3+3=6 Parte 4
Tomó toda su iniciativa hasta superar las expectativas que tenían sobre él.
Como las de Haitiana y Noel, porque cuando anunciaron que a su corta edad de 21 años estaba catalogado entre los tres mejores perfiladores del mundo. Lo trataron como un hijo al celebrar su logro, ya que siempre creyeron en el, por eso nunca se rindió.
Y ahí esta la explicación por la que nunca lo echaron porque Haitiana comprendía que era sentirse como Gustavo, queriendo normalidad cuando en su vida no podía. Ella nunca dejo de insistir con el, y por esa razón además de otras él, estará en deuda con Haitiana Prett.
—Hay ocasiones, hermosa donde la ira se tiene que exponer no siempre se debe guardar, eso no es sano — aseguro tanto para si mismo como para el.
Pese que ni Victoria, Chiara o Godric le hayan dicho a Gustavo el secreto de la rubia, él, lo sabe. Por eso hace sus intervenciones de madrugada, tratando de adentrarse en la mente de aquel que le hizo daño a las mujeres mas importantes de su vida.
“Más leña, al futuro incendio forestal” asi veía las cosas Gus.
Victoria al oir eso, se quedo quieta a unos escasos metros de sus amigos quienes se encontraban riendo, haciéndola sonreir a ella también.
—¿Ese es tu consejo? —le pregunto luego de unos segundos fingiendo que estaba hablando por teléfono, mientras Gus se la imaginaba en su mente, cómo estaría, sus gestos, cómo su cabello brillaría…
—No, luz de mi vida.
—¿no me darás uno?
—No, porque no necesitas escuchar un consejo de un psicólogo, psiquiatra o de algún especialista —respondió el, ya que sabía que en algunas ocasiones Victoria iba a terapia. Hecho que escondía, pero para Gustavo Caliz pocas cosas se ocultaban.
—¿Y que necesito, tavo? —Ese apodo tan infantil, pero a la vez dulce, transmitiendo como se sentía ahora con Gustavo.
—Tu necesitas las palabras de un amigo.
—¿Tu serias ese amigo?
—Tu amigo, tu compañero, tu amante, tu enamorado, tu novio, tu esposo, tu perro. Todo eso si quieres, Marik — aseguró, tragando saliva. Gustavo solo dejaba las palabras extendida porque a buen entendedor pocas palabras.
—Todo eso quiero.
Soltó ella, y se sorprendió, porque eso es algo que guardaba desde hace tiempo, desde que regreso de sus viajes. Porque pese a que Victoria no lo dijera en voz alta, la cercanía de Gustavo le agradaba.
El, al escucharla sintió un calor tibio de aquellos que te embriagan.
—Pues estaré cuando no me quieras ver, cuando me repeles, cuando me insultes. Cuando me grites. Me amenaces de las diversas formas que podrías lastimarme, cuando más me odies, porque eso solo significa que estaré para ti cuando mas me necesites, aunque no lo quieras admitir, Victoria.
Eso de alguna forma hizo que el corazón de Victoria sufriera, por lo rápido que bombeaba, y es que la firmeza con la que hablaba y su nombre al final de la oración. Era algo inefable para ella.
—Pero ahora si te lo agradezco, tavo, y ¿sabes que? Te quiero —dijo luego de unos segundos de silencio, a lo que Gustavo y ella no podían creerlo, estaban siendo abiertos el uno con el otro. No hay sarcasmo, ni ironias en ambos. Solo verdad.
—Yo más, Victoria Marik.
—¿Como no hacerlo? —inquirió ella haciendo una de las muchas bromas de el.
—Es imposible, ya lo trate.
—Por supuesto… ¿Tu? —Victoria le quería hacer una pregunta.
El tomó todo el aire que pudo.
—Yo vi lo que pasó, y eso me molestó si. Soy genio pero no significa que no tenga sentimientos.
—No paso nada, solo un roce de labios —aseguró ella rápidamente sorprendiéndose así misma, ¿desde cuando rendía cuentas a alguien?
