Día 5: Promesa
Universo canon
Prompt: Beso de despedida
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El mar se expandía en todo el horizonte con majestuosidad, en diferentes tonalidades de azul. El agua estaba tranquilo perfecto para el viaje. El sol alcanzaba el líquido vital, creando destellos dándole una apariencia fantástica. Las aves volaban en cielo alto, solo dejando ver sus figuras en el espeso cielo azul.
Los pasos de sus zapatos cafés oscuros resonaban en el piso de cemento, aunque era imperceptibles por el ruido de las pláticas de toda la gente alrededor. Sus ojos celestes se dirigieron hacia el gran barco que estaba en el muelle, con el puente extendido mientras la gente iba subiendo en paso tranquilo o despidiéndose de la gente que se quedaba en tierra firme.
Loid Forger se detuvo al estar cerca, girando sobre sus pies, visualizando como Yor llegaba sujetando a Anya de la mano. La niña miraba fascinada el gran barco, a pesar de que anteriormente ya habían viajado en alguno cuando ganaron los boletos en esa rifa.
Se puso en cuclillas, estando a la altura de su hija adoptiva, mirándola. Acarició su cabeza un poco, incapaz de decir algo. No se le ocurría, jamás había hecho algo como eso. Los ojos verdes lo contemplaban con cierta ternura única de la infante.
―Pa ¿A dónde vas?
―No te preocupes Anya, regresaré antes de que te des cuenta.
Le sonrió, aunque la sorpresa lo abrumó cuando la niña lo rodeó con sus pequeños brazos. Su pecho golpeó ligeramente, ante esa muestra de afecto. A pesar de que todo esto era una farsa, había logrado tenerle un gran afecto a la niña. Sintiendose orgulloso por cada uno de los logros y de las ocurrencias. Por eso mismo la abrazó en respuesta y una vez que el gesto terminó, se incorporó viendo a la niña correr hacia atrás, abrazando con fuerza a Bond, que estaba con Franky.
Twilight le dedicó una significativa mirada a su amigo y el informante solo sonrió en respuesta.
A pesar de que había estado posponiéndolo, Loid miró a la que desde hace más de un año había sido su esposa. Yor Briar. La fémina tenía una mirada cargada de preocupación y nostalgia. Aunque la vio sonreír, tal vez para facilitar la situación.
Donovan Desmond había huido del país, en un intento de evitar ser atrapado por todas las malversaciones que había hecho. Su última misión consistía en atraparlo, por lo que tenía que moverse rápido si esperaba alcanzarlo antes de que se fuera lo suficiente rápido. Ante esa sucesión de hechos, debía alejarse de su familia falsa, sin saber cuánto tiempo le tomaría volver.
Además que esa ausencia prolongada lo habían obligado a contarle a Yor todo, sobre él siendo un espía y su deber de atrapar a Donovan. Para su sorpresa Yor igual había guardado un secreto con recelo, el ser una asesina a sueldo, deteniendo a los hombres que habían hecho cosas horribles por su país. Aun no terminaba de asimilar como eso había sucedido debajo de sus narices sin darse cuenta.
Loid pudo haberle mentido diciendo que iba a un congreso de psicología o cualquier otra cosa. Sin embargo, necesitaba que Yor protegiera a Anya y estuviera preparada por si algún enemigo fuera a buscarla a ella o a Anya en su ausencia y él no pudiera protegerlas. La guerra estaba latente, podría explotar en cualquier momento y lo que menos quería hacer en ese momento era seguir con esa mentira que podría dañar a su familia.
La falsa familia que había construido para esa misión. Había necesitado acercarse a Donovan con ayuda de su hija, convirtiéndose en un alumno imperial. Sin embargo, como poco sucedía, había fallado la misión y antes de poder acercarse al Desmond, había huido del país. Todo WISE se había movilizado ante ese cambio de panorama y sus nuevas órdenes habían llegado. Atraparlo y arrastrarlo si era necesario. Para eso ya no necesitaba una familia o el papel que había desarrollado ahí, no era relevante.
Aunque no habían sido ordenes claras, él sabía que debería desechar en ese momento pero, que no había sido capaz de hacerlo. En cambio había decidido contarle la verdad de su identidad. Una sensación en su pecho de opresión le impidió hacerlo. Contempló a su esposa sintiendo su pecho agitarse, a pesar de todas las reglas que tenia de por medio al ser una espía, que su carrera llevaba más de diez años y que era el mejor en eso; además del sin fin de misiones que había tenido de ese estilo infiltrándose y relacionándose con mujeres, Loid jamás se había involucrado sentimentalmente con nadie. Hasta esa misión, cuando Yor Briar lo había cautivado al punto de provocar sentimientos inexplicables en él. Al inicio Twilight se esforzó en negarse a esos sentimientos, desechándolos. Haciendo como que había sido ocasionados por el calor del momento.
