Erza: Pastel de fresa.
Bien, no era necesario decir que el sabor favorito de Erza era la fresa. No era necesario decirlo, ¿cierto?
Natsu presionó sus sienés con sus dedos, no estaba pasando el mejor de sus momentos.
El problema era, obviamente, Erza.
Esa chica estaba loca, si, loca.
Ella se había molestado mucho por la broma que el había echó la vez anterior. La "broma" que el, de alguna manera, se las arreglo para hacerle creer que era solo eso, una broma.
Sin embargo, Erza realmente se enojo diciendo que no estaba bien hacer ese tipo de bromas.
Y, después de discutir un poco sobre como eso no tenia importancia, las palabras: "Haré lo que quieras" salieron de la boca de Natsu.
Él enserio estaba debatiendo entre si era o no el peor error de su vida.
En primer lugar, no era su intención decir eso, él solo quería disculparse y estaba a punto de hacerlo, al menos así era hasta que esas palabras fueron dichas. En cuanto Erza escuchó eso su expresión molesta cambió a una de felicidad total, enserio, la sonrisa de ella apenas cabía en su cara.
Al otro día, un sábado, Natsu estaba parado frente a una estación de tren con el intenso calor sobre él.
–"Entonces, acompañame a la nueva pastelería que abrieron"– Natsu gruñó al recordar lo que Erza pidió.
Hacia calor, mucho calor, pero el no podía simplemente irse a casa y fingir que algo importante lo había retenido de ir. No, el no podía, si lo hiciera, Erza definitivamente se enteraría que el mintió y entonces se molestaría aún más.
Y ella enojada no era algo que Natsu quería ver. Su personalidad era horrible, ella era mandona y, en su opinión, demasiado autoritaria pero eso era algo que el solo había visto de lejos, después de todo, Natsu siempre se las arreglaba para burlarse de ella.
Natsu suspiró, llevaba varios minutos esperando a que Erza llegará, aun que eso no hubiera sido un problema si no hiciera tanto calor. Pero ese no era el caso.
Después de quejarse un poco de como toda esa situación era molesta, Natsu, llego a la conclusión de que, si no era su peor herror, estaba muy cerca de serlo.
Pero todas esas ideas se esfumaron en el momento que vio llegar a Erza.
No es que a Natsu le importara mucho el como se vestía Erza pero seria muy grosero de su parte el no adularla aun que sea un poco, después de todo, el vestido negro que llevaba encima la hacia lucir muy bien pero, ella estaba haciendo trampa, definitivamente no era justo. El lugar donde se suponia debía ir su falda de la escuela estaba cubierto por la falda de su vestido solo que este estaba ligeramente transparente un poco por encima de sus rodillas, las curvas de su delgado cuerpo estaban totalmente a la vista y el escote, aun que no era mucho, era lo suficiente para que Natsu se pusiera incómodo.
Erza había saludado a Natsu en el segundo que llegó, sin una respuesta departe de él, pero antes de que ella comenzara a reclamarle algo noto la mirada jade del chico sobre ella.
Sonrió por unos segundos, ¡su plan era un éxito! Enserio le había tomado tiempo decidir que llevar, incluso, se había preocupado por si Natsu la había seguido esperando todo ese tiempo.
–¿Natsu?–lo llamó inclinadose un poco para verlo desde abajo.
Natsu la había escuchado, incluso su saludo inicial había llegado a sus oídos pero, el no quería despegar su vista de ella.
Mordió suavemente la parte interna de su labio inferior y hizo contacto con los ojos marrones de ella.
El brillo en los ojos de ella y su sonrisa evidentemente feliz la hacían lucir incluso más hermosa. Enserio, ella estaba haciendo trampa.
–Si, si, Erza, estas hermosa hoy ¿bien? ¿Contenta?–refunfuño.
La sonrisa de Erza se hizo más amplía. Había veces en las que Erza intentaba burlarse de Natsu.
–Pero contigo viéndote así, tal vez vuelva a saltar sobre ti hoy–Natsu rió al ver como Erza se ponía roja.
Aun que no siempre se salia con la suya.
Volviendo al principió. Erza estaba loca. Desde que ellos comenzaron a caminar hacia la nueva pastelería, ella, no hacia más que comer cosas con sabor a fresa.
Natsu entrecerro los ojos al verla comer su tercera rebanada de pastel de fresa. Se preguntaba como hacia ella para comer todo eso y, encima, todo del mismo sabor.
–¿Pasa algo Natsu?–las migajas del pastel y las pequeñas cantidades de crema al rededos de su boca la hacían lucir graciosa.
–No–estiro su mano con una servilleta en ella.
Posó su cabeza sobre su mano mientras observaba como Erza limpiaba las sobras del pastel de su cara.
Fruncio el ceño, había algo que lo estaba molestando desde la vez del incidente con Jellal.
Tomó el pequeño tenedor sobre su plato con el flan que el había comido y lo llevo hasta el plato de Erza.
Un "plin" producto del sonido del choque del tenedor con el plato de Erza hizo echo. Parecía que Erza comenzaría a llorar en cualquier momento después de ver como Natsu atravesó lo que quedaba de su pastel de fresa y lo llevaba hacia su boca.
Un "clack" se escucho cuando Natsu introdujo el pastel dentro de su boca y cerro con fuerza la misma.
Erza comenzó a gimotear. Si, era muy molestó, Natsu, quien creía que solo tenia un deseo carnal por Erza, se había equivocado. Y el pastel de Erza sufrió las consecuencias.
