San Valentín.

Natsu no entendía muchas cosas. No es que fuera idiota, a decir verdad, era bastante inteligente, al menos sus calificaciones decían eso.

El no entendia por que justamente ese día todos se volvían locos con esas cosas del amor. En especial las chicas.

¿Era por el chocolate? No sabia que era lo increíble en eso, no era como si el chocolate supiera tan bien. Pero hay que aclarar algo, a el le gustaba el chocolate, aun que no se volvería loco por recibir uno, como dijo, para el no era la gran cosa.

Dio un suspiró. Rodó sus ojos hasta el asiento de una peliroja sentada justo a un lado de la puerta del salón que compartían. Su compañera, Erza Scarlet.

No entendía por que Erza " la belleza escarlata" se veía tan nerviosa mientras observaba a Jellal volteando algunas veces, por poco tiempo, en dirección a donde él estaba.

Cuando sus miradas se cruzaron ella inmediatamente volteo a ver al peliazul, nerviosa e inquieta. ¿Eso era algún tipo de mensaje? ¿"Ayudame"... tal vez?, no era bueno interpretando ese tipo de cosas.

Ella iba a confesarse a Jellal.

Después de todo, Natsu no entendía muchas cosas.

---


El pelirosa se había levantado como todos los días, adormilado, después de un gran bostezo y haberse estirado un poco. Procedió a bañarse, prepararse el mismo su desayuno ya que, como siempre, sus padres no estaban en casa. Ellos solían trabajar todo el día llegar en la noche y dormir, así que por lo general Natsu era quien hacia la comida, y bueno, todo en casa.


Después de alimentar a su gato con un "nyan nyan" mientras le servía felizmente su comida procedió a abrir la puerta de su casa para irse.

Al abrir la puerta. Parada en la cerca que delimitaba su jardín. Estaba " la belleza escarlata" jugando con su celular. levanto su mano - ¡Yo! - la saludo.

Como era costumbre para ellos, iban a la escuela juntos aun que Natsu no entendía por que. Ella no vivía cerca de el, es más, ella vivía como a una hora de el.

¿Asi que, por que? Penso mientras la veía.

- Natsu - Erza habló - ¿que tanto me vez? ¿tengo algo en la cara? - pregunto tratando de ver si había algo ahí. Un poco nerviosa por la constante mirada de los ojos jade del chico.

- No tienes nada - Natsu volteo hacia el frente - me preguntaba - Erza lo miro curiosa - ¿por que te molestas en venir cada mañana?

La chica paro su andar. Natsu siguió caminando unos cuantos pasos más, notando que Erza se quedaba atrás paro y giro a verla.

Al voltear su mirada en dirección a Erza. Se sorprendió. Erza estaba arrugando las cejas, estaba molesta.

- ¿Dije algo malo? - preguntó confundido por la expresión de la peliroja.

- ¿Esta mal hacerlo? - más que preguntar, ella parecía regañarlo. El tono de su voz lo hacia pareser así, era fuerte.

- Bu-bueno no me refiero a si esta mal o no - Erza parecía relajarse - después de todo ¿como podría ser malo que "la belleza escarlata" te acompañe todos los días a la escuela? - le sonrió.

- Be-belleza eso... - Erza estaba roja. Jugando con los pulgares de su mano derecha e izquierda, inquieta - ¿e-eso piensas? - preguntó con la vista fija en el pelirosado.

Natsu no lo entendía.

- ¿Es posible que no lo hayas escuchado antes? -pregunto incrédulo. Ignorando la pregunta de la chica.

- ¿Lo-lo haz dicho antes? - parpadeo repetidas veces sonrojándose más. Si eso era posible.

- No yo, todos en la escuela lo hacen - alzo una seja no creyendo que ella nunca había oído la forma en la que se dirigían a ella.

- ¿Tú no? - Erza tenia un semblante apagado.

"hey ese no es el problema aquí, ¿cierto?" pensó Natsu.

Con una sonrisa nerviosa - tal vez lo dije algunas veces - contestó.

