32. Beso sorpresa
Los días sigue pasando y Aradia no tiene noticias sobre la investigación del grimorio. Lo único bueno de todo esto, es que ya no he tenido más insomnio. Ahora estoy cómoda en mi camita.
"¿Estás segura?"
Molesta darles la razón, pero sí, aquí hay algo raro. No estoy abrazando a Maik ¿A quién estoy abrazando? Esta persona es mucho más pequeña. Abro los ojos despacio y cuando veo quién es, los explayo demás por la sorpresa. Rein está durmiendo, pero si se despierta, me electrocuta seguro ¡¿Cómo llegué hasta aquí?!
"Creo que alguien es sonámbulo".
Se burlan mientras se ríen.
No digan estupideces. Las únicas locas que quieren venir a darle abracitos a la carga eléctrica de mi cuñado, son ustedes ¡Yo no!
Rein se refriega un ojo y me paralizo. Va a matarme si despierta. Necesito salir de aquí y rápido. Me muevo un poco, intentando levantarme de su cama, pero de repente me abraza.
—Mi pastel... —susurra en sueños —dámelo miam miam...
Voy a morir, seré rostizada.
Agarro su mano, para quitármela de la remera, pero no me suelta. Y claro, cree que soy comida, ni loco me deja. Espero no me muerda.
"No seas marica".
—¡¡Emmet, ese es mi pastel!! —grita y me sobresalto.
"¿Emmet? Emmet se puede ir a la mierda".
"¡¡Muerte a Emmet!!"
Se dan cuenta que no las oye, ¿cierto?
"¿Quieres ver cómo sí?"
De repente me agarra sueño y mi cabeza cae sobre la almohada. Cuando me quiero dar cuenta estoy dormida y en una especie de ilusión o algo así.
"Se llaman sueños despiertos".
"Estás consciente en tu mente, eso es todo".
Continúo siendo un chico y camino por un lugar blanco. Una puerta se abre, viendo que del otro lado es todo oscuro. No quiero entrar, pero las voces me empujan. Entonces veo a Rein comiendo un pastel, y a su lado está Emmet.
—¿Estamos en la mente de Rein? —pregunto —Que horror, acabo de hablar en plural.
—Salgan de aquí, estoy comiendo pastel —se queja Rein, pero Emmet de repente desaparece, incluso la comida —. Ya me enoje —Bufa y se levanta del suelo —¿Y por qué estoy en un sueño? —Se da cuenta.
—¿Y tú también estás consciente? Eso explica lo de antes —opino.
—Esto es raro ¿Por qué estás tú aquí? Ni siquiera me caes bien.
—No te cae bien nadie, con alguna que otra excepción, pero nada más —le aclaro y se ríe.
—Tienes razón —Luego deja de sonreír —. Aun así, ¿Por qué estás aquí? —repite.
—Pregúntale a las voces.
De repente mis manos se mueven solas y no puedo controlarlas, agarro las mejillas de Rein, entonces sin poder evitarlo, lo beso. Él forcejea sorprendido, ya que acto seguido introduzco mi lengua, de hecho yo no soy, son las voces.
Cuando al fin reacciono, abro los ojos despertando, Rein también los tiene abiertos. En ese mismo instante me doy cuenta que mi boca está unida a la suya, entonces ambos nos separamos sorprendidos, y por no haber más espacio, nos caemos de la cama, cada uno de un lado diferente de esta. Se escucha el ruido del golpe contra el suelo, entonces cuando me quiero dar cuenta, Maik llega a ver qué ocurre en la habitación.
—Oí ruido y... —Se queda mirándonos y me levanto rápido del piso —¿Qué pasa? —pregunta confundido.
—Yo también escuché algo y vine a ver —invento mientras me encuentro sonrojada.
Rein deja de estar en el suelo al pararse, frunce el ceño, se toca la boca despacio y parece pensativo, pero se mantiene callado.
—¿Qué ocurrió? —le pregunta mi pareja a su hermano y este se sobresalta.
—Yo... no sé... —responde confundido.
—¿Alguien me va a decir qué ocurre? —Maik se cruza de brazos.
—¡Habrá sido el viento! —exclamo nerviosa buscando una excusa al menos un poco creíble.
—Quiero una llave para mi habitación —pide Rein de repente.
—¿Ahora? —Lo mira extrañado su hermano.
—Sí —contesta determinado.
—Me fijare si tengo una —Se rasca la cabeza, se gira para salir y buscarla fuera del cuarto.
Rein me mira de mala manera.
—Dile a tus amiguitas que están en penitencia —Me señala enojado —. Y ya vete de mi cuarto —Se cruza de brazos.
—¡Ya mismo! —Sonrío ampliamente y me voy a paso rápido.
Esto ya pasó el límite, necesito una solución rápida. Vuelvo a la habitación y de repente me llega un mensaje al celular.
—¿Leik Misteik? —Leo.
¿Cómo obtuvo mi número y de dónde salió esta tarjeta?
"Este tipo te vigila más que nosotros".
"No lo soportamos más".
"Es hora de darle un escarmiento".
No me gusta nada cómo suena eso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top