Los periódicos y cualquiera

Chiara

El dia estaba asoleado con nubes grises era raro, debía ser por uno de los cambios climáticos que se daban seguido. Sin embargo, no importaba porque eso no afectaría mi rutina, ni las cosas que tendría que hacer hoy.

Me encuentro limpiando una mesa mientras mis compañeras de trabajo están chismeando sobre la noticia que ha corrido toda la isla.

—Si, ayer fue la recepción de los Rémele. Anunciaron oficialmente que los hermanos Faz son socios —comentó mi compañera de trabajo temporal Bridget.

—¿Eso significa que se quedarían mas tiempo aquí? —Chilla, Aris emocionada.

—Puede ser... los socios vienen pocas veces, menos Hood Fitchens que tu sabes que él viene más seguido —habla Bridget inclinada en la barra viendo a Aris que esta sentada en uno de los asientos.

Aun no hemos abierto así que por eso estamos en limpiando, aunque cerremos temprano hoy. Al parecer cada vez que los Rémele, hacen algún evento importante el pueblo queda paralizado por dos días. Es como un toque de queda, que se da por la importancia que tienen esos títeres.

—Ojala se queden mas tiempo —Hace un puchero Aris—. ¿Sabes lo guapo que es Dorian Faz? Ese hombre agita hormonas —Sonrio internamente al escuchar ese comentario.

«agita más que eso contigo» escucho mi subconsciente. Mi cara arde pero no le contradigo.

"con el tengo una cita hoy" pienso. Me sorprendió mucho cuando dijo que ha leído por mí.

Si definitivamente alguien quiere conquistar a una mujer tiene que decir esas frases, y para mi suerte Godric Gallet lo sabe.

"¿Qué poder eres, Gallet?" me cuestiono mientras sigo con mi trabajo hasta que oigo que me llaman.

—¡Beatriz! ¿Estas ahí? ¿Sigues con nosotras? —Aris pasa su mano por mis ojos sacándome de mis pensamientos.

—Ah, si, si. Estoy aquí, disculpen es que estaba pensando —Me excuso dejando de limpiar la mesa y mirándolas a ellas.

Ambas son castañas con los ojos de una marron claro casi amber y la otra marron chocolate, casi tan oscuros como los mios. Son de estatura promedio, pero en comparación conmigo son altas.

—¿Pensando en qué? —pregunta curiosa Bridget portando el mismo uniforme azul que yo.

Pienso rápidamente.

—En como hare en la universidad, lo normal —Me encojo de hombros.

—Vaya, menos mal que yo no tengo esos problemas —responde aliviada Aris. Ella estudia en el instituto tecnológico de aquí.

Me aguanto las ganas de rodar los ojos.

"Como es ahora la sociedad que ni siquiera quiere estudiar" pienso
Me encojo de hombros, con una leve sonrisa.

—Bueno así es la vida —digo metida en el papel de la adolescente de 17 años que no puede tener comentarios inteligentes, si no gestos dulces.

Es estúpido considerando todo, pero nunca he dicho que la actuación no sea mi don.

—Si, en eso tiene razón Beatriz, Aris. La vida universitaria no es cualquiera —argumenta Bridget quien está en la misma situación que la mia, o la de Beatriz.

—¿Y si hablamos de algo más divertido? —pide Aris.

—¿Qué sería tan divertido? —replico con una sonrisa infantil.

—Hablar de los hermanitos Faz— comenta sacando un periódico.

Muestra la foto que se hicieron los tres ayer, cuando nosotros estábamos revisando la información que se recolecto; solo nos dejo la conclusión temporal de que hay demasiadas incógnitas para procesar en tan poco tiempo. Ademas un fuerte dolor de cabeza que nos dió a todos. Haciendo que Gus se quedara en la casa maldiciendo a todos los que habían estado en aquella recepción.

»Miralos, es que parecen inhumanos, se ven poderosos —Agita el periódico haciendo que lo tome.