Y como si algún elixir de la vida, también llamado " pastel de fresa", le fuera dado. Erza alzó las comisuras de sus labios.

- Lo sabía, solo quería escucharlo - hablo orgullosa. Haciendo un "hpm" giro su vista hacia adelante.

Después de una pequeña caminata donde, Erza, parecía mirar de reojo a Natsu. O, mejor dicho, Natsu fingía no darse cuenta. Llegaron a su escuela.

Justo al entrar a la escuela, las miradas de los chicos sobre su amiga no se hicieron esperar, después de todo y para su pesar, ella era hermosa. Incluso el lo sabía.

Pero... ¿Para su pesar? le molestaba que su amiga recibiera tanta atención. Natsu no lo entendía.

Mientras caminaban en dirección a donde ambos tomarían sus clases la peliroja se puso frente a Natsu, doblo un poco su cadera moviendo sus manos detrás de ella - ¿Sabes que día es hoy, Natsu? -le pregunto sonriendo.

Natsu la miró - ¿hoy? - después de pensarlo un poco y viendo como toda la escuela tenia parejas de enamorados por doquier, contesto.
-¿san valentin? -

Erza sonrió más - ¡así es! - parecía emocionada.

Natsu la miro sin entender su comportamiento - ¿Y? - preguntó.

- ¿Y? - una vez más, se enfureció - es obvio, ¡tienes que confesarte a la chica que te gusta! - espetó cruzandose de brazos golpeando ligeramente el suelo con su pié.

- ¿La chica que me gusta? No hay nadie así aun que... - menciono monotonamente - ¿Por que no te confiesas tú al chico que te gusta? - la miro con una sonrisa socarrona.

Las mejillas de Erza tenían un carmín en ellas - Yo-yo lo haré - jugaba con sus manos nerviosa.

- ¿Es así? - La vio burlonamente.

- Hoy cuando salgamos de la escuela - el timbre de la escuela sonó.

Natsu no entendía.

---

¿Por que Erza tiene las mejillas rojas cuando ve a Jellal?

¿Ella esta enamorada de el? No es que le importe de todos modos.

Si hablamos de amor, no era que no lo entendiera, alguna vez creyó estar enamorado de Ultear la hermana de su mejor amigo, Gray.

Ultear es una de las 4 chicas que según sus amigos eran "las bellezas del mundo" y, según sus palabras, ellas podían curar cualquier enfermedad del mundo, apaciguar guerras, la paz mundial. Si, son tan solo unos idiotas.

Además ¿no era raro que Gray quisiera tanto a su hermana?

- ¿Complejo de hermana? - Natsu murmuró mientras observaba a Ultear.

- Señor Dragneel ¿puede pasar a resolver este problema al pizarron? - la maestra, pequeña, rubia, ojos verdes, le habló molesta.

- Lo siento, no estaba prestando atención - habló con un tono monótono sin verla a la cara.

- Entonces puede dejar de mirar a la señorita Ultear y poner atención a la clase - dijo, reprochandolo.

Con un " Uhm " proveniente de su garganta, asintió. Justo después de que todos sus compañeros se rieran y un molesto Gray le gritará "¡Natsu! Ni pienses en tocar a mi adorable hermana" y la mencionada le contestara "deja de decir tonterías, idiota".

Paso su vista, otra vez, por el lugar donde estaba sentada Ultear. Ella estaba riendo. Y luego vio en donde Erza se encontraba. Ella estaba molesta.

Natsu no lo entendía.

A la hora del receso Natsu comía junto a sus amigos, Gray , Gajel, Jellal y laxus.

- ¿Te gusta mi hermana maldito? - Gray le pregunto molestó sujetándolo del cuello de su camisa.

- Ya habíamos tenido esa conversación ¿no es así, Gray? - contestó el pelirosado soltando el agarre del azabache.

Gajeel solo se reía de los dos.

- ¿Puedes parar, Gajel? ¿O quieres que hablemos sobre como Gray va a recibir chocolate de tu hermana hoy?

- ¿Que dijiste? - Gajel paro de reírse súbitamente - !Gray¡ - gritó molesto.

