Mal
Chiara
—¡Imbécil! —grita, Gustavo sonando la bocina—. ¡mueve el jodido auto!
Volteo los ojos.
Si. Nos atrasamos luego de todo yestamos llegando tarde.
¿Qué importa? Tarde es tarde. No podemos hacer nada con eso.
Así que me asomó y veo quién es el conductor. Cuando me doy cuenta rápidamente me volteo.
—¡Es un señor mayor, Gus! —lo regaño por su falta de respeto hacia los mayores—. no puedes decirle esas cosas.
—Claro que puedo y mira —señala nuestro entorno, el cual es su coche—. lo estoy haciendo.
¡Dios! Ya recordé porque podemos vivir juntos, pero venirnos juntos al trabajo, no.
Andar en auto con Gus es sumamente peligroso corre como si fuese inmortal y cuando no lo puede hacer, insulta como camionero al que se le atraviese.
Excelente. Así que mientras mi amado amigo está soltando un montón de blasfemia tomo los auriculares y los conecto a mi celular.
Así escucho "Secrets" de One Repúblic.
Mientras voy pensando que las tareas que tenía asignadas con los rusos se terminarán. Es una lastima.
Me gustaba mucho trabajar con Dimitri Magomedov. Siempre nos llevábamos bien, de hecho muy bien...
De jóvenes salíamos, en secreto. No queríamos que nadie se enterase porque podría afectar la forma en que la gente mirará nuestras acciones, siendo él, sobrino de Karerina Emirova (cosa que pocos saben) y yo pupila de Haitiana Prett.
Él es... Frío como el típico ruso, pero eso es cuando está en público. Cuando estábamos solos era todo lo contrario atento, simpático, calculador y pícaro.
"Y muy observador" pienso negando.
Siempre me gustó, tiene el cabello negro muy alborotado, que con la luz del sol parecía tener destellos rojos, unos ojos Amber muy brillantes y piel sumamente pálida. Nariz recta y labios un poco carnosos, pómulos afilados.
Ese en definitiva es mi ruso favorito.
Es muy inteligente, no tanto como nosotros pero si lo suficiente para joderle la paciencia a muchos; estudio economía y tiene una maestría en sociología.
Todo para poder dirigir una unidad completa y encargarse de cada convenio de su pais que pase por Estrad. Es decir, muchos.
Últimamente estábamos saliendo otra vez, pero nada serio.
Ahorita está devuelta luego de un viaje por Gales, se supone que está noche saldríamos. Aunque ahora que lo veo, no hay razón para que nuestros planes cambien.
Así que está noche, ya se el nombre que va a estar en mi pensamiento y será pronunciado a gritos por mis labios.
Eso puede calmar un poco la ansiedad que he tenido y la intranquilidad que me producen esos sueños con unos ojos azules.
Así que con un plan trazado salgo de mi mente para concentrarme a qué ya llegamos a las instalaciones de Estrad.
—Ya estamos llegando —Gustavo, confirma lo que ya sabia. Se está metiendo por el camino del bosque. Menos mal que este auto es rápido. Así la gente pierde la pista de nosotros.
—Voy —presiono el botón que tenemos en la guantera y que luego se lo entrego para que lo guarde.
El botón es para ir avisando nuestra llegada y para ver qué entrada nos van asignar está vez.
Si cualquiera pensaría que es una película de James Bond, por todo esto.
Pero como toda organización y más una encargada del "poder" del mundo tenemos que estar escondidos.
Por la información que día a día corre por los pasillos, la cual, puede cambiar desde un día entero en la bolsa de valores de wall street o llegar a declarar un estado de emergencia en un país clave.
Por eso estamos a conocimiento de los altos mandatarios de los 195 países más los dos "estados observadores". Y algo de información que tiene la prensa que solo cree que somos una afiliación a la O.N.U pero no, somos más. Somos los encargados de cerrar el trato y de romperlo. Pero siempre a conveniencia de la mayoría.
Tenemos las instalaciones públicas que están en un edificio Cerca de París. Para que la gente vaya y vean. Ahí no circula mucha información valiosa, una que otra cuestión de los nuevos prototipos chinos o el debate de palestina, etc. Pero nada que nos pueda poner en evidencia las acciones que hacemos.
Dónde si, circula la información es aquí, en la hermosa Ginebra. Los suizos siempre fueron neutrales y trabajamos con otras organizaciones que también lo son.
Así qué mejor lugar para estar, qué en uno donde se respira paz y tranquilidad. El cual, nos permite circular muy bien gracias a la diversidad que se maneja aquí.
Por eso Estrad está escondido en un bosque en las periferias de la ciudad.
tiene varias entradas y dependiendo del día, nos asignan una diferente.
Dicho y hecho pasamos por un tronco que me imagino que debe ser un sensor y ahí nos dan la ubicación.
Vemos que nos tocó la más cercana a la entrada y Gus emocionado pisa el pedal como si fuera una carrera, mientras yo me aferró al asiento rezando tres aves marias
Y así somos bienvenidos a Estrad, pasamos por un túnel estilo la baticueva hasta ver la luz y el lugar que trabajamos.