Gustavo soltó una pequeña risa.
—Amanecer de mis días, si reaccionara así por cada ves que captas la atención de algún ser humano, el que terminaría psicoanalizado seria yo —Victoria se rió de el chiste de el.
No preguntó, y ni se hablo de la razón de los celos. Porque se sabia, pero es algo que ambos no admitiría, o que costaría para que lo hicieran.
Gustavo y Victoria les faltaría mucho mas por recorrer, cosa que de forma silenciosa sabían pero no les incomodaba. Estaban hechos para luchar y ganar así fuera entre ellos o por ellos.
Chiara frunció el ceño al ver a Gus con la mano vendada iba a preguntar pero su amigo le explicó.
—Accidente en la cocina, ya sabes todo mal. —Trató de hacer un gesto con la mano—. pero tranquila, chocolate, que aun podre prepararte todas esas delicias culinarias que tanto te gustan.
—Ok, Gus. Pero aun asi me preocupo por ti y no. No por la comida —respondió ella, viendo que ellos se estaban quitando los auriculares, imitando su acción.
—Pense que cocinaba bien —Hizo un puchero, sentándose en la silla que se encontraba en el medio, ya que Chiara se había rodado.
—Lo haces, pero tu salud es lo primordial —argumentó achicando los ojos, porque no se creía todo el cuento y pese a eso Gustavo sonrió.
Ella podría sospechar lo que quisiera, pero solo se haría verdad si se lo confirmaba el, cosa que podía quedarse esperando.
—Esta bien —Volteó el a ver a Pablo quien esta viendo la pantalla con suma concentración—. ¿tu pequeño zorro encontraste algo?
—Si, pero no les va a gustar— La pelinegra y el castaño se vieron.
—Iluminanos —pidió Chiara, quien ya no portaba una sonrisa, solo seriedad por lo que la situación representaba
—Esta bien, ustedes saben del juego que hacen los políticos que venden parte de sus países, y lo afectan sin importar que, ya que de eso ellos tienen ingresos —Ambos asintieron—. esta bien ¿que pensarían si estos políticos o gente con poder fueran de los países mas importantes de Europa y no estuvieran jugando con sus propias tierras, si no con la economía de esta?
—Que son unos desgraciados—respondió Gustavo mientras Chiara analizaba.
—Quiere decir, que están llevándola a un desfalco o mejor dicho a una crisis económica que en lo personal la definiría continental—considero Chiara.
—Exacto, ¿eso afectaría? —Sigue el rubio, quien estaba impactado por lo que había descubierto, al hacer el reconocimiento facial
—A todos. Europa dejo de ser el modelo a seguir en estereotipos desde hace muchos años, por ejemplo el caso del continente americano —opino la pelinegra mientras analizaba—. Ese papel se lo quedaron los estadounidenses, sin embargo en el mercado… Europa maneja mucho.
—Significa que no nos enfrentamos a un esquema ponzi como creíamos — aseguró Gustavo quien estaba revisando los perfiles al lado de las pantallas, ya que el prefería todo en papel.
—al contrario a una posible crisis económica global —dijo Chiara, quedándose pasmada con semejante locura que se habían metido.
—Eso significa que cada persona que esta ahí, lo que hace es jugar con la economía de sus países, tapándolo todo con una transnacional. Solo así se hacen mas ricos. —observo Pablo, mostrando donde Rémele, tenia sucursales en cinco países claves, cosa que solo los dejó estáticos por segundos.
“Ahora estaba la posibilidad de tener seis” pensó Bachellet quien trataba de encontrar una respuesta pero no llegaba, la solución no la tenian.
—Porque mientras mas tengan, mas avariciosos se vuelven —argumentó Gustavo, pasando las paginas de los perfiles.
—¿Qué hacemos? —cuestiono Pablo.
Chiara pensó y recordó algo.
—¿Tienes la dirección de las coordenadas desde su última conexión?
—No, necesito mas tiempo, porque creo que es un código, no se, ya que la verdadera dirección me dirige a una parte del mar —respondió el pasándose una mano en su quijada como de costumbre.