- ¡Natsu, eso era secreto! ¡Traidor! - " te lo mereces" pensó Natsu viendo hacia otro lado.

- Y tú natsu ¿de quien recibirás chocolate hoy? - Preguntó Jellal.

- ¡No optendre nada hoy! - contesto con una sonrisa orgullosa.

- Imposible, imposible - hablo Laxus negando con su mano.

- Es cierto - el peliazul apoyo a Laxus haciendo lo mismo con su mano - tienes a Erza viniendo contigo todos los días a la escuela, a la hermana de Gray bucandote casi todos los días y no hablemos de la sempai Mirajane.

- ¿Desde cuando nuestro Natsu se volvió un mentiroso? - Laxus fingía llorar.

- ¿Que hicimos mal? - Gray y Gajel pararon de pelear para hacer lo mismo.

- ¿Desde cuando soy suyo? - Natsu pregunto molesto.

- oh, Natsu, siempre lo haz sido - Jellal lo abrazo.

- Hey - Natsu se molesto más- Ustedes ba...-

- Um...¿Natsu? - fue interrumpido.

Al voltear vio a Ultear sosteniendo una especie de caja.

- ¡Ultear! - grito Gray.

---

- Lo siento, mi hermano es un tonto - Ultear se disculpo apenada por el comportamiento del aludido.

Y la pena no estaba de más. En cuanto Gray se dio cuenta de lo que Ultear iba a hacer comenzó a gritar le a Natsu cosas como "¡Que le hiciste a mi hermana!" o "¡Ni se te ocurra tocarla!"
Todo eso mientras era sujetado por el resto de los chicos evitando que Gray golpeara al pelirosa.

- No te preocupes, ya sabes, Gray tiene un serio complejo de hermana - Natsu río, inclinándose hacia atrás en la barandilla en la cual estaba recargado.

- ¡Eso es peligroso! - grito Ultear sujetando a Natsu del brazo.

El pelirosado se reincorporó, sonrio - entonces... ¿Que querías? - preguntó.

El no era idiota, sabia lo que Ultear se proponía a hacer al menos lo supo en el momento que la chica le preguntó "¿puedes acompañarme a la azotea, Natsu?" con sus mejillas rojas y sus gestos nerviosos.

Chocolate. A Natsu realmente no le entusiasmaba recibir chocolate, una ves más, no era su dulce favorito. Por eso este día en especial era una molestia para el, no es que recibiera montones de ellos pero, recibia los suficientes como para artarse de ellos debido a eso frecuentemente, en este día, terminaba con la peliroja suplicándole que terminara de comer el resto de chocolates que el no comía.
Pero su poco amor por los dulces no era lo importante ahora.

Ultear estiro sus delgados brazos hacia Natsu con una pequeña caja en sus manos.

-Na-natsu, por favor, sal conmigo- la pelipurpura apretó sus ojos, temblando ligerente por los nervios presentes en ella.

Bien, era cierto, Natsu no era idiota pero no sabia que ella iba a pedirle eso. ¿No ella le iba a dar chocolates?

Al no recibir respuesta abrió sus ojos lenta, muy lentamente, entonces Ultear observo al pelirosa viendola fijamente.

Natsu no sabia como tenia que reaccionar. Algún tiempo atrás, durante sus 2 primeros años de preparatoria el creyó haber estado enamorado de la chica que justo ahora lo veía expectante. Pero los sentimientos que tenia por ella, se fueron.

O tal ves nunca existieron.

Natsu suspiro y cerro los ojos.

El tiempo en el que el pelirosa se había "enamorado" de Ultear fue en el mismo tiempo que Erza llego con el diciendo " Natsu, estoy enamorada" justo cuando el estaba por comer uno de los chocolates que le habían dado en el día de san valentin.

El mordió el chocolate y contrario a lo que pensaba este no sabia dulce, en lugar de eso le supo agrio, muy agrio. Lo que hizo que se preguntara por un momento si alguien intento porner le veneno al dulce.