Sale Victoria en el medio de Lucia y Godric, tal cual habían llegado. Esta La familia Rémele y Fitchens, el resto de los socios no salen y me parece raro.

Recuerdo la conversación de ayer.

¿No quieren salir en la foto como celebración? —inquirió Victoria, luego de haber firmado el trato.

No. Estamos bien, señorita Faz —habló el italiano a lo que los demás lo secundaron con un asentimiento.

¿Tan feos somos para no querer estar en una foto con nosotros.

Para nada, señorita Alicia, por eso accedo yo. Así se entera cualquiera —respondió Hood cortando el tema. Saliendo solo ellos mientras el resto de los socios se dispersaban hasta desaparecer de la recepción.

—¿No lo crees, Beatriz? —Me preguntan mientras detallo los rostros.

Me resulta divertido más no me río, porque no se cuando cambiemos papeles.

—Si, si lo son —respondo entregándole el periódico que ella abre y lo ve con una emoción sorprendente.

—Ojala pasaran por aquí algún día —comenta Aris.

—No tienen pinta de rondar lugares tan... Públicos —opina Bridget. Volviendo a limpiar la barra, acomodando cada cosa en ella.

—Soñar no cuesta nada—refuta Aris.

—Claro que cuesta horas de salario si lo haces en el trabajo —intervino Pan saliendo de la cocina limpiándose las manos, trayendo consigo unos cuatro vasos de limonadas para depositarlo en la barra de la cocina.

En eso, Aris soltó el periódico y se puso a tomar la escoba para limpiar el piso.

Pan solto una risa al ver su acción.

—Dejen eso. Saben que días como hoy no tenemos productividad, así que les traje esto —Señala las bebidas.

—Vaya, pan últimamente has sido mas detallista —comenta Bridget, tomando el primer vaso.

El comentario hace reír a Pan, quien esta divertida por lo que dicen las jóvenes como de costumbre.

—Si, has tenido muchas atenciones con nosotras —dice distraídamente Aris viendo la imagen del periódico tomando un tercer vaso.

—A mi me parece bien —Tomó el vaso —.Gracias.

Al tomar un sorbo Pan me sonríe, como si supiera que acabo de hacer.

En Estrad nos instruyen que en algún lugar público en donde nosotros estemos estudiando el entorno, tenemos que comportarnos de manera controlada y acorde a la situación. Si nos ofrecen alimentos o bebidas tenemos que esperar siempre ser los terceros, y observando la situación por si existe algo que no nos cuadre.

Nunca se sabe que cuando será el día que te intenten matar.

Ademas, las experiencias pasadas me enseñaron a no aceptar las cosas tan fácilmente.

Pero me doy cuenta que es solo cuestión mía, cuando le da la misma sonrisa a Aris.

—¿Y que hacen niñas? —Le pregunta específicamente a la castaña de ojos marrones claros.

—Hablando de los hermanos Faz y su unión con los Rémele -contesta Aris. Mostrandole el periódico.

Pan lo toma, y examina el periódico soltando un suspiro que suena cansado, pero en eso habla.

—Cada vez son mas jóvenes los inversionistas.

—¿Los conoce? —inquiero haciéndome la asombrada.

—De vista —admite leyendo—. Se que son varios. El líder es Hood.

—¿Y el es...?

—Este, el pelirrojo —Suelta con voz amarga.

—Parece que no le cae bien.

Veo su expresión contraida.

-No es personal, Beatriz. pero en casi todos los libros, series o películas los malos tienen ese color de cabello —argumenta.

Me mira cuando estoy por decir algo.

—¿Cómo? —Aris señala a Hood—. mira lo atractivo que es.

—Mi niña, se nota que no has visto hombres en tu vida —Se burla a la que todas reimos.

—¿Cuánto tiempo crees que se queden los nuevos accionistas, Pan?—inquiere Bridget.

—El suficiente —comenta viéndonos de reojo. Dándole vuelta a la pagina, hasta que empieza a sonar el teléfono de la cocina—.ya vuelvo, sigan limpiando —Se detiene para llamarme—. Beatriz, limpia los estantes de ahí, por favor.

