13. Rodeados

Hay mucho sol, así que seguimos a Ace, el cual se detiene en el jardín de la familia Bradford, bajo uno de los árboles. Debemos recuperar el grimorio, aunque no sé si es tarea fácil. Los ojos del vampiro están rojos, tiene hambre, el sol ha consumido toda su energía, lo que ha provocado que esté hambriento. Pareciera que se ahoga y se agarra de cuello, se nota que sufre.

—No deberías ayudar a las voces —se queja Seyn —. Mira lo que te han hecho.

—¡Cierto! —grita Aradia —¡Ni te cuidan! Sabiendo que no puedes ir bajo el sol —Piensa —¿O no lo saben?

El adivino se ríe.

—Angelical hechicera, créeme que eso no les importa.

—Ríndete —expresa Jovan y alza la mano —devuelve el grimorio, estás rodeado.

—Te equivocas, ustedes lo están —Personas desconocidas se acercan hasta nosotros —. Lo siento mucho, pero no hay opción, no se metan o la pasarán mal y estoy seguro de que saben, que no quiero lastimarlos.

—¡¡Te liberaremos!! —grita la brujita preocupada.

—Ya es tarde —Desaparece.

—No pudo ir muy lejos —aclaro pero no me dejan pasar —. Estas personas...

—¡Tienen energía negativa! —grita Aradia terminando mi frase y corriendo en círculos desesperada —¡Ay mamá!

—Controlados o no —Seyn levanta el puño —les pateare el trasero a todos.

—Tienes razón —Asiento —hay que alcanzar a Ace, no nos detendrán.

Un hombre me ataca pero lo bloqueo. Mis clases de defensa personal, que tomé despues de lo sucedido con Joel, parece que me sirvieron de algo. Le doy un puñetazo a mi atacante y me doy cuenta, que de alguna manera, ser un chico también funciona, soy algo más fuerte.

—Son demasiados y no puedo pasar —me quejo.

—¡Nos haría falta Darren! —expresa Aradia alterada y alza las manos —¡Para que purifique todo esto! —chilla —¡Ay! —esquiva un tipo que la quiere agarrar, pero ella corre —¡Necesito un hechizo!

—¡No! A ver si nos ahogamos —Recuerda Jovan y forcejea con otra persona.

—¿Entonces qué? —Le pega un puñetazo Seyn a uno más —Ace se está yendo, apúrense con esas ideas.

—¡¡Es tu culpa por pelearte con Darren!! —me vuelvo a quejar.

—¡¡No es momento de enojarse!! —Empuja a uno que cae al suelo —¡¡Es momento de pensar!! —grita alterado.

Bueno sí.

Pongo la mano en el bolsillo y veo la tarjeta de Leik Misteik ¿Cuando la puse aquí? Sigo confundida. De todos modos ¿Cómo se usa esto? No tiene ni número. No puedo creer que esté pensando en llamar a un demonio ¿Me volví loca acaso? ¡Pero no hay tiempo de pensar en la cordura!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top