Natsu abrió los ojos, frotó un lado de su cuello con su mano y con un sonoro "Ahh" suspiro de nuevo.

-Lo siento- hizo una reverencia -no puedo salir contigo, Ultear. -

Un silencio incómodo se hizo presente entre los dos, ni una sola palabra era dicha. Natsu no sabia que más decir, a pesar de que eventos como este se le habían presentado antes, el aun no se acostumbraba a rechazar a alguien.

Por su parte, Ultear, mordía su labio inferior tratando de evitar echarse a llorar.

-¿Puedo saber por que?- la voz de la chica era débil como si en cualquier momento fuera a quebrar se.

Natsu la miro mientras se enderezaba.

-Lo siento, yo no siento lo mismo-

La chica apretó los puños con fuerza, miro los ojos verdes del chico y abrió la boca para inmediatamente cerrarla.
Las palabras no salían de su boca. Dio un suspiro, apretó los dientes y armandose de valor.

-¿Es por Erza?- preguntó.

Natsu no tendía que tenia que ver Erza en todo esto. Ellos eran amigos, solo eso.

-¿E-erza?- Natsu hizo una expresión confundida.

Ultear lo miro sorprendida y furiosa a la vez. No sabia si el chico se estaba haciendo el tonto o en realidad no se había dado cuenta.

Ella lo sabia, no tenia ninguna oportunidad con Natsu. No importaba cuanto se esforzara en llamar la atención del pelirosa, en cuanto Erza se cruzaba por su vista este no dejaba de verla con una sonrisa tonta, sin contar su increíble sonrisa cuando la mencionada era el tema de conversación. Lo odiaba, la odiaba.

A el,por que no importaba que hiciera ella nunca seria el motivo de su sonrisa. Y, a ella, por que parecía querer monopolizarlo. Siempre que ella estaba pasando un buen rato con el pelirosa , Erza, se aparecía. Aun que también pudieron ser solo sus celos los que hicieron que pareciera así.

Sin embargo, Ultear tenia una esperanza de que Natsu la aceptará. Pero no fue así.

-Natsu, a ti te gusta Erza- le reprochó con pequeñas lágrimas en sus ojos.

El chico parecía ido, con los ojos bien abiertos, estupefacto.

Que a el le gustara Erza era algo impensable. Ellos habían estado toda su niñez juntos, al igual que con Mira.

Así que...¿De donde había sacado Ultear esa idea?

–A mi no...–

–¡Cuán tonto puedes ser! ¡Estas enamorado de ella!– las lágrimas de Ultear habían comenzado a salir.–solo piensa lo – su voz era apenas audible–¿por que sonríes cuando la vez?–

Una gota cayó y a esa le siguieron muchas más, era una tormenta.

–Volvamos al salón, Ultear.–

Después de entrar al salón cuchicheos     y miradas discretas se dijeron a ambos. Gray, por su parte, estaba sorprendentemente tranquilo viendo hacia la ventana. 

Ultear se había tranquilizado, sin embargo su semblante aún era triste.

Y así, las clases habían terminado, era la hora de ir a casa, o al menos esa era la idea de Natsu.

–¡Natsu!– alguien había gritado su nombre. 

El pelirosa movió su vista en dirección al sonido. Era Mirajane.

–¡Sempai! ¿Me necesita para algo? – el tono de Natsu era burlón. 

–¡Moo! Natsu– Mira infló sus mejillas– ¡te eh dicho que no me digas así!–

El chico río–entonces, ¿que pasa?– volvió a preguntar.

La peliblanca tiro de su muñeca, arrastrándolo fuera del salón. 

–Ah, espera, Mira, mis cosas–antes de ser completamente arrastrado diviso a Erza saliendo del salón junto a Jellal.
–Tus cosas pueden esperar. Nadie las va a robar– Mira se carcajeó.

–¡He-hey aun asi!– el chico le reprochó.

Después de un, no tan largo, paseo. Mira se detuvo dentro de un salón vacío. 

–¿para que me arrastraste aquí?–pregunto Natsu observando el salón.

Pero no recibió respuesta. 