—Si.

Procedo hacerlo hasta que escucho parte de la conversación, porque estoy cerca de la ventanilla. Miro de reojo a mis compañeras limpiando y hablan mientras yo solo sonrio.

Pero atenta a la conversación de Pan

Más cuando dice...

—Si, ya salieron en una foto... No, no se que se puede hacer... Mira se que todo esto se esta saliendo de control —Sigo escuchando atenta—. Te dije que no —Se exaspera al otro lado de la línea—. Si no los matamos —Al escucharla siento que pierdo el color y los oídos me zumban—. Ese seria nuestro único recurso—. Asiente y se escucha resignada—. solo se utilizara esa medida si se pone en riesgo todo —Creo que colgó, pero antes de eso suelta con un tono totalmente distinto al que usa a diario—. Tu sabes que NO deberieron venir nunca ellos aquí.

Colgó mientras yo estaba apunto del colapso. Escucho pasos así me obligo a caminar un poco a los laterales, y hablar con Aris sobre cualquier cosa, menos de la muerte que me respira en la nuca.

En eso sale Pan con una sonrisa radiante, como si ahorita no acabara de proponer una matanza. Pero en todo eso, por mas nerviosa que este no lo demuestro. Eso puede revelar lo que conozco. Me limito a sonreír.

—Te quedo brilloso, muy limpio —Me felicita viendo como deje los estantes.

—Gracias, pan.

—No hay de que mi niña —Se vió el reloj disimuladamente y luego nos pregunto—. ¿Qué hora es?

Beatriz saca su celular y le contesta.

—Vaya —exclama—. bueno en vista de la hora que es mejor que cerremos y... —no continua porque de repente entran dos hombres en el negocio.

Son los hermanos Rémele. Saint va con una sonrisa socarrona y camina felizmente, va delante de Frederick quien tiene las manos metidas en su bolsillo y la expresión pensativa.
Tienen puestos unos jeans y camisetas, al menos Saint porque Frederick utiliza una chaqueta encima.

—Buenos días, pancito —saluda Saint a pan quien le da la vuelta a la barra para abrazarlo a el y luego a su hermano. Al vernos Saint comenta—. Veo que tienes a las bonitas limpiando, ¿por que no les das el tiempo libre? No hay muchos clientes que digamos.

En eso pan toma uno de los cubiertos que estaban en la barra y lo señala con un tenedor.

—¿Por que será? —Lo golpea en el pecho. Saint hace una mueca— por ustedes par de Rémele.

—¿Por que no lo pinchas a el? —Señala a Frederick quien sonríe por esta escena.

—Porque, él, no fue quien me recordó mi perdida financiera —dice y por último lo pincha en el brazo.

—Auchh —dice—. Eso me dolió, pan. Fue muy injusto, no te hice... —Iba a seguir pero una mirada de la supuestamente tierna dueña del local lo hace guardar silencio.

—Niño, eso te lo merecías —replico ella extendiéndole el cubierto a Aris para que lo limpie.

Frederick niega con la cabeza y da unos pasos.

—Sabes como es mi hermano, diciendo mas de lo que debe —comenta con una sonrisa sincera. Una que ayer no ví en ningún momento& ¿Como estás, Pan?

—Bien. Gracias a Dios, mi niño— contesta con una sonrisa, y en sus ojos puedo detectar que los mira con un amor filial.

¿Filial?

—Vinimos por lo de siempre —Se adelanta Saint sentándose en uno de los taburetes regalándome una sonrisa.

Frederick hace una mueca, dando pocos paso y se siente al lado de su hermano tomando la carta.

—Quiero... un poco de todo —indica y cierra el menú.

Asombrandome solo a mi, porque prácticamente las demás se quedan negando con una sonrisa. Pan solo le sonríe como si fuera una abuela viendo a su nieto favorito.

—¿Sabes que si haces esto cada que tienen un evento quedaras arruinado niño?