En ese momento, pensaban todos que hacer a lo que decidieron o la chica lo hizo.
—No le diremos al resto, solo le daremos instrucciones si vemos algo raro y que observen todo ¿Si? —Ambos chicos asintieron, viendo la seriedad de ella, porque cuando la pelinegra no entendía algo su humor cambiaba, y era algo que ellos sabían—. Luego se lo comentamos.
Sabia que se necesitarían entre los seis.
Lideres, empresarios, millonarios, jugando contra el monopolio de sus países haciendo que los precios suban, haciendo un declive económico. Desestabilizando lo que muchos trabajadores de Estrad han hecho.
Son listos esto no solo afectara al continente Europeo, si no al globo terráqueo. Ganaran mas dinero, pero lo cubren o lo unen con un esquema ponzi, que vendría siendo un desfalco garrafal.
“¿Cómo pensaron que era un esquema ponzi? Nos dejamos engañar” pensó Chiara
No se enfrentaban a gente sin cerebro, si no una con un intelecto similar o igual al de ellos.
En ese caso, solo necesitarían información, los datos de cada uno confirmando sus identidades y asi, solo asi podían hacer el reporte a Estrad, para que hagan una intervención y sean capturados.
Sin juicios, porque las pruebas eran las bases de sus débiles defensas, y estas siempre los inculpaban. Además en Estrad trabajan con su propia ley. No trabajan acordé al resto, los demás se adaptaban a ellos. Nunca ellos a alguien más.
Por eso se dieron cuenta que iban directo a un suicidio. Los tres que estaban en ese cuarto oscuro con computadoras lo sabían, pero el resto de ellos solo lo sospechaba mientras eran escoltados por dos hombres.
Cuando vieron que estaban siendo sus amigos escoltados, se colocaron todos los auriculares.
—¿Nos escuchan? —les preguntó Pablo, movieron un poco el lugar donde estaba ubicada su cámara, dándoles a entender que si.
No podían hablar.
Todos iban igual, sin embargo con la diferencia de que ahora no estaban enganchados de brazos. No. Ahora cada uno caminaba con esa aura de poder que adquirieron trabajando para Estrad.
Iban pasando caminos llenos de esculturas y pinturas, parecía una galería de arte, sus paredes eran blanca y en cada esquina que voltearan encontraban una muestra de ello. Cosa que lo incomodo a todos, ya que se veía sin vida, frio y solitario.
Siguieron caminando hasta llega al final, donde el blanco se iba tornando vinotinto, y justo ahí se encontraba una puerta gigante, la cual uno de los escoltas se encargo de abrir.
Todos estaban silenciosos, analizando el ambiente y el entorno. Desde lo que estaban presentes con su voz, hasta lo que se encontraban en esa sala con 9 personas, sin cortar a los cinco escoltas y los que acaban de llegar.
Al entrar, todos se le quedaron viendo pero ninguno mostro emoción, ya que cargaban su mascara, la que requerían por su personalidad.
Se asombraron los presentes y mas cuando Victoria sin ningún permiso se sentó en la cabecera de la mesa rectangular, en el puesto que no fallaba y es que era del líder.
A lo que Lucia y Godric se acomodaron a su lado parados siendo de escudos y aliados.
Estaba la familia Rémele completa, Frederick quien se encontraba al lado de su padre, le emitió una impercetible sonrisa a Victoria, a lo que ella correspondió anchando la suya.
Habia una mujer y cuatro hombres presentes.
—¿Nos tenemos que presentar o seguimos esperando? —cuestionó Victoria rompiendo el silencio.
—No, señorita Faz, es un gusto conocerla a usted, a todos —habló un hombre pelirrojo de ojos marrones, de unos 30 años, que debía medir 1,80 como mucho, pero que por su porte se notaba que era el líder, y por el acento se notaba que era ingles. Sus modales resaltaban y no se tardo en demostrarlo cuando se le acercó y le dio un beso en la mano.
El gesto le fastidió a Victoria pero por nada del mundo su sonrisa flaqueó.