–¿Mira?– insistió.

–¡Natsu!– la peliblanca que estaba dándole la espalda al chico, volteo. – ¡Estoy enamorada!– sonrió

–¿Qu-que?– Natsu estaba sorprendido.

–¡Estoy enamorada Natsu! ¡Lavate los oídos!– contesto mirándolo con molestia.

–¡Si me lavo los oídos!– bramo

–¡Ha!– espetó mientras se cruzaba de brazos–¡entonces lavatelos dos veces– lo miro con desaire.

"Pfft" una risa suprimida salio de ambos.

–¿que es esto?–pregunto el pelirosa entre risas.

Ambos sostenían su estomago por el dolor provocado de tanto reír.

–a pasado mucho tiempo desde que vi tu faceta de " demonio" sempai– dijo con sorna.

–Natsu...no valoras tu vida ¿cierto?– Mira tenia una sonrisa en su cara.

–Tu expresión no concuerda con tus palabras Mira– respondió apartando la vista de ella. 

–¿Es verdad?– El chico alzó una ceja.

–¿Mmh?– Mira ladeó ligeramente su cabeza.

–¿Estas enamorada?– Natsu parecía nervioso. 

–¿Oh?– la sonrisa de Mira era traviesa –¿Mi-mi-mi Natsu esta celoso?– ella tartamudeo a propósito.

Natsu tomó la barbilla de Mira con su dedo índice y pulgar–Ta-tal vez lo este–tartamudeo.  

Otra vez, un "pfft" se escapo de ambos para comenzar a reír segundos después.

Así era la relación normal de ambos, no, de los tres. Erza incluida. Cuando estaban juntos Natsu se divertía mucho, era así desde pequeños. Mira y el hacían este tipo de actos tontos mientras que Erza los detenía furiosa después de eso ambos molestaban a la peliroja haciendo que se molestara más.

Entonces...

Mira paro de reír, con pequeñas lágrimas en sus ojos por la risa.

–Erza dijo que quería hablar conmigo– mientras limpiaba sus ojos, habló. 

Las cosas estaban apunto de cambiar.

–¿Es así?– articulo, tratando de recuperar el aliento.

–Aun que creo saber de que quiere hablar – Mira se sentó sobre un pupitre agitando levemente  sus píes.

El pelirosa se sentó a un lado de ella poniendo sus manos detrás de su espalda para sostenerse.

–Natsu– la vos de ella era calmada–¿que piensas de Erza?–

Natsu no lo entendía. Primero Ultear y ahora Mira. ¿Que diablos pasaba el día de hoy?  ¿Que había que entender sobre Erza? ¿Que había que...?

Como si un balde de agua hubiera sido vertido sobre el, lo comprendió.

¿Cuando es que el...

–Es mi amiga–contesto lo más calmado que pudo.

–No hablo de ella como tu amiga, Natsu.– Mira lo sabia, hace tiempo a decir verdad, incluso cuando ellos no lo sabían ella lo sabía. Aun así no dijo nada, pensó que ambos se darían cuenta a su debido tiempo pero no lo hicieron.–de ella como mujer, ¿que piensas?– sus ojos azules lo veían inquisitiva. Mira no estaba dispuesta a dejarlos perder más su tiempo. Los dos eran sus amigos, los quería, pero estaban siendo ridículos. Al menos Natsu lo estaba siendo.

–¿Co-como mujer? Bueno ella...– los ojos de Mira no apartaban la vista de el.– E-es hermosa, supongo – Natsu titubeó al final.

¿Cuando es que el...

Mira giró su cuerpo en dirección a Natsu. Los quería ayudar, era cierto, pero no desaprovecharía una oportunidad de burlarse de Natsu.

Poco a poco se poso sobre el, sentándose en sus muslos con los ojos jade del chico sobre ella preguntando que estaba haciendo, siendo solo una sonrisa la respuesta de ella.

–¿Mas hermosa que yo?– preguntó de manera dolida, apegando su pecho al chico. 

