Día 1: Desire

Universo canon

Prompt: Domestico

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Subió los últimos escalones que lo llevaban al piso donde estaba su departamento, sintiendo los músculos tensos y el gran cansancio dominando su cuerpo. Algo que era inaceptable para él, un espía no podía bajar la guardia de esa manera. El cansancio siempre fue algo irrelevante para él, a pesar de tener varias misiones consecutivas, jamás se había preocupado de nada de eso.

A pesar que esta última semana fue bastante cargada con su misión principal que requería una gran energía y tiempo poder mantener las apariencias, además fue enviado a una misión diferente cada día, obligándolo a mantenerse alerta en cada momento, ahora su cuerpo estaba resintiéndolo. Pero sabía que gran parte de ese cansancio era porque había bajado la guardia.

Desde el inicio de la misión Strinx, sentía que se estaba relajando más de la cuenta. Twilight comenzaba a sentirse más cómodo de lo normal en su falso hogar. Anya a pesar de ser un caso perdido en permanecer a la excelencia del Edén, le divertía las ocurrencias con las que salía y hasta lo hacía olvidar en algunas ocasiones que esa era una misión. Giró el pomo de la puerta encontrando la sala de estar vacía, era tarde por lo que su hija adoptiva estaría dormida.

Dio un par de pasos hacia adentro del departamento, centrando su atención en la cocina al escuchar el agua del fregadero corriendo. Sonrió instintivamente al ver a su esposa ahí, dándole la espalda.

―Loid-san, bienvenido a casa.

Sentía los ojos pesados, solo quería dormir pero el hambre igual se alzaba con fuerza.

―Anya ya se ha dormido, te serviré la cena en un momento.

Yor Brian lavaba los trastes en el fregadero, había recibido la llamada de Loid horas antes que decía que pidieran algo de comer, por que llegaría tarde por aspectos del trabajo. Ella se encargó de alimentar a la menor, asegurar que se aseara antes de dormir y a llevarla a la cama. Había estado haciendo tiempo esperando a Loid, esos últimos días había estado llegando tarde y el cansancio se veía en su rostro. Por lo que había intentado facilitarle las cosas lo mejor que ella pudiera. A pesar de que no sabía cocinar, se aseguraba de mantener la casa en orden y cuidar a Anya como él lo haría.

―Pensaba que estarías dormida. ―Habló con un gesto ausente, dando un paso en la cocina, viendo la espalda descubierta de su esposa por el tipo de ropa que usaba, que secretamente cada vez le gustaba más ver.

―Estaba esperándote...―Soltó la fémina un poco avergonzada, quería ayudarle en lo más que pudiera cuando llegara.

Loid abrió los ojos que habían estado entrecerrados por el cansancio al escuchar esas palabras y un ligero golpe llegó a su pecho, embriagando su cuerpo de una calidez que a la mujer le resultaba más fácil ocasionar en él. Sabía que ella no era nada buena en labores domésticos como cocinar, pero ella siempre estaba esforzándose, a pesar de que todo eso era una mentira. Yor lo reconfortaba tanto que le sorprendía como su sonrisa podía calmarlo en las peores de las situaciones y en algunas ocasiones se había descubierto a si mismo extrañándola en el día, en medio de una misión.

Algo inaceptable para él, porque los sentimientos siempre debían quedar de lado en una misión. Lo sabía, pero aún así, ese era el tipo de calidez que necesitaba en ese momento, esa tranquilidad que solo ella podía darle y que podía transmitirle. Todo este esfuerzo le hacía considerar porque estaba haciendo esto y porque se había mantenido tanto tiempo como espía, con ganas de salirse de todo eso y lamentando llegar tan lejos. Los recuerdos de su infancia atacaban con fuerza y como su sonrisa había sido borrada por aquel absurdo enfrentamiento y como él había tenido que lidiar con eso, intentando solucionar algo que parecía superarlo.

Atrapado en ese sentimiento de derrota, caminó el par de pasos suficientes para quedar detrás de ella, hasta apoyar su frente en su hombro derecho y apoyar las manos en la barra. Solo necesitaba un momento para recordar porque estaba haciendo todo esto y...

―Loid-san ¿estás bien?

―Sí, solo quédate así un momento.

Yor se quedó congelada en su sitio, mientras el agua seguía corriendo de la llave, su corazón latiendo con fuerza ante la cercanía repentina de su esposo, pero que por alguna razón no quería que se fuera. Aunque consideró el hecho de que estuviera enfermo y tal hecho la asustó. Por lo que se dio la vuelta y encararlo.