—La comida es buena ¿no? Entonces vale la pena el gasto —responde el ignorando su pregunta.

Acomodándose, sacando el celular y empezando a escribir, le hace un gesto a Saint que pague.

Su hermano le hace caso, mientras que Pan niega adentrándose en la cocina, dejándonos a las chicas afuera. Ella en este caso la que le preparara las comidas favoritas de sus niños.

—Saben que se perderá la mayor parte de esa comida ¿Verdad? —le pregunta Bridget a lo que Frederick se encoge de hombros, dejando de lado su celular. Pensativo.

Por eso Saint contesta.

—Entonces compartamos. Me gusta compartir.

—Igual va a sobrar —refuta ella frunciendo el ceño.

—Entonces lo regalamos —contesta el con una sonrisa hacia Bridget.

—¿A quien? —interviene confundida Aris.

—A la gente que lo necesite, a quienes tengan hambre —explica Saint, quien sigue sonriéndole a Bridget.

—ahhh —responde Aris.

—si, ahh.

Se ríe Saint, y se queda examinando todo como su hermano, nada mas que el no transmite ese aire de astucia. Cosa que me lo confirma cuando sus ojos captan la imagen del periódico de Aris.

—Vaya, si salimos hermosos —Codea a su hermano, quien solo lo ve un segundo para luego observar el periódico haciendo una mueca—. Aunque nada como Alicia Faz.

—¿Que tal son ellos? —Les pregunta Aris, pero Frederick la ignora viendo la imagen a lo que Saint responde.

—Dorian es un cretino que nunca habla. Hasta pensé que podía hacerse amigo de el —Señala a su hermano—. Se cree el dueño del mundo por como mira a las personas como si fueran inferiores —internamente estoy volteando los ojos. Godric no es así. El, es el mas tratable de todos nosotros.

Ademas la mirada que le dió el, esta mas de justificada por morboso.

—Yo pensé que no era asi —Hace una mueca triste Aris—. lo veía mas simpatico.

—En las fotos todos parecemos asi — contesta Frederick, haciendo que lo vea por un segundo.

Este chico tiene la vista fija en el periódico junto con una mirada seria y por sus ojos puedo notar ira. Que bien la sabe ocultar porque hay que enfocarse bien.

Se oye un tono, y eso lo hace enfocar de nuevo su celular, al cual le esboza una media sonrisa, antes de volver a escribir.

—No sabía eso —opina Aris, quien se pone a mi lado para ayudarme a acomodar los utensilios.

—Si —continua Saint—. Por ejemplo la pelirroja de ahí es una amargada— Me aguanto las ganas de reír—. no debe tener novio. Por lo frustrada que se ve.

"Que mocoso" pienso.

—Pense que era pareja de Dorian —opina Bridget.

—No, en realidad no sabemos que es de ellos pero la tratan como familia — considera Saint—. aunque su amargura puede ser por otra cosa.

—¿Qué cosa? —Aris le mira.

Frederick suelta un bufido aun escribiendo.

—Porque no se la follan ellos.

Se ríe de su propio chiste. A lo que las chicas se quedan perplejas.

Si escucharán estás cosas seguro ya lo habrían enterrado vivo. Dios, quisiera decir que Lucia no se atrevería pero de nosotras ella es más perversa.

—¿C-Cómo? —trata de hablar Bridget.

—Por favor, no sean mujigatas —debate Saint volteando los ojos—.Es obvio que deben tener algo o que ella se muere por alguno de ellos. No la juzgo. Ustedes tampoco deberian por como se derriten por Dorian Faz y su hermana.

—No voy a refutar ese hecho —contesta Aris

—Bueno —Toma el periódico y lo examina—. Esta la encantadora, simpatica y diplomática Alicia. Esa mujer por su forma de ser es demasiado atrapante.

—Parece que alguien quedo flechado— se burla Bridget a lo que el sonríe.

—¿Quien no lo haría? después de que la bese.

¡¿Un momento qué?!