Estaba enamorado. No había otra forma de explicar el por que Erza le parecía tan irresistible.
Aquella sensación que tuvo cuando vio a Jellal acorralar a Erza no eran más que simples celos. Se había, de alguna forma, convencido a sí mismo de que solo le molestaba que hicieran sentir incomoda a Erza pero no era así, lo sabía, incluso si fuera otra persona o cualquier otra situación el se sentiría así de irritado, lo sabía.
Lo confirmó cuando el mismo hizo algo que no debería sobre Erza. La razón por la cual, incluso cuando el se encontraba tan excitado, paro de golpe no era más que él sintiéndose enojado consigo mismo.
Sus ojos jade se centraron en Erza, ella enserio parecía que hiba a llorar.
Sonrió –Hey, Erza...–paró un momento a revisar lo que estaba apuntó de decir.
–"Hey, Erza, te amo"– no es algo que el podía decir a la ligera. Tenia que estar total mente seguro de lo que sentía, el no quería equivocarse por segunda vez.
El amor, para Natsu, era algo un poco doloroso, aún que él nunca había sentido dolor por el mismo.
–¿Quieres otro pastel?–rió al ver la cabeza de Erza asentir.
Sin embargo comprendía lo doloroso que podía llegar a ser y no quería lastimar a nadie ni, tampoco, salir lastimado.
–Bien, entonces–volvio a estirar su mano, esta vez, pidiendo la de ella–hare uno especialmente para ti–sonrió.
Erza había quedado sorprendida cuando Natsu le había dicho eso. Y, antes de darse cuenta, estaban en la casa de Natsu con él en la cocina.
–"¡Él enserio esta haciendo un pastel!" –la baba, combinada con la emoción de Erza ponían nervioso a Natsu. Era evidente lo que estaba pensando mientras esperaba impaciente en el sofá.
Erza suspiró, tenia que calmarse. Cuando algo tenia que ver con Natsu su personalidad cambiaba, él en verdad le gustaba mucho.
No era sólo su apariencia que, tenia que admitirlo , era bastante guapo, él la hacia sentir muy cómoda y feliz.
A pesar de que siempre la molestara y la hiciera sentir avergonzada, eso era divertido a su manera.
Ellos no habían tenido mucho avance desde que se conocieron, es decir, él la había besado pero eso era solo una forma más de molestarla ¿cierto? Y luego estaba "eso" al final resulto ser una broma también.
Era frustrante, realmente no sabia nada de Natsu ¿por que hacia esas bromas como si no fueran nada?
–Aquí tienes–Natsu le extendió un plató con el pastel encima.
Erza abrió los ojos, no era solo que el pastel oliera bien, ¡se veía bien! Y su sabor...
–Sabe delicioso–los ojos marrones de ella pasaron del pastel a Natsu.
La sonrisa de Natsu era cálida lo cual provoco un ligero sonrojo en Erza.
–Bien es hora de que me pagues– sorprendente mente Erza comió el pastel tan rápido como pudo.
–¿Pa-pagarte?–Las palabras de Natsu sobre el "pago" le recordaron la vez que Natsu la había besado.
Natsu estaba enamorado, él enserio tenia que estarlo, no había forma si no de que la apariencia avergonzada de ella le pareciera tan fascinante.
–Vamos Erza, ¿sabes que tan difícil es hacer un pastel de fresa? No lo sabes ¿cierto?–Natsu comenzó a gatear sobre el sofá.
–Y-yo no lo se– admitió, cubriendo su cara con sus manos.
Natsu tomó un dedo de las manos de ella y comenzó a tirar de el suave y lentamente, poco a poco, la cara roja de Erza fue descubierta. Natsu sonrió.
–Erza– la forma juguetón con la que su nombre fue pronunciado erizo su piel.
–¿Eres virgen cierto?–el corazón de Erza latía como loco–y el pastel es difícil de hacer ¿sabes?–Natsu sonrió.
–Te dije que saltaria sobre ti–Natsu deslizo su dedo índice sobre el brazo de Erza.
En un movimiento rápido Natsu se puso encima de Erza y sonrió, esta vez, su sonrisa era maliciosa.
–Bien, gracias por la comida–Natsu bajo su cabeza poco después de decir eso.
Y lamió.
Lamió un poco de la crema del pastel que había quedado cerca de la comisura de la boca de Erza.
–Gracias–se levantó del sofá con el plato sucio en sus manos y se dirigió a la cocina.
El corazón de Erza no se calmaba. ¡Lo había echo otra vez!
Natsu tenía muchas formas de confirmar si lo que sentía por Erza era, evidentemente, amor.
Aun qué esta vez había ido un poco lejos se había asegurado de algo. Él la quería, no sabia si la amaba aún pero él, en definitiva, la quería y eso bastaba por ahora.
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¡Eh terminado! El preludio al lemon esta aquí, el lemon es inminente. Ehehe. *sonríe*
En fin, quise profundizar en lo que ambos sentían aun que no creo que me haya dado a entender también. *se deprime*
Quería emitir una disculpa por no describir bien el vestido de Erza, es decir, ¡en mi cabeza estaba hermosa! Pero dado que no le pongo mucha atención cuando una mujer me habla de su ropa, no se nada de ella así que.
*levanta la mano en forma de disculpa*
Ahora sí, eso es todo, creo. Ehehehe. * se rasca la nuca*
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