1. Discoteca


Había sido una noche larga, tan larga como si fino saco largo, camino con sus negros y relucientes zapatos de charol por el lugar, se hacía presente con solo una mirada, su nombre: Osamu Dazai. El criminal más buscado y menos encontrado del mundo. Se decía de él tanto y tan poco que nadie sabía su verdadera historia. Quizá.

Rodeo el lugar lleno de bailarinas y chicos sin sentido de la importancia de sus vidas pues se llenaban de drogas y si se descuidaban eran asaltados unos a otros buscando más mariguana o cocaína, todo giraba en aquel entorno, el humo de cientos de cigarros adueñaba el techo y parte del lugar, si quiera uno que otro rostro podría ser reconocido

Bajo las penumbras de aquel lugar, las escaleras tan empinadas y llenas de grafitis le indicaban estar en el lugar correcto, con tanta pintura de neón y jamás había sido visto su escondite.

La clave era sencilla:

Toco siete veces la puerta con tres nudillos, después toco dos veces con un nudillo y finalizo tocando dos veces con cuatro nudillos.

La puerta fue abierta dejando entrar al castaño de 22 años y afable sonrisa. Dejo su saco en el perchero y su bufanda también, seco sus guantes negros de sus manos, empezó por la izquierda tirando de la tela y prosiguió con la derecha jalando el guante de un tirón. Saco su teléfono celular de su bolsillo y miro las miles de llamadas perdidas, no es que no contestará por estar ocupado, solo le daba pereza contestar. Se dejó caer en un sofá que estaba a la par de la puerta, solo debía esperar unos segundos y llegaría tras leer su mensaje, un simple y con toda su información.

"Ya llegue"

A unos segundos, una segunda puerta oculta con el tapiz de aquella habitación se abrió dejando ver a aquel chico de larga y hermosa cabellera naranja que era cubierta por un negro sombrero, sus ojos azules sonrieron aunque su ceño estaba fruncido

- Tardaste

- Borreguito estoy de vuelta

- Te he dicho que no me llames borreguito

- Claro rey borrego – dijo sonriente el castaño – la cocaína está puesta, culparán a ese ingrato - dijo orgulloso

- Te tardaste

- Bueno, escuche unos rumores

- ¿Qué rumores? – pregunto sentándose en la mesa frente al sofá

- Unos niños, ya no tan niños claro – dijo volviéndose a sentar para estar a la par de su compañero – nuestros proveedores los llaman el nuevo doble negro, dicen ser como nosotros

- No hay nadie como nosotros

- Los hay, son los enemigos Chuuya – Chuuya se acercó al borde de la mesa dejando su pie firme pero amenazante cerca de la entrepierna de Dazai y sonrió fríamente

- Me refería – dijo aun con aquella mirada feroz – no hay nadie... como nosotros – El castaño se bufo de aquella frase, era cierto que no había criminal como aquellos dos, menos por sus habilidades

- Cierto mi borreguito

- ¡Que no me llames así!

El doble negro era como se les hacía llamar en las calles, criminales, matones, incluso mafiosos les temían, pues nadie detenía a aquel dúo, no tenían razón de perder o de seguir reglas, seguían sus reglas, su camino y su destino, tomaban sus decisiones y disfrutaban las ganancias. Eran: Soukoku

Habían salido de su discoteca base, solo allí les podrían encontrar si necesitaban de un trabajo, era una vieja bodega aunque no sabían de los lujos que gozaba el Soukoku bajo tierra, como habitación bien acomodada, vinos y otros licores, comida exótica, aquel par de criminales no tenían ni un poco de reparo por gastaren lo que sea que les gustase, así como no tenían problema por conseguir información. Les había bastado ir a dos bases más para encontrarse con que no había información del Shin Soukoku, todo lo que decían era lo mismo:

"Apenas escucho de ellos"

"Dicen que no dejan sobrevivientes"

"¿no eran ustedes?"

"Entonces... ¿Quiénes son el Shin Soukoku?"

Dazai y Chuuya comenzaban a enfadarse, nadie conocía de los chicos nuevos, incluso pensaban que eran ellos mismos. Basto un suspiro de Chuuya para que Dazai supiera que el de menor altura estaba fastidiándose.

Habían recorrido media ciudad para las tres de la mañana y no tenían nada, hasta que llegaron a su confiable y doble cara amiga, los agentes gubernamentales, con su jefe de rango por vigilancia y cuidado de la ciudad Ango Sakaguchi; aunque ninguno de los dos criminales amaba al hombre, necesitaban de su información en ciertos momentos. Era un topo de laboratorio al cual tomar por el cuello y sacar información a cambio de no meterse con el gobierno directamente.