Eso nos hace voltear a todos; incluso a Frederick se le borra la pequeña sonrisa que tenía tensandose.

—¿Cómo que la besaste? —Aris tiene la boca abierta.

—La boca. Se te puede meter una mosca, Aris- Señalo, ella asiente haciéndome caso a lo que Saint se ríe.

—En eso, Beatriz tienes razón —Se burla. Aris le lanza un servilleta—. me traerías un vasito con agua... Por favor.

“Ojalá tuviera veneno para dárselo también” pienso al entregarle el agua.

—Aja entonces —presiona Aris apunto de lanzársele encima para que suelte la información.

—No, no la bese. Hubiese sido genial si —admite y hace que Frederick suelte el aire, al igual que yo—. Aunque no fuí el único al que le robo la atención anoche.

Continua Saint.

—Al parecer Hood quedo impresionado con ella, por eso se hizo la sociedad —Este se puso a jugar con el servilletero—. Comentó algo de no se que importancia tendría y le pregunto a Monique, el porqué se había tardado tanto en traer a esos jóvenes —Suelta una pequeña risa—.  molesto a varios.

¿Por que haría felíz eso al menor de los Rémele? Ella no es su madre biológica, pero tampoco es para odiarla, ya que prácticamente los ha criado ¿No?

—Hasta yo me molestaría por eso ¿Quién no quisiera trabajar con los hermanos Faz? Tu padre debe de estar muy contento por esa unión—resalta Aris.

Los hermanos se miran un momento, hasta que Frederick niega con la cabeza. Sigue escribiendo en su celular, el cual, suena de vez en cuando.

—Si, mi padre...Esta muy feliz —Saint fuerza una sonrisa.

—¿Y eso es todo lo que ocurrió en la recepción? —interroga Bridget al momento que terminamos de hacer el trabajo.

—Si, nada importante. Es mas divertido estar aquí —contesta, y me mira—. Beatriz ¿que tal va tu proceso adaptativo a Beller.........?

—Genial, he visitado la feria y el recorrido de los faros.

Imito una sonrisa nerviosa, temerosa juventud.

—Muy bonito ¿Eh?—Mira pícaramente.

—Si.

Aparto la vista. No queriendo lanzarle un sartén.

Esto es lo malo de fingir ser una adolescente. Te tienes que sonrojar por todo y ponerte nerviosa por las hormonas ¡Aleluya!

El se ríe. Frederick me mira solo unos segundos, parece estar analizándome. A lo que yo aparto la vista cumpliendo con la imagen que la gente tiene de mi. Funciona porque sigue tan concentrado en su teléfono como el inicio.

En eso Pan se asoma por la ventanilla para decir.

—¡Mis niños! Si quieren van y dan un paseo igual ustedes chicas, porque esto —La variedad de comida que se esta haciendo huele exquisito—. se va a tardar mucho. Vuelvan luego.

Asentimos. Tomo mis cosas, y salimos. En esa me excuso con que me tengo que ir a mi casa. Saint se ofrece a llevarme, pero le comento que me queda cerca y para que no siga insistiendo le doy un beso en la mejilla cerca de los labios y me voy "nerviosa" a su perspectiva, pero segura pensando en cuanto falta para irme de esta isla.

“¡¡Quiero irme de aquí!!”

Veo de reojo notando que se quedo paralizado.

No importa. Asi sigo caminando. El collar de Astronauta que tengo ahora les avisa a uno de mis amigos para buscarme.

Lo se, cuando veo de reojo una camioneta vieja bajar la velocidad a mi lado y un castaño ojos verdes diciendo.

—Abuelita, vi un lindo gatito —Gus. Mi corazón se agita con la alegría de oírle. Es lo único familiar aquí—. Como que ese gatito no tiene lengua, abuelita.

Yo volteo los ojos, a la vez que me subo abrazándole tomándole de sorpresa.

—Hola, Gus —Aprieta los labios por mencionar nuestros nombres, porque nos arriesgamos—. No te molestes ¿Si?