—Le diría lo mismo, pero no se su nombre, o el de la mayoría aquí presente —señaló la rubia a lo que el pelirrojo asintió, y señalo a la mujer.
—Ella es Romina Mole, la encargada de Francia.
—Un gusto —Se acercó la mujer que debía rondar la misma edad que el pelirrojo, y pese a eso se cuidaba bien. Ella es de cabello castaño y piel bronceada. Les extendió la mano a cada uno, a lo que ellos aceptaron—. Dicen que son inteligentes para saber cuales son sus opciones en inversiones —comentó ella.
Haciendo que el hermano mayor de los Rémele volteara los ojos. Victoria lo notó. Gustavo, quien estaba viendo todo en la cámara también. Tomando papel y lápiz, de cada reacción que tuvieran en ese momento cada uno de los presentes.
—Supongo que fue suerte —dijo Godric, quien veía, todo como si no le importara, porque esta gente no les transmitia nada, pero nada bueno.
—Oh, no creo —opinó mirando a Godric embelesada, a lo que el simplemente la ignoró, porque le daba igual, asi que simplemente se limitó arquear una ceja.
Haciendo soltar una risa al pelirrojo del inició y a los hombres detrás, la familia Rémele estaba mas como una expectadora en esta situación.
—Bueno —Carraspeó el hombre con jovialidad—. aquí esta Decartes Macci, el representante de Italia — señaló a un hombre de traje oscuro y ojos claros que solo asintió, luego señaló a un hombre de ojos azul claro similar al de Lucia con expresión estoica—. William Hegel, Representante de Alemania —Este no emitió ninguna acción, solo los examinó con los ojos—. Timoteo Da silva Representante de Portugal —Los saludó. Era de tez morena, y pese que portaba un traje digno de un magnate cargaba trenzas al estilo jamaiquino y una sonrisa. Fue el quien se les aproximó extendiendo su mano que ellos aceptaron con gustó.
Por último el pelirrojo quien emitió una pequeña sonrisa al momento de señalarse.
—y yo representante de Inglaterra, me presentó soy Hood Fitchens .
Al terminar de decir eso, Pablo sabía la vida de cada uno de ellos. Cuando salian, sus hobbies, sus negocios, sus amigos, etc.
Empezó a teclear buscando información, mientras, Chiara y Gustavo analizaban la pantalla, viendo las reacciones, aunque para el era mas fácil que ella, porque estaba sometida por sus nervios.
Estaba con una mano a solo un botón de llamar de Dimitri por si sucedía algo.
Gustavo al percatarse de eso, tomó la otra mano de ella y la apretó. transmitiéndole seguridad, lo que ella aceptó.
Asi siguieron viendo lo que pasaba en dicha reunión.
La rubia al terminar de oir la patética presentación de cada uno de ellos, asumió la característica de Alicia Faz.
—Un gusto ¿Cuando hablamos de negocios?
Hood asintió. Haciendo que el resto se sentara, incluso los Rémele que seguían callados. Les hizo una seña a Lucia y a Godric, pero ellos negaron con un gesto de la cabeza.
—Ok, ¿Qué quiere negociar, señorita Faz?
—Una participación en su sociedad — contestó ella
—Interesante, ¿Tú sabías algo de esto monique? —cuestionó Hood.
preguntándoselo a la señora Rémele, quien tuvo un aparente cambio drástico de actitud la igual que su marido; quien ahora estaba callado y serio. cuando ella se le veía un brillo malvado en sus ojos, uno que a ninguno de los seis les gustó.
—Por eso los invite aquí. Se ven interesados y tienen ideas que nos pueden impulsar a otro nivel —habló déspota.
Cosa que sinceramente les impresionó a ellos.
—Nunca confié en la vieja —murmuró Gustavo mientras observaba todo con atención desde el cuarto de seguridad.
—Regula ese tono, Monique —advirtió Hood—Por lo que veo puede que tengas razón pero ¿quien manda entre ellos? —inquirió curioso pese a que la respuesta estaba implícita.
