cuatro.
*Si olvidaron o leyeron hace mucho la primer temporada de Criminal, recomiendo releer el capítulo seis.
Se sentía extraño, ¿en serio había pasado todo lo que había ocurrido o se estaba volviendo loca? Todo se quedó en el mismo momento en que lo arruinó. No, no podía estar loca, sabía que el miraculous del conejo tenía ese poder, así que si Bunnyx le dijo que debía estar bien con Adrien, eso era lo que iba a hacer, era lo correcto para todos, aunque Marinette no se sentía así.
La azabache estaba entre los brazos del rubio, su novio, quedándose inmóvil, sin decir alguna palabra.
—Estás muy callada, amor. ¿Pasó algo?
—Para nada, fue un día cansado en el trabajo, es todo... corazón. Tal vez solo necesite dormir un día entero.
Dejó escapar una débil risa para que él creyera su mentira y poder conseguir un tiempo a solas. Adrien la había llevado a casa y decidió quedarse con ella en lo que la tormenta terminaba para no mojarse aún más.
Adrien sonrió comprensivo y ella en verdad quería odiarlo, se veía tan inocente pero bien sabía su secreto, fingía que no lo hacía pero al final, sabía que estaba siendo engañada. Tomó aire y depositó un suave beso en los labios del contrario.
—La lluvia se detuvo, bebé, tal vez debas volver a casa.
El blondo miró su reloj, encontrándose con que era ya de noche, a la mañana siguiente debería despertarse temprano y si no se iba ahora mismo, estaría muy cansado.
Dejó un casto beso sobre la frente de su novia.
—Te amo, nos veremos mañana ¿sí?
Ella asintió. Tuvo una punzada sobre su corazón al escuchar que la amaba, lo sentía real y era peor al saber que era totalmente falso. Se encogió de hombros y lo despidió con la mano, viendo como salía por la puerta de su habitación y escuchando un poco cómo se despedía de sus padres.
Marinette se tumbó en la cama y Tikki de inmediato apareció.
—¿Qué ha sido todo eso?
Preguntó la kwami.
—¡Lo sé Tikki! Soy una tonta, lo vi engañarme con mis propios ojos, yo...
—No, no me refiero a eso. Cambiaste la línea del tiempo.
Sintió como palideció, a pesar de que su piel ya era muy blanca.
—¿Estuviste consciente de eso?
—Claro, te recuerdo que fui lo primero que existió en este universo.
—Debes odiarme...
—No te odio Marinette, pero debiste decirme todo lo que sucedía con Hawk Moth. Pensé que confiabas en mi.
Pronunció algo decaída.
—¡Y lo hago, de verdad! Solo tenía miedo y pues, ahora me arrepiento, estoy segura que tú me hubieras aconsejado bien.
—Sí, lo hubiera hecho, pero ahora tienes otra oportunidad, puedes resolverlo, al cabo conoces su identidad, ¿no?
Cuestionó la catarina sonriente, podrían estar teniendo la salvación de París en la palma de su mano.
—Es cierto, es muy cierto, Tikki. Podremos derrotar a Hawk Moth, haré mi vida normal, todo va a estar bien.
Expresó emocionada, no podía creer que la vida le había dado una segunda oportunidad extraordinaria, sin contar a Adrien, por fin se sentía verdaderamente segura de lo que hacía.
—Gabriel, es Gabriel Agreste, él es...
Se quedó vagando entre sus pensamientos, al igual que Adrien, quería odiarlo, pero de alguna forma algo se lo impedía. Pero, ¿por qué? La secuestró, le robó su miraculous, arruinó su vida, por poco sexo que tuvieron no podía amarlo, ni siquiera lo quería, solo era un tipo de atracción que debía tragarse sin decir palabra.
—es Hawk Moth.
Completó, Tikki no podía estar más feliz, por fin París sería libre y todos vivirían en paz, incluso si Marinette tenía que abandonar su miraculous después de derrotar a Hawk Moth, ella se alegraba, siempre se iba a interesar más en las demás personas que en ella misma. Desde ese momento podía sentir como iba a extrañar a su ahora portadora.
—Tienes que convocar una junta con los demás héroes lo más pronto posible, puede que sea su última batalla juntos.
—Eso haré.
...
—Ay, vamos Gatito, esta abejita puede ser toda tuya ahora.
Incitaba Chloé a Chat Noir, tenía tiempo en que ambos conocían sus respectivas identidades, Chloé era oficialmente la “otra” y Lila era solo de a veces.
—No, la verdad quería que nos viéramos para terminar con esto de una vez por todas.
Dijo decidido el rubio.
—¿Qué? Debes estar bromeando, ¿verdad? Sabes que te la pasas mejor conmigo que con la panadera esa.
—Si te soy sincero, tú solo me hiciste darme cuenta de que la amo a ella y únicamente a ella. No sé, pero tengo una sensación extraña, como si la vida estuvieseme dando una oportunidad para no arruinar las cosas con mi chica.
El minino había ido al hotel de la Bourgeois para aclararle las cosas, se mantenía distante de ella, porque la conocía bien y sabía que podía aprovecharse en cualquier momento.
—Solo quería que lo supieras. Haré de todo para compensarle lo que le hice aunque ella no esté enterada, le diré la verdad, así que no empieces con tus cosas.
La chica estaba muy enojada, fruncía el ceño a la vez en que se acercaba a él, mismo que él intentaba evitar, así que se apartó. La de ojos azules comenzó a soltarle manotazos, no lo dañaban para nada pero la hacían liberarse.
—¡Cómo te atreviste a jugar conmigo!
Gritó sin dejar de golpearlo.
—Dios, lo supiste desde el inicio, Chloé. Yo no te amo ni nunca lo hice, solo eras un pasatiempo.
Palmeó su propio rostro desesperado de que la contraria no aceptará su decisión.
—¿Sabes qué? Tú sabes. Haz lo que quieras, ya no me importas más, vete, fuchi.
Le extrañó aquella repentina actitud indiferente, sabía que nada bueno iba a traer pero por el momento decidió ignorarla e irse, su prioridad ahora era hacer muy feliz a su novia porque se arrepentía terriblemente de lo que hizo, también le diría lo que pasó, porque si quería algo bien con ella, no podían haber secretos. Aunque claro, el secreto de su identidad era algo aún mayor, suponía que habría tiempo para todo.
...
—Tikki, necesito hacer algo, pero para no exponerme, debo dejar mi miraculous bien escondido en casa, ¿está bien? Solo necesito decirle algunas cosas a... alguien.
La kwami dudó, pero terminó por aceptar.
—Eres muy fuerte, sé que podrás cuidarte sola si llega a haber algún problema, y si no es así, algún héroe habrá de salvarte.
Rió y se despidió, antes de tomar camino en dirección a su destino; la mansión Agreste. Tocó el timbre, Nathalie la atendió, no podía verla igual después que trató de matarla y que claro, descubrir que es Mayura.
—Necesito ver a Gabriel.
Exigió.
—El señor Agreste se encuentra muy ocupado, no podrá recibirla.
—¿Ocupado en qué? ¿en hacer otro Akuma?
“dejala pasar” escuchó, tras eso las puertas se abrieron y dejaron ver tras ellas al Agreste mayor.
—Esto no estaba en mis planes, lo descubriste muy pronto, tendré que tomar otras medidas...
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