–¡Ha!–su tono estaba cargado de fanfarronería. Había entrada en su modo "actor"–¿no es obvio?– sus ojos estaban llenos de confianza. 

Un "hm" largo salio de la garganta de ella, sus ojos  engreídos  lo veían desde abajo  mientras deslizaba su dedo índice por todo el brazo del chico. 

–Pareciera que estas enamorado de ella– sonrió, cínica.

Pero no hubo respuesta, en cambio Natsu tembló ligeramente. Lo había atrapado.

¿Desde cuando el...

Mira puso ambas manos sobre el pecho de el, presionó más su cuerpo contra el de el, acerco su cara hasta sentir el aliento caliente del pelirosa–hey Natsu, tú... ¿Realmente estas enamorado de ella?– sus labios estaban a centímetros el uno del otro.

–A-ah yo...– su tartamudeó, esta vez, era real.

Una tos fingida resonó dentro de todo el salón vacío en el que estaban. Ambos, Natsu y Mira abrieron los ojos en sorpresa por el sonido. 

–Espero no estar interrumpiendo– el tono de la voz proveniente de una de las puertas del salón parecía enojado.

Mira levanto las manos liberándose de toda culpa al reconocer a quien pertenecía la voz. En cambio, Natsu, aún mantenía su mano sobre las caderas de la albina, mano que había movido a ese lugar para que esta no cayera.

–¿Puedes explicarme que están haciendo, Natsu?–demando la tercera persona. 

–¿Eres ciega, Erza? Obviamente fortaleciendo nuestros lazos de amistad– Natsu sonrio socarrón alzando los hombros. Un rayo cayó, la lluvia aumento.

Mira susurro un "idiota" mientras rezaba que la peliroja no lo matará.

Momentos después Natsu estaba caminando en dirección al salón del que la albina lo había sacado, con moretones por todo su rostro.

Cuando llego al salón tomó sus cosas y se fue a la enfermería de la escuela.

De camino ahí, el pelirosa comenzó a pensar en todo lo que había pasado en el día. Todo, respecto a Erza.

Erza, la chica quien junto a Mira, era su mejor amiga. Incluso aveces pensaba de ella como su hermana. O eso pensaba. 

Abrió la puerta de la enfermería y procedió a tomar una caja de benditas del estante cerca de la ventana. 

Así que...¿como diablos se enamoro de ella? Aun, ahora, le costaba aceptarlo pero no podía negarlo, era un echo. En algún momento comenzó a gustar de ella, era obvió, ahora entendía por que le molestaba que los chicos la miraran tanto.

Puso una de las benditas sobre una de las marcas en su mejilla derecha.

Entendía por que le molestaba que viera a Jellal sonrojada, estaba celoso.
Y la razón por la que ella parecía tan bonita cuando se ponía nerviosa. Todo tenia sentido ahora.

Sin darse cuenta Natsu había llegado a la puerta para salir del edificio en el que estaba.  Observo el agua caer, no parecía que la lluvia fuera a cesar pronto. 

Desde cuando el...albergaba estos sentimientos por ella. No lo sabia.

En que momento comenzó a verla como mujer y no como su amiga que ella era. Al final. Su amor, seria algo doloroso, después de todo, ella quería a Jellal.

–Mierda– murmuró.

Pero pensándolo mejor, fue demasiado obvio desde el principió. Cuando Erza le dijo que  ella estaba enamorada, el se molesto.

Las cosas, desde ahora, iban a cambiar. 

–¡Natsu!– una voz grito detrás de el.

El volteo atónito. ¿Que hacia ella ahí?

Erza trataba de recuperar su aliento. Apoyándose en sus rodillas y con la respiración entre cortada. 

–¿Tanto querías regresar a casa conmigo?– el pelirosa sonrió, burlón.

Erza fruncio el seño. Se puso derecha y comenzó a buscar dentro de su mochila.  

–No es eso, idiota– con sus mejillas rojas, ella camino hacia Natsu con pequeñas lágrimas en sus ojos, estaba nerviosa.

–Y-yo Natsu– Erza saco lo que buscaba de su mochila, extendió sus brazos y cerro los ojos.