Le habían acorralado en su propia casa ¿Cómo habían llegado? Pues fácil, conocían todas las calles y a todas las personas, el entrar solo les basto un broche y las ágiles manos de Dazai, así que Chuuya solo debía usar su fuerza para alzar al hombre y hacerlo hablar

- Bien Ango, dinos que sabes del par de chicos que se hacen pasar por nosotros – expreso Dazai

- No sé nada sobre un Shin Soukoku – dijo Ango

- Dijeron que tienen habilidades como las nuestras – replico Chuuya

- Ustedes atrapan a todos los criminales con habilidades sobrenaturales y los llevan a la policía pero hay unos que jamás han atrapado – dijo Ango

- ¿Quiénes? – pregunto Dazai

- No sabíamos que tenían habilidades, creímos eran simples asesinos pues son muy limpios a la hora de ocultarse

- Habla – dijo Chuuya apretando el cuello del hombre con lentes

- No tenemos información – dijo asfixiándose – nadie los conoce, nadie los ha visto, dicen que se mueven en las sombras y rápidamente – agrego para luego toser

- Chuuya suéltalo un poco para que hable mejor – pidió Dazai fastidiado haciendo al menor suavizar su agarre

- Les llaman "Diablo" y "Jinko" – dijo Ango para toser fuertemente por el agarre de Chuuya

- Los buscaremos

El par de Soukoku salió de aquel lujoso departamento dejando al Godínez tosiendo por tal agarre, Ango se levantó con una fina sonrisa, y ajusto su cuello

- Todo va de acuerdo al plan... - dijo para sí mientras iba a su escritorio por papeleo

Dazai y Chuuya iba a los rincones más oscuros del lugar, sin pistas ¿Cómo encontrarían a esos chicos? ni siquiera sabían como eran 

Chuuya ya estaba agotado, buscar a un par de niños por la noche era agotador y más si habían trabajado todo el día, pero ambos sabían que no podían permitirse que usarán su nombre, no, eso jamás, aun así decidieron tomar un descanso y volvieron a su base en la discoteca, al llegar el ruido seguía siendo presente, el alcohol y las drogas no faltaban, mucho menos los robos y el sexo sobre mesas, Dazai llevaba a Chuuya casi inconsciente a su base, nuevamente tocando en clave:

Toco siete veces la puerta con tres nudillos, después toco dos veces con un nudillo y finalizo tocando dos veces con cuatro nudillos.

¿Por qué el tocar así? Bueno, su puerta era especial, no importaba si estaban o no, nadie la abriría si no tocaba de aquella forma... nadie.

Dazai entro y prendió las luces, Chuuya le siguió y ambos chicos se quedaron sorprendidos, alguien había entrado; ¿Cómo? Bueno, ellos saben cómo dejan sus cosas y aunque todo esté igual ellos no eran tontos. Dazai y Chuuya sonrieron, si eran esos chicos ya los tenían

Dazai fue hacia su escritorio y activo las grabaciones en una pequeña laptop de su posesión, Chuuya se acercó a su respaldo y juntos vieron.

Era un par de encapuchados, sin ninguna seña en particular, no hasta que la puerta se abrió, una sombra negra había entrado por el cerrojo de la puerta y dejándolos pasar, aunque solo entraron y con la misma salieron, probablemente también los estaban buscando, peor aún, ese par estaba más cerca que ellos y eso enfurecía a Chuuya

- Tranquilo rey borrego los tenemos – dijo Dazai sonriente - una habilidad muy particular debo decir, usar la tela de su ropa es extraño

- Quiero aplastarles la cabeza y hacerlos dormir en el fondo del océano – dijo molesto Chuuya

- Lo harás, pronto lo –

Dazai no pudo terminar su frase pues la discoteca encima de ellos y de su posesión exploto, pues una gran explosión fue lo que escucharon, decidieron no salir, no serían encontrados en aquel escondite, más vieron las noticias, aquellos chicos llamados el Shin soukoku los estaban siguiendo y aunque en las noticias no decían nada ellos lo saben ¿Quién más podría meterse con ellos?

- El sin soukoku debe prepararse... no saben con quien se metieron – dijo Dazai molesto 


¡Hola a todos! Este es un nuevo proyecto, espero sea de su agrado y disfruten de las travesuras que vendrán así como una que otra tragedia. Disfrútenlo

¡Gracias por leer!

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