—No me molesto, chocolatito—Acelera gustoso y yo busco con que amarrarme porque no hay cinturón de seguridad—. solo que no me da la alegría de mi vida oírlos decir los nombres con tanta ligereza y mas en esta maldita isla.

—Se nota que te quieres ir.

—¿De verás? —inquiere sarcástico a lo que yo me voy a reír pero en eso me pega un olor desagradable haciendo que arrugue la nariz.

—¿Qué es ese olor? —Tapo la nariz con una mano.

—Ese apestoso, fetido y pestilente olor es el almuerzo de nosotros hoy, chocolatito—Se carcajea a lo que yo me le quedo viendo con los ojos abiertos.

—Estas loco si crees que me comeré eso.

—Ni siquiera sabes que es —Me mira burlon, Pero susurra algo que por el motor no escucho —. Para prueba tus ligues.

Lo ignoro.

—Pescado. No subestimes mi IQ, Gus.

—No lo haría jamás, chocolate. ¿Qué tal te fue hoy?

—Lo normal —Me encojo de hombros—. las chicas hablando de los fabulosos, inteligentes ¡ahh! y sobre todo inalcanzables hermanos Faz.

Rueda los ojos con su toque travieso tan el.

—Tranquila que en la próxima tu y yo seremos los hermanitos —asegura y volteo a verlo.

—Gus, no nos parecemos en nada.

—Igual ellos y no veo a nadie quejándose.

—Ellos tienen al menos una que otra similitud. Tu y yo —Nos señalo—.ni en el color.

—Pense que al menos compartíamos una similitud por el masoquismo.

—Gus...

—Hermanos del alma, eso somos ¿no? ¿También me vas a quitar eso?—Abre la boca con exageración. Desviando su mirada de la carretera—. ¿Me vas a quitar mi ilusión o de una me vas a decir que no me quieres y no somos ni amigos?

Exclama él, todo dramático a lo que yo me rio, porque ese es el Gus tranquilo y bromista.

—Eso no es todo.

—¿Hay mas? Por favor que sea sucio y perverso. Tantos días aquí me hacen pensar que estudio para ser cura.

Me muerdo el labio, luego de soltar un suspiró por la tranquilidad de esta bizarra y loca rutina.

—Escuche a Pan hablando por teléfono...

—Lo mas seguro estaba cuadrando una cita. No puedes quitarle sus sueños a las mujeres maduras, chocolate. Sabes que tienen mucha experiencia; una que no me molestaría que compartiera... —Le doy un golpe en la nuca—Empezaba a extrañar esto.

Suspiro.

—No era precisamente una cita, y si lo era sería para matar a alguien.

—¿Cómo es eso?

Dobla rápidamente haciendo que me encaje mis uñas en la deteriorada tela de lo asientos. Estacionamos a los laterales de la casa para esconder el vehiculo.

—Es mejor que lo cuente con todos — respondo. Nos bajamos aunque el busca el pescado.

—Deben estar adentro.

Cuando llegamos vemos a la rubia a la pelirroja y al pelinegro sentados en la sala jugando monopolio con el otro rubio.

—¡Vaya! me alegra que se estén divirtiendo mientras mi chocolatito y yo nos matamos trabajando —exclama Gus con sorna. Dejando la hielera en la mesa para encaminarse conmigo a la sala donde juegan todos.

—Claro que si estamos haciendo algo importante—refuta, Lucia quien esta viendo el juego con una concentración asombrosa.

—¿Cómo qué? ¿comprar resorts?

—No, manejar la economía del monopolio, chia —responde Pablo.

—Exacto, chiari —Agita los dados la rubia.

—Si asi agita las manos...—susurra Gus a mi lado para el mismo pero yo lo llego a escuchar y el resto también, y más por la mala mirada que le da la rubia.

—Asi agito también el cuchillo cuando lo clavo.

Lo amenaza con seguridad pero eso le causa gracia a él.

—Eso se escucho muy diferente en mi imaginación, brillitos.

