso recuerdo que la puerta aun esta abierta.
Me volteo y pego un grito ahogado.
Godric, esta apoyado en el marco de la puerta viéndome con una pequeña sonrisa y los ojos un poco oscuros.
Carga un sueter blanco con sus dos botones abiertos y arriba una chaqueta de jean algo desgastada, pero que aun asi le queda espectacular, mas un jean negro, junto con unas convers blanco con negro. Sigue sorprendiéndome como han pasado los años y aun mantiene vigente el mismo estilo que cuando nos conocimos y que le quede mejor con el pasar del tiempo.
“Ay, Godric…” pienso.
—¿Por qué gritas? —pregunta confundido.
—Porque apareciste así de repente, callado. —Lo señalo.
—Primero no aparecí de repente porque fui invitado —afirma con una sonrisa pícara—, y segundo, lo estaba porque estoy esperando a Pablo que está trayendo unas cosas consigo, pero si quieres que hablemos. Hagámoslo.
Camina a uno de los sofás de la sala que da vista total de la terraza y una porción de la cocina sentándose, con los brazos extendidos y las piernas cruzadas.
Yo lo sigo segura, porque esta es mi casa y no le voy a dar el gusto. Por ello me siento en el sillon que está al lado de el.
—Inicia tú —indico.
—¿Por que yo? —cuestiona burlonamente. Respiro para no desesperarme y lanzármele encima.
“Ok, todo eso fuera de contexto suena mal” pienso.
—Vale, ¿como estas?
—¿Algo tan básico, Chiara? Pensé que ibas a profundizar. —Tiene una sonrisa de medio lado.
—Es que contigo todo es común y normal. —refuto.
—Eso no pensabas hace años atrás —Se inclina— ni hace unos días.
Yo me rio, y el se queda confundido.
—Puede ser... Pero no puedo confirmar algo sin hechos, y te puedo afirmar que han faltado mucho de ellos —aseguro con una mirada de triunfo.
Se me queda viendo por un rato, hasta que pienso que se va a quedar asi, por ello me paro, para encaminarme a la terraza.
—¿qué quieres? —habla paralizándome.
—¿Yo? Pocas cosas —aseguro.
—¿La estabilidad no es una de ellas?
—¿a que te refieres con…? —Pero me veo interrumpida por una voz externa.
—¿Chicos, me podrían ayudar? por favor —Nos pide, Pablo rojo y jadeando por el cansancio, con dos maletines en las manos.
—Claro —Asi que me apresuro ayudarle, pero antes de dar el primer paso una mano me retiene el brazo.
Godric, se acerca lo suficiente y me susurra cerca del oído.
—Esta conversación no ha acabado, Chiara.
Mi nombre pronunciado por él se siente tan diferente, se siente como una tentación, y cada vez que lo hace, siento que necesito escucharlo mas proviniendo de el.
—Voy —Se acerca a y toma los dos maletines poniéndoselos en la espalda como si no pesaran nada.
Ya entiendo el dramatismo de Gus con lo del carbón, porque digo si este espécimen masculino que tengo al frente llamado, Godric, estuviera sin camisa y con una capa de sudor seria…
“Dios, necesito agua fría” pienso.
Y me dirijo rápidamente a la cocina, mientras mi vista se enfoca en el ojiazul que lleva las cosas a la terraza y en el rubio que esta casi desmayado pegado a la puerta cerrada. Asi que me le acerco con un vaso de agua para ver si recupera el aliento.
En eso veo que carga una sucedadera verde con el logo de un superhéroe que recordando las películas y todo el aprendizaje en el mundo de los comics por Lucia y por él, puedo afirmar que es de linterna verde. Eso con un blue jeans y unos zapatos deportivos negros.
Cuando ya estoy a su lado, se lo entrego; bebiéndoselo todo de golpe, dándome un “gracias” y le regalo una sonrisa, pero a esta le agrego.
—Necesitas mas ejercicio —digo cuando se ve que ya no esta agitado.
—¿Ejercicio? No, ya hago mucho en el dia, chia —Yo alzo una ceja dudando, pero el sube las manos.
—¿Sabes cuánto ejercicio hacen estos dedos? —Niego con la cabeza, si particularidades de Pablo.
—No, literalmente no —expreso aguantando la sonrisa que esta creciendo en mis labios.
—Mas de lo que haces tu en un día — asegura. No aguanto y me rio a carcajadas.
No puede ya que recorro Estrad siempre. "Eso es mucho terreno" pienso.
—Bombón, el día que tu hagas mas ejercicio que yo, será el dia en que Gus, diga que detesta la cocina, y para eso hace falta mucho —El frunce el ceño como de costumbre.
—No entiendo, aunque ahora que lo pienso… Muchas veces te he visto caminando los alrededores del bosque —dice con un aire pensativo—. es cierto ¿que haces por ahí? es una zona peligrosa —Me recuerda—. además de extensa, podrías perderte.
—Lo normal, caminar —Me encojo de hombros—. Pero tampoco es que podría perderme, ya que estoy a vista de todos como la tuya —Se lo digo con una sonrisa picara.
—Y- yo, eh, no es que —tartamudea tratando de explicarme, pero yo le indico con un gesto que se quede tranquilo, no me preocupa.