Natsu parecía molesto, no podía creer que el idiota de Jellal no haya aceptado los chocolates de Erza.

–Se que no te gusta el chocolate pero– respiro hondo–por favor acepta los mios– sus ojos marrones estaban llenos de esperanza.

Y ahí estaba ella, viéndolo con esos ojos que, más que pedir algo, parecia que le estaba exigiendo algo. 

–¿Son de amistad?– Natsu sonrió a la par que tomaba la pequeña caja de las manos de la peliroja.

–No lo son– el tono de Erza era firme.

El pelirosa se quedo con el chocolate en la boca, sorprendido. 

–¿Eh? Ent...– Sus ojos se abrieron más cuando vio hacercarse más a Erza. Ella lo había besado. El chocolate que antes intento comer estaba ahora en medio de los dos. Erza lo obligo a comerlo.

Por la impresión Natsu cayó pegando en los casilleros con Erza sobre él.

Erza pego más su cuerpo al de el. Con una de las rodillas de Natsu bajo su falda. Sin dejar de besarlo.

–Es...pe...Erza– apenas podía hablar por los pequeños intervalos de tiempo que Erza se tomaba para seguir con el beso.

Las manos de Natsu poco a poco comenzaron a deslizarse sobre las caderas de la chica, apegandola mas a el. Se había rendido de tratar de parar lo que sea que estuviera sucediendo.

Por su parte, Erza no parecía querer parar. El chocolate que antes estaba se había derretido, aun así Erza seguía dando pequeños besos al pelirosa.

Hasta que Natsu puso más fuerza en el brazo que rodeaba la espalda baja de Erza jalando levemente su cuerpo hacia abajo. 

Erza abrió los ojos desconcertada. Miro hacia arriba encontrándose con los ojos verdes de Natsu.

–Vamos Erza, se que eres hermosa pero no puedes ir por ahí besando a la gente– Natsu aún después de eso, intento bromear.

Ella le devolvió la mirada, molesta. Hizo un pequeño puchero y entrelazo sus manos con las suyas.

–Me gustas, Natsu– una vez más, su tono, era firme.

Natsu estaba feliz, no pudo evitar que una sonrisa se le marcara en sus labios.

El se había enamorado de su amiga de la infancia, su (casi) hermana. Estaba loco. No sabia ni siquiera como había llegado a eso pero ahora Erza estaba sobre el.

Sus ojos chocolate, su pequeño matiz carmín en sus mejillas, sus labios impregnados con un ligero sabor a chocolate y, joder, el olor a fresas que su cabello rojo desprendía.

–¿Natsu?– Ella parecía inquieta, se mojo un poco los labios, respiro el olor del chico. 

Natsu aparto la vista de ella. Se hiba a volver loco, enserio, desde cuando el la veía de esa forma. Incluso su cuerpo, el podía sentir sus bien formados pechos en el suyo. Su garganta estaba seca.

–¿No vas a responder?– Erza estaba preocupada, no sabia si Natsu sentía lo mismo por ella. Por eso tuvo que preguntarle a uno de los amigos de el, Jellal, aun que no le fue de mucha ayuda, el solo dijo "a Natsu le gustan las fresas ¿sabes?"  

Las puntas de los dedos de Natsu picaban, quería tocarla, justo ahí pero para el pesar del chico, estaban en la escuela no podía hacer nada ahí.

Sintió como Erza intento levantarse, con lágrimas amenazando salir de sus ojos. 

Natsu sonrió apretando más su agarre de la chica.

Ella lo miro molesta. ¿Si la había rechazado por que no la dejaba irse?

–Yo no e dicho nada, Erza– el pelirosa adivino lo que Erza estaba pensando por la forma en que sus ojos lo veían.

–Quedate así un momento– la abrazo contra su pecho– deja me asimilarlo un poco, por favor. –

–¿Asimilar...?– Erza paro de hablar al notar los ojos jade del chico sobre ella. Se sonrojo otra vez. 