Luego fue un poco más flexible diciéndose que eran sentimientos de agradecimiento por su esfuerzo y devoción de ser una buena madre. Las situaciones políticas lo llevaron a este momento y fue justo en ese instante mientras veía a la Briar mordiendo sus labios por la tristeza de verlo ir pero esforzándose en mostrar el gesto más gentil que pudo, que se dio cuenta que debía dejar de mentirse a él mismo. Sentía demasiado por Yor Briar, tanto que siempre había sido difícil contenerse.
Había terminado por creerse su propia mentira, deseando que fuera real y que esa fuera su familia. No quería nada más que desaparecer todo rastro de su vida de espía y quedarse ahí, con Yor, con Anya. Sin embargo, el destino de la nación estaba sobre sus hombros y con eso la seguridad de su familia. Necesitaba ir a detener a Donovan.
La incertidumbre de si volvería vivo lo golpeó de frente, no había nada que le asegurara que lo conseguiría, podría perecer. Y si eso pasaba, jamás podría volver con Yor ni Anya. Por primera vez en su vida como espía, Twilight sintió temor, de dejar ir aquello que tanto anhelaba.
Jamás había aprovechado las circunstancias, siempre negándose de sus sentimientos y reprimiéndose a sí mismo de varias cosas que quería hacer en su momento. Y ese había sido su peor error, el cual no estaba dispuesto a repetir. No volvería a reprimirse.
Por lo que sin decir ninguna palabra se inclinó atrapando los labios femeninos entre los suyos, con ternura, saboreando el sabor atrapante de su esposa por primera vez y quedándose deleitado de la textura. Rodeó la cintura de su esposa con su brazo, acercándola hacia él. Al inicio Yor se había quedado petrificada en su lugar, sin moverse. Al cabo de unos instantes correspondió el beso y se estremeció cuando sintió el brazo del Forger a su alrededor.
En ese pequeño gesto transmitió todo lo que había querido decir en todo ese tiempo y todo lo que ella le hacía sentir. Le había dado algo que había olvidado hasta ese momento, la esperanza de querer tener una familia. Desde la muerte de sus padres y su estadía en la guerra, él había dejado de lado los sentimientos. Su corazón maltrecho se había ocultado y Yor había logrado alcanzarlo, estrechándolo con total ternura. Lo había hecho sentir de nuevo, queriendo más de ella cada día y sin poder visualizar un futuro que no fuera a su lado.
El sonido de llamado del barco resonó en toda la plaza, pronto partiría.
Loid rompió con el beso, rozando una última vez los labios de su esposa, extasiado por la sensación y deseando no alejarse jamás.
―Loid-san ―Yor habló tartamudeando, con el rostro por completo rojo y mirando alrededor, la gente había visto esa demostración de afecto. ― ¿Esto es para aparentar?
A pesar de que Loid le había dicho la verdad de su profesión, aún estaba en tierra enemiga. Tenía que seguir fingiendo el papel con el cual había entrado ahí, para proteger a su familia.
―No ―Soltó, sin mirar alrededor. ―Estoy cansado de aparentar, eso fue porque así lo deseaba.
Yor abrió por completo los ojos, avergonzada de tal confesión, cubriendo con la mano su boca, incapaz de decir nada al respecto. Esa había sido la primera vez que se besaban en todo ese tiempo y había sido un beso de despedida.
―Hablaremos de eso cuando regrese. ―Levantó su mano, acariciando con ternura la barbilla femenina mientras le sonreía.
Sin esperar más, dio media vuelta, subiendo por el puente hasta alcanzar la cubierta del barco. Se asomó en la orilla viendo a Anya despedirlo con la mano con gran efusividad, mientras gritaba para llamar su atención. El barco comenzó a moverse, dejando lentamente el muelle atrás. Loid no pudo apartar la mirada de tierra firme.
Yor estaba a su lado con una sonrisa dulce y las mejillas rojas y visibles aun a la distancia. Tal vez Yor pudiera ver ese beso como un final, una despedida y un quizá. Para Twilight era diferente. Era una promesa, un anhelo y esperanza.
Él volvería por ella, aunque tuviera que hacer hasta lo imposible, lo haría.
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