—Tranquilo, no me molesta porque me lo dijiste eso es bueno, asi que, si llega a pasar algo se que tengo apoyo
“Tanto suyo, como el de Di” pienso
El anillo lo volteo escondiendo el grabado.
Me lo puse en el dedo índice. Para no causar tanto impacto, ya que no suelo utilizar esta clase de accesorios.
—No es que yo te espié —Me explica Pablo, ya acercándonos a la terraza— es que siempre pasas donde queda el departamento de informática.
—Es la parte mas tranquila de Estrad—argumento tranquila, a lo que él, le encuentra sentido y se relaja, ya que tiene una respuesta.
No le puedo decir la verdadera razón por la que siempre estoy en esa parte del bosque, la cual, está lejos de mi refugio, pero sí está cerca de alguien.
Llegamos a la terraza, me encuentro a un Gus, acomodando las cosas, a una Lucia con la boca abierta, a una Victoria ya salida del embobamiento y con el ceño fruncido y un Godric analizando la cerca.
Cuando nos ven todos se voltean y nos toman como una oportunidad para romper el atípico silencio que hay.
Gus es el primero.
—Con que ahí está mi chocolatito y el pequeño zorro —Con una sonrisa picara, que desde aquí se nota de vencedor.
“¿Será por eso que esta con el ceño fruncido…?”
Pero agrega algo viendo de reojo a Godric, con sincera malicia.
—¿Qué estarían haciendo que tardaron tanto?
Pablo no ayuda con la situación, ya que se pone rojo.
Pero yo me rio, porque si quieres desestimar algún comentario o demostrar que es falso, la risa es lo mejor para combatirlo.
—¿En serio crees que me tardaría tan poco? —Se la regreso—. yo no soy como otros —Ahí se le cae una bolsa de carbón.
Con la mirada me indica, “has ganado esta, pero no la próxima” a lo que yo le regalo un guiño.
—¿Ya te vas a ir a bañar? —cuestiona victoria mirando a Gus—. Estas sudado y das asco, mínimo báñate hueles a perro mojado.
—Pense que te gustaba asi —señala su torso—. Porque a mi querido otoño si—Mira a Lucia quien se sonroja.
"Y si supieran..." Aunque sinceramente me agrada como se llevan.
Esto somos reunidos: comentarios inteligentes, juegos llenos de intrigas, comida y análisis de cualquier tema que nos interese.
—Yo- yo —Traga saliva mi amiga con cabello de fuego—. Es que vamos —Nos mira a la rubia y a mi—. parece modelo y con ese sudor pareciera la recreación de un personaje de una novela +18.
Yo me rio, y vic la fulmina con la mirada, a lo que ella se encoge de hombros bebiéndose una limonada que tiene en la mano.
—Vic, tiene razón —interviene, Godric por primera vez aquí— Vete a dar una ducha, Caliz, y ven en un estado decente —Gus va a refutar pero yo lo paro con una mirada dándole a entender que tenemos razón.
Gustavo, lo acepta pero por la mirada que esboza y como se acerca a Lucia se que sus intenciones no son buenas, me adelanto un poco para ver que va hacer.
Inmediatamente veo que la de cabellera de fuego se tensa, pero no tanto como lo hace la del cabello como el sol.
“Tantas cosas que uno no sabe y me las estoy perdiendo porque los protagonistas no echan el cuento” pienso.
—Cualquier cosa, si quieres yo soy tu protagonista de novela. —Guiñándole el ojo a Lucia.
—No gracias, mis gustos son mas fríos. No te ofendas, pero me gusta mas los rusos que los australianos. De hecho— Se acuerda de algo porque nos mira— ¿ustedes conocen por casualidad a Dimitri Magomedov? —Me tenso, porque ya muchas cosas cobran sentido— él, me llama la atención es algo frio lo se, pero se ve que debe tener un buen corazón —Madre de Dios, quiero lanzarme por el balcón, pero antes llevarme a Dimitri conmigo—; Lo tiene escondido, pero ¿quien sabe? Intentar no significa perder.
El corazón esta que se me sale, ¡voy a matar al ruso!.
Ya entiendo porque me dijo poco de su final, ya que sabría que la identificaría. De verdad pensé que en Estrad no había alguien así, pero en el entorno de él, nunca analice el mío.
¡Maldito!
No es que este celosa, no. Pero si me hubiese dicho eso desde el primer momento que sintió algo por ELLA, me hubiese alejado, porque yo respeto. Y sobre todo jamás haría algo asi.
“Hijo de la malvadísima…” pienso pero escucho una risa detrás de mi.
Es Gus, quien se encuentra en la puerta que da hacia adentro.
No, no, no
Esa mirada, Dios, a mala hora puso esa estúpida cerca.
—¿Sabes? —interviene gus—. yo no he tratado mucho con él —Me mira y aprieto la mandíbula. Me señala ahora con su mano mientras yo lo maldigo internamente. Tanto al ruso como a él—. pero Chiara, lo conoce a profundidad, pregúntale.
Asi se va, el desgraciado, victorioso porque me gano dejándome con una mujer ilusionada, otra confundida, un hombre rojo y otro con la mandíbula tensa y la mirada perdida.
Nota de la autora
Una bola curva
Entonces era ella.
Las cosas de la vida.
Y preguntando aunque no tanto como Godric😂😂😂 ¿Que les pareció?
Gracias por leer
Atte: DM
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top