—Mi hermana, Fitchens —contestó Godric, apoyando su mano en el hombro de Victoria.
El pelirrojo asintió, hasta que notó a Lucia.
—¿Y ella? ¿También es tu hermana? — preguntó sin quitarle los ojos a Lucia, ya que captó su atención. Pese que le molestara la mirada inquisitiva de Hood, no lo demostró al contrario imitó la accion de Godric apoyando su mano en el hombro de Victoria. Quien alzo el mentón. Dejando en claro que no se iban a intimidar tan fácil.
—Si va a seguir preguntando sobre nuestro parentesco familiar, me temo que se quedara decepcionado porque no tendrá más —soltó cortante Godric.
—Vaya.
miró a Godric quien nunca quitó su mirada seria.
—Lo que, Dorian, quería decir es que ¿no es muy pronto hablar de lazos familiares en la primera reunión? Ni que fuera una cita
—Si, en eso tiene razón, señorita Faz— respondió mirándola ahora a ella—. Aunque lo segundo podría arreglarse —Ladeó la cabeza—.¿Quiere hacer negocios con nosotros?
«Asqueroso» pensó Victoria al identificar el brillo lascivo.
Ella bufó y se inclinó un poco llamando la atención de todos hacia su escote, el cual se revelaba más.
—¿Hood, en serio cree que vendríamos a esta isla porque no nos gusta el sol y la vida? No, es obvio que vinimos hacer negocios.
—Es bueno saberlo —Todo se quedo en silencio mientras el pelirrojo pensaba—. ¿Saben cuales son las condiciones? ¿no?
—¿Cómo saberlas si se ha tardado más en una presentación?
Victoria, sonrió de medio lado, porque el brillo en los ojos de Hood, era el que buscaba ese que le indicaba que estaba logrando su objetivo.
Pese a que no estudiaron su perfil. El de ninguno de los cinco socios ahí presentes. Ella pudo detectar muy fácil cual era la personalidad del pelirrojo. Una que era meticuloso con sus acciones, sin embargo tenía el defecto de la codicia y por último su debilidad por las muestras de poder.
Cosa que Victoria era, porque los seis eran poder.
—Es cierto, me disculpo por eso. Bueno, le diré lo más simple cualquier información dicha aquí, se queda aquí.
—Por supuesto, no esperaba menos.
Asintió, pese a tener la mirada de todos encima de ella.
Victoria vió de solayo la de Frederick, y se acordó de lo que hizo antes que los buscaran al cortar la comunicación a Gus.
Abrazó a Godric como gesto fraternal, mientras le entregaba de forma discreta la unidad USB que el hijo de los Rémele le había entregado. Godric no hizo preguntas ni nada, porque era consiente de donde se encontraban. Todo antes de ser escoltados.
El pelirrojo sonrió de forma mordaz.
—Esta bien, Tenemos reglas ¿usted las acepta?
—Si usted, acepta las nuestras.
—Esta bien. Nadie sabe que sucede aquí. Hacemos inversiones que van dirigidas a otras empresas, y para propósitos mayores como…
—Controlar la economía —opinó Victoria.
—Exacto. es lista Señorita Alicia- la felicitó.
Ella quiso rodar los ojos. Lista era poco para lo que era Victoria, pero no se pondría a refutar.
—Hay muchos pasos que dar, pero el primero es firmar un acuerdo.
—¿Cómo se que si lo firmo, no nos van a estafar? —inquirió con una sonrisa, a lo que la mayoría en esa sala soltaron una risa. Entre ellos se entendía, pero es que había ironía en lo que ella había preguntado.
—Tranquila, si usted ha llegado aquí, puede estar segura que nadie la va a estafar.
—Pues tampoco cuando un estafador va actuar, dice que lo va hacer, por eso mis dudas —masculla la rubia.
—Cierto, nadie nunca dice sus verdaderas intenciones, pero por esta vez vamos a decirlas… a medias ¿Le parece? —Ella asintió—. mi intención es volverme un hombre mas rico. Le toca.
La codicia es un cáncer en el ser humano y Hood Fitchens lo estaba demostrando.