Ella voltea los ojos.

—¿Quien va ganando? —pregunto sentándome en el reposabrazos del sofá al lado de Godric.

—El.

Todos miran mal al de ojos azules gatunos

Me le quedo viendo.

—No sabia que eras bueno en monopolio.

Me mira de solayo mientras evalua sus opciones.

—Soy bueno en muchas cosas, solo que aun no te has enterado.

—Me muero por saberlas —confieso.

—Y yo por mostrártelas.

—Pense que me las contarias.

—No, esas habilidades tienes que experimentarlas—Me mira fijamente al terminar de hablar. Siento como mi cara se pone caliente.

—Bueno —comienza Gus—.en vista de que ustedes han estado jugando mientras mi chocolate y yo nos hemos partido el alma trabajando —exagera—. espero que hayan resuelto algo.

—En realidad, los estábamos esperándolos —declara Lucia.

—Pense que lo encontraría haciendo otra cosa, literalmente —confiesa Gus decepcionado.

—¿Como que? —pregunta Pablo, luego de peinarse el cabello de lado quedando perfecto.

—No se, teniendo una conversación sobre nuestra situación en esta isla que si me preguntan cual es mi opinión no es precisamente una isla de fantasia.

—Ya lo sabemos, Tatto —responde burlon Godric.

—Ya lo sabemos —imita la voz de Godric sacándome una sonrisa, y a el que frunza el ceño—debi haberme hecho psiquiatra—. musita Gus.

—Ya, ya entiendo —interviene Vic parándose de la silla, encaminándose a recoger el juego pese a las protestas de los demás—. Si no nos encontraban planeando algo, al menos para que estes feliz querías estar oyéndonos hablar sobre el ARN y ADN. Mejor aun la teoría de las cuerdas; o discutiendo y dando opiniones sobre como la teoría del microondas las propusieron personas totalmente diferentes a quienes la comprobaron, y que de paso ganaron el premio Nobel. —Abre los ojos con burla—. ¡Eso hablemos de los nobels injustificados!

Se siente la tensión y el estrés acumulado.

—Que comica eres, tulipán—Achica los ojos Gus con sarcasmo.

—Tu dijiste que querías viéndonos hacer algo inteligente.

—No precisamente hablando de teorías científicas....

Trata de continuar pero la pelirroja interviene.

—Te recuerdo que no somos el estereotipo de genios —Se para ayudando a Vic a recoger las cosas.

—Eso lo se. Vivo con ustedes cada día— refuta el cruzándose de brazos.

—Esta bien, pero recuerda que todos nosotros nos hemos tenido que enfrentar a que nos encacillen con una forma de ser —dice Vic, viendo seriamente a Gus, quien parece disgustado.

—Miren, yo no quiero pelear. Yo hago el amor no la guerra. Ahora si ustedes quieren —Camina y recoge varios cojines y todo lo que sea de algodón—. Matense —Se lo tira a Pablo, quien prácticamente se cae de nuevo en el sofá asustado.

Asi inician a lanzarse cojines entre todos, diciéndose cada cosa, yo me rio porque asi siempre son sus peleas, Godric a mi lado toma mi mano.

—¿Estas lista? —Desvio la vista para mirarlo sus ojos brillan.

Me veo de arriba abajo.

—No, pero ya me arreglo.

—Toma tu tiempo.

Apoya su cabeza en mi mano mientras yo lo acaricio.

—¡A ellos!

Gritan sacándonos de la burbuja que teníamos y empiezan a caernos cojines, frasadas y todo hasta casi asfixiarnos, soltando risas.

—¡Vamos! —Le digo a Godric quien prácticamente esta tratando de quitarse lo que obstaculiza su visión, el me ve y asiente. Así es como nos unimos a la guerra de las almohadas.

Feliz cumpleaños crisis de estado, y gracias a quienes han apoyado está historia en todo ese tiempo.

Ustedes fueron la mejor parte de mi.

Por y más CRISIS.

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