—Llegamos —anuncia Gus con una voz completamente alegre.
Si, le encanta esta adrenalina.
—Si, con el corazón apunto de salirme del pecho, pero si llegamos —le digo viendolo a lo que él, se ríe.
—aja, cómo si tú no hicieras cosas que te aceleran más el corazón —Me ve con una sonrisa ladina y una ceja alzada.
—como sea, pero al menos se que eso no me va a matar —digo solemnemente.
—claro —Se lo piensa—. a menos que te guste los juegos masoquistas... —Abre los ojos como platos y me da una sonrisa malvada—, pero por lo de ayer puede que si te gusten.
—tarado —Me bajo del coche el solo se parte de la risa.
—Dime —Se posiciona a mi lado rápidamente, gracias a sus piernas largas—, ¿dominante o sumisa?.
Yo solo sigo mi camino escuchándolo reírse
—¡Ohh por Dios, eres sumisa! —Me volteo enseguida, mientras el se dobla partido de la risa—. nunca lo ví venir. Siempre pensé que eras tú quien mandaba.
—¡Cállate! —Veo a los lados, no vaya ser que alguien nos escuche.
Esta organización por más secreta que sea, tiene un defecto, sus empleados son chismosos con las vidas personales de los demás.
—Tranquila, nadie nos va a oir —dice el ya recuperando la compostura y perdiendo la faceta de payaso—. a menos que tú quieras y lo que tú quieras decirme—, se me acerca en plan seductor—. si quieres yo soy tu amo.
No puedo con tanto, este loco si sigue así le voy a lanzar agua fría para que apague esa calentura eterna que tiene.
—Gus —le advierto.
—O si quieres lo soy yo —escucho una voz ajena que me deja sin respiración.
¡No!
¡No puede ser!
"¿Por qué eres tan cruel señor?, ¿que te hice yo?" Pienso
Miro hacia arriba, preparándome para lo que se viene.
Y ahí lo veo a Godric.
"Godric, Godric, Godric, Godric, Godric..." Su nombre resuena en mi mente como una melodía atrapante.
Una que espere parar, pero por lo visto no será tan fácil y menos ahora que trabajaremos juntos.
Necesito parar esto.
Cuando me fijo bien en él me doy cuenta que quien necesita el agua fría soy yo.
Godric carga puesto una camisa negra con los dos botones abiertos que dejaban ver un collar y a su vez parte de esa piel que incita a todos los pensamientos insanos que se me puedan cruzar. Porta unos pantalones gris plomos que se le ajustaban divinamente, y para completar una correa y zapatos marrones. Más el accesorio que en gente como nosotros no puede faltar, el reloj.
Definitivamente este hombre me podria tener a sus pies con un par de palabras, su presencia y lo que transmite.
Aún sigo embelesada con el hasta que escucho un carraspeó a mi lado, volviéndome a la realidad.
Me muerdo al labio y me le acerco.
Hora de improvisar.
—¿tu crees? No sé si podrías con tanto —le digo seductoramente. Aquí está la estrategia del día.
—Yo no lo creo, Chiara, lo sé. La cuestión es... —Me toma por la cintura doblándose prácticamente para llegar a mi altura—. ¿Te gustaría matar las ganas ya? —pronuncia cada palabra lento y sin prisa pero en sus ojos puedo ver un brillo y un sufrimiento que ví hace años atrás.
—Que yo sepa —le susurro todo, cosa que le da un escalofríos—, el que no quiso acabar, fuiste tú.
—Si, tienes razón —Baja sus manos más hasta llegar a mis caderas—, y no hay un día que me arrepienta de haber dejado la oportunidad pasar.
Yo trago en seco no solo por su tacto, si no, porque cada palabra está haciendo que mi necesidad de pegarme a el sea más grande.
Esto, la atracción siempre fue muy fuerte entre nosotros dos, pero hoy. En este instante que su mirada se cruza con la mía siento que esa colisión de hace años se aproxima más.
Ahora, su mano sube a mi nuca.
Punto débil y lo sabe.
Lo que me hace soltar un leve jadeo debido a la tensión acumulada.
"Que delicioso" pienso queriendo cerrar los ojos gracias al alivio que me brindan sus dedos.
Aprieta un poco más, mientras dice unas palabras que Dios sabe que se me quedaron grabadas a fuego en mi memoria.
—Pero también sé que hable del futuro —dice y todo es un Deja vu. Acerca su boca a mi oído—. y ya estamos en ese futuro, mi paraíso —susurra lo último.
Me suelta y me deja para acercarse a mi amigo que lo que hace es estar sentado en el coche viéndose las uñas.
Cómo si ahorita no me hubiesen declarado la guerra.
El lo nota y se acomoda regalandonos su típica sonrisa.
—¿Qué tal, osito? —le dice Gus animado—. si vienes a decirme que les de privacidad —Se saca las llaves del carro y me las lanza—. ahí está el auto. Eso sí traten de no hacer mucho ruido ya que no está insonorizado y alguien por ahí grita mucho —Lo último lo cuenta como un secreto, pero yo lo oigo.