—Mi intención es asegurar el patrimonio que tenemos —señaló Victoria a los tres. Mientras el pelirrojo asintió.
—Señorita faz ¿Está segura de hacer este trato?
—¿Me ve titubeando, temblando o dudando?
—Ya no hay vuelta atrás.
—Eso lo supe desde que cruce esa puerta —afirmó, y el complacido no lo deja pasar, asi que tomó una decisión.
Con un gesto hizo que uno de los guardaespaldas que se encontraba fuera a buscar algo, Hood, no pudo evitarlo. Le explicó a Victoria, o Alicia para el que fue lo que pidió.
—Fue a buscar el contrato.
—Me parece perfecto —Asintió—. Asumiendo que sus reglas se basan en ¿Qué? Privacidad, discreción y compromiso ¿Me equivoco?
—No, para nada, gran nivel de deducción, ya veo porque usted es quien manda en su trio dinamico
—Fitchens, no ha escuchado nuestras reglas.
—Pero ya estoy ansiando escucharlas.
—Estas son mas complejas.
—Señorita Faz, puede seguir agregándole cuantas cosas quiera, pero luego de esa deducción creame, que quiero oír todo lo que usted tenga por decir —aseguró mientras se acomodaba en su asiento cruzando las manos en un triangulo.
El resto del equipo al oír esto se angustió, pero recordaron que Victoria se mueve en la política, y ese es su mundo ella podría salir ilesa. Asi que impotentes y todo, siguieron viendo como se desarrollaba esa reunión.
—Se puede arrepentir —advirtió al ver llegar el contrato a lo que Hood solo sonrió—. se las voy a decir, si no le gusta, nos podemos ir y dejar todo como está.
—Dudo, usted tiene todos los argumentos que son de mi agrado— debatió el pelirrojo, quien examinaba los papeles cerciorándose de que estén en perfecto estado, firmando, y haciéndole entrega a sus socios quienes imitan su accion.
No sin antes evaluar los gestos de Victoria, quien con sutiles detalles había logrado tenerlo a su merced.
Dando luego toda su atención a la hermosa rubia de ojos verdes frente a el.
—Esta bien. Primero privacidad, como bien debe saber, no queremos que nuestro apellido se relacione con algo… dudoso.
Hood al oír eso se rió, pero una risa que murió tan rápido como llego.
—Es entendible.
Tragó cuando Victoria cruzó sus piernas y pidió paciencia para concentrarse en lo que decía, no en lo que sus deseos pedían.
Pero esa era una jugada. Una estratégia más de la promesa de la política que era Victoria.
—Segundo, saber en que nos estamos metiendo, por eso pedimos acceso a sus libros contables y por último estar conscientes de cada movimiento que se da con nuestro dinero — finalizó dejando a Hood pensando.
El como todos estaba impresionado por las exigencias de esa mujer, pero que a diferencia de muchos que han querido ser socios suyos, estos son directos saben lo que quieren y Hood sabe que no hay nada más que le alegre a sus jefes que personas así.
—¿Sabe que lo que me esta pidiendo es mucho? —preguntó el pelirrojo solo por curiosidad, pese a que la respuesta ya la tenía.
—Tambien lo es la cantidad que vamos a invertir —refutó Victoria.
—Es difícil —contestó haciendo un minimo puchero.
—No lo es, porque si no, no siguieramos aquí.
La rubia acomodándose en su silla, demostrando que no iba a cambiar de opinión. Los miro como una mujer hecha de control y en su materia.
Esa era su esencia. Volverse dueña del oxígeno de los demás e imponer a potestad su voluntad haciendo sus deseos los de los demás.
Victoria era un arma... Una letal, porque nunca sabías con que actuaría al final.
Asi que Hood Fitchens llamó a los guardias, y les pidió que trajeran algo “importante” a lo que ellos captaron y se fueron.
Al mismo tiempo, Chiara estaba pensando en los posibles escenarios, mientras apretaba la mano de su mejor amigo, quien estaba tranquilo porque al igual que Victoria se había dado cuenta que Hood había caído; pero el castaño no estaba complacido, el pelirrojo escondía más cosas, y eso solo significaba que era un potencial peligro para ellos.