Twilight la sintió dar la vuelta en su sitio, encarándolo. Sus ojos atraparon la mirada roja con intensidad, sintiendo su pecho agitarse al tenerla ahí, a una distancia peligrosa. La mano femenina se levantó tocando la frente de Loid. Aquel gesto de preocupación agitaron más su interior, recordando que todo ese camino como espía lo llevó a conocer a Anya y por consiguiente con Yor. Algo que de forma normal no hubiera pasado pero ahí estaba, enfrente de la fémina, contemplando aquel color encantador en sus mejillas.

Se preguntó si por el tiempo que llevaba ahí, estaba creyéndose el mismo su mentira de que eran una familia. No eso era imposible, aunque una pequeña voz le decía que tal vez eso era lo que en verdad quería. A pesar del día cansado y querer irse a acostar, sus músculos no se movían ante la cercanía de la fémina, mientras despertaba sensaciones en su interior. Todo parecía mejor cuando Yor estaba a su lado.

Su pecho se agitó y sus manos picaron, sin despegar la mirada de aquellos labios rosados. En todo su tiempo como espía había tenido que besar a muchas mujeres, siempre de forma automática y guiado por el bien de la misión. Pero justo en ese momento, por primera vez, las ganas abrumadoras de querer besar a una mujer lo superaban y más por la tensión que parecía flotar entre ellos y la mirada que ella le dedicaba... como pidiéndole que lo hiciera.

Tragó saliva intentando pensar si esto era necesario para la misión, eso siempre había determinado sus acciones en toda su vida como espía. Como la farsa que tenían que hacer, era algo normal que las parejas se besaran o terminaran intimando. Aunque en su hogar no era necesario. Sabía que no era necesario, pero tal vez él necesitaba terminar de creerse eso que estaba pasando, aceptar que esa era su vida en ese momento y que tenía que hacerlo lo más creíble posible hasta para sí mismo.

O eso es lo que estaba diciéndose para justificar lo que todo su cuerpo le imploraba que hiciera y los latidos de su propio corazón golpeando con fuerza al sentir el aliento de la mujer acariciar su rostro. El atractivo de la mujer era algo que jamás negaría, desde que la había visto por primera vez en la tienda del sastre. Pero ahora más que nunca el verla ahí, con las mejillas sonrojadas, los labios entreabiertos y los ojos brillando con gran intensidad, le hizo querer llevar esa mentira a un nivel más, donde él se creyera que todo esto era real.

Se inclinó sin poder contenerse más y la besó preso de sus propios impulsos, siendo correspondido con gran torpeza. Al inicio ella se quedó quieta mientras sus labios se juntaron, hasta que Loid comenzó a mover los labios, atrapando el labio inferior entre los suyos, invitándola a esa danza prohibida que contradecía lo que ambos habían acordado en ese falso matrimonio pero algo que ambos habían estado deseando hace mucho tiempo.

La danza se intensifico de besos dulces a algo más demandante. Twilight acortó la distancia entre ellos, acorralando a la fémina en la barra de la cocina y pegando su cuerpo por completo al femenino, mientras la calidez contraria lo abrumaba, haciéndole saber que una vez no sería suficiente y que quería seguir con esta farsa toda la vida.

Twilight lo supo en ese momento, que podría interpretar ese papel durante toda su vida, si era junto a Yor Briar.

Su pecho latió estridentemente, a punto de salirse al sentir la suavidad de los labios rosados y la entrega de su esposa. Entendiendo que todo su esfuerzo como espía había valido la pena si había llegado a ese momento con Yor, aunque fuera parte de su misión e intentaba convencerse que todo esto era por y para la misión y no había ningún interés propio en eso. Un papel que había hecho cientos de veces pero que esa era la primera vez que había deseado dar ese paso. Intentó apartar ese pensamiento de su cabeza y rodeo la cintura de su esposa con fuerza, siendo consciente como todo el cansancio que sentía se había esfumado.

Yor tenía el corazón a punto de salirse, correspondiendo el beso de Loid, con las mariposas revoloteando en su estómago. Podría dejar de lado la labor doméstica y dejarse llevar por el huracán de emociones que solo Loid Forger podía provocarle.

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¡Hola queridos!

He llegado un poco tarde, pero no puedo perderme de participar en el twiyorweek2022, así que estaré subiendo cada un de los dias por acá.

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