Natsu pego su barbilla en la coronilla de Erza, inhaló su olor a fresa y la pego con más fuerza a el. Sintio cada parte de ella, de la persona que a estado con el desde pequeños. Los recuerdos de ella y él de niños corrían por su mente, cerro los ojos. 

Era doloroso, hasta hace momentos atrás honestamente creía que a Erza le gustaba Jellal y, a pesar de que iba a doler, estaba bien con eso. Tal vez, la razón por la que ignoraba sus sentimientos hacia la peliroja era por que hasta ahora se negaba a verla como algo más que su amiga, las cosas estaban bien como estaban. Abrió los ojos.

Ver a Erza ruborizada entre sus brazos, la persona más autoritaria y violenta que conocía, era algo nuevo para el. Pero no se sentía mal. 

La acomodo entre su cuello, recargo su cabeza en la de ella y la abrazo con un poco más de fuerza. Su corazón latía como loco.

Erza no sabia cuanto tiempo habían estado así. Lo único que podía escuchar era la lluvia, la respiración de Natsu y sus latidos. Ella quería abrazarlo pero la presión en el abrazo de Natsu apenas la dejaba mover. Como si estuviera sujetándola para que esta no huyera.

–Natsu, te quiero– el susurro se perdió entre el sonido de la lluvia.

Quería transmitir todo lo que sentía pero las palabras, por alguna razón, estaban atoradas en su garganta. Busco, con dificultad, la boca del pelirosa, temblando un poco, cerro los ojos y unió sus labios con los de el.

Recordó los años de secundaria cuando el pelirosa llegaba junto a ella con una bolsa llena de chocolates, fue en ese momento cuando se dio cuenta de que quería a Natsu. No le gustaba que el recibiera tanta atención, eran celos.

Entre beso y beso ambos recordaban todo lo que habían pasado juntos.

Natsu sonrió. Tomo un mechón del cabello de Erza lo aparto de la oreja de ella–te quiero Erza– le susurro.

La respiración de Erza se paro por un segundo, nadie tenia idea de cuanto ella estuvo esperando oír esas simples palabras. Comenzó a llorar.

Momentos después ambos iban caminando hacia la casa de Natsu.

Erza iba haciendo un puchero, dirigiendo  miradas molestas al pelirosa.

–¿Pasa algo, Erza?– la miro confundido.

–¡Natsu! Ahora que somos novios no quiero que más cosas como las que pasaron hace rato con Mira pasen – le reprochó.

–¿con Mira?– recordó lo que había echó – vamos Erza, solo estábamos jugando– sonrió sin darle importancia al asunto.

–¡Natsu, estaban a punto de besarse!– le gritó.

–Mira es como mi hermana, eso no va a pasar– trato de calmarla.

–Yo también lo era hace unos momentos– ella aun mantenía su puchero.

–Tienes razón – suspiro derrotado.

–¿Entonces?– Lo miro furiosa.

–Bien, bien, seré más cuidadoso ¿de acuerdo?– toco la mejilla de Erza con su mano.

Erza bajo su mirada al suelo, asintiendo con la cabeza.

Entrelazaron sus manos, sonriendo.
Hasta que Natsu soltó a Erza golpeando su palma con su puño. 

Erza lo observo sin entender nada.

–Ahora lo entiendo– hablo el pelirosa– los chocolates son la excusa perfecta para declararse a alguien– sonrió.

–N-natsu ¿que crees que se celebra este día? – la peliroja pregunto atónita

–A los chocolates ¿no es cierto? Por eso es que en todos lados venden– respondió orgulloso.

Las esperanzas de Erza recibiendo algo el "Día blanco" decrecieron considerablemente. Natsu era un idiota.

---

Quize escribir algo para este día y bueno, aquí esta. *estira los brazos*
Aun que no se si sea bueno o no. :l 

En fin. ¡Mis escritoras/es favoritos no subieron nada este día! Esperaba un especial o algo pero conformo con que mi favorita favorita si subió éuè 

No se si hacer de esto una serie de one-shot o no...  Ya veré. xd
Ahora si, en fin, eso es todo. :)



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