A su vez, Pablo estaba expectante, mirando las pantallas esperando cualquier señal para reaccionar.
Todos se quedaron impactados al notar que de verdad traían los libros de contabilidad. Los del cuarto de seguridad lo demostraron pero los que se encontraban en esa sala lo internalizaron.
Victoria, ignoró los libros, mientras seguía viendo fijamente a Hood, quien estaba complacido con la osadía de la rubia. Pero se extraño cuando vió a Lucia y a Godric moverse para leer los libros.
—¿Por que ellos los van a leer?
—Porque como lo dijo, Hood, somos un trío, que yo sepa esto no funciona sin que ninguno de sus participantes colabore.
No le gustó, ni mucho menos por los lentes que tenia puesto Lucia, así que le pidió quitárselos, no hubo problema porque tenían de respaldó la cámara de su pequeño collar. Eso le tranquilizó, pero antes de emitir algún comentario ya Victoria estaba trabajado en distraerlo con conversación de sus idas a la playa.
«Este es el enfermo que se metió a investigarnos» pensó ella, cuando lo vio dispuesto hablar en todo ese tiempo.
Godric Iba leyendo año, tras año de contabilidad, duraron ahí dos horas.
En las que tanto Chiara, como Gus y Pablo aprovecharon para anotar, mientras, Lucia le hacia observaciones a Godric de manera que iban examinando.
Hood, se opuso, pero porque sabía que nadie se memorizaría, ni leería cinco años fiscales, por eso les dió todo el tiempo del mundo.
Lo que el no contaba es las cámaras, integradas que tenían ellos y el equipo de genios que empezaba anotar y sobre todo la habilidad de Lucia con los números, quien ya había encontrado 3 cosas que no tenían coherencias y les había hecho saber a los demás ajustándose las gafas.
Al mismo tiempo que Gustavo veía la reacción de todos y es que la mujer francesa y Hood se pusieron nerviosos las veces que Lucia se refirió a algo cercano a dichos errores.
Confirmando asi las suposiciones de la pelirroja.
Todos eran genios, pero no podían negar que la mente de la pelirroja era una que no tenía comparación entre ellos. Notaba patrones en los números e imperfecciones en los códigos, por eso nunca cuestionarían su habilidad a la hora de trabajar.
Pasó el tiempo y Hood estaba seguro, al igual que el resto que no habían encontrado nada. Solo había sido de pantalla para asustarlos así que luego de eso Lucia y Godric asintieron en dirección a Victoria quien se volteó a ver a Hood con una sonrisa y el dispuesto entregándole un bolígrafo y el contrato para firmar.
—Un nuevo trato, una nueva via que tomar —dijo Victoria al terminar de firmar, ya teniendo amarrados a todos esos socios involucrados en este desfalco.
Encontrando la forma de escapar de ese lugar.
—Una travesia que enfrentar —apoyó, Godric a su lado.
—Un viaje que impulsar —Lucia sonriéndole secundándole.
«o para escapar» pensó
—Una aventura que recorrer —confirmó Pablo por el micrófono, procesando toda la información.
—Y no confiar en nadie a partir de aqui —Afirmó Gus. Analizando todo.
«Un infierno nuevo al que enfrentarnos» penso Chiara callada.
Quien dudaba que aquí todo se acabara. Soltando el aire acumulado y el teléfono de lado. Se permitió tomarse un descanso, porque la tormenta ya se avecinaba.
Los mejores desarrollos terminan con finales caóticos, y ellos seis eran imanes para la destrucción.
Nota de la autora.
Feliz de haber terminado estos 4 capitulos importantes en la trama.
Gracias por el apoyo y... Wow más de 40K me dejan impresionada por el apoyo.
Les quiero y espero que sigan más capitulos de crisis, porque es verdad siempre habrán consecuencias.
Atte: DM.
Pd: ¿Cuál fue el mejor momento?
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