Estoy literalmente con la boca abierta por lo de las llaves y la insinuación del auto. Pero también estoy roja por lo que dijo de que grito.
—¿Tu cuando me escuchaste? —le pregunto algo irritada.
—¿Sabes cuáles son las desventajas de tener cámaras de seguridad con sonido? —Abro los ojos como platos eso significa...—, que cuando las revisamos vemos absolutamente todo.
Aún atónita me atrevo a preguntar
—¿Tu y...?
—Nosotros, los tres —interviene Godric seriamente.
—¿¡cuando!? —exclamó.
—La semana pasada vimos la grabaciones de tres meses —responde Gus, echándole un vistazo a Godric, para luego dirigirse a mí—. No sabía que te gustaban rusos.
Godric, se me queda viendo y se que el sabe más, pero se limita a callar. Volviéndose hacia Gus.
—¿Cuando es la reunión, Cáliz? —dice cambiando el tema—. Pablo me dijo que sería el miércoles en la casa de los dos —Esta ignorandome—, pero a ¿qué hora?.
—Bueno, osito, eso depende de ella — me señala totalmente divertido—. tu sabes que en esta relación quien manda es Chocolatito.
Pongo los ojos en blanco.
—a las 8 AM, chicos —a lo que me encaminó hacia las puertas del edificio. Mientras ellos me siguen. No le regreso las llaves a Gus.
Los escucho por detrás hablando.
Sobre un auto "Hennessey Venom GT" que aparentemente es de Godric pero que tuvo unas fallas y está en el mecánico por eso se trajo hoy otro, y así se debaten hasta que llegamos en el ascensor y subimos a cada uno de nuestros respectivos pisos.
Gus baja el número 16 que es el piso del área de psicología, dónde revisan perfiles de personas de interés.
Godric es la base de la imágen pública de Estrad, por el encanto que tiene en las situaciones; así que me imagino que hasta dentro de unos seis días, estará arreglando los últimos detalles del área de relaciones públicas. Así que el baja en un piso antes que el mío, el 17.
Cada uno está a una esquina del otro pero de repente dice.
—Lo vi —debe notar que estoy confundida, por eso agrega—; el vídeo.
Yo abro la boca para replicar pero el me calla.
—Y conocí a la envidia —Evita mi mirada—. sentí y siento envidia de ellos.
—¿por qué? —pregunto aunque debe ser un poco estúpido.
El suelta una risa amarga y por fin me ve, su mirada, como tiene sus facciones tan tensas me indica que se contiene.
—¿En serio? —dice como si no se lo creyera.
—Si, no entiendo es...
No continuo porque de inmediato tengo su cuerpo tan cerca del mío, su frente pegada a la mía y los ojos cerrados con fuerza; con una respiración rápida.
Inmediatamente el ascensor se detiene, lo hizo Godric.
—No entiendes que quien quiere ser el protagonista tuyo soy yo —Abro la boca y el inmediatamente posa su pulgar en mis labios, acariciandolos. Se acerca como si fuera a besarme, pero no lo hace—. que quien vive soñando estar en la misma posición de esos hombres soy yo —murmura dolido.
Cada palabra dice un dolor tan familiar que solo hace que me muera por besarle, pero cuando trato de moverme el se pega a mi, mostrándome que su sufrimiento es muy duro.
Definitivamente lo es.
—Que solo una persona es capaz de ocupar mi mente como la más delirante y adictiva obsesión —sigue hablando—. Que va tomando todo el cerebro hasta que solo tú nombre, tu silueta, tus gestos y tus palabras sean lo único que se repitan en mi.
Trato de moverme, pero el presiona más sus caderas con las mías, sintiendo el bulto de su pantalón.
"Acabemos aquí la tensión" pienso, pero me aprisiona moviendo hacia adelante su cintura.
Cierro los ojos ante esa sensación.
—El ruso, el alemán e incluso el que te dé la gana de follar, no tienen algo, que yo si —Sonrió mentalmente, en definitiva se que tiene él, que ellos no. Debe adivinar mis pensamientos por la mirada depredadora que me da—. además de eso —Cierra los ojos—, es devoción a ti.
—Godric —suelto en un jadeo porque lo único que nos puede separar en este instante es la ropa. El muy descarado solo se presiona más a mi y no hace nada.
—Y si me preguntas que siento por ti—Aleja su cuerpo, pero mantiene nuestras frentes juntas— todos te diran que morirían, pero yo no — presiona el elevador y luego se abre—, yo no, porque yo viviría por ti, Chiara. —Suelta un suspiro—. No, mentira.... Porque ya lo hago.
Con eso se va.
Dejándome como solo Godric Gallet me puede dejar: Mal.
Nota de la autora:
¿Que tan mal los dejo?.
Lo confieso alguien dice algo así y...
En fin. Espero que les haya gustado y que apartir de ahora les dejo una tarea:
Estar preparados para estos capítulos 🔥 que arden, mienten, se sinceran, calculan, se emocionan... Y al final sucede lo que nadie puede controlar.
Las emociones de un genio.
Atte: DM.
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